CRISTINA MIENTE: EL #7-D ES UN
NUEVO NEGOCIADO ENTRE CAPITALISTAS
Vamos por la
expropiación de los medios bajo control de los trabajadores y las
organizaciones populares
Juan Marino
El 7 de diciembre vence la medida cautelar presentada
por el Grupo Clarín, la cual suspendía la aplicación del artículo 161 de la Ley
de Medios K. Dicho artículo es el que establece un plazo de un año para que
las empresas de medios de comunicación audiovisual que poseen más licencias de
medios que las permitidas por la propia ley, desarrollen un proceso de
desinversión para adecuarse a la norma. El #7-D, por lo tanto, se ha convertido
en el eje de la disputa entre el gobierno nacional y Clarín por el control de
los medios de comunicación que hoy están en manos del monopolio de Magnetto.
La puja entre ambos está fuertemente
asociada a la crisis política nacional, que encuentra a Cristina, la derecha y
el FAP como los bloques políticos patronales que se disputan la representación
de la burguesía. Esto, porque el resultado de la disputa entre los K y Clarín
va a incidir directamente sobre las elecciones de 2013: si el gobierno logra su
objetivo, tendrá bajo su férula una importante cantidad de medios que hoy están
en manos del Grupo Clarín, alineado con la oposición patronal.
EL #7-D: UN NUEVO NEGOCIADO
CAPITALISTA QUE REFUERZA EL BONAPARTISMO ESTATAL
Para despejar cualquier duda
acerca de si el #7-D constituiría una medida anti-monopólica y de defensa de
la libertad de expresión, el propio gobierno difundió un spot de la Autoridad
Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual creada por la Ley de Medios
(AFSCA, hoy dirigida por Sabbatella) donde explicita que, luego del #7-D, el
gobierno no va a expropiar ni estatizar ningún medio de comunicación, sino que
por el contrario garantizará que las licencias del Grupo Clarín pasen a manos
de nuevos titulares privados.
Esto no quita que, en el marco
del proceso de traspaso de la titularidad, será el Estado, a través de la
AFSCA, el que tenga el control de dichos medios. No es un dato menor: es en
esa transición donde el gobierno tendrá la oportunidad de modificar, en función
de sus propios intereses y su propia orientación, el personal, la programación
y los contenidos, para condicionar al siguiente pulpo capitalista que asuma
la propiedad del medio. Hay que tener en cuenta que, para desarrollarse el
traspaso, se tiene que atravesar por las siguientes etapas: “el traspaso,
según informó, se realizará en un plazo de cien días hábiles. Para ello,
primero se elegirán las licencias ‘de menor valor’ de cada grupo para ponerlas
en licitación. Luego, se abrirá un ‘registro de oferentes’ en el cual se
deberán inscribir todos los interesados en esos medios. Mientras tanto, el
Tribunal Nacional de Tasación será el encargado de establecer ‘el valor de las
licencias y de los bienes afectados a su funcionamiento’. Una vez conocidas
las ofertas, se producirá el proceso de venta, tras el cual ‘habrá un nuevo
titular y se hará el traspaso’ (…) ‘Si no hay oferentes, puede volver a
licitarse o puede hacerse una adjudicación directa’” (Infobae, 14/11).
A esto se le suma el hecho de
que los pulpos capitalistas de los medios de comunicación asociados al
gobierno tampoco cumplen los requisitos exigidos por la Ley de Medios, por lo
que hoy no estarían en condiciones de asumir el control de los medios de los
que se desprendería Clarín. Es el caso de Vila-Manzano, Telecentro de Alberto
Pierri, Telefé de Telefónica España, C5N de Cristóbal López, entre otros. En
este punto, es necesario denunciar la hipocresía del gobierno nacional:
mientras montó durante todo el último período una intensa agitación contra
Clarín, ocultó que la AFSCA sacó una resolución aprovechando la medida cautelar
favorable al grupo de Magnetto para que el aplazamiento del plazo para
desinvertir también se aplique a los empresarios asociados al gobierno. A
partir del #7-D, el gobierno buscará generar las condiciones para traspasar
las licencias de Clarín a los capitalistas asociados al kirchnerismo, sobre la
base de garantizarse que los mismos desarrollen una orientación política
favorable a los K de cara a las elecciones de 2013. La ofensiva del gobierno sobre
el poder judicial y la aprobación del ‘per saltum’ buscan neutralizar la
iniciativa judicial que seguirá desenvolviendo Clarín luego del #7-D para
retrasar en cada una de sus etapas la desinversión exigida por la Ley de
Medios. Estamos frente a un nuevo negociado capitalista que, al mismo tiempo,
refuerza el bonapartismo estatal sobre los medios de comunicación.
LA LEY DE MEDIOS NO
GARANTIZA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN NI DEMOCRATIZA LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Todo esto pone de relieve que
la Ley de Medios no es un instrumento para defender la libertad de expresión
ni para democratizar los medios de comunicación. Por el contrario, es una
herramienta que favorece el monopolio estatal de los medios y su capacidad de
arbitraje en la distribución de los mismos entre diferentes pulpos
capitalistas. Se trata, por lo tanto, de una legislación reaccionaria: el
reforzamiento del Estado en el control de los medios implica, necesariamente,
peores condiciones para la libertad de expresión y agitación política de los
luchadores que cotidianamente nos enfrentamos al Estado, la patronal y la
burocracia sindical asociada a ese mismo Estado. ¿O acaso 6,7,8 ha sido, alguna
vez, un vehículo para que se expresen las numerosas luchas obreras y populares
que recorren nuestro país? De ninguna manera. El monopolio estatal no por ser
estatal deja de ser capitalista, sino todo lo contrario: el Estado es la
representación máxima de la clase capitalista, muchas veces arbitrando y
enfrentándose con facciones de la propia clase capitalista.
De hecho, la propia ley no acaba
con la propiedad privada de los medios de comunicación a favor de su control a
cargo de los trabajadores. Todo lo contrario: preserva el régimen de la
propiedad privada capitalista en el terreno de los medios. Por lo tanto,
mantiene el despotismo patronal, que es la negación directa de la libertad de
expresión y la democratización de los medios. Justamente, dicho despotismo
patronal es el que impide la libertad de expresión de los trabajadores de
prensa, cuya continuidad laboral está condicionada a su subordinación política
e ideológica a su patronal.
CONTRA EL #7-D, DEFENDAMOS
LOS PUESTOS DE TRABAJO Y LAS PLENAS LIBERTADES POLÍTICAS Y DE ORGANIZACIÓN
PARA LOS TRABAJADORES DE PRENSA. VAMOS POR LA EXPROPIACIÓN DE LOS MEDIOS BAJO
CONTROL DE LOS TRABAJADORES
En oposición al #7-D de
Cristina y a la defensa del Grupo Clarín que realizan tanto la derecha como el
FAP y Pino Solanas-Proyecto Sur, la izquierda tiene que intervenir con un
planteo independiente en esta crisis política. Es necesario luchar contra el reforzamiento
del control estatal sobre los medios de comunicación, rechazando la Ley de
Medios del gobierno, y planteando que la única forma de garantizar la libertad
de expresión y la democratización de los medios es a través de su expropiación
de manos de los capitalistas (sean públicos o privados) y que pasen a estar
bajo control de los trabajadores de prensa junto al conjunto de las organizaciones obreras y
populares.
Todo el proceso de traspaso de
titularidad de las licencias de las que debe desprenderse el Grupo Clarín luego
del #7-D, así como también de las de los pulpos asociados al gobierno, pone en
riesgo los puestos de trabajo de todos los compañeros que trabajan en esos
medios. De ahí la importancia de impulsar asambleas y de defender la puesta en
pie de comisiones internas independientes de las patronales, para luchar
contra los despidos y por las condiciones laborales. La lucha que vienen
desarrollando los compañeros de La Naranja de Prensa es un gran ejemplo en ese
sentido: como dirección de la Comisión Interna de Perfil vienen luchando contra
los despidos; forman parte de la lista “Entre Todos” de la Comisión Interna de
Télam que acaba de quebrar la proscripción de la patronal kirchnerista; han
impulsado la puesta en pie, luego de 12 años, de la Comisión Interna de Clarín
que acaba de ser votada masivamente por los trabajadores de ese diario.
Cualquier intento de poner en pie una intervención independiente de los trabajadores
de prensa frente al #7-D se tiene que apoyar en la enorme lucha política de La
Naranja de Prensa, que defiende los puestos de trabajo y las plenas libertades
políticas y de organización para los trabajadores de prensa.
Contra los despidos, por los
3los trabajadores de prensa, contra el monopolio (tanto público como privado)
de los medios, y por su expropiación bajo control de los trabajadores. Con
este planteo, desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria llamamos a las
comisiones internas de los trabajadores de los medios de comunicación, a las
radios comunitarias, y al Frente de Izquierda, a desarrollar una fuerte
agitación política con actos, afichadas, charlas, etc., peleando para que los
trabajadores intervengan con un planteo político independiente frente al #7-D.
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