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lunes, 27 de mayo de 2013

[EDITORIAL DEL PIQUETERO Nº4] MILITAR LA CAMPAÑA ELECTORAL ES LUCHAR POR EL PODER

PIQUETERO Nº4 - EDITORIAL


Boudou 2015: la década kirchnerista concluye en Ciccone y la procesista UCeDé

Militar la campaña electoral es luchar por el poder

El desafío de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda:
tenemos hasta el 12 de junio para convocar a un Congreso Abierto del FIT

JUAN MARINO

Las elecciones legislativas de 2013 se desarrollarán en el marco de que Cristina anunció públicamente que desiste de la pretensión de reformar la constitución para poder garantizarse la posibilidad de ser re-reelecta. Inmediatamente, se desató un debate al interior del kirchnerismo acerca de quién podría suceder a Cristina en 2015. Tanto la ultra-oficialista Diana Conti como el pique-trucho Depetri salieron a declarar que Boudou podría ser un buen reemplazo. Nada más ilustrativo del carácter del kirchnerismo: la “década ganada” podría concluir, por lo tanto, en Ciccone y la procesista UCeDé como candidatos oficiales para la presidencia – e incluso como parte de una supuesta ala izquierda que no tiene nada que ofrecer.

Esta inclinación de un sector del kirchnerismo hacia Boudou forma parte de una orientación de conjunto del gobierno nacional que genera las condiciones para que la derecha asuma el gobierno en 2015. Sucede que, como todos los medios de comunicación retratan, Cristina pretende mantener tanto a Scioli como a Massa dentro del armado oficial, con el objetivo de evitar un colapso electoral abrumador en las elecciones de 2013. Incluso, la fórmula Scioli-Massa, impulsada por no pocos elementos derechistas y pro-imperialistas, podría vehiculizarse a través del propio kirchnerismo en lugar de Boudou. El kirchnerismo nos propone elegir entre el veneno y la horca. Por su parte, lo que pone en duda el futuro de Scioli-Massa es el cálculo de que, si forman parte de las listas del Frente para la Victoria, ellos mismos pueden terminar siendo arrastrados por el derrumbe electoral de Cristina. Lo que importa, sin embargo, es que todas las variantes alternativas al agotamiento del kirchnerismo implican una salida pro-imperialista a la situación política.

Detrás de la supuesta “profundización del modelo” y el “vamos por todo” del cristinismo no hay una “radicalización” del kirchnerismo sino, por el contrario, la preparación a plena luz del día del retorno forzado a los ’90. La restauración conservadora surge del seno del propio kirchnerismo en descomposición. El fracaso de la tentativa nacionalista plantea una reconversión de los “nac & pop” detrás de procesistas y menemistas.


UNA DÉCADA DE SOJA, DEVALUACIÓN Y TERCERIZADAS

El gobierno de Cristina llega a las elecciones legislativas dejando al desnudo la verdadera naturaleza de la “década kirchnerista”. Detrás de la “épica kirchnerista” surge a flor de piel la verdadera agenda que lo retrata de cuerpo entero como una fuerza capitalista en decadencia.

El blanqueo de capitales se resume en la creación de tres nuevos instrumentos: el CEDIN (inmuebles y construcción) y BAADE (petróleo y obra pública) que bajo la denominación “Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico” estará disponible en bono pero también incluirá una versión en pagaré en dólares que en el mercado secundario podrá comprarse en pesos. Su objetivo es hacer pasar un desdoblamiento cambiario (devaluación encubierta) y, por lo tanto, constituye un paso fuerte hacia una devaluación del tipo de cambio oficial.

La devolución de retenciones al trigo es, al mismo tiempo, una clara concesión al capital agrario que protagonizó el lock-out patronal de 2008 y ahora exige la devaluación. Se trata de otra devaluación encubierta, esta vez del 15%, de lo que es conocido como “dólar-trigo”. Tan evidente es la operación que el propio titular del Banco Ciudad y militante del PRO, Federico Sturzenegger, quien marcó la agenda en mayo al plantear la necesidad de una devaluación del 40%, salió a declarar en el Cronista que “Cristina Fernández da discursos negando la devaluación mientras anunciaba otra con el dólar-trigo”.

Según Sebastián Premici, en Página 12, “esta medida fue elaborada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y las cooperativas exportadoras, ahora nucleadas en Capeco”, implicando “la devolución de aproximadamente 30 dólares por tonelada, equivalente a 15 por ciento del precio”. Capeco, para que quede claro, es una Cámara de Exportadores de Cereales y Oleaginosa creada por el kirchnerismo para hacerle frente a la entidad en que se agrupan las grandes cerealeras multinacionales, la Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec). Sin embargo, Capeco pasó de agrupar a “pequeños y medianos” para incorporar a Aceitera General Deheza (del ex senador kirchnerista Roberto Urquía), a UPJ, controlado por Los Grobo y a…  Monsanto. Ya en lista de espera también están la norteamericana CHS y la brasileña Multigrain. O sea, lejos de ser una gesta anti-monopólica, ha pasado a ser una fachada para ordenar su propio lobby de empresarios K en el campo (tanto nacionales como extranjeros). De hecho, Capeco es dirigida por Ider Peretti quien es conocido por ser un ruralista ultra K y presidente del Consejo Argentino de Productores (CAP). Por lo tanto, la diferencia entre el kirchnerismo y la oposición macrista, en este terreno, sería tan sólo de si los capitalistas necesitan una devaluación total del 40% o si alcanza con una devaluación sectorial del 15%.

Tampoco puede dejar de mencionarse que solamente un día después del anuncio de las medidas presidenciales, salió en Clarín un artículo sobre el lanzamiento del primer trigo transgénico del mundo entre la argentina Bioceres y la francesa Florimond Desprez que se unieron en Trigall Genetics. Según anuncian “promete mejorar los rendimientos de 10 a 15% y llegaría al mercado en 2016” (Clarín, 08/05). Su lugar de aplicación sería el Mercosur dado que “en Europa la situación regulatoria sobre los transgénicos está complicada” (ibídem). Como se ve, con sus medidas el kirchnerismo alienta que los trabajadores argentinos tengamos una panificación transgénica.

Por último, la presencia del secretario de Transporte de la Nación en el acto de asunción del nuevo Secretario General de la Unión Ferroviaria, Sasia, pone de relieve que el kirchnerismo continúa aliado a los burócratas tercerizadores que asesinaron a Mariano Ferreyra. La fotografía de los últimos acontecimientos políticos es un claro retrato de la década de gobierno kirchnerista en su conjunto: una década de soja, devaluación y tercerizadas.

DESPUÉS DE UNA DÉCADA DE INFLACIÓN COMIENDOSE LOS SALARIOS, LA INDUSTRIA CUMPLIÓ CUATRO TRIMESTRES SEGUIDOS DE CAÍDA Y EN TRES MESES SE PERDIERON 255.000 PUESTOS DE TRABAJO

Los K llegan a las elecciones, también, habiendo hecho un esfuerzo denodado para cerrar las paritarias por debajo de la inflación e, incluso, para imponer el establecimiento de las “paritarias a largo plazo”, es decir, superiores a 12 meses. Con el concurso de la burocracia sindical, el gobierno ha impuesto su objetivo en toda una serie de gremios centrales: UOM, Comercio, UTA, AYSA, SUTERH, UOCRA, Bancarios, Carne, Luz y Fuerza, UPCN. Lo que gobierno y burocracia presentaron como un aumento general del 24%, es en realidad un aumento inferior al 22% porque todos los acuerdos fueron firmados en cuotas. No solamente eso: Luz y Fuerza, SUTERH y AYSA aceptaron las paritarias a largo plazo (18 meses), lo que sienta un precedente nefasto en un cuadro de creciente inflación. De hecho, la inflación proyectada para 2013 por el índice elaborado por la oposición patronal en el Congreso alcanza el 27%, y esto sin tener en cuenta que la inflación en los productos de la canasta básica familiar crece a una escala mayor.

Por otra parte, ante el Rodrigazo en curso, la Supercard y el control de precios no son más que una impostura. En el mes de junio, el Banco Hipotecario lanzará la tarjeta con un 25% de interés anual contra el 40% de las privadas y un 0,25% contra 3% de la tasa que abonan los supermercados. ¿Cuál es el tope de la tarjeta? ¡$1000! Un absurdo que ni siquiera cubre la canasta de indigencia que ya ronda los $1650, cuando es sabido que financiar la subsistencia básica es hipotecar el futuro debido a que el sueldo no alcanza o ni siquiera se tiene acceso a un trabajo. La medida no podía ser más perversa dado que usar una tarjeta de crédito para poder comer es hipotecar el futuro para poder subsistir. Es, en última instancia, el reconocimiento por parte del gobierno de una situación desesperada donde el sueldo no alcanza o ni siquiera se tiene acceso a un trabajo. Pero, claro, donde hay una necesidad el gobierno no ve un derecho que falta sino una posibilidad de endeudar a los trabajadores. Lo mismo hizo, de hecho, con los compañeros víctimas de las inundaciones.

En esta misma línea se ubican los controles de precios que el gobierno reclama defender mientras acaba de bajar la cantidad de productos de la lista de 10.000 a tan sólo 500, ¡son 9.500 productos menos! La misma hipocresía puede verse en esta supuesta afrenta contra los supermercados mientras Cristina acaba de inaugurar por cadena nacional el nuevo supermercado de Wall Mart en Pilar. “Mirar es cuidar”, por lo tanto, se trata de hacernos mirar para el costado en lugar de salir a luchar en las paritarias para cuidar el salario. De esto se desprende otro balance de los 10 años de gobierno kirchnerista: lejos de ser el gobierno que entregó las paritarias para recuperar el nivel adquisitivo, se trata del gobierno que utilizó las paritarias para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en el mismo nivel en que se encontraba en 2001, en plena bancarrota económica.

En este marco, las medidas anunciadas por Cristina sobre aumento del tope de las asignaciones familiares, AUH, ayuda escolar extra-ordinaria, no sólo son medidas limitadas que no establecen el carácter indexado, universal y permanente de los mismos, sino que constituyen un subsidio diferido a las patronales para que sigan pagan un salario de miseria. Desde la TPR apoyamos cualquier medida que sirva para llegar a fin de mes pero rechazamos la impostura kirchnerista de garantizar salarios de miseria y luego pretender defender a los trabajadores subsidiando capitalistas con el saqueo de la ANSES. Para elevar efectivamente las condiciones materiales de vida de los trabajadores, la consigna sigue siendo la misma: salario igual a la canasta básica familiar. El sueldo de los trabajadores lo tiene que pagar íntegramente la patronal, no el Estado. Si la patronal no puede pagar los sueldos, entonces corresponde que la empresa sea expropiada y puesta a funcionar bajo control obrero.

Lo mismo puede decirse de los mentados índices laborales: nos hablan de la “generación de empleo” mientras el 50% de la fuerza laboral está precarizada, tercerizada o en negro, el 30% de la población urbana está hundida en la pobreza, la mitad de los trabajadores ganan menos de $3500, en los últimos tres meses se perdieron 255.000 puestos de trabajo, y la industria cumplió cuatro trimestres seguidos de caída. Desde la TPR, no aceptamos la extorsión kirchnerista y luchamos por una alternativa revolucionaria contra la frustración de la tentativa nacionalista.

LA RE-RE NAUFRAGA POR EL RETROCESO DEL KIRCHNERISMO ANTE LA CRISIS ECONÓMICA Y LA EBULLICIÓN POPULAR

Este esquema de conjunto es el que se está derrumbando con la presente crisis económica y política. Mientras Evo Morales, Rafael Correa y el propio Juan Manuel Santos recurren a la re-reelección (éste último con el patético apoyo de las FARC) como un instrumento para arbitrar en términos bonapartistas contra la lucha de las masas y en las crisis políticas, Cristina es incapaz de buscar la re-reelección producto del retroceso y agotamiento de la experiencia política que encarna. Las encuestas señalan que más del 80% de la población rechaza la re-reelección; la caída de la imagen positiva del gobierno nacional es innegable (10 puntos por el escándalo de corrupción con Lázaro Baez); Cristina ha visto el 54% de 2011 evaporarse producto de su propia política incapaz de dar salida al cuadro de crisis, y de las constantes y crecientes movilizaciones populares contra el gobierno.

El festejo kirchnerista del 25 de mayo, de hecho, estuvo rodeado de movilizaciones que desnudan el descontento popular con el gobierno y el clima de ebullición que sacude al país. El 22 de mayo, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia se movilizó contra la represión y el espionaje oficiales. El 23 de mayo, una marcha masiva copó las calles de Resistencia, Chaco, contra la represión brutal que ejercieron Capitanich y Bacileff Ivanoff contra originarios, piqueteros y docentes. El 24 de mayo, numerosas internas clasistas y la izquierda convocaron a una marcha al Ministerio de Trabajo contra el impuesto al salario y por la universalización de las asignaciones familiares. De cara al propio 25 de mayo, en numerosas localidades del país, como Capital Federal y Córdoba, se desarrollaron concentraciones por el ¡Fuera Monsanto! como parte de la jornada mundial contra Monsanto. El 29 de mayo, está convocado un paro nacional y una jornada de cortes de la CTA-Micheli. Son numerosas las marchas contra los despidos, como en la Línea 60, Lear, Latingráfica y Firestone. Los trabajadores de Fel-Fort vienen de protagonizar 5 días de paros y asambleas por el pase a planta de los contratados y otros reclamos. En las elecciones de SUTEBA, la docencia votó masivamente a la Multicolor contra la burocracia kirchnerista de Baradel, conquistando la seccional más grande de todo el sindicato, La Matanza.

PARA QUE LA RUPTURA DE LAS MASAS CON EL KIRCHNERISMO SEA POR IZQUIERDA, TIENE QUE HABER UNA NUEVA DIRECCIÓN CLASISTA

El retroceso del gobierno y el cuadro de ebullición popular plantean la necesidad, urgente, de poner en pie una dirección política para que la salida a esta crisis política sea por izquierda. La ruptura de las masas con el gobierno, para que se desarrolle en términos estratégicos, se tiene que corporizar en el desarrollo de una alternativa política. De lo contrario, el agotamiento kirchnerista es capitalizado y la movilización contenida por variantes que buscan una salida pro-imperialista (la derecha y el FAP) o eventualmente será re-encausado hacia las filas del propio kirchnerismo a través de la ‘derecha endógena’ (ya sea Boudou o Scioli-Massa).

Esto se verifica, con claridad, en la política de la burocracia sindical opositora: del 20N, Moyano pasó a estructurar un frente con la derecha peronista de De la Sota, De Narváez y Lavagna. Las jornadas aisladas convocadas por la CTA opositora están al servicio de reforzar la exposición de Micheli, que luego es utilizada como prenda de negociación por parte de Unidad Popular en el armado de las listas del FAP. Es decir que si la izquierda no interviene de forma enérgica como un factor político alternativo dispuesto a luchar por el poder está abonando a que la situación pre-revolucionaria se resuelva en un sentido derechista.

HAY QUE TERMINAR CON LA SUJECIÓN DE LA IZQUIERDA CENTRISTA A CRISTINA, LA DERECHA Y EL FAP

Todo un sector de la izquierda, por el contrario, ha mostrado una completa sujeción a los partidos pro-imperialistas. Libres del Sur encabeza la campaña a favor de una nueva Alianza FAP-UCR. Incluso, Libres del Sur ha llegado a justificar un frente que incluya… ¡al propio Macri! El MST y el PCR militan para poner en pie una formación política común con el FAP en las distintas provincias donde se presentan a elecciones. Marea Popular se ha mostrado favorable a un frente con la pata izquierda del caprilismo local, Claudio Lozano, sin postular ningún tipo de programa anti-imperialista, y sin decir una palabra del hecho de que Lozano plantea la devaluación desdoblada y el pago de la deuda externa. El problema, por lo tanto, no es siquiera que estas fuerzas desarrollan una orientación “reformista”. Decir eso sería embellecerlos, porque no se trata de candidaturas que expresan los reclamos en términos capitalistas sino que directamente militan a favor de la formación de frentes de características pro-imperialistas. No se trata de una adaptación genérica al régimen capitalista sino directamente a sus personeros pro-imperialistas en clave centro-izquierdista o incluso derechista. Por lo tanto, el desafío y llamado a romper con los partidos pro-imperialistas dirigido a todas estas organizaciones tiene el sentido de convocar a su base popular a repudiar esta política y desarrollar un agrupamiento anti-imperialista de toda la izquierda.

La destrucción política de la izquierda centrista en los marcos de estos acuerdos frentepopulistas no despeja de forma directa el camino a la izquierda revolucionaria sino que, por el contrario, reduce a la izquierda revolucionaria a la marginalidad y le abre paso a la derecha. La experiencia histórica de la clase obrera es elocuente en ejemplos al respecto. Contra cualquier clase de sectarismo auto-referencial, desde la TPR afirmamos que la destrucción política del centrismo a manos de la derecha y la centro-izquierda no demuestra la fortaleza de la izquierda revolucionaria sino su aislamiento e incapacidad para conquistar y defender posibles aliados.

El centrismo se basa, justamente, en que oscila entre la reforma y la revolución. Por eso, la única forma de que el agotamiento del centrismo sea un fenómeno positivo es si se produce como conclusión de que los trabajadores se sumaron a las filas de los revolucionarios porque nos consideran una alternativa. Necesariamente, esa evolución política a izquierda requiere la mediación de un partido obrero independiente y una audaz táctica frentista para que los trabajadores rompan con la parálisis centrista y saquen las conclusiones en el desarrollo de su propia lucha. De ahí que la única forma de lograr este objetivo sea por medio de una sistemática denuncia pública contra la desnaturalización de sus propias organizaciones a manos de fuerzas abiertamente pro-imperialistas y proponiéndoles a sus militantes una salida política concreta: contra la unidad con el caprilismo, desde la TPR proponemos la unidad anti-imperialista consecuente.

DISPUTAR LA CAMPAÑA ELECTORAL ES DISPUTAR QUÉ PARTIDO Y QUÉ CLASE TIENE EL PODER

De ahí la importancia estratégica de la campaña electoral. La campaña electoral es un episodio central de la lucha de clases, porque en las elecciones se desarrolla una pelea partido contra partido y programa contra programa frente al cuadro de crisis nacional. La lucha política electoral es la forma más concentrada de lucha de clases en la medida en que en ella se contraponen y se ponen a prueba la consistencia de los planteos estratégicos de las distintas clases sociales ante la bancarrota capitalista.

Por eso, si los trabajadores, si la izquierda, si los luchadores queremos batallar por el poder contra los partidos patronales, tenemos que militar la campaña electoral. Es a través de la lucha programática como partido que los revolucionarios podemos delimitar a las masas de los partidos patronales y estructurarlas en términos independientes. La única forma de darles una proyección política independiente, por izquierda, a las movilizaciones populares que sacuden a Argentina es a través de desenvolver una lucha política como partido en la campaña electoral, impulsando la organización independiente de los explotados, su movilización y lucha contra Cristina, la derecha y el FAP, y por el gobierno de los trabajadores.

Contraponer la campaña electoral a “la lucha de clases” (como hace el PTS o los grupos foquistas, anarquistas, autonomistas o voto-blanquistas en general) significa no haber entendido nada sobre los dos en absoluto. La clase obrera se realiza como tal a través de su propio partido político, y esto es cierto tanto en un sentido histórico general por su misión revolucionaria, como en un sentido inmediato y particular en la organización de la lucha cotidiana por el desarrollo material de los trabajadores y la ampliación sistemática de sus libertades políticas, morales, recreativas, culturales, afectivas, sexuales y espirituales. La clase obrera es tal en el sentido más pleno del término cuando se organiza en partido político y pelea por el poder en todos los terrenos dirigiendo su agitación insurgente hacia todas las clases explotadas. El partido político proletario es el instrumento emancipador para impulsar la lucha colectiva por la liberación efectiva de la clase obrera y toda la humanidad laboriosa.

LA PARÁLISIS Y MEZQUINDAD DEL FIT ATOMIZA A LOS LUCHADORES Y ABRE PASO AL KIRCHNERISMO Y AL FAP

No es lo que está haciendo el FIT. Como señala la declaración fundacional de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda, el FIT se encuentra postrado ante la crisis política. La tendencia a la disolución del FIT es de tal gravedad que, en vez de estar desarrollando una gran campaña política, el PTS ha resuelto en su último Congreso impulsar que las diferencias sobre las candidaturas en el Frente de Izquierda sean dirimidas a través de las primarias proscriptivas de las PASO. El PO, finalmente, ha aceptado este planteo, e Izquierda Socialista dice oponerse pero no da ninguna lucha política pública por un Congreso Abierto a los luchadores que permita darle una salida a esta situación. Se trata de un cuadro de absoluta gravedad: esta izquierda que se niega a intervenir como un factor político independiente, es la izquierda que forma parte, en mayor o menor medida, de las movilizaciones que sacuden al país. Es la izquierda que tiene conquistada la personería electoral a nivel nacional y que tiene la capacidad organizativa y práctica para poner en pie una oposición de izquierda. Por lo tanto, tienen ellos la responsabilidad de encabezar y convocar a todos los luchadores.

Sin embargo, su oposición a intervenir como factor político bloquea el desarrollo político independiente de esos miles de luchadores que persistentemente salen a las calles en nuestro país. Por el contrario, le abre paso a las posiciones del kirchnerismo, la derecha y el FAP. No es casualidad: son los mismos que niegan la situación pre-revolucionaria que atraviesa América Latina y Argentina en particular. Son los mismos que se reconocen como la expresión argentina del centrismo anti-capitalista y son los mismos, por lo tanto, que rechazan la lucha por un segundo Argentinazo. No utilizan su bancada parlamentaria como parte de las rebeliones populares (lo que corresponde a un diputado revolucionario) sino que se visualizan como meros “defensores de reclamos”, lo cual los lleva a estar en varias ocasiones en la misma vereda que los partidos patronales.

Ejemplo de esto es la presencia de Izquierda Socialista en el #18ª; que en Córdoba hayan marchado con el kirchnerismo el 24 de marzo; y la votación de Liliana Olivero con el kirchnerismo en torno al memorándum Argentina-Irán. Ejemplo de esto, también, es la oposición del PO a luchar por ¡Fuera Macri! ¡Fuera Bruera! frente a la crisis política abierta a partir de las inundaciones. A esta enumeración de errores políticos hay que sumarle una larga lista de ausencias y nulidades políticas donde el FIT ni siquiera sacó un comunicado de prensa. Como lo que no avanza retrocede, y como en política no existe el vacío, la crisis del FIT conduce al aislamiento de la vanguardia clasista y al desarrollo del kirchnerismo o distintas variantes frentepopulistas.

ANTE EL DERRUMBE DEL GOBIERNO K, ABRAMOS EL FIT A TODOS LOS LUCHADORES QUE QUEREMOS UN SALIDA POR IZQUIERDA

La Coordinadora en defensa del FIT, por el contrario, se ha puesto en pie para luchar contra esta parálisis y disolución y para postular una alternativa mostrando como sí tiene que intervenir el Frente de Izquierda.

El Congreso Abierto a todos los luchadores planteado por la Coordinadora busca darle una salida al cuadro de disgregación existente en el FIT, postulando la necesidad de que el FIT encabece la oposición de izquierda, y en función de eso incorpore a todos los que apoyamos al FIT. El tiempo para llevar adelante ese objetivo corre: el 12 de junio es el plazo límite para la presentación de alianzas y adhesiones de cara a las PASO, el lunes 17 de junio será la constitución de juntas provisorias de agrupaciones y el sábado 22 de junio será el cierre para las listas de precandidatos para las PASO.

Tenemos, entonces, hasta el 12 de junio para lograr la convocatoria al Congreso Abierto. Son numerosos los activistas y luchadores, como lo reflejan las páginas centrales de este periódico, que se han pronunciado explícitamente a favor de este planteo. Llamamos al FIT a responder a este llamado, terminar con su disolución y a convocar al Congreso para votar el programa, las campañas y las candidaturas. Ya se han pronunciado, a su vez, varios partidos que no integran la Coordinadora pero también han solicitado públicamente su incorporación individual al FIT. Lo mismo vale para los 1.000 pronunciamientos y decenas de adhesiones de la Coordinadora: exigimos una respuesta pública. El silencio no es el método de los revolucionarios, que siempre preferimos trabajar en la claridad. La verdad es siempre revolucionaria. El disimulo y las excusas sólo reflejan la impase del FIT y su incapacidad política para articular una respuesta.

Como Tendencia Piquetera Revolucionaria nos comprometemos a fondo a desarrollar una intensa campaña electoral de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda, llamando al FIT a abrirse a todos los luchadores y encabezar la oposición por izquierda en nuestro país. Es de esta forma, y no de otra, que podremos estructurar una salida revolucionaria que postule a los trabajadores como alternativa de poder frente a la crisis nacional. Ante el derrumbe del gobierno, la clase obrera y los luchadores tenemos que militar las elecciones para que la salida sea por izquierda. Vamos por una alternativa obrera y socialista. Vamos por un gobierno de los trabajadores. Vamos con la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda.

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