PIQUETERO Nº4 - EDITORIAL
Boudou 2015: la década kirchnerista concluye en Ciccone y la procesista UCeDé
Militar la campaña electoral es luchar por el poder
El desafío de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda:
tenemos hasta el 12 de junio para convocar a un Congreso Abierto del FIT
JUAN MARINO
Las elecciones legislativas de 2013 se desarrollarán en el marco
de que Cristina anunció públicamente que desiste de la pretensión de reformar
la constitución para poder garantizarse la posibilidad de ser re-reelecta. Inmediatamente,
se desató un debate al interior del kirchnerismo acerca de quién podría suceder
a Cristina en 2015. Tanto la ultra-oficialista Diana Conti como el pique-trucho
Depetri salieron a declarar que Boudou podría ser un buen reemplazo. Nada más
ilustrativo del carácter del kirchnerismo: la “década ganada” podría concluir,
por lo tanto, en Ciccone y la procesista UCeDé como candidatos oficiales para
la presidencia – e incluso como parte de una supuesta ala izquierda que no
tiene nada que ofrecer.
Esta inclinación de un sector del kirchnerismo hacia Boudou forma
parte de una orientación de conjunto del gobierno nacional que genera las
condiciones para que la derecha asuma el gobierno en 2015. Sucede que, como
todos los medios de comunicación retratan, Cristina pretende mantener tanto a
Scioli como a Massa dentro del armado oficial, con el objetivo de evitar un
colapso electoral abrumador en las elecciones de 2013. Incluso, la fórmula
Scioli-Massa, impulsada por no pocos elementos derechistas y pro-imperialistas,
podría vehiculizarse a través del propio kirchnerismo en lugar de Boudou. El
kirchnerismo nos propone elegir entre el veneno y la horca. Por su parte, lo
que pone en duda el futuro de Scioli-Massa es el cálculo de que, si forman
parte de las listas del Frente para la Victoria, ellos mismos pueden terminar
siendo arrastrados por el derrumbe electoral de Cristina. Lo que importa, sin
embargo, es que todas las variantes alternativas al agotamiento del
kirchnerismo implican una salida pro-imperialista a la situación política.
Detrás de la supuesta “profundización del modelo” y el “vamos por
todo” del cristinismo no hay una “radicalización” del kirchnerismo sino, por el
contrario, la preparación a plena luz del día del retorno forzado a los ’90. La
restauración conservadora surge del seno del propio kirchnerismo en
descomposición. El fracaso de la tentativa nacionalista plantea una
reconversión de los “nac & pop” detrás de procesistas y menemistas.
UNA DÉCADA DE
SOJA, DEVALUACIÓN Y TERCERIZADAS
El gobierno de Cristina llega a las elecciones legislativas
dejando al desnudo la verdadera naturaleza de la “década kirchnerista”. Detrás
de la “épica kirchnerista” surge a flor de piel la verdadera agenda que lo
retrata de cuerpo entero como una fuerza capitalista en decadencia.
El blanqueo de capitales se resume en la creación de tres nuevos
instrumentos: el CEDIN (inmuebles y construcción) y BAADE (petróleo y obra
pública) que bajo la denominación “Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo
Económico” estará disponible en bono pero también incluirá una versión en pagaré
en dólares que en el mercado secundario podrá comprarse en pesos. Su objetivo
es hacer pasar un desdoblamiento cambiario (devaluación encubierta) y, por lo
tanto, constituye un paso fuerte hacia una devaluación del tipo de cambio
oficial.
La devolución de retenciones al trigo es, al mismo tiempo, una
clara concesión al capital agrario que protagonizó el lock-out patronal de 2008
y ahora exige la devaluación. Se trata de otra devaluación encubierta, esta vez
del 15%, de lo que es conocido como “dólar-trigo”. Tan evidente es la operación
que el propio titular del Banco Ciudad y militante del PRO, Federico Sturzenegger,
quien marcó la agenda en mayo al plantear la necesidad de una devaluación del 40%,
salió a declarar en el Cronista que “Cristina Fernández da discursos
negando la devaluación mientras anunciaba otra con el dólar-trigo”.
Según Sebastián Premici, en
Página 12, “esta medida fue elaborada por el secretario de Comercio, Guillermo
Moreno, y las cooperativas exportadoras, ahora nucleadas en Capeco”, implicando
“la devolución de aproximadamente 30 dólares por tonelada, equivalente a 15 por
ciento del precio”. Capeco, para que quede claro, es una Cámara de Exportadores
de Cereales y Oleaginosa creada por el kirchnerismo para hacerle frente a la
entidad en que se agrupan las grandes cerealeras multinacionales, la Cámara de
la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec). Sin
embargo, Capeco pasó de agrupar a “pequeños y medianos” para incorporar a
Aceitera General Deheza (del ex senador kirchnerista Roberto Urquía), a UPJ,
controlado por Los Grobo y a… Monsanto. Ya en lista de espera también
están la norteamericana CHS y la brasileña Multigrain. O sea, lejos de ser una
gesta anti-monopólica, ha pasado a ser una fachada para ordenar su propio lobby
de empresarios K en el campo (tanto nacionales como extranjeros). De hecho,
Capeco es dirigida por Ider Peretti quien es conocido por ser un ruralista
ultra K y presidente del Consejo Argentino de Productores (CAP). Por lo tanto,
la diferencia entre el kirchnerismo y la oposición macrista, en este terreno,
sería tan sólo de si los capitalistas necesitan una devaluación total del 40% o
si alcanza con una devaluación sectorial del 15%.
Tampoco puede dejar de mencionarse que solamente un día después del
anuncio de las medidas presidenciales, salió en Clarín un artículo sobre el lanzamiento
del primer trigo transgénico del mundo entre la argentina Bioceres y la
francesa Florimond Desprez que se unieron en Trigall Genetics. Según anuncian “promete
mejorar los rendimientos de 10 a 15% y llegaría al mercado en 2016” (Clarín, 08/05). Su lugar de aplicación sería el Mercosur dado que “en Europa la
situación regulatoria sobre los transgénicos está complicada” (ibídem). Como se ve, con sus medidas el
kirchnerismo alienta que los trabajadores argentinos tengamos una panificación
transgénica.
Por último, la presencia del secretario de Transporte de la Nación
en el acto de asunción del nuevo Secretario General de la Unión Ferroviaria,
Sasia, pone de relieve que el kirchnerismo continúa aliado a los burócratas
tercerizadores que asesinaron a Mariano Ferreyra. La fotografía de los últimos
acontecimientos políticos es un claro retrato de la década de gobierno
kirchnerista en su conjunto: una década de soja, devaluación y tercerizadas.
DESPUÉS DE UNA
DÉCADA DE INFLACIÓN COMIENDOSE LOS SALARIOS, LA INDUSTRIA CUMPLIÓ CUATRO
TRIMESTRES SEGUIDOS DE CAÍDA Y EN TRES MESES SE PERDIERON 255.000 PUESTOS DE
TRABAJO
Los K llegan a las elecciones, también, habiendo hecho un esfuerzo
denodado para cerrar las paritarias por debajo de la inflación e, incluso, para
imponer el establecimiento de las “paritarias a largo plazo”, es decir,
superiores a 12 meses. Con el concurso de la burocracia sindical, el gobierno
ha impuesto su objetivo en toda una serie de gremios centrales: UOM, Comercio,
UTA, AYSA, SUTERH, UOCRA, Bancarios, Carne, Luz y Fuerza, UPCN. Lo que gobierno
y burocracia presentaron como un aumento general del 24%, es en realidad un
aumento inferior al 22% porque todos los acuerdos fueron firmados en cuotas. No
solamente eso: Luz y Fuerza, SUTERH y AYSA aceptaron las paritarias a largo
plazo (18 meses), lo que sienta un precedente nefasto en un cuadro de creciente
inflación. De hecho, la inflación proyectada para 2013 por el índice elaborado por
la oposición patronal en el Congreso alcanza el 27%, y esto sin tener en cuenta
que la inflación en los productos de la canasta básica familiar crece a una
escala mayor.
Por otra parte, ante el
Rodrigazo en curso, la Supercard y el control de precios no son más que una
impostura. En el mes de junio, el Banco Hipotecario lanzará la tarjeta con un 25%
de interés anual contra el 40% de las privadas y un 0,25% contra 3% de la tasa que
abonan los supermercados. ¿Cuál es el tope de la tarjeta? ¡$1000! Un absurdo
que ni siquiera cubre la canasta de indigencia que ya ronda los $1650, cuando
es sabido que financiar la subsistencia básica es hipotecar el futuro debido a
que el sueldo no alcanza o ni siquiera se tiene acceso a un trabajo. La medida
no podía ser más perversa dado que usar una tarjeta de crédito para poder comer
es hipotecar el futuro para poder subsistir. Es, en última instancia, el
reconocimiento por parte del gobierno de una situación desesperada donde el
sueldo no alcanza o ni siquiera se tiene acceso a un trabajo. Pero, claro,
donde hay una necesidad el gobierno no ve un derecho que falta sino una
posibilidad de endeudar a los trabajadores. Lo mismo hizo, de hecho, con los
compañeros víctimas de las inundaciones.
En esta misma línea se ubican
los controles de precios que el gobierno reclama defender mientras acaba de
bajar la cantidad de productos de la lista de 10.000 a tan sólo 500, ¡son 9.500
productos menos! La misma hipocresía puede verse en esta supuesta afrenta
contra los supermercados mientras Cristina acaba de inaugurar por cadena
nacional el nuevo supermercado de Wall Mart en Pilar. “Mirar es cuidar”, por lo
tanto, se trata de hacernos mirar para el costado en lugar de salir a luchar en
las paritarias para cuidar el salario. De esto se desprende otro balance de los
10 años de gobierno kirchnerista: lejos de ser el gobierno que entregó las
paritarias para recuperar el nivel adquisitivo, se trata del gobierno que
utilizó las paritarias para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en
el mismo nivel en que se encontraba en 2001, en plena bancarrota económica.
En este marco, las medidas anunciadas por Cristina sobre aumento
del tope de las asignaciones familiares, AUH, ayuda escolar extra-ordinaria, no
sólo son medidas limitadas que no establecen el carácter indexado, universal y
permanente de los mismos, sino que constituyen un subsidio diferido a las
patronales para que sigan pagan un salario de miseria. Desde la TPR apoyamos
cualquier medida que sirva para llegar a fin de mes pero rechazamos la
impostura kirchnerista de garantizar salarios de miseria y luego pretender
defender a los trabajadores subsidiando capitalistas con el saqueo de la ANSES.
Para elevar efectivamente las condiciones materiales de vida de los
trabajadores, la consigna sigue siendo la misma: salario igual a la canasta
básica familiar. El sueldo de los trabajadores lo tiene que pagar íntegramente
la patronal, no el Estado. Si la patronal no puede pagar los sueldos, entonces
corresponde que la empresa sea expropiada y puesta a funcionar bajo control
obrero.
Lo mismo puede decirse de los mentados índices laborales: nos
hablan de la “generación de empleo” mientras el 50% de la fuerza laboral está
precarizada, tercerizada o en negro, el 30% de la población urbana está hundida
en la pobreza, la mitad de los trabajadores ganan menos de $3500, en los
últimos tres meses se perdieron 255.000 puestos de trabajo, y la industria
cumplió cuatro trimestres seguidos de caída. Desde la TPR, no aceptamos la
extorsión kirchnerista y luchamos por una alternativa revolucionaria contra la
frustración de la tentativa nacionalista.
LA RE-RE
NAUFRAGA POR EL RETROCESO DEL KIRCHNERISMO ANTE LA CRISIS ECONÓMICA Y LA
EBULLICIÓN POPULAR
Este esquema de conjunto es el que se está derrumbando con la
presente crisis económica y política. Mientras Evo Morales, Rafael Correa y el
propio Juan Manuel Santos recurren a la re-reelección (éste último con el patético
apoyo de las FARC) como un instrumento para arbitrar en términos bonapartistas
contra la lucha de las masas y en las crisis políticas, Cristina es incapaz de
buscar la re-reelección producto del retroceso y agotamiento de la experiencia
política que encarna. Las encuestas señalan que más del 80% de la población
rechaza la re-reelección; la caída de la imagen positiva del gobierno nacional
es innegable (10 puntos por el escándalo de corrupción con Lázaro Baez);
Cristina ha visto el 54% de 2011 evaporarse producto de su propia política
incapaz de dar salida al cuadro de crisis, y de las constantes y crecientes
movilizaciones populares contra el gobierno.
El festejo kirchnerista del 25 de mayo, de hecho, estuvo rodeado
de movilizaciones que desnudan el descontento popular con el gobierno y el
clima de ebullición que sacude al país. El 22 de mayo, el Encuentro Memoria
Verdad y Justicia se movilizó contra la represión y el espionaje oficiales. El
23 de mayo, una marcha masiva copó las calles de Resistencia, Chaco, contra la
represión brutal que ejercieron Capitanich y Bacileff Ivanoff contra originarios,
piqueteros y docentes. El 24 de mayo, numerosas internas clasistas y la
izquierda convocaron a una marcha al Ministerio de Trabajo contra el impuesto
al salario y por la universalización de las asignaciones familiares. De cara al
propio 25 de mayo, en numerosas localidades del país, como Capital Federal y
Córdoba, se desarrollaron concentraciones por el ¡Fuera Monsanto! como parte de
la jornada mundial contra Monsanto. El 29 de mayo, está convocado un paro
nacional y una jornada de cortes de la CTA-Micheli. Son numerosas las marchas
contra los despidos, como en la Línea 60, Lear, Latingráfica y Firestone. Los
trabajadores de Fel-Fort vienen de protagonizar 5 días de paros y asambleas por
el pase a planta de los contratados y otros reclamos. En las elecciones de
SUTEBA, la docencia votó masivamente a la Multicolor contra la burocracia
kirchnerista de Baradel, conquistando la seccional más grande de todo el
sindicato, La Matanza.
PARA QUE LA RUPTURA
DE LAS MASAS CON EL KIRCHNERISMO SEA POR IZQUIERDA, TIENE QUE HABER UNA NUEVA DIRECCIÓN
CLASISTA
El retroceso del gobierno y el cuadro de ebullición popular
plantean la necesidad, urgente, de poner en pie una dirección política para que
la salida a esta crisis política sea por izquierda. La ruptura de las masas con
el gobierno, para que se desarrolle en términos estratégicos, se tiene que
corporizar en el desarrollo de una alternativa política. De lo contrario, el
agotamiento kirchnerista es capitalizado y la movilización contenida por
variantes que buscan una salida pro-imperialista (la derecha y el FAP) o
eventualmente será re-encausado hacia las filas del propio kirchnerismo a
través de la ‘derecha endógena’ (ya sea Boudou o Scioli-Massa).
Esto se verifica, con claridad, en la política de la burocracia
sindical opositora: del 20N, Moyano pasó a estructurar un frente con la derecha
peronista de De la Sota, De Narváez y Lavagna. Las jornadas aisladas convocadas
por la CTA opositora están al servicio de reforzar la exposición de Micheli,
que luego es utilizada como prenda de negociación por parte de Unidad Popular en
el armado de las listas del FAP. Es decir que si la izquierda no interviene de
forma enérgica como un factor político alternativo dispuesto a luchar por el
poder está abonando a que la situación pre-revolucionaria se resuelva en un
sentido derechista.
HAY QUE
TERMINAR CON LA SUJECIÓN DE LA IZQUIERDA CENTRISTA A CRISTINA, LA DERECHA Y EL
FAP
Todo un sector de la izquierda, por el contrario, ha mostrado una
completa sujeción a los partidos pro-imperialistas. Libres del Sur encabeza la
campaña a favor de una nueva Alianza FAP-UCR. Incluso, Libres del Sur ha
llegado a justificar un frente que incluya… ¡al propio Macri! El MST y el PCR
militan para poner en pie una formación política común con el FAP en las
distintas provincias donde se presentan a elecciones. Marea Popular se ha
mostrado favorable a un frente con la pata izquierda del caprilismo local,
Claudio Lozano, sin postular ningún tipo de programa anti-imperialista, y sin
decir una palabra del hecho de que Lozano plantea la devaluación desdoblada y
el pago de la deuda externa. El problema, por lo tanto, no es siquiera que
estas fuerzas desarrollan una orientación “reformista”. Decir eso sería
embellecerlos, porque no se trata de candidaturas que expresan los reclamos en
términos capitalistas sino que directamente militan a favor de la formación de
frentes de características pro-imperialistas. No se trata de una adaptación
genérica al régimen capitalista sino directamente a sus personeros pro-imperialistas
en clave centro-izquierdista o incluso derechista. Por lo tanto, el desafío y
llamado a romper con los partidos pro-imperialistas dirigido a todas estas
organizaciones tiene el sentido de convocar a su base popular a repudiar esta
política y desarrollar un agrupamiento anti-imperialista de toda la izquierda.
La destrucción política de la izquierda centrista en los marcos de
estos acuerdos frentepopulistas no despeja de forma directa el camino a la
izquierda revolucionaria sino que, por el contrario, reduce a la izquierda
revolucionaria a la marginalidad y le abre paso a la derecha. La experiencia
histórica de la clase obrera es elocuente en ejemplos al respecto. Contra
cualquier clase de sectarismo auto-referencial, desde la TPR afirmamos que la
destrucción política del centrismo a manos de la derecha y la centro-izquierda
no demuestra la fortaleza de la izquierda revolucionaria sino su aislamiento e
incapacidad para conquistar y defender posibles aliados.
El centrismo se basa, justamente, en que oscila entre la reforma y
la revolución. Por eso, la única forma de que el agotamiento del centrismo sea
un fenómeno positivo es si se produce como conclusión de que los trabajadores
se sumaron a las filas de los revolucionarios porque nos consideran una alternativa.
Necesariamente, esa evolución política a izquierda requiere la mediación de un
partido obrero independiente y una audaz táctica frentista para que los
trabajadores rompan con la parálisis centrista y saquen las conclusiones en el
desarrollo de su propia lucha. De ahí que la única forma de lograr este
objetivo sea por medio de una sistemática denuncia pública contra la
desnaturalización de sus propias organizaciones a manos de fuerzas abiertamente
pro-imperialistas y proponiéndoles a sus militantes una salida política
concreta: contra la unidad con el caprilismo, desde la TPR proponemos la unidad
anti-imperialista consecuente.
DISPUTAR LA
CAMPAÑA ELECTORAL ES DISPUTAR QUÉ PARTIDO Y QUÉ CLASE TIENE EL PODER
De ahí la importancia estratégica de la campaña electoral. La
campaña electoral es un episodio central de la lucha de clases, porque en las
elecciones se desarrolla una pelea partido contra partido y programa contra
programa frente al cuadro de crisis nacional. La lucha política electoral es la
forma más concentrada de lucha de clases en la medida en que en ella se
contraponen y se ponen a prueba la consistencia de los planteos estratégicos de
las distintas clases sociales ante la bancarrota capitalista.
Por eso, si los trabajadores, si la izquierda, si los luchadores
queremos batallar por el poder contra los partidos patronales, tenemos que
militar la campaña electoral. Es a través de la lucha programática como partido
que los revolucionarios podemos delimitar a las masas de los partidos patronales
y estructurarlas en términos independientes. La única forma de darles una
proyección política independiente, por izquierda, a las movilizaciones
populares que sacuden a Argentina es a través de desenvolver una lucha política
como partido en la campaña electoral, impulsando la organización independiente
de los explotados, su movilización y lucha contra Cristina, la derecha y el
FAP, y por el gobierno de los trabajadores.
Contraponer la campaña electoral a “la lucha de clases” (como hace
el PTS o los grupos foquistas, anarquistas, autonomistas o voto-blanquistas en
general) significa no haber entendido nada sobre los dos en absoluto. La clase
obrera se realiza como tal a través de su propio partido político, y esto es
cierto tanto en un sentido histórico general por su misión revolucionaria, como
en un sentido inmediato y particular en la organización de la lucha cotidiana
por el desarrollo material de los trabajadores y la ampliación sistemática de
sus libertades políticas, morales, recreativas, culturales, afectivas, sexuales
y espirituales. La clase obrera es tal en el sentido más pleno del término cuando
se organiza en partido político y pelea por el poder en todos los terrenos
dirigiendo su agitación insurgente hacia todas las clases explotadas. El partido
político proletario es el instrumento emancipador para impulsar la lucha
colectiva por la liberación efectiva de la clase obrera y toda la humanidad
laboriosa.
LA PARÁLISIS Y
MEZQUINDAD DEL FIT ATOMIZA A LOS LUCHADORES Y ABRE PASO AL KIRCHNERISMO Y AL
FAP
No es lo que está haciendo el FIT. Como señala la declaración
fundacional de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda, el FIT se
encuentra postrado ante la crisis política. La tendencia a la disolución del
FIT es de tal gravedad que, en vez de estar desarrollando una gran campaña
política, el PTS ha resuelto en su último Congreso impulsar que las diferencias
sobre las candidaturas en el Frente de Izquierda sean dirimidas a través de las
primarias proscriptivas de las PASO. El PO, finalmente, ha aceptado este
planteo, e Izquierda Socialista dice oponerse pero no da ninguna lucha política
pública por un Congreso Abierto a los luchadores que permita darle una salida a
esta situación. Se trata de un cuadro de absoluta gravedad: esta izquierda que
se niega a intervenir como un factor político independiente, es la izquierda
que forma parte, en mayor o menor medida, de las movilizaciones que sacuden al
país. Es la izquierda que tiene conquistada la personería electoral a nivel
nacional y que tiene la capacidad organizativa y práctica para poner en pie una
oposición de izquierda. Por lo tanto, tienen ellos la responsabilidad de
encabezar y convocar a todos los luchadores.
Sin embargo, su oposición a intervenir como factor político
bloquea el desarrollo político independiente de esos miles de luchadores que
persistentemente salen a las calles en nuestro país. Por el contrario, le abre
paso a las posiciones del kirchnerismo, la derecha y el FAP. No es casualidad:
son los mismos que niegan la situación pre-revolucionaria que atraviesa América
Latina y Argentina en particular. Son los mismos que se reconocen como la
expresión argentina del centrismo anti-capitalista y son los mismos, por lo
tanto, que rechazan la lucha por un segundo Argentinazo. No utilizan su bancada
parlamentaria como parte de las rebeliones populares (lo que corresponde a un
diputado revolucionario) sino que se visualizan como meros “defensores de
reclamos”, lo cual los lleva a estar en varias ocasiones en la misma vereda que
los partidos patronales.
Ejemplo de esto es la presencia de Izquierda Socialista en el #18ª;
que en Córdoba hayan marchado con el kirchnerismo el 24 de marzo; y la votación
de Liliana Olivero con el kirchnerismo en torno al memorándum Argentina-Irán.
Ejemplo de esto, también, es la oposición del PO a luchar por ¡Fuera Macri!
¡Fuera Bruera! frente a la crisis política abierta a partir de las
inundaciones. A esta enumeración de errores políticos hay que sumarle una larga
lista de ausencias y nulidades políticas donde el FIT ni siquiera sacó un
comunicado de prensa. Como lo que no avanza retrocede, y como en política no
existe el vacío, la crisis del FIT conduce al aislamiento de la vanguardia
clasista y al desarrollo del kirchnerismo o distintas variantes frentepopulistas.
ANTE EL
DERRUMBE DEL GOBIERNO K, ABRAMOS EL FIT A TODOS LOS LUCHADORES QUE QUEREMOS UN
SALIDA POR IZQUIERDA
La Coordinadora en defensa del FIT, por el contrario, se ha puesto
en pie para luchar contra esta parálisis y disolución y para postular una
alternativa mostrando como sí tiene que intervenir el Frente de Izquierda.
El Congreso Abierto a todos los luchadores planteado por la
Coordinadora busca darle una salida al cuadro de disgregación existente en el
FIT, postulando la necesidad de que el FIT encabece la oposición de izquierda,
y en función de eso incorpore a todos los que apoyamos al FIT. El tiempo para
llevar adelante ese objetivo corre: el 12 de junio es el plazo límite para la presentación
de alianzas y adhesiones de cara a las PASO, el lunes 17 de junio será la constitución
de juntas provisorias de agrupaciones y el sábado 22 de junio será el cierre
para las listas de precandidatos para las PASO.
Tenemos, entonces, hasta el 12 de junio para lograr la
convocatoria al Congreso Abierto. Son numerosos los activistas y luchadores,
como lo reflejan las páginas centrales de este periódico, que se han
pronunciado explícitamente a favor de este planteo. Llamamos al FIT a responder
a este llamado, terminar con su disolución y a convocar al Congreso para votar
el programa, las campañas y las candidaturas. Ya se han pronunciado, a su vez,
varios partidos que no integran la Coordinadora pero también han solicitado
públicamente su incorporación individual al FIT. Lo mismo vale para los 1.000
pronunciamientos y decenas de adhesiones de la Coordinadora: exigimos una
respuesta pública. El silencio no es el método de los revolucionarios, que
siempre preferimos trabajar en la claridad. La verdad es siempre
revolucionaria. El disimulo y las excusas sólo reflejan la impase del FIT y su
incapacidad política para articular una respuesta.
Como Tendencia Piquetera Revolucionaria nos comprometemos a fondo
a desarrollar una intensa campaña electoral de la Coordinadora en defensa del
Frente de Izquierda, llamando al FIT a abrirse a todos los luchadores y encabezar
la oposición por izquierda en nuestro país. Es de esta forma, y no de otra, que
podremos estructurar una salida revolucionaria que postule a los trabajadores
como alternativa de poder frente a la crisis nacional. Ante el derrumbe del
gobierno, la clase obrera y los luchadores tenemos que militar las elecciones
para que la salida sea por izquierda. Vamos por una alternativa obrera y
socialista. Vamos por un gobierno de los trabajadores. Vamos con la Coordinadora
en defensa del Frente de Izquierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario