Frente de izquierda: ASÍ NO
No es un frente, es un pacto contra el Partido Obrero
¡Derogación ya de la reforma proscriptiva de Cristina y la oposición patronal!
¡Defendamos los derechos políticos de la izquierda, los trabajadores y el pueblo!
¡Defendamos los derechos políticos de la izquierda, los trabajadores y el pueblo!
Hacé clic en "Seguir leyendo" para ver el texto
Carta abierta de la TPR al XX Congreso del PO
Frente de Izquierda:
ASÍ NO
No es un frente, es un pacto contra el Partido Obrero
¡Derogación ya de la reforma proscriptiva de Cristina y la oposición patronal!
¡Defendamos los derechos políticos de la izquierda, los trabajadores y el pueblo!
“DE NINGUNA MANERA, promovemos, sostenemos o apoyaríamos listas obreras sindicales “apoyadas” por los partidos de izquierda (en relación al planteo faccioso del PTS de subordinarse a las supuestas “candidaturas obreras” de Zanón… que nadie votó en Zanón, nota nuestra). DE NINGUNA MANERA. Equivale a retroceder del socialismo al sindicalismo; de la política revolucionaria al oportunismo (reivindicaciones de sector, no históricas), del programa al movimientismo. Sería la peor forma de frente de izquierda, pues además de ser un acuerdo sin principios, lo camufla. Convertiríamos al Partido Obrero en el vientre alquilado para desarrollar a un monstruo.”
Jorge Altamira, Boletín Interno Nº 1 al XVII Congreso del PO, 25 de Enero de 2007
Por primera vez en toda su historia, el Partido Obrero ha aceptado conformar un frente electoral con el PTS. Luego de más de dos décadas de su fundación (1988), el PTS ha logrado su ansiado frente con el PO. Los hijos de Moreno y del MAS están de fiesta. El Comité Central del PO, según parece, también.
Como si esto fuera poco, el PTS también se anotó el “enorme triunfo político”, como destacan ellos (o la “enorme concesión” como le dice el PO, para el caso es lo mismo) de lograr que una agrupación del PTS (y no una asamblea de Zanón) defina el orden de las candidaturas en la provincia de Neuquén (dejando al PO en el último lugar) e incluso le imponga su impronta sindical al presentarla como “la lista de los ceramistas” (¡cuando los propios ceramistas no votaron nada!). Impresionante.
Es decir, que el Frente de Izquierda en Neuquén no es un frente ENTRE los partidos de izquierda sino un frente que expresa la disolución política de esos mismos partidos detrás de una agrupación sindical “orientada” por el PTS. Un absurdo total que sólo podría entrar en la cabeza de un democratizante anti-partido (o sea, del propio PTS).
Bueno, ese mismo “absurdo” es hoy una realidad con el acuerdo del Comité Central del PO (¡Gran triunfo político del PTS! ¡Lograron convencer al PO de que se auto-disuelva!).
Si a esto le sumamos a Izquierda Socialista-MST 2 (con quien ya tuvo lugar un frente en Córdoba en las elecciones de 2007) y que la situación con el MAS todavía está por verse, esto significa que para el 2011 el PO ha cerrado un frente con las principales expresiones del morenismo.
Con este método, entonces, pretende intervenir el Comité Central del PO ante la bancarrota capitalista, la revolución árabe y la etapa final de los Kirchner: “la unidad de la izquierda”.
Con este método, entonces, pretende intervenir el Comité Central del PO ante la bancarrota capitalista, la revolución árabe y la etapa final de los Kirchner: “la unidad de la izquierda”.
LA “UNIDAD DE LA IZQUIERDA”: UNA CUESTIÓN DE MÉTODO
Para muchos este frente con el morenismo fue una novedad ya que, según un prejuicio democratizante y despolitizado (difundido ampliamente por morenistas, foquistas, maoístas y stalinistas por igual) el PO “siempre fue sectario”.
Los partidos que repiten esto como loros desconocen deliberadamente (es decir, ocultan y encubren) que, en prácticamente todas las elecciones en las que se presentó (sino acaso en todas), el Partido Obrero siempre se caracterizó a lo largo de toda su historia por desarrollar un planteo frentista y de clarificación política de cara a toda la izquierda argentina y los luchadores.
Basta con recordar el planteo del “Frente de Izquierda” en las elecciones de 1983 (la primera elección del “partido obrero independiente”), mientras el PC llamó a votar Luder-Iglesias (peronismo) y el MAS se oponía al frente después de haber pretendido entrar a la Multipartidaria de la “dicta-blanda” (frente de partidos que negociaban con la dictadura el retorno de la democracia) y de haber planteado la formación de un PS con Bravo y Polino. Lo mismo vale para la lucha por la formación de un “verdadero Frente de Trabajadores” en oposición al planteo peronista y democratizante del Frente del Pueblo o FREPU (MAS-PC) en 1985 o el debate por el “Frente de Izquierda real” y un “Congreso de Trabajadores” frente a la formación de Izquierda Unida (Vicente-Zamora) en 1989 donde se vuelven a juntar el MAS y el PC. “Unidad de la izquierda” muy singular por cierto, ya que se hizo sin sacar ningún tipo de balance de nada y dejando de lado las “diferencias” por firmar las Actas Democráticas (impunidad para los milicos y todo el aparato represivo de la dictadura) ante el levantamiento militar de Semana Santa de 1987, defendiendo la teoría de los dos demonios frente a la masacre de La Tablada y firmando las famosas “actas reservadas” con las cuales ambos partidos se “reservaban el derecho” (o el derechismo) de poder votar a Menem en el Colegio Electoral (¡qué gran ejemplo de unidad!).
Sin ir más lejos, ¿acaso la gorila y pro-imperialista “Unión Democrática” no fue “la unidad de la izquierda con el progresismo nacional” (el PS y el PC con la UCR y el Partido Demócrata Progresista)? De eso estamos hablando: ¡De la “unidad de la izquierda” para apoyar los golpes militares a Yrigoyen y a Perón! ‘¡Esa es la famosa “unidad de la izquierda” en Argentina!
Como se ve, el planteo de la “unidad de la izquierda” como un valor en sí mismo (es decir, por fuera de una intervención revolucionaria en la lucha de clases) lo que en realidad encubre es una maniobra para contrabandear este balance histórico: el apoyo a la participación activa del PC y el PS en prácticamente todos los golpes militares que hubo en este país y el apoyo a los pactos espurios entre el morenismo y el stalinismo en defensa de un planteo democratizante y peronista. Punto. Nada más.
Por lo tanto, la supuesta “madurez” de “militar por la unidad de la izquierda” lo que en realidad encubre es el matrimonio político entre el PC y el PS primero, entre el PC y el MAS luego, entre el PC y el MST después y, hoy en día, entre el MST y el mao-stalinismo del PCR atrás del radical-peronista-frepasista de Pino Solanas. E, incluso, a través de Pino con la Coalición Cívica, el Partido Socialista, el GEN y, quién sabe si en primera o segunda vuelta, el Peronismo Federal y el propio Macri. O sea que es un despelote bárbaro que, más tarde o más temprano, indefectiblemente te lleva detrás de uno u otro bando capitalista.
Sin embargo, esto no significa que entonces el Partido Obrero tampoco haya hecho nunca un frente con la “izquierda” en general o con el morenismo, en particular. Por el contrario, hay dos casos emblemáticos de unidad revolucionaria de la izquierda: el frente de 1994 (Frente de Izquierda Socialista - constituido por el PO, el MAS y el MST), contra la reforma constitucional de Menem y el frente entre el PO y el MAS en 2001, como expresión revolucionaria del Argentinazo en delimitación política directa con Izquierda Unida (PC-MST) y su política anti-piquetera y democratizante.
Por todo esto, desde la TPR advertimos que la “unidad de la izquierda” puede expresar tanto un frente único de lucha como su contrario, es decir, la disolución detrás de la democracia y el peronismo. Puede ser el “santo y seña” del oportunismo más derechista, anti-obrero y pro-imperialista o una herramienta para la intervención revolucionaria de los explotados, es decir, un frente único de los luchadores. El problema es una cuestión de método.
¿POR QUÉ EL PO HIZO UN FRENTE DE IZQUIERDA EN EL ’94 Y EN EL 2001?
¿QUÉ LO DIFERENCIABA DEL FREPU O DE IZQUIERDA UNIDA?
El propio Altamira lo explica muy sencillo.
En relación al frente de 1994 dice: “Cualesquiera sean las divergencias que existan entre los partidos que se presentan a estas elecciones, todos ellos concurren para reformar la Constitución Nacional. El Frente de Izquierda Socialista y el Partido Obrero, en cambio, no concurren a reformar la Constitución Nacional; concurrimos a quebrar el intento de la burguesía de atacar al movimiento obrero y nuestro propósito es hacer fracasar, hacer naufragar y de ser posible quebrar a la Constituyente reaccionaria”. (PO Nº 414, 24/3/1994, “Luchamos por el fracaso de la Constituyente reaccionaria”, discurso de Jorge Altamira). Y “Lo importante es que el FIS admite que la reforma es reaccionaria y que la constituyente es reaccionaria, y que se trata de una conspiración política de la burguesía contra los derechos democráticos del pueblo. El PO lo dice abiertamente dentro de la campaña del FIS. Y esto ya le da una función progresista en el panorama político. Es a partir de aquí que debemos ver las limitaciones del FIS. Si no tuviera esta función progresista no se justificaría su formación.” (PO Nº 415, 05/04/1994, “El Frente Grande y el FIS”, entrevista realizada a Jorge Altamira). Por eso, remata diciendo “es un frente que está concebido en términos puramente electorales. Al desaparecer la elección, el frente pierde su razón”.
A su vez, en relación al frente de 2001 plantea: “En estas condiciones se realizarán las próximas elecciones de octubre, intervención en las mismas que más que nunca debe ser considerada como un punto de apoyo auxiliar a la actividad central: el desarrollo de la movilización extraparlamentaria de las masas. (…) frente a la creciente movilización obrera, popular y al protagonismo histórico de los trabajadores piqueteros; frente a todo esto planteamos que a los De la Rúa y Cavallo, y los Ruckauf y De la Sota hay que echarlos y que el poder debe pasar a manos de los trabajadores, de sus expresiones de coordinación, plenarios y asambleas populares que comienzan a surgir desde abajo, desde la democracia directa de los explotados. La campaña electoral de la izquierda revolucionaria debe estar al servicio de esta estrategia. La realización real y efectiva de las reivindicaciones del no pago de la deuda externa; la nacionalización y/o expropiación de los bancos y de las AFJP bajo control obrero; un impuesto extraordinario a los grandes patrimonios y fortunas acumulados mediante la expropiación al pueblo; de un salario mínimo equivalente al costo de la canasta familiar; del reparto de las horas de trabajo sin rebaja del salario para acabar con la desocupación; este programa es incompatible con el régimen capitalista político actual y exige un gobierno de los trabajadores y el socialismo. En esta perspectiva planteamos la lucha por la Unidad Socialista de América Latina. Este es el mensaje que debemos llevar en nuestra actividad cotidiana y durante la campaña electoral de los trabajadores.” (PO Nº 717, 15/08/2001, “Acta acuerdo entre el PO y el MAS”).
Como se ve, se trata de un método político coherente. En 1994 se arma un frente para “hacer fracasar, hacer naufragar y de ser posible quebrar a la Constituyente reaccionaria” y nada más. Su consigna era: “organicemos la rebelión popular” para derrotar la reforma y, sin embargo, era un frente restringido a ese punto y que no tenía otra función que esa. Y, en 2001, el frente se plantea como expresión de un frente único obrero y piquetero que señala, con toda claridad, que se trata de una experiencia unitaria que se delimita de la izquierda democratizante (IU) con el objetivo de canalizar el accionar histórico independiente de las masas que abrió una auténtica situación revolucionaria en nuestro país: el Argentinazo. Por lo tanto, el método del Partido Obrero es claro.
En la misma línea, señalaba en 1991: “La propuesta de un frente tiene que materializarse, por un lado, en reivindicaciones sentidas por las masas que actúan, y por el otro lado en la sistemática explotación de circunstancias de crisis nacionales o de luchas. Tiene que tener un carácter de lucha, no electorero; servir para que las masas creen organizaciones de combate supra-partidarias, no para que sigan enchalecadas por sus aparatos. La consigna de la unidad frentista debe ser la fórmula de la lucha por la unidad de los explotados como clase; las formas más altas de frente único son los Consejos de delegados de obreros y trabajadores, incluidas sus organizaciones políticas. Esta política frentista destruye la política stalinista de congelamiento de la lucha de clases por los aparatos y la política clerical de conciliación de clases, no es de ningún modo una adaptación a ellas.” (PO Nº 335, 11/07/1991, “Izquierda en picada libre: la Conferencia del Mas parió un ratón”).
Así lo hizo en 1994 (“sistemática explotación de circunstancias de crisis nacionales o de luchas”, la lucha contra la reforma menemista) y en 2001 (“creen organizaciones de combate supra-partidarias” y “la unidad frentista debe ser la fórmula de la lucha por la unidad de los explotados como clase; las formas más altas de frente único son los Consejos de delegados de obreros y trabajadores, incluidas sus organizaciones políticas”, es decir, la Asamblea Piquetera Nacional de Junio y Septiembre de 2001 y, posteriormente, las Asambleas Nacionales de Trabajadores Ocupados y Desocupados, las ANT).
El método del Partido Obrero, por lo tanto, ha sido exactamente el mismo en más de 35 años de democracia argentina: “debe servir para la organización de las grandes masas en la lucha de clases cotidiana, debe apoyarse en la movilización de ellas, debe subordinar la lucha que hay que dar en el terreno de la burguesía (elecciones, parlamento) a la acción propia y directa de las masas, y debe propugnar, no la gestión ‘izquierdista’ del capitalismo, sino la toma del poder por la clase obrera y los trabajadores y la superación del capitalismo” (PO N° 109, 15/08/1985, “Después del Luna: continúa la lucha por el Frente Antiimperialista de la Izquierda”).
¿con qué método, para qué y para quién se hizo este frente de izquierda? UN FRENTE PARA LOS ANTI-CAPITALISTAS, LOS CLASISTAS Y EL PROGRESISMO NACIONAL
Pasando en limpio, entonces, el método político que el PO ha utilizado a lo largo de su historia para constituir un Frente de Izquierda en las elecciones podría resumirse en 5 puntos: 1. Si se produce algún hecho extra-ordinario que amerite unificarse, aunque sea sólo por eso punto, para derrotarlo (léase Constituyente reaccionaria del ‘94). 2. Si el método para intervenir es impulsar la movilización extra-parlamentaria y la acción directa (léase organicemos una rebelión popular). 3. Si el programa común al que se suscribe es producto de la deliberación obrera, de una clarificación política de los acuerdos y diferencias entre las distintas tendencias que lo componen y de un trabajo de frente único creando organizaciones supra-partidarias (léase Congreso de Trabajadores y asambleas piqueteras). 4. Si hay algún movimiento de lucha o alguna reivindicación que establezca la delimitación política del conjunto de las fuerzas y le aporte su propia fisonomía política revolucionaria (léase movimiento piquetero y Argentinazo). 5. Y, en todos los casos, la razón fundamental por la cual se presenta un socialista a elecciones: que se oponga la lucha revolucionaria por un gobierno de los trabajadores y el derrocamiento del capital a la “gestión izquierdista del capitalismo” que propone la izquierda parlamentaria y democratizante.
Plantear la cuestión de esta forma tiene su valor porque, naturalmente, no se trata de “completar” como si fuera un recetario (ya que se pueden tener en cuenta más o menos variables considerando cada caso) sino que su importancia reside en lograr una aproximación a un método y a un programa para establecer diferencias, similitudes y una pauta de conducta. En resumen: 1. Definir cuál es el método histórico del PO. 2. Si se está utilizando o no ese método en estas elecciones 3. Si ese método no se está usando, analizar si es útil o no en este caso y qué método se está usando ahora.
En este sentido, cabe preguntarse ¿por qué y para quién hicieron este frente? En relación a esta pregunta tanto Pitrola como Jure arrancaron sus respectivas conferencias de prensa diciendo más o menos lo mismo: “Los trabajadores y los luchadores nos han mandatado a constituir un Frente de Izquierda en Argentina” (Néstor Pitrola, Conferencia de presentación del Frente de Izquierda). Más directa, en la Conferencia de Neuquén Jure dijo: “Hemos recogido un mandato y un reclamo de las compañeras y compañeros que planteaban la necesidad de la unidad de la izquierda”. (o sea, por la “presión de las bases” el PO le terminó dando la razón al morenismo, nota nuestra)
Desde la TPR nos preguntamos: ¿Es cierto esto? ¿De dónde sacaron ese “mandato”? En todo caso, ¿a qué se supone que “mandataron” los trabajadores? ¿”a la unidad de la izquierda para derrotar el bipartidismo”, a la “coalición anti-capitalista” o a “un Frente 100% de Izquierda, real y en la claridad”? Parece que sería para las tres cosas a la vez y, por eso, tendríamos este Frente de Izquierda hecho “a medida” y “para todos los gustos”.
Por un lado, afirman que el frente está dirigido a “los trabajadores y los estudiantes anti-capitalistas” (La Nación, 15/04/11), o sea, la famosa coalición anti-capitalista. Por el otro dicen que “la izquierda recoge el mandato de los trabajadores que luchan para presentar un bloque único clasista y quebrar la proscripción electoral que entraña la llamada ‘reforma política’ (PO Nº 1172, 14/04/11, Declaración común del Frente de Izquierda), de lo que se debería tratar un verdadero Frente de Izquierda. Y, por último, la declaración concluye diciendo que convocan “a los sectores progresistas a abandonar el proyecto seguidista de la centroizquierda y contribuir al desarrollo del Frente de Izquierda, el frente de los trabajadores” (íbid), o sea que se presentan como un frente para el progresismo “consecuente”. Como se ve, se dirigen a tres sectores diferenciados buscando agrupar a los tres al mismo tiempo: a los anti-capitalistas, a los trabajadores clasistas que enfrentan la proscripción y al progresismo “consecuente” que no quiere ser colectora de los K o la derecha sojera.
Este ángulo del Frente de Izquierda (y centro-izquierda consecuente, agregamos nosotros) no es nada inocente sino que está completamente teorizado. De hecho, en el artículo titulado “Novedades del barullo político” (PO Nº 1172, 14/04/11) se plantea explícitamente que si Pino se baja de la elección presidencial “un escenario como el descrito resultaría excelente” dado que el Frente de Izquierda “podría penetrar con fuerza en la masa del progresismo nacional” (¡!).
Por eso, en el último párrafo de la declaración, concluye llamando a los sectores progresistas y “a los trabajadores, a las corrientes de izquierda y a todos los luchadores a integrarse y sumar su apoyo al Frente, para que la clase obrera no sea “colectora de nadie”, sino dueña de ella misma”. Es decir, que el Frente de Izquierda claramente asimila la idea de la independencia de clase (ser dueña de sí misma) a poner en pie una alternativa electoral contra el bi-partidismo en Argentina (no ser colectora de nadie). Eso, justamente, es asimilar el método revolucionario del PO al método burgués y reformista del FREPU.
¿QUIÉN PENETRA A QUIÉN?
¿EL FRENTE DE IZQUIERDA A LA MASA PROGRESISTA O AL REVÉS?
Los alcances liquidacionistas de querer agrupar a clasistas, anti-capitalistas y progresistas en el mismo Frente de Izquierda (y centro-izquierda consecuente) al mismo tiempo son incalculables.
Veamos un solo ejemplo: en sus 10 puntos (y en toda la declaración) el Frente de Izquierda no hace alusión a la consigna por definición del anti-capitalismo “Que la crisis la paguen los capitalistas”. ¡Extraño Frente de Izquierda el que se opone al capital y no plantea que hay una crisis y que esa crisis deben pagarla los capitalistas! Como se ve, el anti-capitalista consecuente no podría votar al Frente.
¿Es una casualidad que esa consigna no figure? ¿Se la olvidaron? Nadie puede ser tan ingenuo si recuerda que en la última elección tanto el PO como el FITAS (PTS-IS-MAS) levantaron ese planteo. Evidentemente, se debe a dos razones: 1. El anti-catastrofismo grosero del PTS y el MAS que hoy plantean explícitamente que “la crisis no llegó a la Argentina” y que “estamos en años de bonanza económica”. 2. A que, obviamente, consignas de ese tipo repelerían (o forzarían a una gran definición) al dichoso “progresismo nacional”.
De esta forma con el Frente de Izquierda, en realidad, nos encontramos ante una “coalición anti-capitalista” al mejor estilo NPA: una anti-capitalismo que no plantea “que la crisis la paguen los capitalistas” y, obviamente, tampoco dice “que gobiernen los trabajadores” cuando, paradójicamente, se trataría de un frente entre “partidos trotskistas” que se reivindican de la IV Internacional. O sea, un mamarracho bárbaro. El Frente, por lo tanto, tiene el programa bajo la alfombra y las banderas en alto contra el bipartidismo “patronal”.
¿Qué opinaba el Partido Obrero de “la lucha contra el bipartidismo”? Según dice la propia Prensa Obrera “El FP insiste en un anterior planteo de combatir el “bipartidismo” pues ve en la alternancia radical-peronista el mecanismo de dominación política que intentaría armar el imperialismo. Otra vez salta a la vista que se pretende un frente concebido en términos electorales, cuyo resultado sería la creación de un sistema político tripartito. Este régimen, con todo, será tan burgués, anti-popular, engañoso y seudo-democrático como el actual y bien podría servir al propio imperialismo (…) Un frente de este tipo debe ser combatido (negritas nuestras). Entendemos que la función positiva y revolucionaria de un frente es la de minar la autoridad de los partidos patronales sobre las masas, y de ese modo, su monopolio político. Este trabajo no puede ser entendido de otra manera que como preparatorio de la revolución dirigida por la clase obrera. Una estrategia de modificaciones parlamentarias al régimen actual es un freno a la organización independiente de los trabajadores y a su acción directa” (PO Nº 168, 14/01/87).
Sin ningún tipo de vueltas, el PO salía con los tapones de punta contra el engendro democratizante del PC y el MAS. La lucha contra el bipartidismo, por lo tanto, significa: 1. Que el frente se reduce a un planteo electoral y no plantea una intervención revolucionaria en la lucha de clases. 2. Que propone un tri-partidismo igual de burgués, anti-popular, engañoso y seudo-democrático 3. Que se reduce a una estrategia de modificaciones parlamentarias al régimen actual.
¿Se aplica esto al Frente de Izquierda? Preguntémoselo a la compañera Patricia Jure. En su editorial de la PO Nº 1172 del 14/04/2011 titulada “El caso Neuquén en el frente nacional”, dice textualmente:
“El Frente de Izquierda y de los Trabajadores es una coalición electoral de la izquierda, que deberá desarrollarse mediante un vínculo mayor con las luchas y rebeldías de los trabajadores, para que la escenificación electoral montada desde el Estado sea desplazada por una intensa lucha de clases.”
O sea que del “frente único de lucha” y la “creación de organización supra-partidarias que impulsen la acción directa” no hay absolutamente nada, el carácter electoral del frente es manifiesto. Solamente plantea generar “comités de base” para “apoyar al frente”, es decir, como prolongación de la lucha electoral y no para traducir esa misma lucha en el terreno de la acción directa. De hecho, plantea que el frente “deberá tener un vínculo mayor con las luchas y rebeldías de los trabajadores” lo cual ya de por si delata que su vínculo es una cuestión subordinada al carácter electoral del mismo y que su vinculación eventual con las luchas se plantea sólo como una posibilidad. Lo que define a este frente, entonces, no es impulsar las luchas sino ser “la representación electoral” de las mismas lo cual constituye, en sí mismo, una definición de los métodos democratizantes del mismo.
Por eso, justamente, el punto que plantea “por el socialismo internacional” no es más que un saludo a la bandera si no va a acompañado de un planteo concreto de movilización extra-parlamentaria levantando los planteos antes mencionados. O sino, desde la TPR nos preguntamos, ¿qué clase de “socialismo internacional” pretenden construir el PO, el PTS e IS si no se logra, como condición previa, “que la crisis la paguen los capitalistas” y que “gobiernen los trabajadores”? Esto no es menor porque no plantear la cuestión del poder ni los métodos a través de los cuales pretenden llevar adelante el “programa de urgencia” tipifica todo un planteo democratizante.
Qué lejos que estamos del Partido Obrero que planteaba: “Por eso, en este acto del PO, reafirmamos como la consigna más concreta, como la consigna más fundamental, como la consigna con más contenido y realidad, la consigna del derrocamiento de la burguesía y por un gobierno de los trabajadores”. (PO Nº 224, 04/05/1988, “Acto del 1º de mayo: Extractos del discurso de Jorge Altamira”). ¿No era una abstracción? ¿No era que la clase obrera no lo iba a entender? Si era tan concreta, real y fundamental la consigna, ¿por qué no está en el programa del frente? ¿Acaso en el ’88 “estaba planteado” y ahora no? Evidentemente, lo que cambió fue el Partido Obrero.
De ahí que en vez de dirigirse a las comisiones internas y cuerpos de delegados combativos, a las asambleas populares, a las organizaciones piqueteras, a los centros de estudiantes y federaciones universitarias para unificarlas y proyectarlas sobre la situación política, el Frente de Izquierda nació de un pacto con la marca de los morenistas del PTS e IS, cuya adaptación a la pequeño-burguesía democratizante es parte orgánica y constitutiva de su programa. O sea que el Frente de Izquierda busca ser un progresismo “independiente” o “de izquierda”, (teóricamente) distinto de un progresismo “seguidista” o “integrado”: sería el viejo planteo del MST aplicado de forma ”consecuente”. El desbarranque político del MST no habría sido, por lo tanto, romper con el socialismo y la dictadura del proletariado para limitarse a un programa “progresista”, sino tan sólo ser “seguidista” respecto de Pino –como si una cosa no fuera consecuencia de la otra. Las preocupaciones electorales de este tipo están en las antípodas del trotskismo y no tienen nada que ver con la historia del PO, que se destacó por defender en 2005 la política del “Frente 100% de Izquierda”.
Por eso ahora el PO empieza a insinuar que reivindica la crítica ‘progresista’ al sistema político argentino por bipartidista, una concesión total al democratismo pequeñoburgués de la centroizquierda.
Lo que aquí el PO insinúa es lo que dice sin tapujos el PTS: “Si, como todo indica, Pino va como candidato a jefe de gobierno porteño, estaría convirtiéndose en ofrenda para el bipartidismo que tanto dice despreciar. (…) El cineasta insiste que la UCR es su límite, pero por más que Pino hable contra el bipartidismo en realidad aspira confluir con uno de sus componentes secundarios” (La Verdad Obrera, 15/04/11).
Por más que lo nieguen y lo intenten ocultar, los seguidores de Emilio Albamonte y Christian Castillo son morenistas incurables. Lejos de pretender señalar el carácter podridamente capitalista del actual régimen político, que no se solucionan con el planteo democratizante de “combatir el bipartidismo”, la crítica del PTS a Pino apunta a defender una típica tesis morenista, según lo cual habría que transformar a la izquierda en la versión consecuente “anti-bipartidista” y así ocupar el “espacio” que estaría dejando vacío la centroizquierda.
Este tipo de elucubraciones democratizantes y reaccionarias no son nada nuevo: ya fueron demolidas políticamente por el propio Jorge Altamira cuando el PO enfrentó el programa del Frente del Pueblo (Frepu o FP), conformado por el PC y el viejo MAS. Lo lamentable es que después de 45 años de lucha tenaz contra esta corriente centrista, ahora el PO decida ceder a esta tesis morenista y la empiece a hacer suya centrando sus preocupaciones en “penetrar con fuerza en la masa del progresismo nacional”.
¿este frente SE HIZO contra LA REFORMA PROSCRIPTIVA, COMO se hizo en el ‘94 CONTRA LA CONSTITUYENTE REACCIONARIA?
UN FRENTE QUE QUIERE DEROGAR LA REFORMA PROSCRIPTIVA… PERO NO LO PLANTEA EN NINGUNO DE SUS 10 PUNTOS.
Por lo tanto, en el intento de querer abarcar al “progresismo nacional” y a los “trabajadores y estudiantes anti-capitalistas” en el mismo frente queda claro que decidieron bajar el programa. Veamos ahora, el bloque clasista contra la proscripción.
En la Prensa Obrera (Nº 1172, 14/04/11) se anuncia la conformación del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). La declaración que presenta al Frente, allí reproducida y firmada por los tres partidos, explica que el “bloque único clasista” sería para “quebrar la proscripción electoral”. Uno supone, por lo tanto, que el primer punto concreto de los 10 puntos que integran el “programa de urgencia” del Frente será la derogación de la reforma política. Sin embargo, ¡no forma parte en absoluto de los puntos concretos del programa! ¡Es una truchada total!
Uno podría decir, para tratar de encontrarle algún sentido a la declaración, que la omisión se debe al carácter “urgente” del programa. Sin embargo, ninguna “urgencia” podría implicar la omisión de una consigna que expresa el supuesto “objetivo central” del Frente de Izquierda. Admitamos que no ponerlo es, por lo menos, un “fallido” por demás sugerente. Pero supongamos, de todas formas, que esto es así. Que no esté entre los 10 puntos no expresa nada. Fue tan sólo un olvido. Sin embargo, ya ha pasado más de una semana desde la presentación del Frente, y ninguno de los tres partidos que lo integran se ha percatado de la omisión y propuesto sumarlo como planteo central. Esto nos plantea la conclusión, por lo tanto, de que se trata de un error sintomático.
UN FRENTE QUE NO LUCHA PARA DEROGAR LA PROSCRIPCIÓN SINO PARA PODER PRESENTARSE A LAS ELECCIONES A PESAR DE ELLA
Esto es muy importante porque reproduce, entonces, el método de “ser la representación electoral” de las luchas en lugar de impulsar las luchas mismas. Una suerte de “sustituismo” que retrata el carácter conservador de un planteo reducido estrictamente a lo electoral. No se trata, entonces, de una casualidad sino que es una constante.
De hecho, el Frente no ha impulsado una lucha para derogar la reforma hasta el momento ni tampoco se proponen hacerlo de ahora en adelante. Ni juntos ni por separado, ninguno de los tres partidos desarrollaron una campaña para que la clase obrera y los explotados tomen en sus manos la tarea de quebrar la reforma proscriptiva e, insistimos, son corrientes que tienen implantación en la clase obrera y tienen posiciones conquistadas en sus organismos de lucha. Sin ir más lejos, ¿qué hizo la AGD contra la reforma proscriptiva? ¿Qué hizo la FUBA? ¿Qué hizo Kraft? ¿Qué hizo Pepsico? ¿Qué hizo la oposición clasista del Subte? ¿Qué hizo el Polo Obrero? Y así sigue la lista. No hubo absolutamente ningún tipo de acción callejera.
Luchar para quebrar la proscripción política a la izquierda y los luchadores necesariamente implica desarrollar la acción directa de los trabajadores contra la democracia en defensa de los derechos políticos del pueblo y los explotados. Precisamente por eso, desde la TPR proponemos convocar marchas, actos, piquetes y paros para pelear por la derogación.
Muy por el contrario, el Frente presenta el intento de superar el 1,5% en las internas y el 3% en las presidenciales como la lucha para quebrar la proscripción.
Textualmente, Christian Castillo, del PTS, afirmó en la Conferencia de Prensa de presentación del Frente que la tarea es “quebrar la barrera del 1,5% y la política proscriptiva del gobierno para que haya candidaturas de izquierda en estas elecciones”. Clarísimo. En vez de luchar para derogar la reforma, el Frente de Izquierda se presenta para adaptarse a la reforma, aceptarla, permitir que pase la proscripción y presentarse a pesar de la política proscriptiva.
Lo mismo vale para el Partido Obrero que hizo una enorme campaña de afiliaciones a lo largo y ancho del país, conquistando la personería a nivel nacional y demostrando, por lo tanto, su implantación política a nivel nacional (mérito que no tienen ni el PTS ni IS) pero que no acompañó, sin embargo, la campaña de afiliaciones de una lucha política para que la vanguardia obrera tome en sus manos la lucha contra la reforma.
Y, de hecho, en la misma Conferencia de Prensa Liliana Olivero, de IS, dijo que “ésta es una prueba de fuego porque la izquierda, superando el piso del 1,5 % el 14 de agosto, va a poder decir `rompimos la trampa de la proscripción´”
Desde la TPR decimos: ESTO ES FALSO PORQUE SUPERAR EL 1,5% NO ES ROMPER LA PROSCRIPCIÓN. Por más que digamos “quebrar”, “derrotar” y “romper” una y otra vez, lo real es que “superar la proscripción” no es igual a derogarla porque con la idea de “anular sus efectos prácticos a través de un frente” en realidad se desconoce que obliga a la disolución en un matrimonio político de largo plazo. O sea, que diluye los programas detrás de un vago izquierdismo democratizante.
Si esto efectivamente se desarrolla, y no se deciden a dar una lucha por la derogación, entonces el PO va a reemplazar el método político de movilizar al conjunto de la militancia en defensa de los derechos políticos de la izquierda y los explotados por la formación de un partido electoral “de izquierda” que cada dos años se presenta con el miserable objetivo de alcanzar el 3% y así conservar una personería común. Sencillamente nefasto.
Fue el propio Altamira quien hace un par de meses lo veía con total claridad y dijo:
“Es claro, en este cuadro, que ni el Partido Obrero ni la izquierda son tomados en consideración por la opinión pública o la clase obrera cuando se trata de las elecciones próximas. La ‘reforma política’ hace incluso improbable que nos podamos presentar a ellas, esto por las exigencias imposibles que coloca para la legalización, y luego por obligarlas a ir a dos elecciones en menos de tres meses (internas y generales). Tampoco es posible unificar los esfuerzos entre los partidos de izquierda para derribar esos obstáculos, porque supone un trabajo homogéneo de largo plazo, o sea una construcción partidaria común.
No cejaremos, sin embargo, en reconquistar la legalidad electoral –en primer lugar, con una mayor lucha por la derogación de la ley cerrojo. Esto podría producirse, además, si el kirchnerismo decide postergar su vigencia por los perjuicios que le ocasiona a él mismo (internas solitarias). Se impone exigir a todos los partidos que votaron contra esta ‘reforma’ que se movilicen por su anulación.” (PO Nº 1141, 12/8/2010, “Para comerte mejor”)
Como se ve, Altamira tiene plena conciencia de lo que está haciendo. “Tampoco es posible unificar los esfuerzos entre los partidos de izquierda para derribar esos obstáculos, porque supone un trabajo homogéneo de largo plazo, o sea una construcción partidaria común.” ¡Está anunciando que el Frente de Izquierda no es algo coyuntural sino un matrimonio de largo plazo! “Se impone exigir a todos los partidos que votaron contra esta ‘reforma’ que se movilicen por su anulación.” ¡Muy bien! ¡Hagamos la marcha! Sin embargo, ninguno de ellos pretende movilizarse por nada. Acá de lo que se trata es de montar una especulación electoral, no de poner en pie una intervención en la clase obrera. Sencillamente, nefasto.
“SER RESPONSABLE EN LAS ELECCIONES” NO ES DISOLVERSE ATRÁS DEL PTS E IS.
SER RESPONSABLE ES INTERVENIR PARA DEFENDER LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LA IZQUIERDA Y PREPARAR A LA CLASE OBRERA PARA INTERVENIR EN LA CRISIS
Toda esta enorme adaptación política no puede ser justificada con el argumento de que el PO tiene que ser “responsable” para que los trabajadores “no pierdan su representación electoral”. Esto es falso por varias razones.
En primer lugar, porque detrás de la responsabilidad se esconde la complicidad con la irresponsabilidad del resto. Más fácil ¿por qué aceptar cualquier cosa con tal de “ser responsable” en lugar de denunciar públicamente que las otras fuerzas “extorsionan” pidiendo cualquier tipo de concesiones porque a ellos no les interesa que salga un Frente? Ese sería el método de un partido revolucionario: clarificar y delimitar en torno a una negociación pública.
En segundo lugar porque, en un marco de bancarrota capitalista, guerras, revoluciones y contrarrevoluciones, lo que necesita la clase obrera, en primer lugar, es un partido obrero verdaderamente socialista y revolucionario. Justamente, la reforma proscriptiva tiene como principal objetivo bloquear que los levantamientos populares se proyecten sobre la situación política en un sentido revolucionario, y permitir el viraje derechista del gobierno nacional de Cristina que está llevando a fondo el programa de la burguesía nacional y el imperialismo. Por lo tanto, lo “responsable” no es adaptarse a esa reforma diciendo que es imposible su derogación, y cediendo frente a las exigencias políticas y electorales del morenismo, sino combatirla frontalmente como parte de una lucha más general para motorizar la acción histórica independiente de las masas.
Lo “responsable”, por lo tanto, es defender una tradición, un programa y una fuerza militante que fue conquistada con años de lucha política socialista y delimitación sistemática con la izquierda democratizante, y que cobró proyección nacional y mundial gracias a la lucha piquetera de los ’90 y el Argentinazo: el Partido Obrero.
¿SE HIZO EL FRENTE COMO EXPRESIÓN DE UN MOVIMIENTO DE LUCHA, COMO FUE EN EL 2001 EN DEFENSA DEL MOVIMIENTO PIQUETERO Y EN CONTRA DE LA IZQUIERDA DEMOCRATIZANTE?
LA LUCHA POR MARIANO FERREYRA Y EL FRENTE DE IZQUIERDA
Señalado el carácter democratizante de un frente que se propone como “la alternativa para el progresismo nacional frente al bipartidismo y sus colectoras”, destacado que se postula como un frente para “los estudiantes y los trabajadores anti-capitalistas” sin ni siquiera plantear “que la crisis la paguen los capitalistas” y descartado de que se trate de un frente cuyo objetivo sea derogar la reforma proscriptiva porque ni siquiera lo mencionan en los 10 puntos de su programa y no propone ninguna medida de lucha para lograrlo, resta ahora ver si se trata de la expresión de un movimiento de lucha.
En este punto, Altamira se diferencia claramente de Pitrola y Jure porque (muy lejos de reivindicar el planteo morenista de “la Izquierda Unida”) introduce un nuevo elemento que modifica todos los términos del debate: según él, este Frente de Izquierda sería la expresión electoral de la lucha contra las tercerizadas y por el juicio y castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra.
En esta línea, lo primero que dijo Altamira en la conferencia de presentación del Frente de Izquierda fue lo siguiente: “En aquella ocasión yo señalé que la sangre obrera nos había reunido (…) Es imposible explicar el surgimiento de este frente sin hacer referencia a la gigantesca reacción popular que provocó el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra y la lucha de los tercerizados ferroviarios”.
A su vez, para Altamira: “cuando se desarrollaron las movilizaciones por el asesinato de Mariano Ferreyra, la inquietud de los periodistas era cómo el Partido Obrero le iba a dar una proyección política a un movimiento tan profundo. (…) Muy tempranamente una parte del periodismo comprendió que este movimiento abría un horizonte que hasta el momento no había quedado señalado. Por lo tanto, antes que la presión de la proscripción (¡!), nosotros aquí presentes le estamos dando la proyección política que querían esos periodistas a una movilización popular que incluso convocó a Calle 13 y Carlitos Tévez. Es decir, hemos sacudido todas las fibras. (…) Son la expresión de una corriente nueva que está buscando su desarrollo.”
Y por eso concluye diciendo: “esa movilización ha desatado un proceso político de alcance muy amplio, sin el cual -o gracias al cual- este frente ha sido constituido”.
Nosotros, como TPR, tuvimos el orgullo de haber estado luchando junto a Mariano Ferreyra y los tercerizados del Roca ese 20 de octubre en la estación Avellaneda y, como compañeros que militamos durante años en el PO, lo conocíamos y habíamos militado con él en el CBC hace años atrás, por lo tanto, referirnos a Mariano y a su asesinato en esta polémica nos resulta un tanto escatológico (y, por lo tanto, molesto ya que somos muy respetuosos de su memoria y sabemos muy bien que él no estaba de acuerdo con las posiciones que nosotros defendimos en el partido). Sin embargo, es el propio Altamira quien de forma absolutamente innecesaria lo pone en el medio y dice (tal vez sin darse cuenta de lo chocante que resulta lo que está diciendo) que este Frente de Izquierda se reunió “en torno a la sangre obrera” (o sea, que fue la sangre de Mariano la que planteó... un frente adaptándose al PTS e Izquierda Socialista).
La conclusión que nos quiere transmitir, por lo tanto, es que la lucha por el juicio y castigo habría logrado “la unidad de la izquierda” detrás de un planteo “que divide aguas políticas y sociales en este país porque la tercerización se ha transformado en una divisoria de aguas en la que el pueblo argentino puede reconocer de qué lado está el explotador y de qué lado está el explotado. Y lo puede reconocer con profundidad porque por primera vez con toda claridad se da cuenta de que un sector social, formalmente perteneciente a la clase trabajadora, integra la clase capitalista que es la burocracia de los sindicatos.”
Entonces, para Altamira el Frente no se trata de un supuesto “mandato popular” para lograr “la unidad de la izquierda” y ni siquiera de la unidad frente a la reforma proscriptiva. No. Él apuesta fuerte y dice: todos los que están en contra de la tercerización y las patotas tienen que estar en el Frente de Izquierda porque eso es lo que divide las aguas. Como se ve, apela al método con que se hizo el Frente de Izquierda en 2001: un movimiento que tenga la capacidad de agrupar, dividir y aportarle una fisonomía revolucionaria al frente.
¿Es esto así? En primer lugar importa destacar que, aunque suene raro, lo que plantea Altamira no es la posición del Frente de Izquierda (ya que este punto de vista no está reflejado en la declaración) y ni siquiera es la opinión del propio Partido Obrero (ya que tanto Pitrola como Jure ponen en primer lugar otra cosa). Ya con ver este punto, queda en claro que la delimitación que establece Altamira es sólo un argumento que sirve para justificar al resto (ya que no polemiza ni se delimita de ellos) o que, por lo menos, se desdibuja en el menjunje de la crítica progresista a las colectoras y el bipartidismo en general.
Para ser más claros: independientemente de lo que opinemos de este planteo de Altamira, no es cierto que de ello se deduzca un Frente de Izquierda en estos términos ignominiosos para el Partido Obrero. ¿Se plantea un Frente de Izquierda a partir de la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra? ¡Si! ¡Estamos de acuerdo! ¡Hagamos un Frente de Izquierda! Pero, repetimos, lo que se plantea es un verdadero frente, no un pacto contra la militancia y el programa del Partido Obrero.
A todas luces, por lo tanto, el planteo de Altamira es una falacia: una premisa verdadera que a través de un razonamiento falso nos lleva a conclusiones equivocadas.
Desde la TPR nos preguntamos: ¿quién dijo que de la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra se deduce la adaptación democratizante al morenismo y al progresismo nacional? ¿quién dijo que de la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra se deduce querer superar el 1,5% en lugar de convocar a la movilización callejera contra la reforma proscriptiva? ¿quién dijo que de la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra se deduce aceptar una lista en Neuquén en el último lugar y encabezando una agrupación “orientada” por el PTS? ¿quién dijo que de la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra se deduce reivindicar “la unidad de la izquierda”? y ¿quién dijo, por último, que de la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra se deduce no plantear que la crisis la paguen los capitalistas? Evidentemente, eso es lo que nos dijo Altamira. Como se ve, quiéralo o no, el razonamiento que nos propone es falaz y constituye una auténtica maniobra política.
Desde la TPR estamos absolutamente de acuerdo con lo que dice Altamira y absolutamente en contra de lo que nos propone. Efectivamente, la lucha por los tercerizados y Mariano Ferreyra dividió aguas en este país, eso es correcto, pero partiendo de la misma premisa que Altamira, desde la TPR nos animamos a decir lo siguiente: la conclusión que se deduce de este planteo es exactamente la contraria. A nuestro entender, era la oportunidad histórica para que el Partido Obrero impulsase una gran campaña nacional arrastrando detrás de sí a todos los luchadores de este país y, en esa mismo línea, también a la izquierda argentina detrás del programa, el método y la autoridad del Partido Obrero (y no al revés, como terminó sucediendo).
¿Quién se podía oponer a integrar un frente junto al Partido Obrero detrás de tan formidable planteo? ¿Quién se podía oponer a integrar un frente junto al Partido Obrero después de la impresionante lucha que libró contra el kirchnerismo a partir del asesinato de Mariano? ¿Quién se podía oponer a integrar un frente junto al Partido Obrero después del papel político decisivo que jugó en la lucha de los tercerizados del Roca?
Y, acá, es donde está el punto sensible del asunto: en el caso de que el PTS, IS y toda la izquierda argentina se opusiesen a realizar un frente en los términos del Partido Obrero, ¿qué actitud correspondía tener? ¿la lucha por los tercerizados y por Mariano Ferreyra planteaba la necesidad de hacer “enormes concesiones” o todo lo contrario? O sea, establecer una feroz delimitación política de la misma izquierda que carnereó ambas luchas y que, una vez más, estaría dispuesta a carnear la lucha en el terreno electoral por no querer reconocer el lugar protagónico que le corresponde al programa y la militancia del Partido Obrero.
¡Ese es el debate! La lucha por los tercerizados y por Mariano Ferreyra ¿le plantea al Partido Obrero ser “responsable”, ser “magnánimo”, ser “compresivo” y cargar con la mochila de la mezquindad y el centrismo de la izquierda o, en realidad, plantea todo lo contrario: darle una proyección política independiente a través de una campaña de Partido superando a la izquierda en descomposición?
Para responder a estos interrogantes, basta con recordar que este Frente de Izquierda está compuesto, nunca está demás repetirlo, por dos organizaciones morenistas con las cuales el Partido Obrero y los propios tercerizados despedidos se encontraban acérrimamente enfrentados en el momento en que la burocracia de la Unión Ferroviaria abrió fuego y mató a Mariano Ferreyra.
Tanto el PTS como Izquierda Socialista se opusieron a organizar a los tercerizados despedidos que querían salir a la lucha luego del desangre de la asamblea del Roca con la excusa de que sería “antidemocrático” y “aventurero”. Por esa razón, no sólo no concurrieron al intento de corte de vías del 20 de octubre, sino que militaron abiertamente en su contra, quebrando a trabajadores de diversas empresas para que no concurran al mismo. Vale la pena decir, también, que el desangre de la asamblea fue la conclusión inexorable del curso que el PTS e Izquierda Socialista le imprimieron al movimiento en toda la etapa previa, al subordinar todo a las negociaciones con el Ministerio de Transporte. Fue la política de esperar y “evitar” el corte de vías para no parecer “piqueteros” ni “joder al usuario”. Es decir, un Frente con el PTS y con IS no representa la lucha tenaz de los tercerizados, por la reincorporación de los despedidos o el propio pase a planta permanente sino que es un frente anti-piquetero y anti-corte de vías con quienes se adaptaron al Ministerio, a la burocracia y la paz social.
Negar esto o pretender disimularlo para contentar a los nuevos “aliados” constituye una grave falta a la verdad. La necesidad o no de hacer un Frente con los morenistas no se pone en cuestión por estos hechos pero, para hacerlo, no debería ser necesario incurrir en un embellecimiento del accionar derechista de ambas organizaciones.
Por el contrario, repetimos: ¿Cómo puede ser que Altamira diga, sin importarle para nada que no sea cierto, que la reacción popular por Mariano unió a Izquierda Socialista con el Partido Obrero? Es una trampa mortal. Es desdibujar la línea entre los luchadores y quienes se adaptaron a la burocracia sindical.
Así como está planteado, Altamira pretende que el PO le explique a los trabajadores ferroviarios que participan del “Plenario de Lanús” que, como llegaron las elecciones, ahora se tienen que olvidar de todas las conclusiones que sacaron en más de medio año de lucha (y le enseñaron a sus compañeros) para no hacer una lista en común en la Unión Ferroviaria pero sí a nivel nacional porque “el progresismo nacional no entiende las diferencias entre la izquierda”. Es decir, no importa si estos partidos apoyaron tu lucha o fueron a boicotearla: ¡lo importante es que “la gente” sepa que esos partidos estuvieron! ¡Es NE-FAS-TO! ¡Es absolutamente despolitizado, electoralista y anti-obrero! ¡Es disolver la evolución política de la vanguardia obrera del ferrocarril en defensa de la “unidad de la izquierda”! Y, para colmo, es la “izquierda unida para las elecciones parlamentarias” pero no para poner en pie una lista anti-burocrática contra Pedraza ¡Es RI-DI-CU-LO! No es casualidad: se trata de todo un síntoma de la impotencia y la descomposición en que se hunden las raíces de este frente.
Sin ir más lejos, como es de público conocimiento, recientemente se ha conocido una desgrabación de una conversación telefónica entre Tomada y Pedraza que figura en la causa por Mariano. En la misma, el “Pollo” Sobrero (dirigente ferroviario de IS) se refiere a la lucha de los tercerizados como “una vergüenza” y “un quilombo”, y a tres meses del asesinato de Mariano, le dice a Tomada que quiere hablar con Pedraza para “arreglar esto de una manera más o menos prolija”. Pasados ya varios días después de la formación del Frente de Izquierda, ni la dirección de IS ni el “Pollo” Sobrero se han preocupado por desmentir, relativizar o retractarse de estos dichos.
¿Cómo decir que la reacción popular por Mariano unió al PTS con el Partido Obrero?
El compañero Omar Merino no puede dejar de recordar que el día siguiente al asesinato de Mariano (21/10), en una reunión para votar la nueva Mesa Negociadora previa al inicio de la marcha a Plaza de Mayo, sin ningún tipo de vergüenza, Flavio Bustillo, dirigente del PTS en el Roca (“La Bordó ‘desde las bases’”) decía frente a varios tercerizados y en presencia de la TPR y del MTR que “la muerte del pibe es por la aventura del PO” (textual).
Esto no fue un exabrupto: fue repetido sin cesar por los militantes del PTS sistemáticamente a lo largo de todo el proceso de lucha a modo de balance político. Sin ninguna vergüenza, hasta el día de hoy dicen que el corte del 20 de octubre fue “burocrático”, “aventurero”, “foquista”, “petardista”, “propio de un aparato necesitado de exposición mediática” y que, justamente por eso, dicen (como dijo Flavio Bustillo del PTS) que el asesinato de Mariano ¡fue consecuencia del accionar irresponsable del propio Partido Obrero!
Por eso, el 23 de diciembre, horas antes de las detenciones de Hospital y de Merino, uno de los dirigentes de la “La Bordó ‘desde las bases’”, denunciaba en los medios al corte de Avellaneda como “un corte sin tercerizados hecho por el PO y la TPR”.
El propio Altamira en “Todos los huevos en el Frente de Izquierda”, desmiente que la reacción popular por el asesinato de Mariano los haya unido: “La experiencia frentista, en el pasado, señala que la formación de frentes lleva, más que a la acción común, al tabicamiento. Es la expresión de una naturaleza sectaria que resulta de un largo proceso previo, que se torna faccional cuando asume un carácter agresivo. Lo hemos visto incluso durante la movilización de los compañeros ferroviarios tercerizados e incluso en las marchas por el crimen contra nuestro compañero Mariano Ferreyra”. (¿no era que la lucha los había unido?, nota nuestra).
Todos los que marchamos por juicio y castigo sabemos a qué se está refiriendo Altamira. El PTS, lejos de respetar a Mariano y a su partido, el Partido Obrero, el 20 de noviembre intentó copar la cabecera de la marcha y, ante la justa y obvia negativa por parte del PO a ceder ante esta provocación intolerable, empezó a atacar físicamente a la columna del partido.
O sea que el Frente de Izquierda no expresa la reacción popular por el asesinato de Mariano –donde las hostilidades morenistas contra el PO incluso se acrecentaron - ni expresa una política común para el ferrocarril. No la expresó antes del 20 de octubre, ni la expresó después.
Insistimos, esto es muy claro. Mientras de cara a las elecciones nacionales y provinciales ya se ha cerrado el Frente de Izquierda, de cara a las elecciones de la Unión Ferroviaria es muy probable que no habrá “unidad de la izquierda“… para echar a la burocracia del sindicato. Por lo tanto, creemos que todos los compañeros compartirán con los militantes de la TPR en que si la “unidad de la izquierda” no sirve para echar a la burocracia, entonces la “unidad de la izquierda” es una mentira y no sirve para un carajo.
¿SE HIZO EL FRENTE COMO EXPRESIÓN DE UN ACUERDO Y UNA DELIMITACIÓN PRODUCTO DE UNA DELIBERACIÓN COMÚN?
UN “PROGRAMA DE URGENCIA” CERRADO ENTRE CUATRO PAREDES Y A ESPALDAS DE LOS LEVANTAMIENTOS POPULARES DE 2010
En este sentido, corresponde preguntarse entonces: ¿a qué corriente representa el programa del Frente de Izquierda? Veamos cuáles son los 10 puntos del “programa de urgencia”:
1. Un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar - 5.000 pesos.
2. El establecimiento inmediato del 82% móvil y las retroactividades correspondientes.
3. Por el reparto de las horas de trabajo disponibles entre el conjunto de los trabajadores y la formación profesional a cargo de las patronales, para poner fin a la desocupación.
4. Fin de la tercerización, ingreso a planta permanente, vigencia del convenio más favorable en todas las empresas.
5. No pago de la deuda externa.
6. Nacionalización, sin Indemnización, de los bancos, el petróleo, la minería, las telecomunicaciones y el comercio exterior agrario.
7. Fuera la burocracia sindical de los ferrocarriles; por su nacionalización efectiva, bajo control y gestión de los trabajadores de todos los niveles.
8. Juicio y castigo a todos los culpables del crimen de Mariano Ferreyra (UGOFE, Policía). Fuera la patota del ferrocarril.
9. Por una política internacional de apoyo a la rebelión popular, por la expulsión del imperialismo de todos los países, por la unidad socialista de América Latina, por el socialismo internacional.
10. Viva la revolución árabe; fuera la OTAN de Libia; abajo la ocupación sionista de Palestina.
Para establecer una caracterización de este programa electoral, antes que nada, es necesario dejar en claro que el programa de un Frente es sumamente importante, aún si éste se reduce estrictamente al plano electoral, porque expresa el programa concreto, real y práctico por el que un partido considera que hay que hacer “enormes concesiones” para poder llevarlo adelante. Es decir, la razón por la cual cualquier organización considera que un frente es necesario es que acuerda con “dejar de lado las diferencias” para darle más fuerza y poner en primer lugar al programa que se acuerda. La naturaleza de cualquier frente, por lo tanto, es subordinar (aunque sea temporalmente) el programa propio al del frente. Parece una obviedad, pero vale la pena repetirlo: los puntos que “se dejan de lado” (aunque sea temporalmente), se tratan ni más ni menos… que del programa de tu propia organización.
Por eso, el falso izquierdismo de plantear que “el programa para unas elecciones no importa” en realidad encubre el conservadurismo electoralero de presentarse solamente para “cerrar” y disputar un cargo; no para desarrollar una agitación socialista, una deliberación entre los luchadores y una intervención programática que impulse la acción directa de los explotados.
Dicho esto, ¿el “programa de urgencia” se corresponde con un Frente 100% de Izquierda? Desde la TPR consideramos que no porque, además de no plantear la lucha por la derogación de la reforma política, el programa del Frente de Izquierda no expresa los levantamientos populares como el Estudiantazo ni el Villerazo iniciado con la ocupación del Parque Indoamericano ni la inmensa lucha de los pueblos originarios como la Comunidad QOM-La Primavera.
Esta diferencia, como se puede apreciar a simple vista, no se trata de un detalle menor (si falta esto o aquello sería un 99% de izquierda, se podría decir) sino que se trata de una diferencia cualitativa que, a nuestro entender, divide aguas: el programa del Frente de Izquierda es un programa a espaldas de los levantamientos populares que sacudieron a todo el 2010. Por esa misma razón, no están contempladas las consignas ¡Fuera Macri!, ¡Fuera Scioli!, o ¡Fuera Insfrán!, y el programa del Frente no llama a luchar por juicio y castigo para los asesinos de Formosa (Qom) y Soldati (Indoamericano).
Es decir que estamos hablando de un “Frente de Izquierda” que no registra (o niega) la tendencia a la rebelión popular que actúa en el centro de la situación política argentina y que, en ese mismo sentido, se opone a la caracterización de que el desarrollo de la crisis capitalista mundial “está plagado de Argentinazos” (caracterización textual del prólogo a la compilación “No es otro martes negro más” de Jorge Altamira). Por lo tanto, el Frente no sólo es democratizante porque no propone la lucha de clases como método sino porque tampoco representa (sino que repele y rechaza) la rebelión popular. En este mismo sentido, no se propone (ni puede representar un punto de apoyo) a la lucha por un segundo Argentinazo contra los K y la derecha sojera (consigna central de nuestra organización). Ese rechazo a los levantamientos populares, justamente, es la definición de un programa anti-catastrofista y democratizante. Nosotros, los militantes de la TPR, somos por el contrario el partido del Parque Indoamericano, el Estudiantazo, los ferroviarios y los QOM.
Como se ve, la izquierda que se hace cargo de los levantamientos populares expresada en la TPR se encuentra en las antípodas programáticas de la izquierda democratizante, anti-catastrofista y anti-capitalista del Frente de Izquierda.
En esa misma línea, el programa del Frente no menciona en ninguno de sus puntos las reivindicaciones del movimiento piquetero, como el pase a planta de los planes Argentina Trabaja, ni plantea las exigencias más elementales de la cuestión habitacional, como planes de viviendas y subsidios habitacionales para todos. De esta forma, excluye los reclamos de los barrios como parte de un programa para el conjunto de la clase obrera y refracta la presión de sectores aristocráticos de la clase obrera o los prejuicios anti-obreros de la clase media y el progresismo nacional. Es, por lo tanto, un programa anti-piquetero.
Tan anti-piquetero y tan anti-obrero es que tampoco expresa la campaña en contra de la persecución a los delegados de base, que se viene sintiendo especialmente en la Zona Norte del Gran Buenos Aires. No plantea el desprocesamiento de los dirigentes ferroviarios del PO Jorge Hospital y Omar Merino, o del compañero “Poke” Hermosilla del PTS, de la Comisión Interna de Kraft –ni la libertad de los presos políticos. ¡Es decir que ni siquiera defiende a los dirigentes obreros procesados que integran los partidos del Frente! O sea que elude olímpicamente la ofensiva represiva y judicializadora del gobierno de Cristina contra las luchas. En la misma línea de no denunciar la ofensiva represiva y derechista del gobierno de Cristina, tampoco nombra la baja de la edad de imputabilidad.
Por otro lado, ni siquiera denuncia la imposición de un techo salarial por parte de la burocracia sindical contra los trabajadores –se limita a pedir $5000 de mínimo. O sea que no tiene un abordaje de conjunto, político, de los reclamos sindicales; por esto, no plantea la lucha contra el Pacto Social de Cristina.
El programa del Frente, por lo tanto, está imbuido de un profundo conservadurismo, por un lado, respecto de la fenomenal crisis que atraviesa la burocracia sindical, y por otro, respecto de las posibilidades que se nos abren a los trabajadores. Por eso, se limita a plantear ‘Fuera la burocracia de los ferrocarriles’, como si la pelea de la vanguardia ferroviaria para echar a la Verde no fuera un caso testigo cuya conclusión debe ser propaganda por todas las ramas, sino tan sólo una excepción, una coyuntura irrepetible. La conclusión es nefasta: el programa del Frente de Izquierda… ¡no incluye en ninguno de sus puntos concretos la lucha por la expulsión de la burocracia de la CGT y la CTA!
Todo esto expresa una completa subestimación de los efectos de la crisis –o, al menos, expresa la propia crisis política de la izquierda argentina que en la declaración de presentación del Frente de Izquierda, explica que éste es “una referencia política para quienes luchan por la independencia de los sindicatos y la expulsión de la burocracia y sus patotas” (PO Nº 1172, 14/04/11) pero, sin embargo, no nombra a la burocracia con nombre y apellido y ni siquiera plantea la tarea como uno de los puntos del programa.
A su vez, es un Frente que formalmente se reclama “anti-imperialista y socialista” y se pronuncia por el no pago de la deuda externa, pero su programa ni siquiera es consecuentemente antiimperialista en la medida de que no plantea la necesidad de romper definitivamente con el FMI, ni siquiera en un momento en que Cristina ha vuelto a traer enviados del Fondo para reestructurar los índices del INDEC y en que Boudou está renegociando la deuda con el Club de París. Por eso, no propone ninguna línea de trabajo para los trabajadores de Argentina de cara al regreso del FMI de mano de los K ni sostiene la necesidad de expulsar al imperialismo inglés de Malvinas.
¿Se puede decir “anti-imperialista y socialista” un frente que no denuncia al FMI? Según la crítica de Altamira al FREPU esto es inaceptable ya que: “Es un frente democratizante de partidos obreros, cuyas direcciones tienen una diferente naturaleza entre sí. ¡Pero si los ’23 puntos’ ni siquiera plantean la ruptura contra el FMI, órgano político-económico del conjunto del imperialismo mundial!” (PO Nº 163, 19/11/1986, “Por qué no hubo frente de izquierda en Córdoba. Respuesta del Partido Obrero”). Es decir, que la omisión de un planteo de esas características (y más cuando Cristina está cerrando el nuevo IPC con el FMI) retrata de cuerpo entero la naturaleza democratizante (y disimuladamente adaptada a la presión imperialista en nuestro propio país) del “programa de urgencia”. En la misma línea puede ubicarse la no mención de Malvinas mientras el imperialismo inglés continúa saqueando los recursos petroleros.
Y, para concluir, el programa del Frente plantea acertadamente la consigna “¡Viva la revolución árabe!” y particularmente en relación a Libia, “¡Fuera la OTAN de Libia!”. Sin embargo, termina negando que el sentido de la revolución árabe es echar a las dictaduras y gobiernos reaccionarios, y en el caso particular de Libia, a Kadafi. Este “olvido” es terminal porque la ausencia del “¡Fuera Kadafi!”, puntualmente en Argentina y Latinoamérica, implica sin ningún lugar a dudas una inequívoca adaptación al kirchnerismo y al chavismo, que defienden a Kadafi y se limitan a repudiar la invasión. No es, como dijimos antes, un detalle que pueda pasar graciosamente como “un olvido”.
Por eso es un programa que no choca frontalmente con la política internacional de los K, y en este caso, con el apoyo de los K al régimen odioso de Kadafi. De esta adaptación se deduce la ambigüedad del punto “por una política internacional de apoyo a los pueblos”, que es un declamación vacía que no propone medidas prácticas como la ruptura de relaciones del gobierno de Argentina con el gobierno de Libia –y con los de los países que la invaden. Por lo tanto, no se desarrolla una actividad militante de traducir el apoyo a la revolución árabe al “combate contra el propio gobierno”, es decir, la forma más alta del internacionalismo proletario porque no hay internacionalismo ni apoyo que valga si no es la continuidad en el plano internacional de la lucha contra la propia burguesía nacional.
Por eso, la ausencia del “¡Fuera Kadafi!” implica una operación destinada a castrar el verdadero carácter insurreccional de las movilizaciones de los pueblos de Medio Oriente y del Norte de África contra los gobiernos pro-imperialistas y, en particular, contra aquellos que se presentan como los aliados de los nacionales y populares locales. Es, por lo tanto, un programa que niega la necesidad de intervenir en las elecciones preparando a los trabajadores para que vean que, más temprano que tarde, en Argentina y América Latina tendrán que tomar el ejemplo del Mundo Árabe. Por eso, no propaga la perspectiva de echar gobiernos.
Partiendo de esta base, es lógico que el programa del Frente no desenvuelva la “defensa de la revolución latinoamericana” ni mucho menos, su impulso. Por eso, se termina negando la revolución que ya hubo –y la necesidad de defenderla (“no a la restauración capitalista en Cuba”). Por eso, ni siquiera se limita a defender lo que ya está pasando hoy (“todo el apoyo a la lucha de la clase obrera boliviana”).
De este modo, una caracterización de conjunto, señala que de pies a cabeza, el programa del Frente está hecho a la medida de “pescar” el voto de un kirchnerista o de un pino-solanista distraído y no de potenciar el desarrollo de una conciencia socialista entre la vanguardia obrera y popular. Por eso en la declaración no está presente la exigencia del “aborto legal, seguro y gratuito” –un tema muy “conflictivo” para un “progre”. Por eso el programa de nacionalizaciones excluye a la gran industria y los terratenientes, y no plantea ni la gestión ni el control obrero –salvo en el caso de los ferrocarriles.
Como se ve, el “programa de urgencia” hace agua por todos lados. Desde la TPR nos preguntamos: ¿De tanta “penetración en la masa progresista”, no terminarán atravesando un proceso de simbiosis política? ¡No vaya a ser cosa que Olivero gane la banca en Córdoba para después irse con Proyecto Sur (Juez)! ¡O que el “Pollo” Sobrero termine mimetizado con los progres de su distrito, Sabbatella y compañía!
El programa del Frente, entonces, es anti-capitalista, anti-catastrofista, anti-piquetero, anti-obrero, anti-derecho al aborto y, por lo tanto, absolutamente democratizante por donde se lo mire. No denuncia a la burocracia sindical de la CGT y la CTA, y no reivindica los levantamientos populares como el Estudiantazo o la lucha desatada por el Parque Indoamericano, entre otros. Esa es la caracterización que corresponde al Frente de Izquierda porque las omisiones, lejos de expresar un “olvido” o un “sobreentendido” son la manifestación alevosa de un programa hecho a medida del progresismo nacional y el voto de centro-izquierda. Como dijera el propio Jorge Altamira en el libro “La estrategia de la izquierda en argentina”: “El programa es ante todo una caracterización del momento histórico y una definición de la estrategia política, las reivindicaciones sólo pueden ser comprendidas con relación al cuadro social de conjunto y a los objetivos. El sólo hecho de que se evite por todos los medios la enunciación de esos objetivos delata la dependencia del régimen político y social vigente (negritas nuestras)”. Es, por lo tanto, la conclusión de un programa que con el eclecticismo propio de la pequeño burguesía radicalizada pretende refractar intereses (y prejuicios) contrapuestos de clase.
Entonces, si este no es un programa que se deduzca del método y la orientación histórica del PO… ¿Qué corriente se caracteriza por una negación total y absoluta a abordar el problema de la vivienda? ¿Qué corriente se caracteriza por despreciar el legado revolucionario del Argentinazo? ¿Qué corriente se caracteriza por pretender borrar su innegable importancia actual, y por lo tanto, no ve la importancia del Estudiantazo y de la lucha del Parque Indoamericano, colocándose a espaldas de los levantamientos populares? ¿Qué partido de izquierda se caracterizó por el escepticismo más chato y sin perspectivas de cara a las elecciones de la CTA, teorizando que la burocracia no tenía ninguna crisis y por lo tanto, haciéndole con ello el favor de encubrir sus propias miserias? ¿A qué partido le corresponde la filiación política de un programa democratizante y anti-piquetero, por definición? Sin lugar a dudas, este programa... ¡es un programa morenista, hecho a medida del PTS!
Y esto es así porque el programa del PTS, lejos de expresar un “punto medio” entre Izquierda Socialista y el PO, se construye sobre la base de la negación radical (desde la raíz catastrofista) del programa del Partido Obrero. O sea, que ni el programa del PTS está “contenido” en el programa del PO (como nos quiere hacer creer Albamonte) o, lo que sería lo mismo, el programa del PO es igual al del PTS más una concepción catastrofista (¡no!) sino que se trata de todo lo contrario porque el programa del PTS se construye en oposición al catastrofismo del Partido Obrero.
Por eso, los militantes de la TPR podemos afirmar con toda seguridad que la evolución política de la vanguardia obrera de este país y su conciencia de clase no se va a desarrollar a través del programa del PTS (como si éste fuera una etapa previa al PO y la TPR) sino que, por el contrario, se va a desarrollar en directa oposición y hostilidad contra los prejuicios democratizantes, anti-catastrofistas y anti-piqueteros que esta corriente morenista difunde entre los luchadores.
Es partiendo de esta caracterización programática precisa que se puede comprender la verdadera naturaleza “anti-PO” (y anti-TPR, por lo tanto) del programa del Frente de Izquierda. Como dijimos antes, al no poner ni siquiera “que la crisis la paguen los capitalistas” significa la negación directa y completa de la campaña del partido en 2009. Es, por lo tanto, negar cualquier preparación para intervenir en la bancarrota capitalista. O sea, es el triunfo político del programa del PTS disfrazado de “abandonar el sectarismo y ser unitario” para “buscar un consenso responsable” que garantice la conformación de un Frente de Izquierda… sin importar su programa, sus candidaturas y su método.
Nosotros, por el contrario, planteamos que el programa del Frente incluya también los siguientes puntos:
1. Aborto seguro, legal y gratuito
2. ¡Fuera Kadafi!
3. Juicio y castigo por los QOM y Parque Indoamericano
4. ¡Viva el Estudiantazo! Reformas edilicias ya
5. ¡Fuera Scioli! ¡Fuera Macri! ¡Fuera Insfrán!
6. Basta de persecución contra los delegados de base. ¡Fuera la burocracia de la CGT y la CTA!
7. ¡Abajo el pacto social de Cristina!
8. Desprocesamiento de Merino, Hospital, “Poke” Hermosilla y todos los luchadores populares. Libertad a todos los presos políticos
9. No a la baja de la edad de imputabilidad
10. Planes de viviendas y subsidios habitacionales para todos
11. Pase a planta de los planes Argentina Trabaja
12. Defensa de la revolución latinoamericana.
Todo el apoyo a la lucha de la clase obrera boliviana. No a la restauración capitalista en Cuba
13. ¡Fuera el FMI de Argentina! y ¡Fuera el imperialismo inglés de Malvinas!
14. Que gobiernen los trabajadores
15. Y, como votó el XVIII y el XIX Congreso del Partido: Que la crisis la paguen los capitalistas
Por último, resta preguntarse, ¿es el programa del Frente de Izquierda la expresión de una deliberación y una delimitación común? ¿Propone el Frente de Izquierda impulsar la acción callejera y la lucha para desarrollar su programa, por más limitado que sea? La respuesta a estas pregunta es: “no” y “no” porque el método que se corresponde a un programa democratizante y conservador es el acuerdo entre cúpulas que cierran algo entre cuatro paredes y el electoralismo más acérrimo, muy lejos esto de un Congreso de Trabajadores y la acción directa para impulsar la lucha en común por ese programa.
Es muy trágico, entonces, que luego de más de 20 años hoy sea el propio Partido Obrero el que reproduce los métodos (y parcialmente el programa) que tanto le criticaba a Izquierda Unida. En este sentido, corresponde recordar que decían: “Un frente de izquierda debe ser un frente de trabajadores, lo cual implica por lógica revolucionario. Es necesario producir esta clarificación. Llamamos a todos los partidos de izquierda a construir un frente en la claridad. Una vía segura que nos permitiría dar un gran salto político y de organización sería preparar seriamente y convocar a un congreso de bases de toda la izquierda y del movimiento obrero, para discutir y aprobar un programa que sustente un frente de izquierda entendido como un frente de los trabajadores contra el monopolio político y económico del capital”. (PO N° 167, 18/12/1986, “Por un Frente de Izquierda – Frente de Trabajadores”).
En la misma línea, afirmaban que: “La Asamblea Nacional que se realizó en el Estadio de Ferro el sábado 12 pasado, ha llamado a luchar por un Frente de Izquierda y del Movimiento Obrero Combativo, que resuelva plataformas y elija los mejores y más destacados candidatos en Asambleas municipales y provinciales. Es necesario rescatar el método de la asamblea. La izquierda necesita que los luchadores sean protagonistas y no espectadores. El PO impulsa las resoluciones de la Asamblea del 12, y convoca a realizar Asambleas en cada municipio de la provincia de Buenos Aires, en cada ciudad de Neuquén, en los pueblos de Salta, en las poblaciones de Santa Cruz, en Santa Fe, Córdoba, Capital. En todos los distritos y provincias. Llamamos a que estas asambleas sean convocadas conjuntamente por los partidos y la militancia de la izquierda; por las comisiones internas, sindicatos, agrupaciones y activistas sindicales; por los luchadores democráticos; por los activistas estudiantiles. Para discutir y aprobar una plataforma; para elegir los candidatos democráticamente; para formar comités de campaña que lleven las campañas electorales como una verdadera movilización de la militancia, convocando a Asambleas periódicas para balancear y relanzar la actividad.” (PO 549, 24/07/97, “Asambleas para elegir candidatos y votar programas”, Rafael Santos).
O sea que tanto en los 80’ como en los 90’ el método del Partido era constituir los frentes sobre la base de la clarificación política y la deliberación popular. No entre cuatro paredes y a espaldas de los trabajadores y sus organizaciones.
Incluso, denunciado el método electoralero con que el MAS y el PC cerraron Izquierda Unida, Altamira señalaba: “Se desprende de todo esto la obligada conclusión de que el PC (y el FRAL) y el MAS han obrado de este modo anti-democrático porque los une un acuerdo de principios, el cual, ya por sus métodos, CONSPIRA CONTRA LA SOLIDEZ Y LA PERSPECTIVA DE UN FRENTE DE IZQUIERDA (negritas y mayúsculas nuestras). No se nos escapa en absoluto que los dirigentes de estos partidos dirán que han obrado de esa manera por ser los partidos “más representativos” de la izquierda, es decir, los que más votos sacaron en las últimas elecciones ¡pero este enfoque electoralero es de por sí una redonda declaración de principios!” (“La estrategia de la izquierda en Argentina”, “¡Que se discuta! El programa de Izquierda Unida”, 1989).
Cualquier similitud con que ahora hayan excluido al Nuevo MAS del Frente de Izquierda porque “pretende más cargos de los que les corresponde por su bajo o nulo desempeño electoral” y sin dirimir esa diferencia (en la cual claramente el Nuevo MAS está equivocado) en un Congreso de Trabajadores donde se resuelva a través de la deliberación obrera delata que el PO está teniendo su “revancha” utilizando los mismos métodos que ayer le criticaba al MAS de Nahuel Moreno. Y esta delimitación que hacemos como TPR, aclaramos, no es a favor del Nuevo MAS o de que “siempre hay que usar el mismo método” sino para destacar que este método con el que se está haciendo este Frente de Izquierda está absolutamente reñido con el método histórico del Partido Obrero y las tareas y el método que hoy tiene planteado un verdadero Frente de Izquierda.
Ya en el mismo libro La estrategia de la izquierda en Argentina, el propio Altamira recordaba: “En 1985, cuando el MAS se propuso romper el Frente que había establecido con nuestro partido para reemplazarlo con el FREPU, se realizó una gran asamblea obrera en la UOCRA de Neuquén que decidió rechazar al FP, en el cual participaron activamente los trabajadores. Luego, el frente revolucionario derrotó electoralmente al FREPU en Neuquén, desmintiendo con esto que la acción consciente de la vanguardia obrera quite “rédito electoral”. Sólo el método de la asamblea obrera, estudiantil, barrial, campesina puede darle solidez al frente, asegurar su condición democrática y convertirlo en herramienta propia de las masas. (…) Que en lugar del método de la democracia obrera se escoja el de las “primarias” norteamericanas, no es por cierto una elección caprichosa. Claro que, en 1985, el FREPU designó sus candidatos “a dedo”.” Como se ve, nada muy distinto a lo que hoy hace el Frente de Izquierda.
Por último, corresponde preguntarse: ¿aunque sea impulsan la acción directa por los 10 puntos que acordaron? La respuesta, nuevamente, es no. La declaración conjunta “Se presentó el Frente de Izquierda” no explica que un frente es un medio y un método para luchar y, por lo tanto, no define su método ni se traza por objetivo el impulsar un plan de lucha. Solamente se circunscribe a intervenir en el terreno electoral.
Sin embargo, si los puntos de un programa son abstraídos de la intervención en la lucha de clases para imponerlos, el Frente de Izquierda entonces se reduce a proponer… la gestión ‘izquierdista’ del Estado capitalista. “¡Vótenme para acabar con la tercerización en Argentina!”, evidentemente, ¡ese no es un planteo acorde a un verdadero Frente de Izquierda!
Por eso mismo, con más razón (sin acuerdo ni en el programa, ni en el método ni en las candidaturas), no corresponde, bajo ningún punto de vista, el ocultamiento de las contradicciones insalvables del Frente. Eso constituye un obstáculo para la estructuración política de la vanguardia obrera revolucionaria.
La excusa de que “como estamos en un Frente compacto tenemos que mostrar hacia afuera que estamos de acuerdo en todo” o, peor aún, “como estamos en un Frente incurrir en la delimitación sería faccioso”, es la condición ideal para el progreso del centrismo morenista a costa del PO.
En la editorial de la semana pasada, Altamira anticipaba que la próxima prensa se ocuparía de proveer “un balance político, en beneficio de nuestra claridad, la del Partido Obrero, y de la delimitación de nuestras diferencias con nuestros compañeros de ruta” (PO Nº 1172, 14/04/11). Sin embargo, como era de esperarse, se trató de una maniobra para cubrirse las espaldas: no hay ninguna delimitación consistente sobre el frente, a lo sumo algún codazo sobre Neuquén pero nada que contraponga estrategias.
Esto es peor aun cuando el propio Altamira explica en “Todos los huevos en el Frente de Izquierda” que la presión del Estado a través de la reforma política “destaca los aspectos oportunistas del Frente de Izquierda, o sea la unidad por conveniencia” y señala acertadamente que aun así, “la acción por conveniencia no está reñida con el principismo si sirve para el progreso politico de las masas y de la revolución”. Pero la total falta de delimitación política con el “programa de urgencia”, refleja que el CC del PO no está preocupado por limitar “los aspectos oportunistas del Frente de Izquierda” sino por acentuarlos. No es que no dicen nada y se callan al respecto sino que, por el contrario, lo embellecen sistemáticamente.
Por eso, en la misma Conferencia de Prensa, Altamira plantea con toda claridad cuál es su posición frente al programa de este Frente de Izquierda: “He leído muchos planteamientos de frentes, no diría similares, pero que alguno podría interpretar como similares en otros países del mundo (o sea, los frentes anti-capitalistas de Europa como Antarsya que está compuesto por los representantes griegos del NPA francés, los cliffistas del SWP británico y el NAR griego que son, dígase también de paso, la “izquierda radical anti-capitalista” contra la que polemiza constantemente el EEK griego de Savas Matsas, nota nuestra), leyendo la declaración, creo que esta declaración que se aprobó constituyendo el Frente de Izquierda, es la expresión más avanzada (¡!) que se haya intentado en cualquier Frente de Izquierda de cualquier otro país (¿la expresión más avanzada de Antarsya? ¿el anticapitalismo “radical consecuente”?, nota nuestra). Con un lenguaje directo y contundente, se define sobre todos los problemas (¡cuando no dice ni una palabra sobre Parque Indoamericano, el derecho al aborto, los QOM, los procesados y los presos, el Estudiantazo, la persecución a los delegados de base y Fuera Kadafi!, nota nuestra), y en particular, del problema internacional del momento, que es el apoyo a las masas árabes y el repudio al imperialismo y al sionismo (repetimos, ¿y el “Fuera Kadafi” dónde está?, nota nuestra). Esto sí que es una definición política, es una delimitación política en el mundo, es una delimitación y una observación para toda la clase obrera mundial (¡!)”.
¡Genial! Ahora el Frente de Izquierda no sólo no es para enfrentar la presión de la proscripción sino que, por el contrario, es “una delimitación política en el mundo” para “toda la clase obrera mundial”. ¡Ya nadie podrá correr al PO por “electoralismo”! ¡Con el Frente de Izquierda, está refundando la IV Internacional! ¡La CRCI, la Conferencia de la Izquierda en 2006 y las tesis de 2004 a la mierda! Al final, bastaba con cerrar un “programa de urgencia” con el PTS e IS. Sino ¿qué sentido tiene decir que es “una delimitación para la clase obrera mundial”? Una delimitación… ¿entre qué y qué? ¿entre reforma y revolución? Si es así, ¡luchemos por ese programa! ¡Unifiquemos la CRCI (PO), la FT-CI (PTS) y la UT-CI (IS) para largar ya mismo la convocatoria a un congreso de la IV Internacional! ¡Si ya tenemos el programa! ¿O no?
Por el contrario, era el propio Marcelo Ramal quien puntualizaba, en “Un Frente de Izquierda en la agenda del Congreso del PO” (PO Nº 1169, 23/03/11, ¡hace tan sólo un mes!), que “no hay una unidad programática para un frente político. Esto significa que no están reunidas las condiciones para un acuerdo estratégico”. O sea que el CC del PO sabe que ese “programa de urgencia” es “papel mojado” y viene haciendo lo contrario a lo que se deduce de sus propias advertencias acerca de los riesgos de un Frente. Lejos de establecer una delimitación sistemática y metódica frente a la vanguardia a través de su periódico, hacen exactamente lo contrario. Saben que ese es un programa anti-capitalista que no plantea que la crisis la paguen los capitalistas pero, a su vez, consideran que “ese es el programa” que necesita la clase obrera. O sea, en pocas palabras, que el programa del PO… no está planteado.
Como se ve, no se trata de “un delirio del viejo” o que “se le fue la mano” sino de todo un método político: como dijimos en el XVIII Congreso, primero anti-capitalismo para fuera y después anti-capitalismo para adentro. ¿Y el socialismo? Bien gracias, tal vez mañana.
LILIANA OLIVERO, IS-MST 2, EN LA CONFERENCIA DEL FRENTE DE IZQUIERDA:
“COMPAÑEROS, CREO QUE TENEMOS UN GRAN DESAFÍO QUE ES ROMPER LAS FRONTERAS DE NUESTROS PARTIDOS EN ESTE GRAN FRENTE DE IZQUIERDA”
Veamos ahora cómo plantean la cuestión del Frente de Izquierda los compañeros de Izquierda Socialista.
En la propia Conferencia de Prensa donde se presentó el Frente, a la pregunta de una periodista de Página 12 de “¿por qué hoy sí hay un frente de izquierda y antes no?” le respondieron los representantes de las tres fuerzas.
Liliana Olivero de IS-MST 2, respondió que hay tres razones: “En el caso de la corriente de la que yo provengo (¡morenismo!, nota nuestra) hemos hecho algunas experiencias de unidad importante (¡FREPU e Izquierda Unida!, nota nuestra) pero digo parciales a pesar de que se ha intentado lograr ese unidad. Ahora es posible por tres razones: 1. El reclamo, desde hace muchos años, de los trabajadores y de los sectores populares a ese planteo de la Izquierda Unida; de la izquierda unificada. 2. Es el tema de que en los últimos procesos de lucha más importantes estamos juntos más allá de diferencias sindicales. 3. Los K quieren destruir y eliminar a la izquierda en Argentina. (…) y superando el 1,5 % en Agosto vamos a poder decir “rompimos la trampa de la proscripción” y en Octubre va con un frente programático diferenciado de los partidos del régimen.”
Como se ve, Liliana Olivero (electa legisladora por primera vez en 2001 integrando Izquierda Unida, en 2003 por segunda vez con el mismo frente y en 2007 por tercera vez junto al Partido Obrero y ahora candidata a la reelección por el Frente de Izquierda) no registra al actual Frente de Izquierda como una “ruptura” con los anteriores frentes sino como una continuidad. ¡Por eso, el primer punto que justifica el frente es “el planteo de la Izquierda Unida”! ¡No es casualidad! Por eso El Socialista del 14/04/11 dice que Liliana Olivero “Siendo la principal figura de la izquierda cordobesa, es abanderada de la unidad. Siempre integró frentes de izquierda.” ¡Ella es una morenista de larga data: sabe muy bien de qué está hablando!
A su vez, de forma totalmente hipócrita plantea que “en los últimos procesos de lucha más importantes estamos juntos más allá de diferencias sindicales” cuando, para dar sólo un par de ejemplos, en el Estudiantazo cordobés estuvo en contra de la lucha por la anulación de la ley anti-educativa, planteando la “postergación” para dar un mejor debate dentro del parlamento (o sea que era la representante del Parlamento en el movimiento de lucha y no al revés) o cuando su compañero, el “Pollo” Sobrero viene de levantar el paro del Sarmiento para aceptar sin lucha el 23% impuesto por Moyano y representa de cuerpo entero la política carnera, anti-lucha y de adaptación a la burocracia sindical y al Ministerio de Trabajo como demuestra una escucha telefónica en la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra, donde saltó que él mismo le dijo a Tomada que “Es una vergüenza lo que están haciendo el PO y el PTS” y “Yo no tengo nada que ver con todo este quilombo” ¡Y hasta el día de hoy el Pollo no lo admitió ni lo desmintió! ¡Es un escándalo! ¡Esas son las pequeñas “diferencias sindicales” de las que habla Liliana Olivero!
En realidad el PO (junto a la TPR y otras organizaciones) apoyó la lucha de los despedidos en los momentos de mayor agonía y desesperación, mientras los morenistas del PTS e IS carnerearon sin vergüenza el intento de corte de vías del 20 de octubre –cuando la burocracia de la Unión Ferroviaria asesinó al compañero Mariano Ferreyra – escudándose en argumentos democratizantes y reaccionarios (“no importa si ganan o no. El problema es que lo vote la base”). Como se ve, si el PO se hubiera “unido” con el PTS e IS “en las luchas” adaptándose a su política, hubiera sido en perjuicio de los trabajadores y del propio PO. Y, como si fuera poco, se da el lujo de hablar de un “frente programático” para Octubre y se fija como tarea (¡!) “derribar los muros de los partidos que integran el Frente de Izquierda” (textual de la Conferencia del Frente), es decir, reunificar al viejo MAS y aplastar al Partido Obrero.
LOS HUÉRFANOS DEL MAS NO PARAN DE FESTEJAR…
Evidentemente, los morenistas saben que este es su momento y lo están aprovechando a pleno. Por eso no extraña que una gran parte de ellos, ya hayan adherido al Frente.
Por eso, también, no extraña que las condiciones políticas del Frente sean presentadas por los morenistas del PTS tanto como por los de Izquierda Socialista-MST 2, como una victoria incontestable de su programa.
Por eso los morenistas sojeros de Convergencia Socialista[1] sacaron como título en la tapa de su periódico El Trabajador: “Frente de Izquierda: ¡Por fin salió! ¡Sumáte!” (abril de 2011). En ese mismo periódico, CS afirma que “¡Finalmente sucedió y nos alegramos, igual que miles de compañeros y compañeras de todo el país! (…) Convocamos también a los compañeros del MST y PCR que están apoyando a Pino Solanas (…) Hay que incluirlos a todos, para que se sumen como candidatos en un verdadero dream team de la izquierda consecuente”.
Por su parte, los morenistas filo-kirchneristas del Frente Obrero y Socialista, señalaban en su último periódico publicado antes de fusionarse con el COI en un nuevo partido morenista (PSTU), que “Tenemos que superar la división electoral de la izquierda. Los trabajadores siempre nos insisten que tenemos que unirnos. (…) Debemos construir una única alternativa encabezada por los mejores compañeros, y abrir las listas a muchos luchadores honestos y combativos, que no creen en los viejos partidos ni las nuevas trampas. Si la división fue un error siempre, esta vez será peor: cientos de miles de trabajadores y jóvenes no tendrán a quién votar.”
Lo mismo vale para los morenistas michelistas y degennaristas de Opinión Socialista quienes califican al frente como “Un paso adelante” (23/04/11). En su declaración explican que “La presentación de este frente es un paso adelante, que a nuestro entender debería abrirse a todas las fuerzas de izquierda que quieran sumarse. Hay numerosas organizaciones que pueden integrar este frente y potenciarlo políticamente con propuestas y militancia. Los firmantes de este boletín somos un ejemplo de ellas. En particular hay que hacer un llamado al PCR-PTP a que se integre o apoye al frente y también al MST a que se sume a esta propuesta.” (¡Eso sí que es ser morenista a fondo!)
Vale repetir, entonces, que tanto el FOS como CS y Opinión Socialista fueron fundados por ex –miembros del Comité Central del “viejo” MAS y se reivindican, explícitamente, como morenistas. ¿No huele raro, entonces, que la gran mayoría de la diáspora morenista esté festejando la formación del Frente como un triunfo propio?
Los festejos morenistas continúan porque saben que acá no se trata solamente de una elección sino que, en primer lugar, se trata de una victoria estratégica contra el programa del Partido Obrero.
El Socialista (publicación de IS-MST 2) del 13/04/11 titula en letra gigante: “Se logró la UNIDAD de la IZQUIERDA”. En la misma nota, plantea que “1. Hemos priorizado los puntos en común, -más allá de las diferencias- para brindar una alternativa electoral unitaria a quienes nos vienen diciendo “¿por qué si se unen en las luchas se dividen cuando vienen las elecciones?”, “2. Que mientras el kirchnerismo pacta con Menem, Barrionuevo, Rico, Saadi y Moyano, y la falsa oposición se divide o abandona la pelea presidencial… ¡la izquierda se une!”
Lo mismo dice el 14/04/11: “¡Se formó el FRENTE de IZQUIERDA!” y señala que “Con su constitución, se ha dado un paso extraordinario en la unidad de la izquierda. (...) Nunca antes se había logrado esta unidad electoral entre todas las fuerzas de izquierda. Hemos logrado un hecho inédito. Siempre hemos sostenido que más allá de las diferencias entre las distintas fuerzas que componemos el frente -las cuales no podemos ni debemos ocultar-, había de sobra puntos en común para llegar a un acuerdo electoral. Y que sólo hacía falta voluntad política para lograrlo. (O sea, que la responsabilidad de que no haya frentes de izquierda era de la falta de voluntad política del PO, nota nuestra) (…) Muchas veces hemos dicho ¿cómo puede ser que marchamos juntos los 24 de marzo, exigiendo cárcel a Pedraza, en cada aniversario del Argentinazo o ahora ante un nuevo 1° de Mayo, firmando documentos políticos comunes, y cuando viene un proceso electoral cada fuerza va por su lado?
A su vez, en el comunicado, deslizan el planteo de “suspensión del pago de la deuda” (o sea ahora no, mañana tal vez sí) en contraposición al punto “NO al pago de la deuda externa” que defiende el Frente de Izquierda (o sea que los morenistas ya están empezando a desvirtuar el programa).
Toda esta agitación política remata planteando que: “Este 1º de Mayo también diremos: ¡Viva la unidad de la izquierda! ¡Apoyemos al Frente de Izquierda!”. Una imposición absoluta de un balance histórico de la izquierda: ¡Viva la unidad de la izquierda! ¡El programa al carajo!. Evidentemente, los morenistas reconocen a este frente como SU FRENTE. No hay vuelta que darle.
Consciente de esto, Manolo Romano, dirigente del PTS, cierra su balance del acuerdo centrando la conclusión en que “particularmente el Frente de Izquierda en Neuquén es el que ha aportado el hecho más novedoso y destacado del conjunto del acuerdo político alcanzado (…) La participación activa de la corriente clasista del Sindicato Ceramista agrupada en la lista Marrón que impulsa junto al PTS el periódico obrero Nuestra Lucha culminó con la votación en una asamblea de decenas de los obreros más concientes y organizados, por las candidaturas de Alejandro López y Raúl Godoy, fundadores del sindicato, a la cabeza de la lista de diputados provinciales (…) No podemos dejar de señalar la verdad a nuestros lectores: la integración de este sector de obreros avanzados no fue producto de ninguna graciosa ‘concesión en pos de la unidad’ como señaló la dirección del Partido Obrero sino la consecuencia de una dura batalla política que dimos desde el PTS contra el intento de bloquear su participación en el frente” (La Verdad Obrera, 15/04/11).
‘Más claro echale agua’: hasta ahora, con la excusa de un Frente de Izquierda, el PO ha aceptado la conformación de un pacto contra sí mismo.
…Y SE RIEN
EN LA CARA DE ALTAMIRA
Las citas anteriores demuestran que el morenismo argentino está de fiesta. Saben que los ignominiosos términos de programa, método y candidaturas en que el PO aceptó el frente representan, ante todo, una derrota ideológica para la vieja guardia y la posibilidad de hegemonizar a un sector de la juventud o de la militancia que se haya incorporado recientemente y todavía no conozca las diferencias históricas con el morenismo.
Saben que le impusieron sus propios términos al Partido Obrero como admite la propia Jure en la editorial de la última prensa al decir que “Para concretar el Frente de Izquierda, nos hemos visto obligados a hacer concesiones abusivas (¡el triunfo político del PTS!, nota nuestra) en nuestra ubicación en la lista común; junto a la tenaz lucha política de nuestros militantes (que evidentemente no valoran porque la ponen al servicio del morenismo, nota nuestra), hemos hecho un enorme aporte (renegando del método histórico del PO, nota nuestra) al servicio de un frente único de lucha política. Anotemos el hecho como una expresión de nuestra propia confianza en la perspectiva política que nos hemos trazado (¡el anti-capitalismo!, nota nuestra)”.
Saben que, con el Frente de Izquierda, están preparando el terreno para redoblar su campaña por “la unidad de la izquierda” (IS) y “por un partido trotskista unificado entre el PO-PTS-MAS-IS” (como no se cansa de repetir Albamonte). Ellos saben muy bien que el anti-capitalismo es igual a bajar la guardia ante el morenismo. Sépanlo compañeros, eso es lo que se viene.
Como se ve, el método para cerrar un frente espurio contra el Partido Obrero, es arreglar a libro cerrado y sin contrastar ningún balance a la luz de la lucha de clases. No se trata, entonces, de un frente único sino de un pacto. Altamira lo sabe muy bien y por eso continúa diciendo:
JA: “No es el momento de hacer balances. Porque acá hubo un Frente del Pueblo; hubo un Izquierda Unida y ahora están todos unos con el kirchnerismo y el otro está con… ¿con quién está?”
Chipi responde: “Proyecto Sur”
Olivero le pregunta a Altamira: ¿Todos? (Es decir que parte de los herederos del Frente del Pueblo e Izquierda Unida hoy están en el Frente de Izquierda. O sea, obviamente IS y, recordémoslo, el propio Chipi Castillo quien fue militante y responsable de la Juventud Socialista del viejo MAS durante los ’80 – o sea, que el Chipi era el Solano del FREPU
¡Sí, señores! ¡Es en serio que el PTS es morenista! ¡El Chipi Castillo se formó militando junto a los estalinistas del PC y el propio Nahuel Moreno en apoyo a la candidatura presidencial del burócrata peronista de gráficos, léase
“personalidad independiente”, José Villaflor!)
(RISAS GENERALIZADA DE TODA LA IZQUIERDA, EN PARTICULAR DE LOS MORENISTAS)
JA: Bueno… está bien… quiero… no es un generalización…Obviamente, hoy… bueno, es una generalización porque… no estoy pensando… en aquel momento… quiero decir… el organismo “oficial”, los partidos “oficiales” (o sea los que se quedaron con la chapa del MST y el PC, nota nuestra) de ese momento hoy están con el kirchnerismo o la centro-izquierda por lo tanto es un balance complejo y todo lo demás. Esto todos lo sabemos (¡!).
¡Altamira es un CA-RA-DU-RA! “Por lo tanto es un balance complejo y todo lo demás. Esto todos lo sabemos” (¡!). Claro que lo sabemos pero más complejo es explicar por qué el PO se está haciendo el boludo ahora.
La supuesta “complejidad” no exime al PO de la responsabilidad política de establecer un balance político coherente que explique nítidamente la fisonomía del frente, sus acuerdos y sus diferencias. Por el contrario, el intento de encubrimiento de la historia de los presentes (represión) vuelve en forma de chiste y estalla en la cara del propio Altamira. Les guste o no, es insostenible soslayar o negar la procedencia política de las corrientes que conforman el Frente de Izquierda. No decir las cosas como son, es trabajar para el enemigo (las patronales y el Estado, en primer lugar). La verdad, es siempre revolucionaria.
¿NO ERA “DE NINGUNA MANERA”?
EL VIRAJE ANTI-CAPITALISTA DEL XVIII Y XIX CONGRESO LLEVA A QUE EL PO CIERRE UN PACTO CON EL MORENISMO CONTRA EL PARTIDO OBRERO
Porque sigue siendo un partido revolucionario, es que el PO protagonizó junto a la TPR y los tercerizados del Roca el corte de vías del 20 de Octubre. Porque está pegando un viraje anti-capitalista, ahora pretende que, sin ningún balance ni delimitación política mediante, los luchadores del ferrocarril se olviden de esto para ir detrás de un frente con Flavio Bustillo (PTS) y el Pollo Sobrero (IS).
Exactamente esto fue lo que señalamos en la carta al XIX Congreso al Partido al plantear que: “A partir del XIX Congreso se abre la transición política desde un partido socialista revolucionario hasta un partido anti-capitalista, o sea, centrista. Esta transición, en tanto tal, va a estar plagada de contradicciones y convulsiones y, durante un primer período, seguirán primando los rasgos revolucionarios que caracterizan al PO pero advertimos: el Informe Político al XIX Congreso significa votar un cheque en blanco al CC para que lleve al Partido Obrero hacia el anti-capitalismo. Anticipamos, entonces, que el tránsito hacia esa política centrista no será pacífico, gradual o indoloro. Tendrán que hacer muchas porquerías para poder imponer esa línea política nefasta.” (29/03/2010). Hoy, a un año, podemos ver que no nos equivocamos.
Nadie esperaba que el PO aceptara un Frente de Izquierda bajo las condiciones extorsivas del morenismo (como la patraña del “equilibrio” en las candidaturas, o sea, no importa el tamaño de cada partido sino que se distribuya entre la cantidad que estamos en el frente) que hace un par de años era denunciado por el PO como una provocación y esta vez se haya aceptado hacer.
Nadie pensaba que el PO iba a estar dispuesto a hacer enormes concesiones “en nombre de la unidad” en torno a un programa que se restringiera estrictamente al programa democratizante, anti-catastrofista y anti-piquetero del PTS. Nadie lo esperaba porque no lograron (o no quisieron) comprender los alcances liquidacionistas y de viraje al centrismo que implicaba la orientación anti-capitalista del XVIII y el XIX Congreso.
Sólo los compañeros de la TPR lo denunciamos en aquella ocasión y, por eso mismo, no extraña que seamos la única organización que hoy lo señala. La lucha contra esta adaptación al morenismo por parte del PO se encuentra en la génesis de nuestra organización. Fue para combatir ese viraje que, justamente, se planteó como una tarea de primer orden la construcción de una Tendencia Piquetera Revolucionaria que “defendiera la tradición política del PO frente a la bancarrota teórica y política del anti-capitalismo” (Carta abierta al XIX Congreso del PO, 29/03/2010).
No nos equivocamos y, a pesar de la tenaz lucha política que hemos librado a lo largo de todo un año, el Comité Central sigue insistiendo en desarrollar su orientación hacia el centrismo y, por eso, ahora adopta la forma de un frente con el morenismo.
¿Alguien se acuerda de los tiempos del XVIII Congreso (allá por el lejano abril de 2009) cuando, consultado por el frente entre el PTS-MAS-IS, Altamira decía que “Se dividieron los distritos y no se apoyan entre sí. Eso no es un frente (...) No vamos a enfrentar la crisis mundial con grupos que se recelan entre sí” (PO Nº 1083, 14/05/2009, www.ciudaduno.com, “Los avatares del frente residual”, Luis Oviedo). ? Por si quedaba alguna duda, Jorge no paraba de dar argumentos para explicar su posición: “Los compañeros del Nuevo MAS, IS y PTS parecen olvidar que simplemente ni existen en la inmensa mayoría de las provincias, y que en varias en las que tienen presencia han perdido la personería electoral. No se debería excluir que el desinterés manifestado por las organizaciones mencionadas para avanzar y elaborar sobre nuestra propuesta esconda una seudo maniobra, o sea que insisten en repetir el fiasco de hace dos años, cuando armaron un frentito que nadie registró y que tampoco tuvo una evolución ulterior.” (PO Nº 1078, 09/04/2009, “El frente anti-capitalista y la izquierda”, Jorge Altamira). ¿Y ahora qué paso? ¿Ahora sí vamos a enfrentar la crisis mundial junto al PTS, el MAS e IS-MST 2? ¿Ahora sí existen en la mayoría de las provincias? ¿Ahora sí vamos a armar un frente que todos registren y tenga una evolución ulterior? Evidentemente, el viraje anti-capitalista del PO hacia el centrismo morenista no resiste el archivo de tan sólo un par de años.
A su vez, ¿alguien se acuerda de las elecciones de 2007 y la claridad de Pitrola cuando explicaba que: “la abundancia de sus exigencias y condicionamientos ponía de manifiesto que pretendían romper cualquier acuerdo, o en todo caso conseguir de algún modo que la militancia y la organización nacional del PO (en algunos casos cuenta con una importante implantación electoral) hicieran campaña para sacarlos, a ellos o a quienes proponían como candidatos en posiciones centrales (vicepresidencia, gobernadores, senadores), del anonimato ciudadano”? (PO Nº 1007, 30/08/2007, Editorial: “Elegimos la claridad”)
¿Tanto cambió la situación de 2007 a 2011, en el intenso desarrollo de 4 años de la bancarrota capitalista mundial, para que el PO se refiera al PTS y a IS-MST 2 como “izquierda revolucionaria” (que fue la expresión de Altamira para referirse a los morenistas en la Conferencia de presentación del Frente)? No, lo que cambió fue el CC del PO, que se hizo anti-capitalista, y por eso ahora va a la rastra de los reyes del anti-capitalismo: los morenistas.
Basta con señalar que tanto el MAS como Izquierda Socialista reivindican explícitamente el “anti-capitalismo” sin necesidad de inventar la distinción entre uno “trucho” y otro “consecuente”, que tanto el PO como el PTS tienen tendencias (o militantes) dentro del Nuevo Partido Anti-capitalista (NPA) de Besancenot y que el PTS, en su última conferencia de su juventud, directamente votó que su “armazón teórico, programa y política correcta es, sobre todo, un punto de vista anti-capitalista, de enfrentamiento al Estado”.
¡El anti-capitalismo brota por todos lados! ¡El morenismo, por su concepción, su programa y sus métodos movimientistas y democratizantes es, justamente, el fraude político del “anti-capitalismo consecuente” hecho partido!
Por lo tanto, con esta capitulación ante el morenismo que representa este Frente de Izquierda, Altamira termina de romper con cualquier tipo de vínculo que le quedaba con lo que él mismo planteó en el BI Nº1 de 2007 que presentó de cara al XVII Congreso del Partido y lo que, de alguna forma, fue para nosotros un despertar a los desafíos políticos que tenían que encarar el Partido Obrero (de los cuales después él mismo desertó y, por seguir dando esa misma lucha política que él comenzó, pretendió estigmatizarnos como “camarilla”).
La minuta en cuestión tenía el objetivo declarado de revolucionar al PO para reforzar una intervención que prepare a la clase obrera para intervenir frente a la bancarrota capitalista mundial que se encontraba a pocos meses de estallar (la crisis de las hipotecas sub-prime en EEUU de mediados de 2007). Demostraba una enorme conciencia política de la realidad histórica en que le tocaba intervenir al Partido y qué métodos eran los adecuados para traducir esa compresión política a la intervención cotidiana.
Por eso, para estar a la altura de los acontecimientos, el BI Nº 1 defendía la necesidad de una intervención programática de partido con una agitación “sistemática y metódica” (o sea, agitar para que la clase obrera intervenga en la crisis de poder con un planteo socialista) y se oponía férreamente tanto al seguidismo a los movimientos reivindicativos como a la izquierda morenista en descomposición. El método para preparar a la clase obrera no era la disolución en el frentismo sino revolucionar la intervención del partido.
Hoy, a 4 años de intensa bancarrota capitalista y de crecientes ascensos de masas como la revolución árabe, la situación es exactamente la contraria. El XX Congreso se propone votar: “¡Bienvenida la disolución del PO detrás del movimientismo, el anti-capitalismo y el morenismo! ¡Chau el BI Nº1 y que no vuelva nunca más!
En tan sólo 4 años, el Partido Obrero (y el propio Jorge Altamira) se olvidaron por completo del “sistemático y metódico” y del famoso “DE NINGUNA MANERA”. Ya no queda nada en pie del BI Nº 1. Evidentemente, dentro del PO triunfó en toda la línea la “tendencia sistemática a esquivar esta tarea y a reemplazarla con un empirismo organizativo y acciones reivindicativas aisladas” (BI Nº 1, textual), es decir, la tendencia que después adoptó “status teórico” con el anti-capitalismo del XIX Congreso.
CRÓNICA DE UNA DISOLUCIÓN ANUNCIADA (EN EL MORENISMO)
¿No es claro, entonces, que la política anti-capitalista conduce al morenismo?
En el XVIII Congreso del PO, el último Congreso antes de nuestra expulsión, el CC del Partido logró que la absoluta mayoría (con la excepción de nosotros) votara impulsar una Coalición Anti-capitalista en contra de la consigna “por un gobierno de los trabajadores” con la excusa del “atraso de la clase obrera”.
En el XIX Congreso, el viraje anti-capitalista del PO pegó un salto en calidad, y en su resolución sobre la situación internacional ya iniciaron una revisión teórica del Programa de Transición, primer punto del Estatuto del Partido, para justificar dicho viraje. Dice la resolución de dicho congreso: “Las reivindicaciones mínimas mantienen plenamente su vigencia y son la vía hacia las reivindicaciones transitorias (control obrero) (…) La crisis vuelve a plantear la vinculación entre las reivindicaciones mínimas y transitorias, y la cuestión de la lucha por el poder. El rol del Estado y la cuestión del poder aparecen más abiertamente en épocas de crisis. Esta es la dinámica de la lucha de clases durante la crisis y la que tiene que guiar la acción del partido revolucionario. No se trata de contraponer abstractamente el socialismo a la crisis y al derrumbe capitalista. La toma del poder, el gobierno obrero y de los trabajadores, es la perspectiva que se deriva de la intervención en la lucha de clases orientando la resistencia de los trabajadores a los embates capitalistas.” (En Defensa del Marxismo Nº 38, Mayo-Junio 2010, “La situación internacional y la lucha por la Cuarta Internacional” – Resolución del XIX Congreso del Partido Obrero).
O sea: para el XIX Congreso del PO, primero hay que luchar por “reivindicaciones mínimas” (por ejemplo, salario). Luchando por esas reivindicaciones mínimas se van a plantear las reivindicaciones transitorias (control obrero). Y, a partir de orientar la resistencia de los trabajadores a los embates capitalistas (es decir, dirigiendo la lucha defensiva de la clase obrera), “se deriva” la perspectiva del gobierno obrero y de los trabajadores. En base a esto, el Partido, entonces, se tiene que reducir al sindicalismo, y después “todo llega” porque “se deriva”. Un absurdo total. Lenin y Trotsky se revuelcan en su tumba. La tarea de la agitación socialista como Partido, para estructurar a la clase obrera de forma independiente y volcarla a intervenir sobre la situación política a través de un programa de reivindicaciones transitorias, ha sido reducida a la nada.
Por el contrario, es el propio Trotsky quien en el artículo “El atraso de la clase obrera norteamericana” explica qué quería decir con el Programa de Transición:
“Nuestro programa debe prestar mejor atención a las tareas objetivas de la clase trabajadora que al retraso de los trabajadores (negritas nuestras). Debe reflejar la sociedad tal como es y no el atraso de la clase trabajadora. Constituye precisamente un instrumento para superar y erradicar ese atraso. (…)
No podemos garantizar que las masas resuelvan la crisis, pero tenemos que expresar la situación como es, y ésa es la misión del programa. (…)
¿Qué puede hacer un Partido revolucionario en este momento? En primer lugar, ofrecer un análisis claro y honesto de la situación objetiva, de las tareas históricas que se desprenden de esta situación independientemente de si los trabajadores están o no maduros para realizarlas (negritas nuestras). El objetivo es elevar el nivel de conciencia de los trabajadores. Eso es lo que debe formular el programa y presentarlo a los trabajadores avanzados.
Algunos dirán: “Bien, el programa es un programa científico; responde a la situación objetiva, pero si los trabajadores no aceptan este programa será estéril.” Es posible. Pero ello sólo significa que los trabajadores serán aplastados, ya que la crisis no puede ser resuelta más que a través de la revolución socialista (…)
Y cuando aparecemos con nuestro programa ante la clase trabajadora, no podemos garantizar que vaya a aceptar nuestro programa. No nos podemos responsabilizar de ello..., sólo nos responsabilizamos de nosotros mismos. Debemos decir a los trabajadores la verdad, y así ganaremos a los mejores elementos. (…)
Por eso son falsos todos los argumentos que declaran que no podemos presentar tal programa, porque no responde al nivel de conciencia de los trabajadores. Sólo expresan temor ante la situación. Naturalmente que si me coloco una venda en los ojos puedo escribir un buen programa de color de rosa, que todos aceptarán. Pero no respondería a la situación. Creo que este argumento elemental es de suma importancia (negritas nuestras).
(…) Ninguna de estas reivindicaciones puede ser satisfecha bajo el capitalismo. Por eso decimos que son consignas de transición. Tienden un puente al nivel de conciencia de los trabajadores y, después, un puente material para la revolución socialista.”
Trotsky es muy claro al respecto: “mejor atención a las tareas objetivas de la clase trabajadora que al retraso de los trabajadores”, “ofrecer un análisis claro y honesto de la situación objetiva, de las tareas históricas que se desprenden de esta situación independientemente de si los trabajadores están o no maduros para realizarlas”, “superar y erradicar ese atraso”; “expresar la situación como es, y ésa es la misión del programa”.
Y, de forma tajante, responde a los centristas y democratizantes que pretenden transformar al Programa de Transición en un Programa para la Adaptación al anti-capitalismo: “Por eso son falsos todos los argumentos que declaran que no podemos presentar tal programa, porque no responde al nivel de conciencia de los trabajadores. Sólo expresan temor ante la situación.”
¿Dónde está entonces que primero va el programa mínimo, después el programa transitorio y, de ambos dos, luego “se deriva” la “perspectiva” de un gobierno de los trabajadores? Sólo en la cabeza de Altamira y el XIX Congreso. Como se ve, este etapismo conservador, sindicalero y anti-dialéctico sólo puede reflejar una cosa: el temor ante la situación de bancarrota, guerra y revoluciones a nivel mundial.
¿Qué tenemos entonces?
XVIII Congreso: Reivindicación de un supuesto anti-capitalismo “consecuente”, como punta de lanza para introducir el criterio de adaptación sistemático a la “conciencia de las masas” (o sea, a su atraso en oposición directa al método del Programa de Transición).
XIX Congreso: Desguace del Programa de Transición separando en distintas etapas la lucha reivindicativa, de las consignas transitorias y la lucha por el poder. Su objetivo fue, por lo tanto, darle al anti-capitalismo “status teórico” para reducir al Partido al sindicalismo.
XX Congreso: Ratificar la adaptación al morenismo expresada en el Frente de Izquierda, llevando a fondo el viraje anti-capitalista tanto en el plano nacional como internacional.
Como se ve, hay toda una pauta de conducta. De congreso a congreso, el CC fue haciendo un meticuloso trabajo de falsificación ideológica para presentar el viraje anti-capitalista como la quinta esencia del trotskismo. Una auténtica estafa política que sólo repite a Ernest Mandel, a Daniel Bensaïd, al Secretariado Unificado… y al propio Nahuel Moreno.
NO ES “UN FRENTE DE LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA” ES UN FRENTE CONTRA LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA
Efectivamente, el paso previo para poder aceptar un frente anti-catastrofista con el morenismo, que le da la espalda a la bancarrota capitalista, fue el planteo anti-capitalista y sindicalista de que no está planteado luchar por un gobierno de los trabajadores sino que, por el contrario, el método de la IV Internacional sería… concentrar la actividad del Partido en la pelea por las reivindicaciones mínimas. O sea que “cuando hay crisis” nos concentramos en las reivindicaciones mínimas y “cuando no hay crisis”… también. Cambia la marcha, por lo tanto, pero el Partido sigue pisando en el mismo lugar siempre.
Porque, justamente, un Partido que estructura toda su actividad en función de conseguir reivindicaciones mínimas cuando hay un cuadro de derrumbe de la economía mundial, de guerras imperialistas y civiles, de revoluciones y contrarrevoluciones, de catástrofes nucleares; es un partido que no se prepara para intervenir en la crisis capitalista (como había señalado, oportuna y acertadamente, el BI Nº 1 de 2007)
Y, por lo tanto, un Partido cuyo principal objetivo es luchar por reivindicaciones mínimas dándole la espalda a la bancarrota capitalista, perfectamente puede bajar la consigna “¡que la crisis la paguen los capitalistas!” y aceptar la posición política del PTS de que la crisis “no es tan grave” y de que “no llegó a Argentina y a América Latina”.
¡Hay una línea de continuidad evidente entre bajarse de una intervención “sistemática y metódica” como planteaba el BI Nº 1 de 2007, el bandazo anti-capitalista del CC y su adaptación al programa del PTS e IS!
¿DE NINGUNA MANERA? Altamira mismo responde: No, con un programa anti-capitalista (que no plantea “que la crisis la paguen los capitalistas”) cerramos con el morenismo como ellos quieran.
O LA CRCI LUCHA POR UN FRENTE 100% DE IZQUIERDA,
REAL Y EN LA CLARIDAD EN ARGENTINA…
O SE VIENEN LOS FRENTES ANTI-CAPITALISTAS DE LA CRCI EN TODO EL MUNDO
Sobre la base de estos planteos, desde la TPR queremos advertir a todas las secciones de la CRCI que esa “línea de continuidad” va a seguir extendiéndose hasta que las implicancias de la adaptación del CC del PO al morenismo tengan consecuencias de alcance internacional.
Como dijimos de cara al XIX Congreso del Partido: “la tentativa de transformar al PO en un Partido Anti-capitalista no puede ser leída únicamente sobre líneas nacionales, dado que está en contradicción flagrante con la orientación que la CRCI defiende públicamente, puesto que la CRCI no es anti-capitalista.” De hecho, como se encarga de destacar todo el tiempo Savas, la CRCI nació en oposición directa a los “frente amplios anti-capitalistas que desdibujan la línea entre reforma y revolución”.
Por eso, que Altamira haya dicho que el programa del frente “es una definición política y una delimitación en el mundo, una delimitación y observación para toda la clase obrera mundial” no tiene nada de inocente. Esta insinuando lo que nosotros venimos denunciando hace más de un año: Altamira quiere transformar a la CRCI en la Internacional del anti-capitalismo consecuente.
Es decir que el programa anti-catastrofista, anti-piquetero, democratizante, que no reivindica los levantamientos populares y que no denuncia a la burocracia sindical, sería ahora el programa para agrupar fuerzas en todo el resto de los países del mundo.
Por eso, como mínimo, si le damos entidad a las palabras de Altamira, la CRCI tendría que unificarse (o, al menos, hacer un frente anti-capitalista mundial) con la FT-CI, la UIT-CI, y por qué no, si se trata de ser “anti-capitalistas” y “unir a la izquierda”, con los propios mandelistas del Secretariado Unificado (NPA francés).
Y esto sólo para arrancar ya que las implicancias disolventes de tan nefasta orientación hacia el centrismo son realmente incalculables.
¿ALTAMIRA VA A PLANTEAR EN LA CRCI QUE EL EEK SE TIENE QUE UNIFICAR CON LOS CENTRISTAS DE ANTARSYA?
¿Qué significa esto? Que, por ejemplo, el EEK tendría que hacer un frente con la izquierda “radical” anti-capitalista de Antarsya.
La misma fue calificada por Savas Matsas como “una típica ‘amplia coalición anti-capitalista’, con una gran cantidad de retórica radical, evitando siempre plantear la tarea del gobierno de trabajadores y el poder obrero, una completa confusión en el tema central de la deuda externa (la mayoría adopta la plataforma de los “economistas de izquierda” por “una moratoria y renegociación de la deuda para repudiar parte o toda” y una salida del euro con un devaluado dracma, mientras que otros, en minoría, apoyan el total repudio a la deuda sobre la base de una transformación social revolucionaria)” (PO Nº 1154, 11/11/2010, “Descontento de las masas y disgregación del sistema político burgués”, Savas-Matsas).
Ahora, según Altamira, esto no sería un problema ya que Izquierda Socialista (MST 2) plantea la “suspensión” del pago de la deuda externa, así como Antarsya plantea la “moratoria”, y eso no evita que forme parte del frente de la izquierda “revolucionaria”, cuyo programa es una “referencia para la clase obrera mundial”.
¿LA CRCI SE VA A UNIFICAR CON LA IZQUIERDA RADICAL ANTI-CAPITALISTA EUROPEA?
E incluso, en el mismo sentido, plantearía una política frentista con toda la izquierda radical anti-capitalista europea, dado que lo único que importa es la lucha por “reivindicaciones mínimas” y no la lucha por el poder. ¡Es nefasto! ¡La CRCI se fundó sobre la base de una delimitación férrea y tajante frente a la izquierda radical anti-capitalista, que es absolutamente servil a la centroizquierda y la burocracia sindical europeas, y que ha abandonado hace rato ya la estrategia de la dictadura del proletariado! ¡Con el método del Frente de Izquierda, mandelistas, morenistas y los partidos de la CRCI podrían convivir detrás del programa del Frente, dando la espalda a la bancarrota capitalista y a la necesidad de organizar a los trabajadores en la lucha por su propio gobierno! ¿Por qué no construir, entonces, una “Internacional obrera revolucionaria unificada” también, dejando de lado cualquier referencia concreta a la IV Internacional y su programa? ¿Si total con el Frente de Izquierda ya tenemos el programa para la clase obrera mundial, el común denominador del “sindicalismo trotskizante”? ¿Se viene la “cooperación” entre la FT-CI y la CRCI? Las conclusiones del Frente de Izquierda llevadas a escala planetaria, como se puede ver, plantean objetivamente la disolución de la CRCI y el colapso terminal de esta inapreciable conquista de la clase obrera mundial.
EL ANTI-CAPITALISMO DEL PO YA ESTÁ LLEGANDO A LA CRCI
Probablemente, la mayoría de los compañeros del resto de los partidos de la CRCI crea improbable que les suceda lo mismo en sus propios países. Es un juego de palabras irónico, pero es díficil pensar que no sea así.
Sin ir más lejos, los compañeros del PCL fundaron su partido combatiendo a los anti-capitalistas de Refundación Comunista, quienes se integraron al gobierno de Prodi. El EEK combatió a los anti-capitalistas de Antarsya durante las huelgas generales de la clase obrera griega. La lucha de clases impuso una diferenciación objetiva muy clara entre la CRCI y el anticapitalismo a nivel mundial.
Sin embargo, lo mismo había sucedido en Argentina: mientras el PTS boicoteaba al movimiento piquetero, la creación más genuina de la clase obrera argentina en las últimas décadas; el PO se colocaba a la cabeza de su organización independiente y de su intervención revolucionaria en el marco de una enorme crisis capitalista, derrumbe del Estado y disolución de las relaciones sociales de producción.
Esto no impidió, sin embargo, que ahora el CC del PO haya impuesto la adaptación al PTS y a IS a través del Frente de Izquierda. Dos años de viraje anti-capitalista del CC lo han logrado. Y, por eso mismo, es que queremos alertar al conjunto de la CRCI. Como dijimos en nuestra carta abierta al XIX Congreso del PO, o la CRCI combate el viraje anti-capitalista del PO o el CC del PO gana a la CRCI al anticapitalismo.
Y queremos alertar a la CRCI porque esta orientación anti-capitalista ya se ha comenzado a expresar de forma embrionaria en sus declaraciones. En una reciente plantean que: “El desarrollo de la crisis y de la lucha de clases ha dejado al desnudo los límites insalvables de los movimientos pequeño-burgueses que reivindican el anticapitalismo sobre la base de relaciones sociales capitalistas.” (En Defensa del Marxismo Nº 39, Agosto-Septiembre 2010, “En qué etapa nos encontramos” – Savas Matsas, Franco Grisolía y Jorge Altamira).
O sea, que habría otro tipo de anti-capitalismo, un “anti-capitalismo consecuente” que realmente pelea por la superación revolucionaria del capitalismo (dictadura del proletariado). ¡Pero el anticapitalismo, por definición, agrupa a todo lo que se mueve contra el capital y, por lo tanto, va desde la revolución hasta la reforma! Se ha cansado de afirmar esto el compañero Savas Matsas, como también lo señaló el propio Altamira en su momento (¿alguien se acuerda del artículo “Anticapitalismo y socialismo: el ABC y sus implicancias”, de la PO Nº 1080 del 23/04/2009?).
Por lo tanto, la afirmación volcada en la En Defensa del Marxismo, puede implicar que la CRCI empiece a embellecer al anticapitalismo y plantea que el viraje anti-capitalista del PO arrastre también a la Coordinadora en su conjunto a la adaptación a las distintas variantes democratizantes del trotskismo y la izquierda a nivel mundial.
LA CRCI TIENE QUE FIJAR POSICIÓN. FRENTE DE IZQUIERDA: ASÍ NO
Para que esto no suceda, es necesario que la CRCI fije posición oponiéndose al desarrollo del Frente de Izquierda en los términos en que fue creado: con el PO adaptándose al morenismo y dando la espalda a la crisis mundial.
Hay que hacer valer el peso de años de lucha política sistemática contra las variantes centristas y anti-capitalistas de la izquierda y el trotskismo a nivel mundial. Hay que hacer valer, también, la tradición de la CRCI, que nació al calor de la mundialización del Argentinazo, del derrumbe del capital, y de la guerra imperialista en Medio Oriente.
La CRCI se formó para refundar, en lo inmediato, la Cuarta Internacional para intervenir en la crisis mundial estructurando al proletariado como factor político independiente, y luchando por el gobierno mundial de la clase obrera.
Es un hecho muy grave para la Coordinadora que el PO, su principal partido, adopte una orientación de adaptación al morenismo. Muy por el contrario, el PO debería ser el batallón argentino de la Cuarta Internacional, y como tal, utilizar las elecciones como un medio para desarrollar la organización independiente de la vanguardia obrera en la lucha por la dictadura del proletariado.
Lejos de eso, el CC del PO está decidiendo hacer de la adaptación al morenismo el programa para la CRCI. Entonces, desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria llamamos a todos los partidos que integran o simpatizan con la CRCI a pronunciarse, diciendo: ASÍ NO.
Un frente de izquierda no puede implicar la adaptación del PO al morenismo. Por el contrario, el PO tiene que modificar su orientación y subordinar la intervención en las elecciones a la necesidad que tiene la clase obrera de derrotar la reforma política, estructurarse como factor independiente e intervenir sobre la crisis política, enfrentar la bancarrota capitalista, expulsar a la burocracia de los sindicatos y el imperialismo del país, y poner en pie un gobierno de los trabajadores.
EL IMPASSE POLÍTICO DE LA CRCI PUEDE TERMINAR EN UN PROGRAMÁTICO HACIA EL ANTI-CAPITALISMO DE CONSECUENCIAS DISOLVENTES
Esto es muy importante, porque si las secciones nacionales de la CRCI y todas las organizaciones simpatizantes no reaccionan a tiempo frente a la adaptación del PO al morenismo, el impasse que ya está atravesando a la CRCI por el viraje anti-capitalista del PO, se puede transformar en un retroceso programático, que puede tener consecuencias disolventes detrás de las corrientes del trotskismo morenista y democratizante a nivel mundial.
La impasse de la CRCI es innegable y se expresa en un hecho gravísimo: la última edición de El Obrero Internacional fue publicada en… ¡mayo de 2007! ¡El Obrero Internacional dejó de salir después del estallido de la bancarrota capitalista mundial! Esto es nefasto, porque el periódico de la CRCI jugó un rol central en la homogeneización de la intervención de la Coordinadora y el conjunto de las organizaciones que la componen (o componían) en el cuadro histórico de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones. Que haya dejado de ser publicado, expresa que el impasse de la CRCI tiene una naturaleza política, que se ubica precisamente en la explosión de la crisis mundial.
Sin ir más lejos, hace meses que se ha desatado una revolución en todo el mundo árabe, ¡y la CRCI ni siquiera ha sacado una declaración fijando posición! Tan sólo lo ha señalado en algunos artículos de sus periódicos nacionales pero no ha sacado ningún material para librar una lucha política y un apoyo militante a nivel internacional.
Es criminal, porque implica que la Coordinadora no está explotando el potencial revolucionario que abre la irrupción de las masas árabes en la bancarrota capitalista, lo que choca con el método que ha adoptado tanto el PCL como el EEK. Ambos partidos están desarrollando una agitación en sus propios países para extender la tendencia a la revolución. Es por eso que el PCL plantea, textualmente, “como en Túnez y Egipto, ¡Fuera Berlusconi!” y el EEK plantea la lucha por una huelga general indefinida y por el gobierno de los trabajadores.
En vez de potenciar y explotar al máximo esta intervención, la CRCI profundiza su impasse. Porque pasó de no sacar El Obrero Internacional a, ahora, directamente ni siquiera sacar una declaración y un plan de trabajo mundial frente a ¡la confirmación fáctica de todos los pronósticos y el método catastrofista de la CRCI: la revolución árabe!
Y, desde la TPR, queremos repetir: este impasse político es producto del viraje anti-capitalista del PO. Porque mientras el PCL y el EEK luchan por desarrollar la intervención revolucionaria de la clase obrera en sus propios países, el CC del PO se sumerge en la adaptación al morenismo a través del Frente de Izquierda.
Mientras el PCL y el EEK batallan a través de su agitación socialista para estructurar a la vanguardia obrera detrás de un planteo de poder, el CC del PO teoriza y practica la oposición a la lucha por el poder y la reducción de la actividad de la clase obrera a la pelea por “reivindicaciones mínimas”, en vez de asociar la lucha por reivindicaciones y la lucha por el poder a través de un auténtico Programa de Transición.
¿Cuánto tiempo más pueden convivir estas tendencias divergentes en el seno de la CRCI? La indefinición de la CRCI en su conjunto frente a esta disyuntiva es lo que la está llevando a la parálisis. Pero, como decía Lenin, “lo que no avanza, retrocede”.
Si las secciones nacionales de la CRCI que defienden el combate contra el anticapitalismo no avanzan contra el viraje de 180° que está adoptando el PO, el CC del PO va a avanzar sobre la CRCI y le va a imponer un viraje mundial hacia el anti-capitalismo y, por lo tanto, generar que el impasse se transforme en disolución política. Efectivamente, estas tendencias contradictorias ya están actuando y se expresan en las declaraciones y los documentos internacionales que hoy mismo elabora la CRCI.
NEGAR QUE ESTAMOS ENTRE LA SEGUNDA Y LA TERCERA GUERRA MUNDIAL ES NEGAR LA POSIBILIDAD DE PREPARAR A LA CRCI PARA INTERVENIR SOBRE UNA ETAPA DE GUERRAS, REVOLUCIONES Y CONTRARREVOLUCIONES
En la “Resolución Política del Secretariado Internacional de la CRCI – 10 de julio de 2010”, se reconoce correctamente que “la bancarrota capitalista no solamente es la expresión más aguda de un largo período de crisis capitalista; también irrumpe en una sociedad inmersa en guerras y rebeliones populares, en catástrofes y barbaries” y también que “se trata, en principio, de una relación de dependencia, que la bancarrota capitalista (guerra monetaria por una revaluación de la moneda de China) solamente ha puesto en evidencia. La lucha por la reestructuración del mercado mundial es un aspecto decisivo de la presente crisis mundial. Esta confrontación es una semilla de nuevas guerras”.
Es decir que el Secretariado Internacional afirma, con toda claridad, que la cuestión de la guerra es una cuestión decisiva en la presente crisis mundial, y que juega un rol definitorio en el desarrollo de la bancarrota capitalista. Es exactamente lo que los militantes de la Tendencia Piquetera Revolucionaria señalábamos antes de ser expulsados del Partido Obrero; y es lo que el CC del Partido Obrero, particularmente Gabriel Solano, pretendían ridiculizar al decir que nosotros le exigíamos al Partido… tener preparación militar para una guerra atómica. Un absurdo total.
Mientras los compañeros que fuimos expulsados planteábamos que el PO tenía que preparar a la clase obrera y los luchadores para intervenir políticamente sobre un cuadro marcado por la guerra, el CC del PO le bajaba la guardia a la vanguardia obrera sobre las implicancias objetivas que encierra la crisis proponiéndole que luche solamente por reivindicaciones mínimas. Ese era el debate real.
Sin embargo, en esa misma declaración de la CRCI, se incurre en el mismo método del CC del PO de bajarle la guardia a los luchadores, cuando se afirma que “el imperialismo no cuenta con la fortaleza histórica y el aval social para desatar una tercera guerra mundial. Antes deberá someter a las masas con el método de la fascistización”. Como se ve, afirma la posibilidad de una tercera guerra mundial (lo cual, a nuestro entender, ya es positivo en sí mismo porque legitima el debate sobre el punto) pero lo nombra solamente para explicarnos que “aún no”, “todavía no”. O sea, para tranquilizar y transmitir esepticismo en lugar de proponer un pronóstico alternativo y una pauta de intervención.
La afirmación de la declaración universaliza un rasgo (central, pero rasgo al fin) de las condiciones históricas que propiciaron el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y lo traslada, de forma abstracta, al actual cuadro histórico actual.
El razonamiento es el siguiente: como antes de la Segunda Guerra Mundial hubo un Franco que derrotó a la revolución española, un Mussolini que aplastó a la clase obrera italiana y un Hitler que hizo lo propio con la alemana, sometiendo a las masas con el método de la fascistización, entonces lo mismo tiene que ocurrir ahora para que pueda haber una Tercera Guerra Mundial. Y supone, por lo tanto, que eso no está sucediendo. Entonces, la conclusión es obvia: “no pasa nada muchachos. Falta tanto que mejor ni se preocupen.”
La afirmación es falsa, entonces, no sólo porque parte de unilateralizar el hecho de que el imperialismo ya está empantanado en las guerras que ha desatado en Medio Oriente sino que, fundamentalmente, niega olímpicamente que ahora mismo se registra un avance de la derecha en las elecciones, tanto en Europa como en EEUU, y que el imperialismo avanza con su ofensiva belicosa y golpista tanto en América Latina, Medio Oriente como en África para aplastar las rebeliones populares. O sea para disciplinar a los luchadores o, como prefiere la CRCI, “disciplinar a las masas con métodos fascistizantes”. Para el caso, es lo mismo.
De hecho, en Estados Unidos, Obama ha tenido que aceptar el programa de ajuste del Tea Party para lograr la aprobación del presupuesto; y en Francia existe el riesgo de que gane las elecciones la hija de Le Pen, una fascista a todas luces. Un sector de la burguesía europea, particularmente la francesa, tiene la política de expulsar a los inmigrantes árabes que emigran a Europa desde Túnez y Libia. ¿Hay que recordar las decenas de miles de personas que ya fueron asesinadas o mutiladas en África con el objetivo reaccionario de ahogar en sangre la revolución árabe? La CRCI, por lo tanto, está bajando la guardia ante las tendencias fascistizantes que efectivamente se desarrollan en el marco de la bancarrota capitalista.
Al mismo tiempo, niega la posibilidad de que la Tercera Guerra Mundial se pueda desarrollar por las propias contradicciones del régimen capitalista entre las distintas potencias imperialistas. Esto, porque omite caracterizar que se están generando las condiciones para una situación pre-revolucionaria a nivel mundial, cuyas expresiones embrionarias se verifican en los choques entre Alemania por un lado, y Francia y Gran Bretaña por el otro, frente al quebranto de los estados de la Unión Europea; en los choques proteccionistas entre EEUU y China que ponen de relieve los límites del acople chino-norteamericano y el carácter inconcluso y sui generis de la restauración capitalista en China. Y, sin ir más lejos, en la situación pre-revolucionaria en curso en América Latina, y en la situación revolucionaria que se desarrolla en el mundo árabe y el norte de África. Los choques militares entre Corea del Norte y Corea del Sur, la invasión a Libia, la invasión a Haití, y las guerras civiles en Asia y África son la consecuencia de todo este cuadro de conjunto.
El propio Trotsky afirmaba en el Programa de Transición, escrito en 1938, que había una situación pre-revolucionaria a nivel mundial. Y es sobre la base de esa caracterización que prepara a las secciones nacionales de la IV Internacional para intervenir frente a la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, se nos plantea exactamente la misma perspectiva histórica a quienes defendemos su legado revolucionario: refundar inmediatamente la IV Internacional para enfrentar la bancarrota capitalista y la Tercera Guerra Mundial.
¡EL PROPIO ALTAMIRA RECONOCE LA POSIBILIDAD DE LA TERCERA GUERRA MUNDIAL!
¿SE HIZO DE LA TPR? NO, AL MISMO TIEMPO QUE RECONOCE RASGOS EMPÍRICOS AUMENTA SU CONSERVADURISMO
Desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria señalamos, en la Editorial de la revista del FEL N°4 publicada el 24/03/2011 y titulada “De la Segunda a la Tercera Guerra Mundial” que: “Hace 14 días, el ministro del interior de Italia, Roberto Maroni, fue entrevistado por el diario La Padania sobre qué política debía llevarse a cabo en los países del Magreb en los que se levantó el pueblo contra los regímenes gobernantes. El ministro dijo: “Una acción militar fuerte, en particular por parte de los Estados Unidos, no haría otra cosa que coaligar a los otros Estados árabes y las consecuencias serían devastadoras”. Su conclusión, en este punto, fue contundente: “una intervención militar (en Libia) significaría la Tercera Guerra Mundial” (La Prensa, 09/03/2011). Por lo tanto, la bancarrota capitalista mundial plantea, según los propios voceros de la burguesía imperialista, la amenaza de hundir a la humanidad en la catástrofe. Plantea, una vez más, invasiones, guerra civil y revoluciones. Hoy, 14 días después, la invasión imperialista en Libia ya está en curso y, si bien nadie utilizó su derecho a veto para no tensar la situación al extremo, los bandos ya están claramente delineados: de un lado los defensores de Kadafi entre los que están China, Rusia, Cuba, Venezuela y Bolivia y, del otro, los promotores de la invasión como EEUU y la Unión Europea. (...)
A partir de esta caracterización, es que defendemos toda una línea de conducta y, por lo tanto, nos proponemos ser el batallón argentino y latinoamericano de la IV Internacional “y, desde allí, nos dirigimos al resto del mundo, no cómo una mera declamación, sino como una tarea práctica para intervenir con esa perspectiva histórica concreta en nuestro propio país y apoyar a los revolucionarios en el mundo entero” (...). En función de esto, nos planteamos desarrollar una intensa lucha política para estructurar al proletariado de forma independiente frente a la bancarrota del capital, interviniendo en todos los levantamientos populares para dirigirlos en un sentido revolucionario”.
Sin embargo Altamira, quien convalidó explícitamente los ataques de Solano previo a nuestra expulsión y que firmó la declaración de la CRCI donde se relativiza la posibilidad de una nueva guerra mundial, escribió hace nada más que tres semanas, lo siguiente: “El asunto vuelve a discutirse ahora: al menos Estados Unidos, Italia y otros gobiernos de Europa promueven un golpe de Estado contra Gaddafi, por parte de su círculo de poder, para poder formar gobierno con ex gaddafistas -tanto del oficialismo como de la oposición. Esto evitaría la disolución de las fuerzas armadas y del Estado gaddafistas. Los puestos claves del ‘gobierno de coalición’ que han formado los opositores a Gaddafi están ocupados por quienes colaboraron con el ‘líder’, sin desfallecer, durante cuarenta años. Francia y Gran Bretaña, por el contrario, se muestran partidarios de una operación militar sin anestesia, que ceda el gobierno a los alzados, con quienes han tejido lazos privilegiados que pretenden hacer valer para disputar una redistribución de los recursos petroleros de Libia, cuyo primer lugar lo ocupa la italiana ENI. Esta pretensión ha dividido a la Unión Europea en dos: Sarkozy-Cameron, de un lado, Berlusconi-Merkel, del otro. Falta solamente que Obama inclíne la balanza para que tengamos el escenario anterior a la última guerra mundial.” (PO Nº 1170, 31/03/2011).
Altamira dice: falta SOLAMENTE que Obama incline la balanza. ¡O sea que Altamira insinúa la posibilidad de que, de forma inminente, se generen las condiciones para el escenario anterior a una nueva guerra mundial!
Pero no lo afirma. Nuevamente, estamos ante las “caracterizaciones histéricas” de Altamira donde el catastrofismo es un método para la especulación pero no para la intervención.
Por lo tanto, lo que en realidad debería ser el centro de la caracterización para un revolucionario frente al cuadro de bancarrota capitalista, para Altamira puede pasar como un comentario secundario (e irresponsable) dentro de un artículo en Prensa Obrera.
Pero tal vez lo más grave e indignante es que Altamira, al mismo tiempo que reconoce empíricamente la posibilidad de una nueva guerra mundial, no saca ninguna conclusión política y, por lo tanto, una línea de intervención. Por el contrario, tres semanas después de firmar eso, ¡Altamira presenta al programa del Frente de Izquierda como un punto de referencia para la clase obrera mundial!
Esto, cuando el programa del Frente, como ya dijimos anteriormente, ni siquiera hace alusión a la crisis capitalista. Por lo tanto, la reacción de Altamira frente al reconocimiento empírico de este cuadro catastrófico, no es otra cosa que avanzar en su profundo conservadurismo frente a la crisis mundial.
Por eso mismo, la declaración de la Conferencia de la CRCI de Diciembre de 2010 nos decía que América Latina ya no estaba en una situación pre-revolucionaria (como caracterizara la CRCI a partir de 2007[2] sino que ahora “Se trata de un cambio de frente de las burguesías nacionales, instrumentado por la pequeña burguesía civil o militar ante el derrumbe social y la rebelión popular, incluso insurrecciones, que contó con el apoyo o la neutralidad del imperialismo, y a veces con la resignación – habida cuenta de un marco de contención internacional. Todas estas tentativas tuvieron éxito en conseguir un reflujo de los trabajadores y el reforzamiento de la regimentación estatal.”
Para hacerla corta, según la CRCI los gobiernos nacionalistas lograron cerrar la situación pre-revolucionaria y esto fue dicho… ¡en el mismo mes que fue la rebelión popular en Bolivia contra el gasolinazo! ¡y a ESCASAS SEMANAS de la huelga general indefinida de la COB contra el gobierno de Evo Morales! La “caracterización” de la Conferencia de la CRCI para América Latina, fue letra muerta antes de ser distribuida y, por el contrario, mantiene plena vigencia la resolución de la CRCI de 2007 – antes de que el PO pegara el viraje anti-capitalista, vale insistir.
Como se ve, lejos de reflejar el potencial revolucionario de la situación pre-revolucionaria que existe en América Latina la actual resolución de la CRCI sólo baja la vanguardia y traduce la impotencia de quién confía más en las fuerzas de los gobiernos capitalistas antes que en la capacidad de los trabajadores para lograr sacarse de encima el chaleco nacionalista gracias a la bancarrota capitalista mundial. De esa forma es imposible construir partidos de combate trotskistas en América Latina porque intervienen a espaldas de las tendencias actuantes a la rebelión popular.
LAS IMPLICANCIAS PRÁCTICAS DEL VIRAJE ANTI-CAPITALISTA EN LA ACTIVIDAD COTIDIANA DEL PARTIDO:
LA TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA OCUPÓ EL LUGAR QUE LE CORRESPONDÍA AL PARTIDO OBRERO EN LOS LEVANTAMIENTOS POPULARES DE 2010 EN ARGENTINA
Esta tendencia conservadora (que se vio reflejada en la resolución para América Latina) también fue una constante de la propia actividad del Partido Obrero en Argentina.
De hecho, la necesidad de poner fin al viraje anti-capitalista queda planteada como una tarea de primer orden cuando se hace un balance de la actividad política del Partido frente a los grandes levantamientos obreros y populares que vienen sacudiendo la situación política y que plantean la posibilidad de que se desarrolle nuevamente la acción histórica independiente de las masas en nuestro país.
Los militantes de la Tendencia Piquetera Revolucionaria, como tendencia expulsada del PO y que exigimos nuestra reincorporación, con nuestras escasas fuerzas, estamos demostrando la justeza de nuestras tesis en el terreno de la lucha de clases y que es posible preparar “un segundo Argentinazo contra los Kirchner y la derecha sojera” por medio de una orientación revolucionaria en los levantamientos populares que permita que éstos intervengan en las crisis políticas.
LA LUCHA CONTRA LAS TERCERIZADAS EN EL FERROCARRIL
DEL ROL DECISIVO DEL PO EN EL INTENTO DE CORTE DE VÍAS DEL 20 DE OCTUBRE AL AUTO-AISLAMIENTO Y LA ABSTENCIÓN FRENTE A LOS CARNEROS MORENISTAS (PTS E IS). EL COMBATE DE LA TPR DENTRO DE LA ASAMBLEA DEL ROCA PERMITIÓ QUE EL ALA IZQUIERDA
DE LA COMISIÓN NEGOCIADORA ROMPA CON LA POLÍTICA DEL PTS E IS DE ACEPTAR LA ‘PAZ SOCIAL’
La lucha por la reincorporación de los despedidos y el pase a planta permanente en la línea Roca se ha transformado en un ejemplo para toda la clase obrera argentina. En esto, la actuación del Partido Obrero ha sido determinante en todo sentido. Tras el corte del 21 de julio, donde participaron más de 300 tercerizados, el PTS e IS se ocuparon de bloquear la vuelta a las vías de los trabajadores, instigando la confianza en las negociaciones con el subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna. Esto provocó la disolución de la Asamblea de los Tercerizados del Roca.
Cuando Flavio Bustillo, dirigente del PTS en el Roca dijo a los despedidos que se buscaran “una changuita” porque la lucha estaba (supuestamente) acabada dado que ‘la mayoría’ no estaba dispuesta a seguir, el Partido Obrero los apoyó incondicionalmente, jugando un rol decisivo en la jornada del 20 de octubre. Ese día, cuando la Verde mató a Mariano Ferreyra, el PTS e IS decidieron carnerear y boicotear el intento de corte de vías porque se trataba de una ‘acción minoritaria’. En cambio, los militantes de la Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR) estuvimos ese 20 de octubre junto al PO y a los compañeros despedidos.
Cuando la lucha por juicio y castigo por Mariano hizo resurgir con fuerza la lucha de los tercerizados activos y las asambleas volvieron a ser masivas, el PO entró en la provocación del PTS e Izquierda Socialista (MST 2), que se conjugaron para maniobrar por la expulsión de Gustavo Mendieta, de APEL, de la Comisión Negociadora: en vez de continuar dando la pelea para disputar la dirección basándose en la autoridad ganada el 20 de octubre, decidió romper con la Asamblea y auto-aislarse construyendo el “Plenario de Lanús”. Nosotros, desde la TPR, nos opusimos a la exclusión de Mendieta y fuimos a plantear al “Plenario de Lanús” la necesidad de encarar la lucha dentro de la Asamblea del Roca para derrotar la política capituladora del PTS e IS. Mientras el PO rechazó esta política, como TPR nos constituimos en la única corriente que combatió permanente dentro de la Asamblea del Roca para evitar que el PTS e IS paralicen la lucha haciendo pasar la ‘paz social’. Por eso, más allá de su innegable combatividad, los compañeros del PO decidieron recluirse en el “Plenario de Lanús” y nunca pudieron torcer el rumbo político del movimiento al abstenerse de participar en la Asamblea.
Los militantes de la TPR, por el contrario, fuimos los únicos que intervenimos hasta el final en la Asamblea del Roca tratando de disputar la dirección contra la mayoría de la Comisión Negociadora (PTS e IS), que se negaban a convocarla para esperar a Tomada, y ante su nueva disolución, fuimos quienes construimos junto a la minoría de la Comisión Negociadora (representantes de Herso, Confer y Rottio) una asamblea que supo unir a la vanguardia del Roca con los compañeros del San Martín, el Belgrano Sur, del Belgrano Norte y de la Planta de Durmientes de Herso de Liniers.
Fuimos, por ejemplo, la única organización que impulsó el corte de vías de los despedidos del San Martín, combatiendo contra la orientación liquidacionista del PTS. Estuvimos nuevamente en las vías el 23 de diciembre, junto a los despedidos de UGOFE, los trabajadores de baños, los vendedores ambulantes y de varias empresas, cuando el gobierno decidió apresar a los compañeros Jorge Hospital y Omar Merino –y luego procesarlos.
Sobre todo, la TPR fue la única organización que, incluso antes del intento del Ministerio de Trabajo de excluir del pase a planta a los compañeros de seguridad, planteó la necesidad de realizar un corte de vías el 21 de enero a pesar del conservadurismo del morenismo y del propio PO, que no tenían ninguna propuesta para enfrentar un nuevo vencimiento de los plazos de efectivización. Cuando ese 21 de enero tanto Izquierda Socialista-MST 2 como el PTS levantaron el corte de vías cagándose en el mandato de la Asamblea, fuimos la única organización que defendió la necesidad de que Herso, Confer y Rottio rompan la ‘paz social’ que pretendía imponer Cristina con la conformidad de los morenistas y el PO.
Fue así que se quebró la política del Ministerio de Trabajo en el Roca, que era hacer entrar a los sectores pasivos y anti-lucha y desgastar a los compañeros de las empresas más combativas. Esto nunca fue reconocido por el resto de la izquierda sino que, por el contrario, siguieron reforzando su conservadurismo e incluso el PO sacó la conclusión del corte del 23 de diciembre de que ellos “no impulsaban las acciones desesperadas pero que, a diferencias de los carneros del PTS, si los trabajadores las hacían ellos las apoyaban”, es decir, que concientemente abandonaban el rol de dirección que habían ganado y se auto-excluían como un factor de organización y lucha.
No fue, por lo tanto, ninguna casualidad que el 2 de marzo, cuando apoyábamos a los vendedores ambulantes (los mismos que estuvieron luchando el 23 de diciembre junto al PO y nosotros) en una manifestación sobre las vías a la altura de la Estación Avellaneda, toda la izquierda (incluido el PO) se borraron y hayan sido los compañeros Alejandro Furman e Ignacio Perriconi, militantes de la TPR, quienes fueron apresados y luego procesados por el juez Armella, el mismo que se encargó de la causa de los compañeros ferroviarios del PO.
LA OCUPACIÓN DEL PARQUE INDOAMERICANO
EL PO NO PARTICIPÓ DE LA OCUPACIÓN, Y SE BORRÓ DE TODA LA LUCHA POLÍTICA. LOS COMPAÑEROS DE LA TPR ESTUVIMOS PRESENTES ENFRENTANDO LA REPRESIÓN POLICIAL Y A LAS PATOTAS, FUNDAMOS LA AGRUPACIÓN VILLERA PIQUETERA (AVP) Y FUIMOS LA ÚNICA ORGANIZACIÓN QUE DIO UNA LUCHA FRONTAL CONTRA EL MACRISMO Y EL KIRCHNERISMO
La ocupación del Parque Indoamericano fue la expresión más avanzada de toda una serie de ocupaciones de terrenos que constituyeron un auténtico Villerazo a nivel nacional. Fue, como muchos coincidieron en señalar, la expresión viviente de la rebelión popular a casi 10 años del Argentinazo.
Sin embargo, el Partido Obrero, lejos de formar parte de la ocupación para defenderla y plantearle una perspectiva de lucha consecuente, estuvo totalmente ausente. Es más: la noche en la que las patotas intentaron desalojar, atacando incluso a los móviles de los medios de comunicación, el PO formó parte de un acto de la izquierda en Congreso “repudiando la represión”… mientras en el Parque estaban matando a palazos y a tiros a los ocupantes.
Por lo tanto, la “zona liberada” a las patotas que hizo toda la izquierda argentina (con la sola excepción de la TPR) es doblemente criminal cuando el puntero de la Villa 20 Changalay (ayer macrista, hoy kirchnerista de Boudou) nos dijo con toda precisión que a las 7 de la tarde iban a disparar (cosa que nosotros denunciamos públicamente ante la prensa y todas las organizaciones de lucha). A la hora de los bifes, sólo estuvimos los ocupantes del Parque y las compañeras y los compañeros de la TPR que, con nuestros escasos recursos, supimos poner lo que teníamos cuando lo teníamos que poner desarrollando la resistencia y el enfrentamiento físico con las patotas a través de barricadas, pedradas y todos los medios necesarios para derrotar a la patota fascista reforzando así la organización política, la auto-defensa y la moral de combate de los ocupantes.
El PO, a su vez, también estuvo ausente en el terreno de la propia lucha política: mientras Alejandro Salvatierra, delegado kirchnerista de Ciudad Oculta, desbancaba a la CCC y al Frente Popular Darío Santillán (chavistas) de la dirección de la ocupación para operar por su levantamiento, el Partido y el Polo Obrero no hicieron nada para enfrentarlo porque, insistimos, ni siquiera iban a la ocupación.
Por el contrario, los militantes de la Tendencia Piquetera Revolucionaria estuvimos codo a codo con los ocupantes enfrentando la represión policial y a las patotas. Dimos una feroz lucha política, organizando a distintos sectores del Parque e impulsando la elección de delegados de lucha –incluso varios compañeros de la TPR fueron electos como tales. Conquistamos que todo un sector del Parque, ubicado en Castañares y Asturias, votara a favor de la consigna “¡Fuera Macri! El kirchnerismo es cómplice”. A partir de nuestra lucha política al interior del Parque, fundamos la Agrupación Villera Piquetera (AVP) con los compañeros más avanzados de la ocupación. En este marco, Elizabeth Ovidio, viuda de Emilio Canaviri (más conocido como Juan Quispe), uno de los asesinados durante la represión, se incorporó a la AVP y a la TPR. Luego de que se levantó la ocupación, los ocupantes más activos se siguieron reuniendo en la asamblea del Club Sacachispas, donde se discutía cómo seguir la lucha por la vivienda. La dirección de esa asamblea la tuvo Salvatierra, a partir de que la CCC, el FPDS, y también el PO, nunca participaron. Sólo los compañeros de la TPR fuimos a disputar con el kirchnerismo, y así impusimos que la asamblea marchara desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad a la Jefatura de Gobierno - marcha que se realizó y luego se levantó por las maniobras de los punteros K. Como Agrupación Villera Piquetera, organizamos nuestro propio acto en la Jefatura de Gobierno, exigiendo planes de viviendas y subsidios habitacionales. Luego, impulsamos junto a decenas de organizaciones piqueteras, una marcha a Plaza de Mayo exigiendo el cese de la judicialización a los delegados y ocupantes del Parque, y que se satisfaga el reclamo por vivienda de los trabajadores sin techo de este país.
Por último, la completa ausencia del PO en la ocupación del Parque Indoamericano y a lo largo de todo el Villerazo es más grave aun cuando se tiene en cuenta que la cuna del Polo Obrero y del movimiento piquetero en la Capital Federal, fueron las villas. El Polo Obrero tiene una enorme tradición de lucha villera y piquetera por la vivienda, y sin embargo no fue puesta al servicio del triunfo de la ocupación del Parque Indoamericano. La disolución del Polo, como prólogo empírico del viraje anti-capitalista del CC y su copamiento por el sector pequeño-burgués universitario del Partido, tiene consecuencias políticas nefastas.
En este enorme levantamiento popular por la vivienda, por lo tanto, no sólo se manifiesto la vigencia del Argentinazo sino que se reprodujo toda la lucha entre las tendencias que recorrieron al conjunto movimiento piquetero a nivel nacional. De un lado, el “bloque matancero” del kirchnerismo acoplando a la CCC y a los chavistas y, del otro, la Agrupación Villera Piquetera (orientada por la TPR) que, con sus escasas fuerzas, actuó como la auténtica heredera política del Bloque Piquetero Nacional y el Polo Obrero plantando una bandera de independencia política frente a los bloques patronales. Desde ya, el PTS e IS ni aparecieron o se limitaron a pasar a saludar un día para no volver nunca más. Por el contrario, apoyándonos en esta enorme experiencia que demuestra la tendencia a la rebelión popular entre los explotados, los militantes de la TPR fuimos a reforzar y defender el resto de las ocupaciones que se multiplicaron en Capital Federal, Gran Buenos Aires y Córdoba.
LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE LA COMUNIDAD QOM-LA PRIMAVERA
EL PO SE ADAPTÓ AL PLANTEO DE LA “INTERVENCIÓN FEDERAL A FORMOSA” PARA LUEGO ABANDONAR EL ACAMPE Y PERMITIR SU COPAMIENTO POR EL KIRCHNERISMO. DESDE LA TPR BATALLAMOS POR UN PLAN DE LUCHA Y POR EL “¡FUERA INSFRÁN!” CONTRA LA COOPTACIÓN KIRCHNERISTA.
El acampe de los QOM en Capital Federal instaló en la agenda política la lucha de los pueblos originarios por sus tierras y contra el régimen de terror sojero de los gobernadores kirchneristas en las provincias.
En Formosa, Insfrán asesinó a dos miembros de la Comunidad QOM-La Primavera como parte de su política de asedio permanente contra los originarios, que tiene como objetivo expropiarles las tierras y ponerlas al servicio de la sojización del campo. Mientras tanto, los K hicieron todo lo posible para que la tendencia a luchar contra Insfrán no se tradujera en una rebelión popular en la Provincia de Formosa para echarlo. De esta forma, queda bien claro quién es “funcional a la derecha”.
El kirchnerismo, para desviar y contener la lucha por el “¡Fuera Insfrán!”, le impuso al movimiento de los QOM, a través de D’Elía, que se concentrara en juntar firmas pidiéndole a Cristina, al Congreso y al Poder Judicial la intervención federal de la Provincia. El PO, en vez de combatir frontalmente al kirchnerismo y motorizar una lucha independiente en toda Formosa detrás del “¡Fuera Insfrán!”, estuvo de acuerdo con el planteo de la intervención… pero le contrapuso que sea “bajo control de las organizaciones populares” (¡!).
En lugar de combatir las ilusiones en el kirchnerismo y explicar que… ¡Cristina misma afirmó que no iba a intervenir Formosa!, el PO embellecía el planteo de D’Elía y profundizaba esas ilusiones, que no hacían otra cosa que desviar la atención de los QOM de lo que verdaderamente tenían que hacer: una rebelión popular. Muy lejos de plantear la acción directa y la independencia política, el PO proponía la “reivindicación transitoria” de un kirchnerismo… bajo control del pueblo. Sin palabras.
Frente al hecho de que su planteo no tuvo ninguna cabida al interior del movimiento de los QOM, el PO se retiró del acampe, dejando el terreno allanado a los militantes tapados de La Cámpora que operaron de forma sistemática desde adentro del acampe para reducirlo a su mínima expresión y reforzar las ilusiones en el gobierno nacional.
Por el contrario, lejos de ceder frente a la presión del kirchnerismo, desde la TPR batallamos incansablemente en el acampe de los QOM contra la cooptación kirchnerista y a favor de un plan de lucha y el “¡Fuera Insfrán!”, combatiendo las ilusiones en Cristina y en la posibilidad de que a través de una intervención federal se pudieran ver satisfechas las reivindicaciones de los originarios. A partir de esta pelea, conquistamos que encabezara una movilización de los QOM a la Plaza de Mayo la bandera del “¡Fuera Insfrán!”. Fue una victoria política y un reconocimiento conquistado a partir de una lucha persistente por nuestras posiciones contra los infiltrados de La Cámpora en el acampe.
EL ESTUDIANTAZO EN CAPITAL FEDERAL Y EN CÓRDOBA
LA UJS-PO EN CAPITAL FEDERAL CEDIÓ FRENTE A LA PRESIÓN DE MACRI Y EL KIRCHNERISMO Y EN CÓRDOBA LE QUISO ENTREGAR LA DIRECCIÓN DEL MOVIMIENTO AL PTS Y A IS. EL FEL Y LA TPR ESTUVIMOS AL FRENTE DEL ESTUDIANTAZO EN CAPITAL FEDERAL Y EN CÓRDOBA, LUCHANDO PARA MULTIPLICAR LAS TOMAS Y DESARROLLAR SU INTERVENCIÓN INDEPENDIENTE SOBRE LAS CRISIS POLÍTICAS
El enorme movimiento de lucha que luego derivó en el Estudiantazo con la toma de los colegios secundarios de la Capital Federal se desarrolló contando con una dirección que intervino en cada una de las etapas preparando deliberadamente el levantamiento de los secundarios por el “¡Fuera Macri! Los K, Pino y toda la Legislatura son cómplices”: nos referimos al FEL y a la Tendencia Piquetera Revolucionaria.
Contra los K e incluso contra la izquierda morenista y el propio PO, que decían que no estaba planteado discutir un plan de lucha común en la CUES (Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios), impulsamos el corte de calle del Avellaneda y la toma del Pellegrini - las primeras medidas de ese plan de lucha en los primeros meses de 2010. Luego apoyamos con fuerza la lucha del Liceo 10, y las tomas del Moreno y el Confederación Suiza. En el I Congreso del FEL-Secundarios de mediados de 2010, votamos organizar el Estudiantazo detrás del planteo “¡Fuera Macri! Los K, Pino y toda la legislatura son cómplices”. Arrancamos tomando el Belgrano, y en el Congreso de la CUES que se realizó en ese colegio, logramos que el Estudiantazo adoptara como consigna propia “¡Fuera Macri! Los K y toda la legislatura son cómplices”. La imposibilidad de que la CUES denuncie a Pino Solanas estuvo determinada, en primer lugar, por la presencia de agrupaciones de secundarios ligados a Proyecto Sur y a que el propio Partido Obrero se negó a ello porque “ese no es problema” (¡cuando Pino había salido a decir que teníamos que levantar las tomas para “evitar el caos”!) sino que la consigna debía ser “Ni Macri ni Kirchner” (o sea que con Pino… vamos viendo).
Cuando los K vinieron a levantar las tomas y a exigir que la CUES se bajara del “¡Fuera Macri! Los K son cómplices”, fuimos la única organización que desconoció los mandatos truchos y planteó que había que romper el techo que pretendía imponer Macri apostando al desgaste de las tomas, mediante la ocupación del Ministerio de Educación de la Ciudad. Mientras, la izquierda morenista y el PO cedían frente a la presión del Estado, se bajaban del “¡Fuera Macri!” y no proponían ninguna salida práctica. Desde un principio, la UJS-PO en secundarios se había opuesto a la consigna “¡Fuera Macri!” con el argumento de que “la gente no lo iba a entender”. Luego viraron frente al hecho de que movilizaciones multitudinarias y decenas de mandatos de los colegios defendían la consigna. Sin embargo, frente a la apretada de Macri y el kirchnerismo, rápidamente la UJS-PO y el resto de la izquierda se fueron para atrás.
Bajo el impulso del Estudiantazo en Capital, se desarrolló el Estudiantazo en Córdoba, con la toma de decenas de colegios, y también de las facultades y los terciarios. El FEL y la TPR intervinieron en la Asamblea Inter-Estudiantil, dotando al movimiento de un programa para intervenir sobre la crisis política abierta en la provincia a partir de la lucha, que se expresaba con fuerza en los choques entre los partidos en la Legislatura.
Nosotros fuimos los defensores de la lucha por la anulación de la ley que metía curas y empresas en los colegios (en oposición a IS y al PTS que planteaban la “postergación” para poder “discutir mejor en el parlamento” y “ser más flexibles ante la opinión pública”). A su vez planteamos que “los legisladores que voten a favor de la reforma clerical, renuncien” y, para imponer estos reclamos, batallamos por el bloqueo de la Legislatura, moción que fue votada por la CES (Coordinadora de Estudiantes Secundarios) y la inmensa mayoría de los colegios secundarios de Córdoba y tildada al unísono por el PTS e IS de “foquista” y “petardista”.
Por eso mismo, también fuimos los principales antagonistas de la SUC (Secundarios Unidos de Córdoba), agrupación dirigida por Libres del Sur-Proyecto Sur la cual fue la responsable del levantamiento de las tomas por un acuerdo que firmó a espaldas de todos con el Ministerio de Educación. Por el contrario, la izquierda morenista decía que “no nos tenemos que pelear” (¡ellos levantaron las tomas!) y no ser “sectarios” (¡es Pino Solanas! ¡el mismo que reventó las tomas en Capital y en Córdoba!). En el medio, el PO se llamaba al silencio diciendo que “no hay que dividirse sino que tenemos que luchar todos juntos” (¡!).
En directa oposición a ese planteo despolitizado y democratizante, fue a través de toda esta intensa lucha política contra el morenismo, el kirchnerismo y Pino Solanas que se construyó la CES de Córdoba, el Estudiantazo se fortaleció y se incorporaron al FEL y a la TPR los compañeros que estuvieron a la cabeza de las tomas.
MUJER: ROMINA TEJERINA Y EL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO
EL PLENARIO DE TRABAJADORAS-PO MARCHÓ CON LA CTA EL 8 DE MARZO AL OBELISCO. FRENTE A ESTO, LAS PIQUETERAS Y LA TPR TOMAMOS LA INICIATIVA Y AGRUPAMOS A LA IZQUIERDA Y LAS LUCHADORAS POR EL DERECHO AL ABORTO Y CONTRA EL GOBIERNO DE CRISTINA
Si el 8 de marzo hubo una movilización independiente a la Plaza de Mayo de la izquierda, denunciando a Cristina por su oposición al derecho al aborto, fue a partir de una propuesta de la Agrupación de Mujeres en Lucha Las Piqueteras. Lo mismo sucedió en el 8º aniversario del encarcelamiento de Romina Tejerina: el único acto en la Capital Federal exigiendo justicia por Romina y la aprobación del proyecto de ley de la campaña por el derecho al aborto, fue el que propusimos desde Las Piqueteras y del que participaron Las Rojas (MAS) y Convergencia Socialista.
Esto se debe a que la descomposición anti-capitalista he echado fuertes raíces también en el Plenario de Trabajadoras. El 8 de marzo, en vez de marchar con la izquierda y las luchadoras a Plaza de Mayo denunciando abiertamente a Cristina por su oposición al derecho al aborto, el PdT tomó la decisión de hacer un acto y terminar marchando con la CTA al Obelisco, sin levantar ninguna denuncia frontal al gobierno nacional. Es decir que sin dar ninguna explicación pública, el Plenario de Trabajadoras se bajó de la denuncia a Cristina y terminó adaptándose a la dirección michelista de la CTA.
DEUDA EXTERNA, FMI, MALVINAS Y BICENTENARIO
EL PO SE ADAPTÓ A LOS NACIONALISTAS, A PINO SOLANAS Y TERMINÓ EN EL ABSTENCIONISMO. DESDE LA TPR MANTUVIMOS EN ALTO LA LUCHA POR EL NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA, PARA ECHAR AL FMI Y AL IMPERIALISMO INGLÉS DE MALVINAS, COMO PARTE DE UNA LUCHA SOCIALISTA POR EL GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES
En un momento determinado, la dirección de la CTA-Capital maniobró para que lo que iba a ser una movilización a la Plaza de Mayo por el no pago de la deuda se convirtiera en un acto de Pino Solanas en el Congreso con el planteo de la investigación de la deuda y el pago de la parte “legítima y no fraudulenta”. El MST y el PCR corrieron rápidamente atrás de Pino, y el PO exigió que se les diera un orador en el acto. Es decir que, en vez de defender una columna independiente de los luchadores con el planteo de “ni entera ni por partes, no al pago de la deuda” (como proponía la TPR), el PO decidió cortarse sólo para pedir un orador en el acto copado por Pino y la CTA-Capital. Pero Pino, que es más conciente que el PO del carácter revolucionario de PO, les negó la posibilidad de hablar. Y frente a eso el Partido, en vez de convocar una marcha independiente y de lucha, se paralizó y NUNCA MÁS VOLVIÓ A MOTORIZAR ACTOS Y MARCHAS POR EL NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA.
En este mismo sentido, el PO se acopló a toda la izquierda democratizante de cara al 25 de mayo, que en función de acordar con los nacionalistas encabezados por Cafiero, se negó a levantar el planteo de “¡gobierno de los trabajadores!” que sí había levantado el 1 de mayo de ese mismo año, solamente tres semanas antes. Y no hizo nada, como toda la izquierda democratizante, para que la clase obrera interviniera el 25 de mayo a través de un contra-bicentenario, retomando lo mejor de la tradición de lucha de la clase obrera argentina. De cara al 25 de mayo, como Tendencia Piquetera Revolucionaria luchamos por un contra-bicentenario obrero y socialista. Participamos del acto de la izquierda y los grupos nacionalistas contra el kirchnerismo y la derecha sojera, denunciando que por su política de adaptación al nacionalismo y al imperialismo, la izquierda había abonado el terreno para el copamiento K del bicentenario.
En función de esta orientación, es que, frente a la llegada de la misión del FMI y al descubrimiento de petróleo comercialmente viable en Malvinas por parte de los pulpos capitalistas ingleses, le propusimos a la Junta Interna del Indec la realización de un acto contra la misión del FMI. Dicho y hecho, la Junta Interna del Indec convocó al acto, planteando “¡Fuera el FMI!” y exigiendo la reincorporación del compañero Facundo Lahitte. Una semana después, junto con el Centro Cultural Alejandro Olmos convocamos a un nuevo acto en el Indec, reivindicando la consigna del no pago de la deuda externa y levantando planteos como la “gestión de los recursos naturales del país bajo control de los trabajadores”.
LAS ELECCIONES EN LA CTA Y EL FRENTE DE UNIDAD CLASISTA
EL PO PERMITIÓ LA DISOLUCIÓN DEL FUC. DESDE LA TPR PELEAMOS POR SU RECONSTRUCCIÓN Y CONTRA EL OPORTUNISMO Y LA ADAPTACIÓN POLÍTICA DEL PTS A LA BUROCRACIA DE LA CTA
Las elecciones de la CTA se caracterizaron por la ruptura abierta de la Central entre las dos variantes de la burocracia asociadas a los dos bloques patronales que chocaron durante la crisis entre “el campo” y el gobierno. Lejos de ser unas elecciones rutinarias, eran una oportunidad para que los luchadores intervinieran con un planteo de conjunto para postularse como una alternativa a la burocracia que estaba (y está) llevando a la CTA al derrumbe. Sin embargo, al CC del PO poco pareció importarle esto, porque en vez de defender al FUC que en 2006 se había constituido “como una alternativa política que lucha por una nueva dirección para toda la clase obrera” (PO N° 971, 09/11/2006), permitió su disolución, que fue el triunfo, esencialmente, de la política intrigante del PTS, que negaba que hubiera una crisis en la CTA.
Contra la disolución del FUC y el oportunismo del PTS, desde la TPR dimos una lucha política feroz por la reconstrucción del FUC, y de cara a las elecciones, llamamos a votar a la Lista 3 (PO) a nivel nacional y a la Lista 5 (FATE-Garrahan) para la seccional San Fernando. Esto, porque a nivel nacional el Partido Obrero es la única fuerza política con el programa, la homogeneidad y la inserción nacional como para enfrentar a las fracciones de la burocracia y el Estado, tal como se demostró en la lucha por el 82% móvil, mientras que en la regional San Fernando-San Isidro, llamamos a votar a la Lista 5 porque consideramos que FATE es una clara expresión de la lucha obrera de Zona Norte.
Al mismo tiempo, hicimos una fuerte campaña en el subte llamando a no votar, en repudio a la integración del sindicato del subte a la CTA para subordinarlo a la fracción kirchnerista comandada por Yasky.
UN FRENTE 100% DE IZQUIERDA
ES AQUEL QUE SE PROPONGA “LA TAREA INCONCLUSA DEL ARGENTINAZO; LA VICTORIA DE UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES Y DE TODO EL MUNDO DEL TRABAJO”
El Frente de Izquierda, por lo tanto, es la contracara oportunista y electoralera del difunto FUC porque, mientras en las elecciones de la CTA “no fue posible” (o “no importaba”) la constitución de una lista anti-burocrática, para las elecciones nacionales no hubo ningún problema. La negociación fue “rápida” e “intensa” a espaldas de los trabajadores. Como se ve, este Frente no sólo no tiene expresión en las grandes luchas y los lugares de trabajo sino que tampoco expresa la consolidación de una orientación de frente único de los luchadores.
Por eso, los militantes de la TPR nos oponemos a este frente y defendemos la necesidad de poner en pie un verdadero Frente de Izquierda que resuelva su programa y candidaturas en asambleas e impulse la acción directa.
¿Qué significaba, entonces, un Frente 100% de Izquierda para el PO?
Algo muy sencillo: “El Partido Obrero llama la atención a los activistas sobre el operativo que está en marcha para liquidar sus conquistas políticas y organizativas en el movimiento obrero y las masas, en lucha contra el Estado, las patronales y la burocracia; para completar, bajo dirección centroizquierdista, una reconstrucción del Estado y de sus partidos. (…) En lugar de acompañar ese operativo es necesario separarse de él violentamente y quedar con toda la libertad de acción para explotarlo en beneficio de una definitiva emancipación de los explotados. A partir de esta caracterización de una situación política que interesa al activismo y que debería interesarlo aún más, proponemos una AUTOCONVOCATORIA por un frente cien por cien de izquierda, o sea contra la cooptación al Estado y los partidos patronales, por el desarrollo de agrupamientos y organizaciones unitarias independientes de ellos en todo el campo y movimientos populares. El planteo trasciende las elecciones de octubre, que no son más que un episodio en una lucha general. El Partido Obrero promueve una AUTOCONVOCATORIA, de la que aspira a formar parte. Es una vía de salida a todos los luchadores que quieren acabar la tarea inconclusa del Argentinazo; la victoria de un gobierno de los trabajadores y de todo el mundo del trabajo.” (PO N° 906, 30/06/2005, Editorial: “Cien por cien de izquierda, un asunto de Estado”, Jorge Altamira).
¡Organizar a los activistas, es decir, a la vanguardia, para desarrollar una lucha común en el movimiento obrero y las masas! ¡Ese es el método para enfrentar la disolución de la izquierda, objetivo central de la lucha por un Frente 100% de Izquierda! ¡Llevar adelante las tareas inconclusas del Argentinazo! Sin embargo, el CC del PO se olvida de cualquier autoconvocatoria y organización de la vanguardia, y elige un camino de ida hacia la disolución detrás del PTS e IS.
Lo mismo dijimos en el XVIII Congreso ante la no-nata Coalición Anti-capitalista en el segundo documento presentado por el compañero Juan Marino, en la sección titulada “Frente único contra el FMI o “coalición anti-capitalista”… con sectas morenistas, sojeros y tal vez parásitos del chavismo”. Allí planteábamos:
En el Boletín Interno Nº 7 se reproduce la Editorial de Prensa Obrera donde, en relación a la cuestión del adelantamiento de las elecciones, concluimos llamando a la izquierda que de forma vacilante defendió una posición de independencia de clase durante el conflicto entre la Mesa de Enlace y el gobierno de Kirchner a una “coalición anti-capitalista”.
Dicha coalición “sería beneficiosa para luchar contra el bloqueo de los medios de comunicación y para concentrar mejor la atención de una fracción de los trabajadores”, aunque debería ser desechada “si se manifiesta la tendencia a la lucha faccional propia de las sectas” que “tienen, además, una incorregible tendencia a la capitulación ante la burocracia sindical” y que se negaron, en su momento, “a admitir la inminencia de una crisis mundial”. Pero, más allá de eso, se sostendría la posición de llamar a una “coalición anti-capitalista” porque “se trata, sin embargo, precisamente de la necesidad de tener una política para la catástrofe capitalista”.
(…) Es necesario detenerse sobre el punto, porque representa un viraje completo con respecto al punto 8 del BI Nº 1 y un salto político en los planteos que el Partido Obrero viene defendiendo en los últimos años. Hemos pasado, básicamente, de defender la alternativa obrera y socialista a plantear una “alternativa anti-capitalista” en forma de coalición con izquierdistas descompuestos provenientes del morenismo y, en el caso de La Mella, ligados al chavismo. Recordemos que, en el BI Nº 1, afirmábamos textualmente: “El frente de izquierda ha perdido cualquier interés o actualidad, principalmente porque significa entrar en las maniobras de los grupos intrigantes”, seguíamos diciendo “La crisis mundial no ha limitado estos choques con esta izquierda sino que los ha agudizado, como lo demuestra el imponente frente único que busca cuestionar nuestra caracterización de la crisis y en especial sus potencialidades revolucionarias”, con más seguridad aún afirmamos categóricamente “Para un partido revolucionario entrar en combinaciones políticas con las sectas es tan mortal como abandonar el trabajo en las organizaciones sindicales burocratizadas” y, para concluir, en el último párrafo del punto 8, de forma tajante decíamos “Es necesario sacarse de encima esta presencia faccional en la lucha política y del movimiento obrero, mediante la presentación de una política que represente los intereses del conjunto de la clase y desarrolle su perspectiva histórica socialista”. Es decir, culminaba el análisis con esta última palabra, “socialista”, siendo claramente esta perspectiva mucha más precisa y nítida que la difusa “alternativa anti-capitalista”.
Queda en claro, entonces, que en este debate no sólo se acumulan contradicciones centrales entre el BI Nº 6, el BI Nº 2 y las posiciones de Solano sino que, ahora, se le suma el ridículo gigante de proponer una “coalición anti-capitalista” a la izquierda mientras que el Informe al XVIII Congreso le dedicaba, todo un punto, a explicar que eso mismo era una trampa mortal para el Partido Obrero (negritas nuestras)
(…) ¿Qué implicancias tendría esta “coalición”?
En primer lugar, debería jugar un rol de impulso a la “organización de una vanguardia de la clase obrera”, tarea central en la actual etapa, más aún en ocasión de las elecciones donde se politiza el país y existe un terreno más fértil para desarrollar una agitación política.
Organización que tendría como objetivo desarrollar la lucha para que la crisis la paguen los capitalistas; es decir, la lucha anti-capitalista.
Habría que preguntarle a la vanguardia de los metalmecánicos de Córdoba, sin embargo, si consideran que el PTS puede contribuir a ese impulso, cuando en realidad asumió como propias las posiciones pro-capitalistas de la burocracia sindical y se dedicó permanentemente a embellecerla (decían que las suspensiones negociadas por la burocracia del SMATA eran una victoria ante los despidos de la patronal, nota nuestra). O a los compañeros de Indugraf, que sufren las provocaciones conjuntas de esta secta y la burocracia de la verde quienes intentan permanentemente boicotear la Cooperativa formada por los propios trabajadores en lucha. O a los luchadores del Casino, que tuvieron que sufrir al PTS intrigando contra su lucha sin ningún tipo de resquemor. (Y ahora, 4 años después, lo mismo vale para los trabajadores ferroviarios, agregado nuestro).
La “coalición anti-capitalista”, tal como la plantea el artículo, no podría jugar un rol de defensa de la organización de la vanguardia de la clase obrera.
En segundo lugar, debería contribuir a luchar contra el “bloqueo de los medios de comunicación” y permitir un progreso electoral de los que nos posicionamos de forma independiente a las variantes patronales que se disputan la elección. ¿Podremos lograr eso con el PTS y el MAS, cuya marginalidad política es absolutamente clara también en el terreno electoral? ¿Podremos hacerlo con el FPDS, que sistemáticamente se ha abstenido de desarrollar una lucha política a nivel nacional, incluso a través de las elecciones?
En este punto, dos cosas son claras. La primera es que el aislamiento político que se refleja en los resultados electorales y la heterogeneidad de la clase obrera no se superarán a través de un frente con corrientes que juegan un rol marginal frente al proletariado argentino. La segunda es que el “bloqueo de los medios”, inevitable en un marco social capitalista (dicho sea de paso), se supera a través de una acción de agitación, propaganda y organización como Partido, no en “coaliciones” con sectas inexistentes. Se supera desarrollando un proceso de movilización y lucha que nos permita constituirnos como una corriente política con autoridad frente a las masas, ganada en la lucha y a través de la defensa de nuestras posiciones y planteos frente a la crisis capitalista.
En tercer lugar, la “coalición”, habiéndose demostrado inútil para organizar a los trabajadores y para reflejar en las elecciones un progreso político de la posición “anti-capitalista”, por lo menos podría, hipotéticamente, servir a la delimitación política frente al conjunto de las corrientes de la burguesía en relación a la crisis mundial. Esta hipótesis, sin embargo, tampoco es viable. ¿O acaso podríamos explicar la necesidad de desarrollar una lucha independiente como clase obrera de la mano de quienes salieron a reclamar, junto con Katz, una intervención de los gobiernos capitalistas con medidas estrictamente capitalistas para “superar la crisis”? ¿Podría la flamante “coalición” poner de relieve el carácter catastrófico de la crisis y la necesidad de una intervención revolucionaria de la mano de las sectas democratizantes que se la han pasado relativizando el carácter real de la crisis con posiciones eclécticas propias de pequeño-burgueses acobardados frente al derrumbe del capital? (…)
Sin embargo, todo el debate anterior sobre este punto se reduce a nada cuando a través de los informes sobre las negociaciones, que se están dando en los distintos organismos partidarios, nos enteramos que la supuesta “coalición anti-capitalista”, en realidad, no es solamente con “la izquierda vacilante” sino que su gran amplitud podría llegar a incluir hasta a Izquierda Socialista… es decir a los sojeros. ¿De qué estamos hablando, entonces? ¿IS defendió una posición “vacilante” en el conflicto campo-gobierno? En este punto es cuando se debe poner un límite y decir sin rodeos que se ha caído en otro gran ridículo porque ya no es la posición expresada en el BI Nº 1 sino que tampoco es la posición expresada en la última prensa. La supuesta “coalición anti-capitalista” tiene lugar también, entonces, para quienes defendieron al capital sojero. Las diferencias con el planteo del MST de un “firme anti-capitalismo” se desdibujan rápidamente y el debate ya se parece a un chiste de mal gusto con serias consecuencias políticas.”
(Extracto de “El capitalismo se cae a pedazos: Argentina y el gobierno de los Kirchner también”, la segunda minuta presentada en el debate pre-congresal al XVIII Congreso del PO por Juan Marino, 25/03/2009).
Definitivamente, toda la clave para nosotros era quebrar el aislamiento de la vanguardia obrera y hacerla intervenir en las elecciones como una preparación de cara a la bancarrota capitalista y la lucha por un gobierno de los trabajadores. No tratar de buscar un “común denominador” con las sectas morenistas para diluir al Partido Obrero en un frentito inexistente – como, después de explicar exactamente lo contrario por BI, nos quería vender (y logró imponer) la dirección del Partido Obrero. Hoy, el CC plantea exactamente eso: la adaptación a los mismos que ayer decía que “no existen”.
Por el contrario, muy lejos del frente solamente con las sectas, los militantes que luego fundamos la TPR, en 2007 nos oponíamos al “frente chico” (como le decíamos en el PO) porque no era el producto de un deliberación obrera real (recordemos la experiencia frustrada de Ramal con el Bauen en 2007) ni tampoco la expresión de un movimiento de lucha que necesite un canal político para intervenir. Por eso, sí defendíamos el “frente político y social” tal cual habíamos votado en el XVI Congreso de 2006: un frente real de los trabajadores y, si después se sumaban las sectas, muy bien pero atrás y con el programa votado por las asambleas obreras.
Como se ve, la disolución del PO en el morenismo producto del viraje anti-capitalista ya estaba presente de forma embrionaria desde el XVIII Congreso en 2007. Solamente tuvieron que esperar dos elecciones (2009 y 2011) y ver que no les favorecían los guarismos electorales para decidirse a ir más a fondo y sacar todas las conclusiones de su planteo anti-capitalista: disolución en el centrismo morenista.
LA TPR ESTÁ OCUPANDO EL PAPEL QUE DEJA VACÍO EL CC DEL PO:
¡VAMOS POR UN FRENTE 100% DE IZQUIERDA, REAL Y EN LA CLARIDAD!
¿Qué conclusión hay que sacar? Que el viraje anti-capitalista del CC del PO lo está llevando a desarrollar una posición abstencionista y de adaptación política frente a la situación política y a la lucha de la clase obrera y los explotados. El PO, que debería estar a la cabeza de todo esto para proyectar a esa vanguardia obrera y popular sobre la situación política con un planteo socialista y revolucionario, hoy no está jugando ese papel. El debate entablado entre el CC del PO y los compañeros expulsados que formamos la TPR está teniendo sus implicancias en la lucha de clases.
Los compañeros de la TPR demostramos que, con nuestra estrategia política, luchando por un segundo Argentinazo contra los Kirchner y la derecha sojera, intervinimos sobre los levantamientos populares para proyectarlos sobre la situación política con un planteo revolucionario, y motorizamos, a partir de nuestra actividad la intervención política de la clase obrera frente a la bancarrota capitalista. Por el contrario, el viraje anti-capitalista del CC del PO solamente lleva a la disolución y a la adaptación política detrás del morenismo o la propia centro-izquierda (ser “más Pino” que Pino, el bloque de izquierda –o centroizquierda “consecuente”). Es desde esta posición, habiendo demostrado la certeza de nuestros planteos y pronósticos en el terreno de la lucha de clases, que llamamos a los compañeros del PO a poner fin a este viraje político.
No se puede seguir permitiendo que el partido piquetero del Argentinazo reniegue de toda su tradición histórica e inicie un camino de ida detrás del morenismo. Los compañeros de la Tendencia Piquetera Revolucionaria nos disponemos a desarrollar a fondo esta lucha política. ¡Que diferente sería todo si el conjunto del Partido Obrero, con la enorme autoridad que ha conquistado y el enorme desarrollo político al interior de la vanguardia obrera y popular de nuestro país que ha logrado, se reapropiara de este método político piquetero, socialista y revolucionario!
Si un reducido grupo de militantes como la TPR logró todo lo que logró por el solo hecho de defender estos planteos, ¿qué podría lograr el partido piquetero del Argentinazo? ¿Qué podría lograr el Partido Obrero que fundó el Polo Obrero y se constituyó en una referencia política revolucionaria para decenas y centenas de miles de trabajadores en las villas, los barrios y las fábricas?
Llamamos a los militantes del Partido Obrero a que en el XX Congreso, en los círculos y en los comités regionales, voten rechazar la adaptación al morenismo (PTS e IS), hagan respetar la militancia y el programa del PO, y peleen por un frente 100% de izquierda, real y en la claridad.
A través del Frente de Izquierda, lo que está haciendo el CC del PO es tirar por la borda más de 45 años de lucha política socialista contra la izquierda democratizante por la organización revolucionaria de la clase obrera. Es así de grave. Quién considere que el Frente es simplemente una circunstancia y que no tiene implicancias estratégicas para el Partido, está bajando la guardia y cerrando los ojos frente al movimiento de conjunto iniciado por el CC desde el momento en que adoptó una estrategia anti-capitalista frente a la bancarrota capitalista. Repetimos: está en riesgo el Partido Obrero tal y como lo conocemos y lo construimos durante décadas.
Que el Partido de la bancarrota capitalista y el Argentinazo diga que el programa anti-catastrofista y anti-piquetero del Frente de Izquierda es lo más avanzado a nivel mundial y un punto de referencia para la clase obrera a nivel internacional, no se puede permitir. No puede pasar así como si nada. La militancia del Partido tiene que hacerse respetar. Hay que defender lo que con tanto esfuerzo conquistamos: a través de Política Obrera y el Partido Obrero, se reconstituyó el hilo revolucionario de la IV Internacional en nuestro país. No podemos cortar ese hilo y entregarle el Partido al morenismo.
Hay que repetirlo una y otra vez: ASÍ NO. Esto tiene que cambiar. Como Tendencia Piquetera Revolucionaria vamos a poner todas nuestras fuerzas para que eso ocurra. Llamamos a los compañeros que forman parte del Partido Obrero a que hagan lo mismo.
Y si no están de acuerdo con nosotros; si les parece que está muy bien hacer un frente con el programa y el “equilibrio” extorsivo que les impuso el morenismo; si denunciar este verdadero pacto contra el PO les parece “otro delirio de la camarilla”, muy bien. La historia dirá. Es sabido que para los oportunistas, la política consecuente sólo es comprensible como ‘pecado de juventud’. Cada uno se tendrá que hacer cargo de sus decisiones.
En ese caso, desde la TPR le proponemos al XX Congreso que, por lo menos, le ahorren a Jorge Altamira la humillación de tener que ir detrás de la misma izquierda democratizante y morenista que combatió toda su vida y que, si lo van a hacer, háganlo bien. Después de entregarle el CC a “la juventud” (anticapitalismo por definición) en el XIX Congreso, ahora voten a quien corporiza con toda claridad el copamiento pequeño-burgués y anti-piquetero del CC.
Déjense de dar vueltas, no chamuyen más y voten todos juntos de una buena vez: ¡Solano presidente!
Abril 2011
Juan Marino,
por el Comité Central de la TPR
TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA
[1] Quienes, de todas formas, constituyen una excepción a toda la izquierda argentina porque tuvieron el mérito de ser una de las pocas organizaciones de este país (junto al POS y Brazo Libertario) que estuvo haciéndonos el aguante en la puerta de los tribunales de Quilmes cuando caímos presos junto a los vendedores ambulantes y luego hicieron campaña por su liberación con videos, notas en su periódico y firmando nuestro pronunciamiento.
[2] Las características de una situación pre-revolucionaria son claras: la rebelión popular de 2001 en Argentina y un nuevo ascenso de luchas que continúa en el momento actual; varias rebeliones y dos insurrecciones de masas en Bolivia, que han modificado las relaciones históricas entre las clases y una crisis de régimen y de Estado; el levantamiento popular y la formación de la Comuna de Oaxaca, en México, así como las movilizaciones contra el fraude electoral; los continuos levantamientos populares regionales en Perú, en especial en sus zonas mineras; la intervención histórica de las masas venezolanas contra el golpe militar de abril de 2002 y contra el lock out capitalista de diciembre de 2002-febrero de 2003. El último en el pelotón, pero cada vez más importante, Chile, conmovido por la rebelión adolescente en la educación, las crecientes huelgas mineras y las manifestaciones irrefutables de un agotamiento definitivo del régimen político de la Coalición democristiana-socialista y del gobierno de Bachelet. (CRCI, Estambul, 18/25 de junio de 2007).
La próxima comprate más merca así llegás a terminar la carta antes del Congreso.
ResponderEliminarRefiriendose a Mariano Ferreyra estos ridiculos mocosos dicen:
ResponderEliminar"A nuestro entender, era la OPORTUNIDAD HISTORICA para que el Partido Obrero impulsase una gran campaña nacional ARRASTRANDO detrás de sí a todos los luchadores de este país y, en esa mismo línea, también a la izquierda argentina detrás del programa, el método y la AUTORIDAD DEL PARTIDO OBRERO (y no al revés, como terminó sucediendo).
¿QUIEN SE PODIA OPONER a integrar un frente junto al Partido Obrero detrás de tan FORMIDABLE planteo? ¿Quién se podía oponer a integrar un frente junto al Partido Obrero después de la IMPRESIONANTE lucha que libró contra el kirchnerismo a partir del asesinato de Mariano? ¿Quién se podía oponer a integrar un frente junto al Partido Obrero después del PAPEL POLITICO DECISIVO que jugó en la lucha de los tercerizados del Roca?"
Oportunidad historica???? perdimos un compañero, lo asesino la burocracia ¿de que estan hablando? ¿de arrastrar a los luchadores por una supuesta "legitimidad" a partir de la tragedia? Nenes, la politica es lucha politica, no oportunismo a partir de dolorosas perdidas de compañeros revolucionarios. Ni entre los tercerizados, por los cuales luchó Mariano, el PO pude revertir su errada linea politica cuando quizo, a partir del asesinato de la burocracia, darse la representacion que la base no le había confiado.
Creo que ese extracto que encontré (de esta larguisima, mentirosa, infundada y aburrida carta, que obviamente no leí completa) muestra el oportunismo con que se educaron ustedes. Una verguenza para los revolucionarios moralmente honestos.
muchos militantes de base del PO y muchos tambien de los que ahora son de la TPR darian su vida por defender una causa obrera, eso es oportunismo?
ResponderEliminarcompañero, la lucha de mariano se la coopto el kirchnerismo y ensima les echa la culpa a las organizaciones de izquierda. Admitanlon se han equibocado en la decision de dividir la lucha de los ferroviarios de la lucha x la justicia x mariano, y el pato lo pagamos todos... Tampoco es un ataque a su organizacion, la carta es una critica yo te invito a que la leas bien
ResponderEliminar"nenes ¿de que estan hablando? ¿de arrastrar a los luchadores por una supuesta "legitimidad" a partir de la tragedia?"
ResponderEliminarAl SEÑOR ADULTO Y YA MAYOR DE EDAD Horacio F, los "nenes" de la TPR le respondemos: no, en ningun lugar decimos eso.
Primero, no fue una tragedia (a Mariano no lo pisó un auto de casualidad) sino que fue un asesinato friamente planificado y que, por lo tanto, tiene responsables políticos, materiales e intelectuales.
Segundo, sí es un mérito que el compañero Mariano Ferreyra sea del Partido Obrero porque eso no es un casualidad. Si Mariano estuvo ese día en las vías junto a los trabajadores ferroviarios fue porque militaba en el Partido Obrero.
Por ejemplo, si Mariano hubiese sido del PTS (partido contra el cual Mariano luchaba porque se incorporó al PO a partir de la lucha piquetera y el Puente Pueyrredón), Mariano no hubiese estado en el corte de vías. Es más, probablemente hubiese estado boicoteando el piquete y diciendo que era una medida "foquista" y "burocrática".
Por suerte, y mérito personal de Mariano, él nunca fue militante de un partido democratizante y anti-piquetero como el PTS.
Tercero, la autoridad no la da el asesinato (aunque, repetimos, no es casualidad que sea un compañero del Partido Obrero sino que es la conclusión de ponerle el cuerpo) sino la impresionante lucha política que libró el Partido Obrero después del asesinato del compañero y por el juicio y castigo a todos los responsables.
Y cuarto, cuando decís "errada línea política", no merece la menor crítica. Es una verguenza que ya da pena. Estás repitiendo a Flavo Bustillo (dirigente del PTS) que a UN DIA del asesinato de Mariano dijo con total impunidad que "al pibe lo mataron por culpa del PO". O sea que el PTS (y en particular Flavio Bustillo) fue un precursor ideológico del gobierno de Cristina y de José Feinmann en inculpar al PO y exonerar a la burocracia de la Verde. Las cosas son así y los hechos son conocidos por todos. Es innegable.
Por eso, ya lo dijimos y lo volvemos a decir: los militantes de la Tendencia Piquetera Revolucionaria preferimos equivocarnos con Mariano Ferreyra y el PO cortando las vías a tener razón con los carneros del PTS.
El 20 de Octubre quedó todo muy claro: de un lado la izquierda piquetera y revolucionaria y del otro el morenismo democratizante y anti-piquetero.
Eso es política y delimitación en el propio terreno en la lucha de clases, método con el que militamos los "nenes" de la TPR.
El resto es chicana de un "señor mayor y adulto" que, a espaldas de la lucha de clases, pretende encubrir el conservadurismo e impotencia política de un partido anti-piquetero que le dio la espalda al Argentinazo. Ni más ni menos.
Al compañero que dice "la lucha de mariano se la coopto el kirchnerismo y ensima les echa la culpa a las organizaciones de izquierda".
ResponderEliminarEs una farsa total. El gobierno no copó nada. De hecho, quienes militamos día a día por eso somos la izquierda que estuvo ese día en las vías. Te pregunto sino: ¿qué afiche de la cámpora o cualquier gruopo K viste pidiendo cárcel a pedraza o, al menos, juicio y castigo?
Como se ve, decir que "la coparon" es una farsa por completo. Incluso, el propio encarcelamiento de Pedraza (y no la lucha porque pase) tampoco se la arroga el gobierno de Cristina (no dicen "Yo lo metí preso") sino que, como mucho, dicen que fueron neutrales. Por lo tanto, es ridículo presentar a cristina como enemigo de la burocracia sindical ni mucho menos.
A su vez, "Admitanlon se han equibocado en la decision de dividir la lucha de los ferroviarios de la lucha x la justicia x mariano, y el pato lo pagamos todos"
No es un error que hayamos cometido los militantes de la TPR. De hecho, si mirás nuestros materiales todo el tiempo buscamos unificar ambos planteos y, por eso, ni bien metimos preso a pedraza sacamos un afiche y una calcomania planteando aprovechar esa oportunidad histórica para lanzar un plan de lucha de tercerizados y efectivos. Nuestra posición, por lo tanto, era unir ambas luchas por el vértice.
"... Tampoco es un ataque a su organizacion, la carta es una critica yo te invito a que la leas bien"
En este punto, estamos totalmente de acuerdo. La nuestra es una posición política y por lo tanto, debe ser discutida en tanto tal.
Me gustaría saber, en ese sentido, cuál es tu opinión al respecto.
Saludos.
Los jovencitos de la TPR, tan adictos a los largos e infructuosos textos, han dado muestras de nuevo su carácter altamente pequeño burgues y alejado de cualquier proceso que roce la lucha de clases. La Carta Abierta al XX congreso del PO, llama a defender un frente 100% de Izquierda, para variar no dicen con quien...será con la bandita delincuencial del Marino? por favor...con pequeñas agrupaciones estudiantiles se discuten frentes en las escuelas.
ResponderEliminarLa objeción a las 10 medidas de urgencia que el Frente de Izquierda le hace la TPR son casi gracias, teniendo en cuenta que el programa que ellos proponen no dice ni media palabra del salario y como quien esto escribe es un laburante, creo que tendría serías dudas en apoyar un programa que no menciona el salario.
Los jovencitos de la TPR.
La megalomanía tampoco es buena chicos...en Córdoba no dirigieron nada...aflojenlé a hacerse la cabeza solitos, eso hace que se creen un microclima para ustedes nomás y les impida ver la realidad.
En su programa, que pretenden oponer al del Frente de Izquierda, no mencionan ni media palabra de Mariano Ferreyra...se olvidaron?
Y finalmente terminan con el muestrario del absurdo: la defensa de la consigna Que la crisis la paguen los capitalistas, como dicen los congresos XVIII y XIX del PO, como, no erán los congresos donde el PO giró al anticapitalismo abandonado el planteo revolucioario?
Fuera del PO, han perdido toda perspectiva...de vida
Agreguen entre las consignas REDUCCION INMEDIATA DEL COSTO DEL DANONINO.
ResponderEliminarDigo, asi van creciendo...
mucha chicana pero poca politica
ResponderEliminarNenes con plata que juegan a la revolucion...
ResponderEliminarse ve que les sobra el tiempo para boludiar, compren un play y hagan torneos de futbol....
"Mucha chicana pero poca política".
ResponderEliminarCompañero, eso es falso. Lo que le sobra a la posición de la TPR es propuestas concretas y política.
Si mirás el afiche al XX Congreso del Partido, proponemos tres medidas según las cuales estaríamos de acuerdo en apoyarlo (o sea, ASI SÍ):
Primero, que tome como primer punto la derogación de la reforma proscriptiva e impulse la lucha callejera y la acción directa de los trabajadores. O sea que hagamos un petitorio, un acto, una marcha, un acampe, pintadas etc... y, si se puede, algún piquete, una toma o un paro (cosa que no debería ser imposible con tener la dirección de la AGD y la FUBA, para dar sólo un ejemplo).
2. Que las características del Frente sean discutidas en un Congreso de Trabajadores donde puedan intervenir todos los luchadores.
Algo que, como es sabido, es un método histórico que tuvo el PO frente a todos los frentes de izquierda que hubo desde el 83 en adelante (FREPU e IU), por lo cual, no debería haber ningún problema en hacerlo ahora.
3. AGREGAR (y no suplantar el programa de 10 del Frente) en primer lugar el tema de la reforma y TAMBIEN (o sea sumarle) los 15 puntos que nosotros proponemos (y que se pueden ver en el afiche, acá está el link: http://tpr-internet.blogspot.com/2011/04/frente-al-xx-congreso-del-po.html)
Este reclamo, fundamentalmente, se refiere a que el frente no reivindica cosas fundamentales como la lucha de los QOM, Indoamericano y el Estudiantazo. Lo cual es un despropósito (de hecho, felix díaz habló en el acto del 1º de Mayo, entonces: ¿qué problema hay en agregar el planteo?) y, a su vez, incorporar reclamos que no pueden faltar como el derecho al aborto seguro, legal y gratuito que, obviamente, no se trata de una demagogia feminista (o de hinchar las bolas con "un punto más o menos") sino que es el gran ausente de está campaña electoral y expresa una crisis política enorme, profunda y evidente al interior del propio kirchnerismo donde hay sectores que quieren aprobarlo este año y otros que no lo quieren aprobar nunca por su sabido pacto con la iglesia.
O sea, nuestra propuesta no es chicana sino política pura. Espero que estemos de acuerdo en lo que le plantee y podamos avanzar en una discusión para reorientar al Frente de Izquierda.
Saludos.
PD: Me olvidaba de una aclaración muy importante, los 15 puntos QUE PROPONEMOS AGREGAR A LOS 10 QUE YA SON DEL FRENTE, de ninguna manera son un últimatum. Son una PROPUESTA.
O sea, no decimos que si el frente no los tiene es contrarrevolucionario o cualquier boludez por el estilo. NO, ESA NO ES NUESTRA POSICION.
Por el contrario, lo que nosotros sí decimos es que esos puntos DEBERIAN ESTAR y que, si algún partido está en contra, entonces que esa diferencia se dirima democráticamente en un CONGRESO DE TRABAJADORES donde cada organización pueda explicar por qué sí y por qué no y que, en función de eso, resuelva la mayoría (lo cual no significa que nosotros cambiemos nuestra opinión pero consideramos que ese es el método correcto para resolver las diferencias, lo contrario es que el frente se oponga a levantar un planteo sin ningúna explicación pública, o sea no es un frente en la claridad sino un pacto contra el Partido Obrero).
PD2: El 100% de izquierda o no no depende solamente de quienes lo componen sino de cuál es su método y su objetivo político. Recordemos que la campaña del frente 100% de izquierda fue una propuesta del PO... hacia Mario Cafiero, el MST y el PC. O sea, nada de que ver con ir midiendo con una regla trosca cuán "revolucionario" sea cada partido.
Cuando decimos 100% de izquierda es que el frente impulse la acción extra-parlamentaria y la acción directa por lograr lo que se propone, dos a que se resuelva en base a un Congreso de Trabajadores y tres a que su programa exprese, como mínimo, al Parque Indoamericano, los Qom y el Estudiantazo. Por lo tanto, su plataforma electoral y de principios tiene que reivindicarlos explicítamente y, lo mismo, sus puntos tiene que recoger los reclamos de cada uno.
Volviendo sobre el punto del frente 100% de Izquierda, me quede pensando otra cosa.
ResponderEliminar¡Obvio que el PO no tiene que hacer un frente con la TPR! ¡Sería una desproporción ridícula! ¡EL PO NO TIENE QUE HACER UN FRENTE ELECTORAL CON LA TPR! ¡ESTAMOS EN CONTRA!
Nuestra posición nunca fue "que el PO rompa con el PTS, IS y el PSTU y se venga con la TPR".
No, eso sería proponerle el auto-aislamiento porque venirse con nosotros en materia electoral es igual quedarse sólo.
Lo que nosotros SI DECIMOS es: "Partido Obrero, no hagás un frente ASI. Hacelo de otra forma. Tu planteo tiene que ir hacia las comisiones internas, los centros de estudiantes y todas las organizaciones de lucha. Que se pronuncien a favor o en contra. Y, a partir de esa lucha política, si se suman el PTS, IS, PSTU (e incluso la TPR) todo bien, pero tienen que sumarse atrás y con un programa 100% de izquieda aprobado en un Congreso de Trabajadores (donde la mayoría la va a tener el PO porque, obviamente, es el partido con mayor peso en la izquieda argentina) que vote un plan de lucha (parlamentario y extra-parlamentario) para conseguirlo. O sea, que pelee en el terreno electoral pero fundamentalmente en la acción directa de los trabajadores.
A su vez, obviamente, esto no significa que el PO aparatee al resto de la izquierda con su mayoría en el congreso sino que haga respetar su mayoría para lograr el programa que quiere y que, si hay alguna diferencia que considere menor, entonces que explique por qué piensa que debería estar pero "se baja" de ese punto en pos de "la unidad". O sea, discutamos con las cartas sobre la mesa y armemos un frente en la claridad - no en la rosca entre cuatro paredes.
Ese es el método histórico del propio Partido Obrero que la TPR le propuso a su XX Congreso y al Frente de Izquierda en contra de la disolución anti-capitalista en el morenismo para construir "una alternativa electoral de lucha" (como dice un afiche del PO), es decir, para construir el Nuevo Partido Anticapitista con el Morenismo - que es lo que se viene si el PO sigue por este camino de disolución política en el progresismo nacional.
Saludos.
"Nenes con plata que juegan a la revolucion...
ResponderEliminarse ve que les sobra el tiempo para boludiar, compren un play y hagan torneos de futbol...."
Playstation y torneos de fútbol ya hacemos, te podés fijar en nuestro blog.
Como encima nos sigue sobrando el tiempo, debés en cuando militamos un poco para oponernos a que el PO baje programa y se disuelva en el anti-capitalismo morenista.
Y plata no tenemos mucha, por eso nos la pasamos haciendo tortas y panes calientes todo el tiempo - y con mucho orgullo, por algo fuimos el único partido de izquierda de este país que defendió a los vendedores ambulantes del Roca con el cuerpo y caímos presos con ellos.
Saludos.
"Y finalmente terminan con el muestrario del absurdo: la defensa de la consigna Que la crisis la paguen los capitalistas, como dicen los congresos XVIII y XIX del PO, como, no erán los congresos donde el PO giró al anticapitalismo abandonado el planteo revolucioario?"
ResponderEliminarNo es absurdo, es polémica y política.
Nosotros nunca nos opusimos a la consigna "que la crisis la paguen los capitalistas". Eso sería ser un ridículo ultra-izquierda que pacta con el PCR y el MST contra el "anti-capitalismo consecuente" del PO.
No, la TPR ESTA A FAVOR DE QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS.
Lo que nosotros decíamos era otra cosa. El XVIII Congreso planteaba que la Coalición Anti-capitista no tenía que plantear "que gobiernen los trabajadores" porque "los trabajadores no lo iban a entender".
A lo cual, de forma muy lógica, nosotros decíamos: "¿y por qué van a entender que la crisis la paguen los capitalistas?". Evidentemente, el debate sobre "la conciencia de las masas", en realidad, encubrían que el PO no estaba de acuerdo con plantear el problema del poder (ni siquiera en una forma cuasi-propagandística) sino que, por el contrario, defendían el anti-capitalismo por fuera de una estrategia de poder socialista.
O sea, que el XVIII votó lo que el propio Altamira calificaba como el anti-capitalismo "trucho" en la nota "Anticapitalismo y socialismo: El ABC y sus implicancias" (link: http://po.org.ar/articulo/po1080122/anticapitalismo-y-socialismo-abc-y-sus-implicancias).
Fue a ese viraje anti-capitalista (que siempre es trucho porque es en oposición a una orientación socialista) que nos opusimos.
Hoy, a dos años de ese debate en 2009, se demuestra que nosotros teníamos razón en que, la propia lógica conque votaron el anti-capitalismo en 2009 en 2011 los lleva a ni siquiera decir "que la crisis la paguen los capitalistas", es decir, que el Frente de Izquierda es un frente anti-capitalista que no combate al capitalista. Las diferencias entre el anti-capitalismo "trucho" y "verdadero" entonces se empiezan a desvanecer y cada vez estamos más cerca del NPA de Besancenot.
Por eso, para oponernosa ese viraje del "verdadero" al "trucho" y en defensa del catastrofismo contra el conservadurismo del PTS, es que decimos:
¡EL FRENTE DE IZQUIERDA TIENE QUE PLANTEAR QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS!
Ese es el debate real, incluso si pensás que nosotros nos equivocamos en nuestra caracterización del XVIII y el XIX Congreso:
¿vos por qué pensas que ahora el Frente no dice que la Crisi la paguen los capitalistas?
Ahí está la discusión que tenemos que tener.
Yo te digo, tal vez pienses que fue "un olvido" o "una casualidad".
Puede ser, no estoy de acuerdo pero puede ser.
Entonces, yo te propongo que vayas a tu reunión de círculo y al plenario de tu frente y plantees que el Frente incorpore el plante de "que la crisis la paguen los capitalistas" y veamos qué pasa.
Esa es la propuesta de la TPR.
SE LA PASAN HABLANDO DEL CENTRISMO, EL ELCTORALISMO Y EL MORENISMO DEL PTS, COMO LOROS LO REPITEN, PERO NO DEFINEN NI EJEMPLIFICAN. POR EJEMPLO, EL PO, EN EL 2009 SACO UNA TAPA DE PRENSA OBRERA QUE DECÍA "VOTE Y LUCHE", O SEA, LOS "NO-MORENISTAS" DEL PARTIDO OBRERO DABAN VUELTA LA CONSIGNA MORENISTA "LUCHE Y VOTE" MOSTRANDO QUE PARA ELLOS PRIMERO ESTABA EL COMPROÑISO CIUDADANO. ¿QUE DIJERON USTEDES AL RESPECTO?
ResponderEliminarYO NO TENGO CLARA LA DEFINICION DE CENTRISTA, PERO EN GENERAL LA INTUYO POR LA PRACTICA DE LAS DISTINTAS ORGANIZACIONES. ES RIDICULO SOSTENER QUE EL PTS, CON MUCHISIMA INSERCION EN EL SINIDCALISMO DE BASE, O SEA CON MUCHISMA INSERCION EN LA CLASE OBRERA, ES CENTRISTA, Y DECIR QUE EL PO, CON AÑOS DE FUBA-FOTOCOPIADORA ES REVOLUCIONARIA. ES RIDICULO. ZANON Y KRAFT FRENTE A LA FUBA (PO-MELLA) MUESTRA QUIEN ES CENTRISTA. POR ULTIMO, LES DEJO UNA NOTA QUE ENCONTRE DONDE MUESTRA QUIENES SON LOS CENTRISTAS EN ESTE FRENTE:
“Sobre la Policía Metropolitana nuestro planteo es simple y sencillo: disolverla inmediatamente. Es una cueva de represores y espías que no debe existir”, expresó Bregman, y Altamira profundiza que para la Ciudad “es necesaria una fuerza pública nueva, seleccionada por las organizaciones sociales y de derechos humanos, con derechos deliberativos, bajo el control de delegados electos en comunas y empresas, que sea remunerada de acuerdo a los convenios colectivos de los trabajadores del Estado”.
http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=a5fcaeeaad5fd213e4b73e4e556e3384
SALUDOS.
PD: REFLEXIONEN LOS COMPAÑEROS DE BASE DE LA TPR, NO SE DEJEN CONFUDIR QUE PURAS DECLAMACIONES, LEAN TODOS LOS PERIODICOS Y DISCUTAN CON COMPAÑEROS DE TODAS LAS CORRIENTES. NO SE SI EL PTS ES EL PARTIDO DE LA REVOLUCION, PERO SI QUE ES MUCHISIMO MAS CLASISTA QUE EL PARTIDO OBRERO, LO DICE LA REALIDAD
Mucha chicana pero poca politica me referia a la mayoria de los comentarios, no a la tpr que claramente le sobra politica y le faltan muchos años de crecimiento
ResponderEliminarno esten tan a la defensiva jaja
jajaja son un chiste todos loco. Nose cual es el partidoa mas oportunista.
ResponderEliminartírense a un pozo troscos... tírense a un pozo troscos
Sobre el punto del PO y el estudiantazo.. en que mundo viven? Es completamente erróneo lo que dicen de eso... (además de todo lo que escribe Marino, que tiene una carga increíble de resentimiento en nuestra contra)
ResponderEliminarAcá hay mucho resentimiento, no tenemos la culpa de su rebeldía queridos niños. No se olviden que algún día también fueron compañeros nuestros.
Son jóvenes brillantes, pero les falta aprender a pensar políticamente.
1. Tenés razón de que algún día fuimos compañeros tuyos y, de nuestra parte, nos sentimos que lo seguimos siendo porque defendemos el mismo programa histórico.
ResponderEliminarEn ese sentido te pregunto, qué cosa concreta decimos "completamente erróneo"? Me interesa saber tu opinión sobre el punto.
2. "No tenemos la culpa de su rebeldía queridos niños". En eso te equivocas. Nosotros nacimos a la lucha política bajo las banderas del Argentinazo y el movimiento piquetero, es decir, del Partido Obrero y el Polo Obrero.
Saludos.
compañeros con todo el respeto que todo luchador se merece me parece que hace tienen que reever la historia del PO les cuento un poquito en el año 1982 el po estuvo junto a democracia cristiana y otros oartidos de la derecha mas reaccionaria de la argentina ´´reciviendo al papa´´pidiendo su intervencion en el comficto de malvinas .,en el año1998 no recuerdo de que provincia pero si me acuerdo del personaje GUMERCINO PARAJON PROBENIENTE DEL PERONISMO TIPO CDO,ATLNTIDA TOMA DE FABRICA PO TERMINA LA LUCHA REPARTIENDO CHORIZOS A LA POLICIA ,COMPAÑEROS NO SEAN MAS DE TODO LOS QUE SE REIVINDICAN TROSKISTA LEAN MAS LOS CLASICOS LENIN TROSKY .....SAQUEMOS CONCLUCIONES DEL PASADO PARA NO VOLVER A EQUIVOCARNOS FRATERNALMENTE UN REVOLUCIONARIO
ResponderEliminarQué son estás boludeces? Aguante la toma de Atlántida dirigida x Pitrola, no digan más esas boludeces del 82, petesianos de mierda, lo de Parajón fue en Tucumán y lo que se hizo estuvo perfecto
ResponderEliminarQué pelotudos...!
ResponderEliminarrelajense muchachos. La vida les pasa por el costado...
ResponderEliminarEste artículo es oportunismo en su estado puro, sin contenido ni principios. Muy parecido a lo que nos tuvieron acostumbrados las diferentes sectas de variado color (morenistas y no tanto). Lo que resalta es una absoluta irresponsabilidad pequeñoburguesa ante un hecho histórico en la izquierda argentina: no "la unidad" por sí misma, la unidad que rompe el seguidismo a la burguesía (cuestión que condensa la crítica histórica del PO al morenismo). Si no ven esto, no ven nada, y son un cero a la izuierda en la lucha de los trabajadores por su emancipación.
ResponderEliminarsi analizan bien en estategia de la izquierda en argentina, por jorge altamira, veran que este critica el movimientismo del Mas. luego años des pues, bajo las "circunstancias" funda el polo una concepcion recontra movimientista, la idea era amontonar. se negociaba con los referentes como lo ase los politicos del sistema, cuanta gente hay. como ya eran una fuerza "mayoritaria", utilizaban los metodos de la burocracia para "persuadir, callar o directamente expulsar los que se oponian a las directivas de la direccion, dirigentes vitalicios, sostenidos por una escalonada red de rentados. y como los partidos del sistema, con escalñafones cedidos a los propios familiares. Basta de truchaje. la revolucion va a ser consecuencia de la deliberacion democratica de las masas, no de un autotitulado grupos de "cientificos marxista"
ResponderEliminarQué disparate total! Los trostkos continúan con su mambo sectario, con largos docuementos que denuncias minucias, poses, puntos y comas de una declaración de secta rival, y la realidad les pasa por encima. Si Pedraza está preso y la burocracia sindical puesta otra vez en discusión, como no ocurría desde los '70, es gracias a Cristina, tontuelos !!
ResponderEliminarque ridiculos estos pendejitos resentidos porque el PO los echó, pero a la vez lo aman, son como cornudas y abandonadas despechadas, que odian al ex que las dejó pero lo odian porque se mueren porque las vuelva a llamar
ResponderEliminarEsta carta es eterna, la cantitdad de personas no-pertenecientes a la TPR que la leyó completa es de 0 (CERO). Incluso dentro de la TPR seguro hay un par que no la leyeron completa. Ni hablar de Elizabeth, la del Indoamericano, que ustedes la hicieron miembro del Partido -o sea la propia TPR- para contrarrestar el perfil marcadisimamente burgues de todos los miembros de la TPR, a pesar de que la mina no tiene ni a palos la comprension politica acorde a un miembro de un partido revolucionario, con lo cual Elizabeth no solo ni a palos lee esta carta completa, tampoco sabe qué son los mencheviques, la difeencia entre las teorías foquista, de vanguardia, insurreccional y leninista, jamás leyó El Capital y no entiende realmente el Programa de Transición; se trata claramente de una luchadora valiosa para un Frente Único -como el Polo Obrero- pero que no da la talla para el Partido Revolucionario, que es el elemento consciente que dirige a las masas en el proceso revolucionario.
Este último comentario me hizo cagar de risa.
ResponderEliminar