Con el aval del
gobierno de Naoto Kan, TEPCO vertió 11500 toneladas de agua radiactiva al
océano. Estamos frente al probable derrumbe de la industria pesquera de Japón
En la antesala de una enorme
crisis política, económica y social, luchemos por:
¡Fuera
Naoto Kan y todo su gobierno! Juicio, castigo y cárcel a todos los responsables
políticos, funcionarios y empresarios implicados, por acción u omisión, en las
consecuencias del maremoto y la amenaza nuclear
Tepco, la compañía dueña de la central nuclear de Fukushima, comenzó ayer a verter 11500 toneladas de agua radiactiva al mar. El agua liberada tiene una radiactividad 100 veces superior al límite legal. Dicha decisión fue avalada públicamente por el gobierno de Naoto Kan a través de su vocero, Yukio Edano. Además del agua contaminada que vertió Tepco, hay una grieta de20
centímetros en un foso de contención en el segundo
reactor a través de la cual se filtra líquido de forma continua, cuya radiactividad
tiene un nivel 4000 veces superior al límite legal. Hasta ahora, Tepco ha
fracasado en sellar dicha grieta.
Tepco, la compañía dueña de la central nuclear de Fukushima, comenzó ayer a verter 11500 toneladas de agua radiactiva al mar. El agua liberada tiene una radiactividad 100 veces superior al límite legal. Dicha decisión fue avalada públicamente por el gobierno de Naoto Kan a través de su vocero, Yukio Edano. Además del agua contaminada que vertió Tepco, hay una grieta de
A partir del
desastre nuclear, se avecina el derrumbe del conjunto de la economía japonesa
Las implicancias catastróficas en el terreno
medioambiental de lo que pasó son, para la mayoría de los especialistas en
energía nuclear y radiación, incalculables. Según el Organismo Internacional
para la Energía Atómica
(OIEA), el vertido de las 11500 toneladas de agua con baja radiactividad puede
devastar el ecosistema marino de la zona: “La radiactividad, básicamente
causada por trazas de yodo y cesio, se dispersará en el océano de modo similar
al que lo está haciendo en el aire: una parte se detectará en niveles muy bajos
en las costas de EEUU y Australia, pero otra parte se depositará en el lecho
marino y los organismos. Luego fluirá en la cadena alimentaria, contagiándose a
otras zonas con una gravedad que se anticipa elevada” (El País, 5/4). Para Francesc Barquinero, biólogo colaborador del
OIEA, el cesio “se fijará en algas, peces y se ampliará a más depredadores.
Económicamente será otro desastre para Japón” (ídem).
Ya el mismo día del vertido, el precio de
algunas especies que exporta Japón cayó a la mitad. Esta tendencia
probablemente se generalice los próximos días, porque difícilmente Japón tendrá
demanda internacional de pescado durante un período relativamente prolongado.
De hecho, desde el gobierno holandés ya anunciaron que examinaran cada barco
japonés antes de permitirle el ingreso al puerto de Rotterdam, el de mayor
tráfico de Europa y el cuarto del mundo. Japón es uno de los principales
productores mundiales de pescado, y la industria de la pesca tiene un peso
específico enorme en la economía japonesa. Se vienen los despidos masivos de
trabajadores de esta industria, lo que va a generar una enorme crisis social y
plantea la posibilidad de que en Japón la clase obrera se apropie de los
métodos piqueteros y luche para que la crisis la paguen los capitalistas.
La actual situación generada a partir de la
contaminación del océano, de los gastos que tiene que hacer el Estado por el
desastre generado en todo el país y de el recorte energético que va a durar
durante años, plantea el potencial derrumbe del conjunto de la economía de
Japón: “un ex – oficial del Banco de Japón, Eisuke Sakakibara, dijo que el yen
se debilitará en los próximos meses” (Buenos
Aires Herald, 5/4). Eiji Herano, antiguo asistente de la dirección del
Banco de Japón, dijo que “hay una fuerte chance de que la economía japonesa se
contraiga en el presente año fiscal” (ídem).
Es decir que estamos asistiendo al preludio de una enorme crisis económica en
todo Japón, cuyas implicancias políticas ya comienzan a expresarse.
Los responsables
tienen que caer: cada día más japoneses queremos la renuncia de Naoto Kan
Esta situación catastrófica para Japón tiene
responsables, y esos responsables tienen nombre y apellido. Incluso, luego del
maremoto y el desastre nuclear, el gobierno de Naoto Kan y la empresa Tepco han
sido incapaces de controlar las consecuencias devastadoras y, por el contrario,
las han profundizado. Por lo tanto, la reconstrucción de Japón necesariamente
implica la desvinculación de la misma, de los responsables del desastre. La
unidad que necesitamos los japoneses hoy en día es la unidad de todos los
familiares de las víctimas y de todas las organizaciones de trabajadores y
populares, para que caigan los responsables y para poner bajo nuestras manos la
reconstrucción de Japón.
Según una encuesta citada por el diario El País del 5/4, “el 70% de los
consultados aseguran que Naoto Kan no ha ejercido su papel de líder durante la
triple crisis y el 19% quiere que dimita.” En esa misma edición del diario,
está publicada una nota de opinión de Ulrich Beck, profesor emérito de la Universidad de Münich,
quien afirma que “la decisión de construir centrales nucleares en zonas
sísmicas no es un fenómeno natural, sino una decisión política de la que
también debe darse razón en el ámbito político. No solo en el caso de la
construcción de rascacielos, o en el de la planificación de una metrópoli como
Tokio tales ‘catástrofes naturales’ se transforman en riesgos dependientes de
decisiones de las que, al menos en principio, puede responsabilizarse a quienes
las toman.”
Es claro: si hoy estamos frente a un desastre
nuclear sin precedentes, es por la decisión política del gobierno de Japón y de
las empresas de mantener las centrales nucleares en zonas sísmicas y de hacer
oídos sordos frente a las advertencias del OIEA que en diciembre de 2008 ya le
había señalado al gobierno que las plantas nucleares no estaban preparadas para
hacer frente a poderosos terremotos. Las consecuencias de la catástrofe natural
se podrían haber atenuado enormemente. Por eso, hay que repetirlo, si se podía
evitar, no es una tragedia. La naturaleza del desastre que generó el maremoto
es social y política. Por lo tanto, tienen que caer los responsables: ¡Fuera
Naoto Kan y todo su gobierno! ¡Juicio, castigo y cárcel a todos los
responsables! Por un plan de indemnizaciones y de reconstrucción de Japón bajo
control de las organizaciones obreras y populares y de los familiares de las
víctimas que sea financiado por el Estado y por medio de la expropiación de
todo el patrimonio de las empresas y los funcionarios responsables. Hoy sigue
planteada la necesidad de que quienes formamos parte de la comunidad japonesa
internacional, y particularmente los que vivimos en Argentina, realicemos actos
en las embajadas de Japón con este programa.
Natsumi Shokida
dirigente de la
Tendencia Piquetera Revolucionaria
5 de abril de 2011
Tel: 154 071 9066 // Mail: natsumi_shokida@hotmail.com
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