Boletín informativo Nº 605
Viernes 6 de mayo, gran festival en Plaza Houssay, desde las 19:00, con
Chapones Di Teresa, La Pala Mecánica , La Escuela del Desaprender, La
Covacha , La Que Se Viene y mucho más.
BULACIO: MIENTE, QUE ALGO QUEDARÁ
La semana pasada,
el diario oficialista Página/12 publicó una nota recordando que se están
cumpliendo 20 años de la detención y muerte de Walter Bulacio. Y como
para “compensar” la realidad que surge de la contumacia con que el
actual gobierno, igual que sus antecesores desde 1991, vienen
protegiendo a la policía y, en el caso concreto del kirchnerismo,
incumpliendo desde 2003 la sentencia de la Corte Interamericana de DDHH
que ordenó la derogación de todas las normas y prácticas no normadas que
habilitan a las fuerzas de seguridad a realizar detenciones
arbitrarias, junto a la nota principal incluyeron una “columna de
opinión” escrita por Mariano Molina, que se presenta como “periodista y
docente”, omitiendo agregar “y defensor del gobierno nacional”.
En un
texto plagado de referencias a su experiencia personal, pues afirma
haber estado en Obras el 19 de abril de 1991, el columnista lanza, a los
pocos renglones, la frase “En esos tiempos, los edictos policiales
todavía tenían legalidad y servían para legitimar el autoritarismo
policial”. Nada dice de los códigos contravencionales, vigentes hoy,
como ayer, en todo el país, incluyendo el que en 1994 reemplazó a los
edictos en la ciudad de Buenos Aires, y que, como demuestra la
experiencia, viene resultando más eficaz que aquellos a la hora de
aplicar el control social y el disciplinamiento por mano de una fuerza
cuyo autoritarismo no es fruto del propio capricho, sino del rol
asignado dentro de la estructura estatal.
Después de sugerir
elípticamente que la razzia que se llevó a Walter se explica porque en
esos tiempos gobernaba el peronismo menemista, lanza una gran mentira
cuando afirma que las multitudinarias marchas por Bulacio eran una
“anárquica procesión, sin banderas partidarias, sin organización previa y
con las consignas que surgían momentáneamente”. Y de ello concluye que
eso “fue un fuerte signo de los tiempos que vendrían, en relación con la
inorgánica participación juvenil en causas sociales y políticas”.
Además
de mentira, infamia. La masiva movilización que siguió a la muerte de
Walter no fue inorgánica ni apolítica. Por el contrario, los que sí
protagonizamos esa lucha recordamos las asambleas en la facultad de
Filosofía, donde las organizaciones políticas, estudiantiles y de
derechos humanos organizaban la campaña, o las asambleas de los
secundarios, con participación de los centros de estudiantes, de las
juventudes de los partidos de izquierda y la militancia antirrepresiva.
Una pelea política, que apuntaba al corazón del estado y sus gobiernos:
su política represiva, constante pese a sus variantes discursivas,
gobierne quien gobierne.
El defensor del gobierno cierra su alegato
con más mentiras: “El país vive otra realidad en muchos aspectos (…)
Actualmente la Policía Federal se encuentra en un intento de
recomposición que esperábamos hace tiempo. La permanencia de esas
prácticas que causan vergüenza nacional también nos tiene que hacer
reflexionar sobre la importancia de apoyar algunas políticas de Estado
que puedan perdurar más allá de los gobiernos”.
Walter fue asesinado
durante el gobierno peronista de Menem. La causa judicial alcanzó su
máximo nivel de impunidad durante el gobierno
radical-peronista-progresista de la Alianza. El gobierno, también
peronista de Duhalde, intentó evitar que la causa llegara a la Corte IDH
con una admisión formal de la responsabilidad del estado, y el actual
gobierno kirchnerista, en sus dos versiones, fue el encargado de
incumplir la condena que irremediablemente llegó, mientras intensificó
el voltaje represivo de las facultades policiales para detener personas
arbitrariamente y estrenó un nuevo modelo represivo, basado en la
cooptación de consenso para reprimir más y mejor.
La única política
de estado que perdura más allá de los gobiernos en materia represiva es
la necesidad de reprimir. Y el kirchnerismo ha logrado, como ningún otro
gobierno anterior, hacer realidad el paradigma de aplicar toda la
represión necesaria, con todo el consenso posible.
Para leer el boletín completo, clickeá en http://correpi.lahaine.org/?p=1052
No hay comentarios:
Publicar un comentario