Cristina y Kicillof negocian la extorsión
NI UN DÓLAR PARA LA DEUDA EXTERNA
Vamos por un Frente Único por el No Pago de la deuda externa
Sábado 28/06 a las 13hs: Acto en el Obelisco contra el pago de la deuda
Miércoles 09/07: Acto anti-imperialista contra el acto oficialista
El juez Griesa decidió impedir el pago a los bonistas del canje que Kicillof anunció ayer, con lo cual, ahora el gobierno y los buitres tienen 30 días para negociar antes de que se declare el default. El mediador entre los buitres y la Argentina, designado por Griesa, dijo que “las negociaciones comienzan esta misma tarde” (Clarín, 27/06). Esta perspectiva de negociación es lo que hizo que suba la bolsa hoy y a lo que apuesta el gobierno kirchnerista. Contra cualquier acuerdo, desde la TPR sostenemos que el pago de a los buitres nos lleva al default. Es necesario luchar para que ni un dólar vaya para la deuda externa.
El gobierno busca acordar con los buitres antes del 30 de julio
El gobierno busca acordar con los buitres antes del 30 de julio
Como relata un agente de la Bolsa, explicando la suba de hoy, la decisión de Griesa “fue una decisión relativamente neutral que deja abierta la posibilidad de que siga la negociación" (Ámbito, 27/06). El propio Juez neoyorkino lo confimó: “‘Sería deseable, si es posible, llegar a un arreglo’ dijo Griesa sin fijar una fecha para el acuerdo” (Clarín, 27/06). Sucede que el juez no embargó los fondos sino que frenó el pago a los bonistas, con lo cual, hasta que se declare el default (el 30 de julio, cuando se cumple un mes del vencimiento de los bonos Discount) hay tiempo para negociar. Esta es la orientación del gobierno. La Nación publica: "’Si el juez nos embargaba, había que ver qué hacíamos. Si convalidaba el pago, negociábamos con margen con los 'buitres'. Ahora hay que sentarse a negociar y resolver el tema en 30 días’, confió a La Nación un funcionario oficial” (28/06). Es decir que se trata de negociar los plazos y los medios, pero como dijo Cristina en Rosario, quieren pagar al 100% de los acreedores.
El gobierno capituló ante Griesa y va a negociar en sus términos
En el día de la bandera, Cristina en Rosario dió un giro de 180° en el discurso del gobierno. Del “no pasarán” de Kicillof y “nunca vamos a pagarle a los buitres” de Cristina y Lorenzino en 2012 ahora pasó al “queremos cumplir con el 100% de los acreedores”. El giro del gobierno es una capitulación a Griesa (al que varios medios le atribuyen la frase “el discurso de Cristina no me da confianza”), con el objetivo de abrir la puerta a una negociación.
El gobierno hace meses que se viene preparando para cometer esta traición. Se trata de una capitulación anunciada. Ya desde octubre del año pasado, cuando a los abogados Carmine Boccuzzi y Jonathan Blackman sumó a Paul Clement, ex procurador de EE.UU durante la administración Bush y conocido republicano conservador, el gobierno se trazó el objetivo de pagarles a los buitres. La discusión dejó de ser si había que pagarles sino cuándo y cómo. La línea de pagarles a los buitres, por lo tanto, fue lo que primó durante todo el año en consonancia con su política devaluatoria de Rodrigazo y su acuerdo con REPSOL, CIADI y Club de París. El problema, claro, es que el kirchnerismo al igual que el tero gritó más fuerte conforme más capitulaba a los buitres. Desde el gobierno esto fue calificado como una “estrategia de negociación”. Esto fue lo que Griesa y los buitres exigieron que se terminara como condición excluyente para negociar porque “no les daba confianza”. Fue esta política de “negociar la extorsión” la que llevó al actual fracaso. Desde la TPR decimos: a los buitres no hay que ‘asustarlos’ para pactar sino combatirlos de frente y no pagarles ni un dólar.
El gobierno hace meses que se viene preparando para cometer esta traición. Se trata de una capitulación anunciada. Ya desde octubre del año pasado, cuando a los abogados Carmine Boccuzzi y Jonathan Blackman sumó a Paul Clement, ex procurador de EE.UU durante la administración Bush y conocido republicano conservador, el gobierno se trazó el objetivo de pagarles a los buitres. La discusión dejó de ser si había que pagarles sino cuándo y cómo. La línea de pagarles a los buitres, por lo tanto, fue lo que primó durante todo el año en consonancia con su política devaluatoria de Rodrigazo y su acuerdo con REPSOL, CIADI y Club de París. El problema, claro, es que el kirchnerismo al igual que el tero gritó más fuerte conforme más capitulaba a los buitres. Desde el gobierno esto fue calificado como una “estrategia de negociación”. Esto fue lo que Griesa y los buitres exigieron que se terminara como condición excluyente para negociar porque “no les daba confianza”. Fue esta política de “negociar la extorsión” la que llevó al actual fracaso. Desde la TPR decimos: a los buitres no hay que ‘asustarlos’ para pactar sino combatirlos de frente y no pagarles ni un dólar.
Los fondos buitres saludan haber forzado al gobierno a una negociación en sus términos: “‘Es un cambio de tono con respecto a lo que oímos de la Presidenta más temprano en la semana’, se escuchó decir en NML” [uno de los fondos buitre, NdR]. (Clarín, 22/06). Incluso, este diario reveló que “operadores del fondo Elliot [otro de los fondos buitres, NdR] y de los bancos Goldman Sachs y J.P. Morgan ya estaban en Buenos Aires abriendo esas conversaciones. Un hombre clave en el esquema de financiación del Gobierno confirmó la información: él mismo había tomado contacto con algunos de ellos” (Ídem).
La nueva actitud del gobierno es la reclamada por la “puta oligarquía” y la gran burguesía. En un artículo publicado por Ámbito Financiero, Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina, se pronuncia por el pago a los buitres, ya que si entramos en default “el costo del financiamiento bancario para las diversas actividades que realizan las empresas rurales tenderá a incrementarse”; al mismo tiempo, ante esa perspectiva, reclama “la forma de incrementar las exportaciones, a través de la eliminación de las trabas a las exportaciones y así dejar expresar todo el potencial que tiene la producción agropecuaria” (23/06). Esta es la línea que apoya la Unión Industrial Argentina (UIA). En un artículo de su vicepresidente, José Urtubey, hermano del gobernador kirchnerista de Salta, sienta posición: “La decisión de negociar con los holdouts debe transitarse en un camino de racionalidad, ya puesto de manifiesto con los compromisos asumidos ante Repsol y, posteriormente, con el Club de París” (Ámbito, 23/06). La patronal “argentina” sabe que depende del financiamiento del imperialismo para sobrevivir y por lo tanto apoya el giro y la capitulación del gobierno.
Unidos y Organizados trabaja para desmoralizar a la base kirchnerista y hacerles tragar el sapo del pago a los buitres
En este sentido, de cara a la base kirchnerista, se desarrolla una política de convencimiento para encolumnarse detrás de la orientación oficial. Página 12 muestra el trabajo de “contención” que están haciendo dentro de la militancia K: “Hay una demanda por parte de los más jóvenes, que ingresaron a la militancia sin experiencia en los últimos años y nunca habían pasado por un momento de tanta incertidumbre; por eso es necesario contenerlos, darles explicaciones, ayudarlos a procesar mejor la información”, explica un referente del kirchnerismo porteño. Por eso, algunos espacios están “trabajando” el tema “puertas adentro” (...) “Si Cristina dice que ahora negociamos, ésa es la línea”, advierten en Unidos y Organizados, aunque reconocen que hay algunos sectores de las bases que plantean protestas más airadas (23/06). Lejos de ser una fuerza anti-imperialista, lo que hacen es traducir la presión del imperialismo y justificar la entrega nacional. Si los militantes kirchneristas quieren defender a Argentina contra el imperialismo, tienen que romper con Unidos y Organizados, que se coloca como una traba para la lucha anti-imperialista.
La contradicción del gobierno, a su vez, no es solamente discursiva sino que estamos ante el fracaso terminal de la reestructuración de deuda del 2005 y 2010. Lo mismo con el pago de toda la deuda al FMI en 2006. Se trata del hundimiento de la supuesta política de “desendeudamiento”. Que el 1% pueda impugnar al 92% demuestra que el capital imperialista no admite margen de negociación. La única opción realista es confrontar y cortar de una buena vez la sangría nacional de una deuda impagable y cuyo orígen se remonta a la dictadura militar de Aramburu, es decir, la revolución fusiladora pro-imperialista, gorila y anti-popular.
Unidad nacional… para entregarle el país al imperialismo
Unidad nacional… para entregarle el país al imperialismo
La oposición al kirchnerismo, ha demostrado nuevamente su carácter totalmente trucho, apoyando la política de sujeción al imperialismo. La oposición, muy lejos de oponerse al gobierno, ha llamado a la unidad nacional para pagarles a los buitres. Massa reclamó “no carronear con esto” porque la oposición “no puede andar también como buitres viendo qué ventajas cortitas se pueden sacar” (Perfil, 19/06). Según él, la decisión de negociar emitida por Cristina “enmarca una decisión correcta” (minutouno.com, 21/06). Macri dijo que “hay que agotar las instancias de diálogo y negociación y llegar a una solución acordada que nos permita continuar con el camino que inició el Gobierno, que es ir regularizando los temas pendientes” mientras que Lousteau, en representación de todo su espacio, dijo que “UNEN fue el primer espacio en mandar una carta formal de apoyo -a la estrategia del gobierno-” (Diario Popular, 18/06). Macri sincera cual es el “camino que inició el gobierno” cuando agrega: “ahora hay que ir, sentarse en lo del juez Griesa y hacer lo que diga” (La Nación, 19/06).
El propio Duhalde saludó la actitud del gobierno de depositar los fondos y “elogió la actitud del arco político ante la delicada situación del país y consideró que el Gobierno ‘fue acompañado’ por la oposición: ‘Fue el primer acercamiento importante de todos los dirigentes en una causa que es nacional’” (27/06, Clarín).
Pagarles a los buitres lleva al default
La situación de la deuda externa ya tiene colocado al país contra las cuerdas, incluso antes del fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos. Sin tomar en cuenta el pago a los buitres y un nuevo pago que podría tener que hacerse a los hold-in, el cuadro es crítico. “El último dato oficial –septiembre de 2013– marca que la deuda pública interna y externa sumaba US$201.009 millones. De ahí es que se calcula que ahora ronda los US$250.000 millones, porque hay que sumar los intereses devengados desde entonces de bonos que capitalizan sus intereses, los US$6.500 millones emitidos por el arreglo con el Club de París, los US$3.700 millones adicionales al Club de París por los atrasos e intereses punitorios, lo que aún se adeuda del cupón PBI y los casi US$5.000 millones del acuerdo con Repsol por la estatización de YPF” (Clarín, 22/06). Se trata, además, de una deuda ilegítima, fraudulenta por haberse multiplicado con las dictaduras y con la estatización de deudas privadas, y que fue pagada varias veces. Con las reservas que hay hoy en el Banco Central, el Estado argentino solamente puede garantizar el pago de la deuda hasta cierta parte de 2016: concretamente, el total de los vencimientos de 2015 y el 66% de los vencimientos de 2016. Incluso las reservas del Central están sobrevaluadas. De los 28.000 millones, la mayoría son papeles o depósitos de los bancos. Descontando eso quedarían unos 10.500 millones. El Banco Central marcha a la quiebra y Argentina al default.
Es en este cuadro que hay que entender que sumarle el pago a los buitres, acelera esta tendencia. Lo que reclaman los buitres es 1.500 millones de dólares. Pero si lo logran, habilitan a los hold-outs (bonistas que quedaron fuera del canje) a reclamar 15.000 millones. Basados en la cláusula RUFO (derechos sobre futuras ofertas, por sus siglas en inglés), que vence en diciembre 2014, los bonistas que aceptaron el acuerdo, podrían iniciar demandas por 122.000 millones de dólares. Luego del fallo de la corte suprema estadounidense ratificando la decisión de Griesa de pagarles a los buitres, Standard & Poor’s, una de las principales calificadoras de riesgo a nivel internacional, bajó la calificación de la deuda argentina a CCC, un escalón arriba del default. Tras el fallo de la corte el blue se disparó y hoy la brecha entre el oficial y el paralelo es de casi 50%. Esta tendencia a la aceleración de la devaluación fogonea la inflación. La falta de dólares pronostica más despidos y suspensiones, en las ramas dependientes de la importación, como la industria automotriz. El pago a los buitres, acelera la tendencia inexorable al default, a la devaluación, la quiebra de las finanzas públicas y la crisis industrial.
La “Consulta Popular” que propone el Frente de Izquierda es distraccionista
Frente a esto, la política del Frente de Izquierda no abre un curso para una movilización popular. El PO y el PTS reclaman que se convoque una “consulta popular”. ¿Esperan que el gobierno la convoque? ¿Van a desarrollar una movilización reclamando la consulta? Este eje, metido por la ventana, corre la discusión al carácter “soberano” de la decisión, en vez de chocar de frente contra el pago de la deuda. ¿Acaso el carácter “no consulto” del pago moviliza más a los trabajadores que el rechazo a una deuda impagable? Dado que el Frente de Izquierda no propone ninguna campaña, ninguna actividad para desarrollar esta lucha, queda de manifiesto el carácter distraccionista de la propuesta de la “consulta”.
En lugar de intervenir en la crisis planteando la necesidad de no pagar, el Frente de Izquierda ha lanzado esta consigna que se trata de una posición que se abstiene de fijar posición en el debate real: si se paga o no se paga a los hold-in y a los hold-out, entre el 30 de junio y el 30 de julio.
Ante la re-emergencia de la cuestión de la deuda externa, se ha verificado lo que como TPR hace tiempo venimos denunciando: una poderosa tendencia de la izquierda anti-capitalista a capitular a posiciones que se oponen a la tradición revolucionaria y que son fruto de la adaptación al centro-izquierda. Nos referimos especialmente, al Partido Obrero, que se caracterizó históricamente por plantear el no pago de la toda la deuda externa, en oposición a todo el resto de la izquierda que levantaba las consignas de moratoria, suspensión o investigación. Sin embargo, Jorge Altamira y el XXII Congreso del PO cambió la línea al planteo filo-nacionalista de “investigar la deuda externa” (Prensa Obrera, 30/01). O sea, repetir el fraude de gobiernos como Correa que investigan… para terminar pagando.
Ya decíamos en 2010, frente al debate de la izquierda con Pino Solanas y un sector de la CTA que “la sola existencia de la investigación implica, necesariamente, el reconocimiento de que hay parte de la deuda que sí es legítima y que, por lo tanto, hay que pagarla” (FEL N°2, mayo 2010). Este planteo va en contra del propio punto 7 de la declaración programática del Frente de Izquierda del 2013 (“no al pago de la deuda externa”). Desde la TPR, queremos llamar fuertemente la atención sobre este punto porque se trata de una capitulación histórica que cuestiona fuertemente el carácter anti-imperialista de la izquierda argentina y abre la puerta al pasaje a posiciones ajenas a los intereses del país y los trabajadores. Nuestra política es la ruptura revolucionaria con el orden imperialista mundial y, por lo tanto, consideramos que la defensa de la intereses nacionales exige el no pago de toda la deuda.
Por su parte, el MAS llama a organizar una campaña y una movilización contra la deuda externa. Esto es correcto, pero lo limitan a la posibilidad que el FIT lo haga: “es la izquierda, el FIT y nuestro partido, el Nuevo MAS, los que tenemos que tomar esta bandera del no pago e impulsar una gran movilización nacional para imponerlo” (mas.org.ar, 26/06). Aunque en otros artículos llaman a “todos los sectores”, su verdadera política no pasa de ser un apéndice del FIT ya que no convocan a ninguna reunión o iniciativa y han rechazado las que les propusimos desde la TPR. SI el MAS quiere ser una alternativa a la izquierda del Frente de Izquierda, tiene que ponerse a la cabeza de esta campaña convocando a desarrollarla más allá de la parálisis del FIT.
¿Frente para pagar a lo Correa o frente para luchar por el no pago de la deuda externa?
En la legislatura porteña, frente a un pronunciamiento en apoyo a las negociaciones del gobierno con los buitres, además del Frente de Izquierda, el bloque Verde-Alameda (VA) y el MST votaron en contra. Bergel y Vera, del bloque VA han levantado el planteo de un “frente contra el saqueo de la deuda”, en el cual reivindican (al igual que el MST) la auditoría de la deuda y el pago a lo Correa (presidente de Ecuador). Por su parte, en una entrevista para ‘Lanata Sin Filtro’, en Radio Mitre, Claudio Lozano de la Unidad Popular (UP) planteó: "investigar la deuda pública en serio, estableciendo herramientas de legalidad y programar los pagos en relación a la proyección de crecimiento". Marea Popular se coloca en el mismo lugar cuando reclama la auditoría y saluda la experiencia de Ecuador. Es decir que da por sentado que debemos pagar, y además, busca crear la utopía de que el pago es compatible con el desarrollo nacional.
Esto se diferencia del inter-bloque FAP-UNEN-CCARI, quienes emitieron una declaración contra la política del gobierno respecto a los buitres: a ellos les respondemos que antes de decir algo, rompan con UNEN, porque a través de su vocero Lousteau, han apoyado la capitulación del gobierno. Ellos señalan que según el fallo Ballestero “más de la mitad de la deuda es fraudulenta”, denuncian que “se siguió un camino inverso al de la decisión tomada por el presidente Rafael Correa de Ecuador”, pero aclaran “las deudas legítimas siempre deben ser honradas” (www.infosur.info, 19/06). Los firmantes de la misma incluyen a Jaime Linares (GEN), Rubén Giustiniani (PS), Pino Solanas (Proyecto Sur), Magdalena Odarda (FP-CC-ARI), Norma Morandini y Luis Juez (Frente Cívico). Este último sin embargo, se encuentra tramitando un acuerdo con Macri en Córdoba, que se encuentra bastante lejos de querer “investigar” la deuda externa.
Desde la TPR saludamos que Verde-Alameda, el MST y la UP se coloquen contra este pacto anti-nacional junto al FIT, el MAS y la TPR. Sin embargo, advertimos que su política lleva a pagar de una u otra forma. Si este espacio verdaderamente plantea confrontar con el gobierno frente al pago a los buitres, entonces los llamamos a que se pongan en la calle a luchar. Su planteo de “auditoría”, “consulta popular” y “no pago de la parte ilegítima” sólo puede ser progresivo si se pone al servicio de luchar contra el pago que está haciendo el gobierno efectivamente hoy. Por eso decimos: para discutir la salida primero pongamos en la calle el rechazo al pacto anti-nacional de los principales partidos del país.
Ni un dólar para la deuda. Control de cambios y nacionalización del comercio exterior, la banca, las mineras, las petroleras y los pooles sojeros bajo control obrero.
El plan que propone el gobierno, si le sale como ellos esperan, sería reeditar el “blindaje” aliancista. A través de sucesivas humillaciones, los K pretenden lograr el financiamiento externo para refinanciar las deudas anteriores. O sea, aumentar el volumen de la deuda externa y reforzar la sujeción al imperialismo. A eso es a lo que apuestan los K. Es por esto que la única salida frente a la cuestión de la deuda pasa por rechazar la pesada cadena e impulsar una ruptura con el orden imperialista que a través de la misma oprime a los países como Argentina. Tenemos que impulsar el no pago de la deuda, suspender inmediatamente los pagos. Pero esto no alcanza; hay que acompañarlo de un plan económico de conjunto. Hay que confiscar al gran capital que comercia con dólares para que no las fuguen al exterior y capitalizar el país. La única solución pasa por patear el tablero y abrir un curso anti-imperialista, colocando el ahorro y la riqueza nacional al servicio del desarrollo económico del país. Como decimos más arriba, cualquier otra opción conduce al país a la bancarrota.
Es por eso que es necesario desarrollar una agitación de cara a los trabajadores para mostrar claramente cómo la política del gobierno lleva a la bancarrota, a los despidos, al aumento de la inflación y devaluación y sólo una orientación anti-imperialista puede sacar al país de esta situación. Por eso, desde la TPR planteamos que el problema no puede reducirse a pagar o no pagar porque una suspensión de pago si no va acompañado de medidas de transformación social del país implica condiciones más gravosas para los trabajadores. Es necesario avanzar en el control de cambios y la nacionalización del comercio exterior, la banca, las mineras, las petroleras y los pooles sojeros como parte de una transformación del país bajo la dirección de la clase obrera.
Vamos por un Frente Único por el No Pago de la deuda externa
Con esta orientación, desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR) estamos desarrollando una campaña en Capital Federal, Zona Norte de la provincia de Buenos Aires y Córdoba por NI UN DÓLAR PARA LA DEUDA EXTERNA. Estamos desarrollando pintadas, afichadas y pondremos en pie un acto con esta consigna. Desde este lugar, es que impulsamos la propuesta de constituir un Frente Único por el No Pago de la Deuda para desarrollar una gran campaña anti-imperialista de la izquierda y los trabajadores. No podemos dejar de ver que las organizaciones kirchneristas han tomado la iniciativa y desarrollan una actividad de agitación contra los buitres que es totalmente limitada y que encubre la política del gobierno.
En este sentido los kirchneristas están discutiendo la convocatoria a un acto para el 9 de julio. Se trata de una impostura. Al igual que hicimos el último 25 de mayo, desde la TPR convocamos a un acto anti-imperialista contra el acto oficialista que celebrará la negociación con los buitres y el apoyo de la oposición pro-imperialista. Hacemos esta convocatoria a todas las organizaciones populares y de la izquierda. Advertimos que la CTA-Micheli está discutiendo la posibilidad de convocar una campaña contra los fondos buitres pero subordinan cualquier movilización a los acuerdos con Moyano. Esto cuando la burocracia cegetista ya se pronunció por medio de Pablo Moyano a favor del pago a los buitres. Se trata de una orientación paralizante y capituladora. Llamamos a romper cualquier lazo con el imperialismo y el próximo 9 de julio ganar las calles contra esta entregada anti-nacional.
La importancia de que las centrales obreras y la izquierda se movilicen cobra más fuerza cuando se comprende que lucha por las reivindicaciones obreras está estrictamente ligada a la lucha contra la deuda externa, ya que el vaciamiento estatal y el pago de la deuda son la base sobre la que se monta el ajuste y la devaluación. La política del gobierno acelera el Rodrigazo que están imponiendo Cristina y Kicillof. Es nuestra tarea denunciar la política de los K y mostrar cómo defender los intereses de los trabajadores es no pagar la deuda y confiscar a los grandes capitales que comercian con divisa extranjera. De esta manera, generar las condiciones para abrir curso a una lucha que termine con la opresión que significa la deuda externa argentina.
Muy buen articulo compañero
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