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lunes, 26 de mayo de 2014

[CÓRDOBA] TAMSE: "La conclusión es que con la lucha conseguimos derrotar el atropello patronal y la burocracia sindical"

“La conclusión es que con la lucha conseguimos derrotar el atropello patronal y burocracia sindical”

A continuación reproducimos la entrevista realizada por Alejandro Furman, dirigente de la Tendencia Piquetera Revolucionaria de Córdoba a la compañera Viviana “Mumi” Gómez, trabajadora de TAMSE-Trolebuses que viene de recuperar su reubicación laboral.


AF: Hacenos una reseña de cómo transitaste este período de riesgo de pérdida laboral…

VG: Todo esto empezó cuando la empresa toma por aseguradora a GEA. En ese momento, trabajaba en el pañol y con mis compañeros intuimos que había un trasfondo en todo esto por lo cual hicimos varias asambleas en oposición. Yo me mostré muy activa en todo ese proceso porque consideraba que era de riesgo por las limitaciones laborales que padezco de saludo para las que me encuentro reubicada en mis tareas habituales.

Mi intuición se confirmó con el caso de Miriam Suasnábar que por un accidente laboral fue desvinculada de la empresa aplicándosele el art. 212 con la mitad de la indemnización. Por este motivo, yo organicé una junta de firmas de mis compañeros solicitando la renuncia a los delegados por la evidente inacción sindical con nuestra compañera; pero eso derivó en que al otro día, delante de mis compañeros superiores jefes y encargados, los delegados hicieran pública acusación en mi contra de tener falsificado mi carnet de conducir colectivos.

Obviamente que la acusación tenía como propósito desprestigiarme anti mis compañeros y así quitarme credibilidad y anular mis intenciones de sacarlos de la delegación obrera. A este atropello se sumó el coordinador de la empresa exigiéndome por escrito que debía renovar el carnet de conducir trolebuses desobedeciendo un acta homologada en el Ministerio de Trabajo basada en prescripción médica de la ART que me reubicó laboral y legalmente en el año 2001 luego de dos operaciones de columna. El coordinador de manera improcedente desacató el acta y la prescripción médica que me protegían y me envió a conducir colectivos sin medir consecuencias ni riesgos de salud hacia mi persona.

Esta irresponsabilidad provocó una recaída en mi saludo por lo que debí ser asistida de emerngencia por perder total movilidad dentro de la empresa y en servicio. Esto derivó en 10 días de carpeta médica; que al regresar de la misma se suma a la persecución laboral (el personal de tráfico me otorga mayor cantidad de coches). Solicito consideración pero como única respuesta obtengo de la inspectora a cargo la invitación a retirarme de carpeta médica por encontrarme incapacitada para conducir la cantidad de coches que se me otorgan.

Ahí comenzó mi odisea por GEA, ya que me pone de carpeta médica obligada e injustificada desobedeciendo el alta médica que por escrito presente, acompañada de tres informes de mis médicos de cabecera. GEA me obliga a permanecer de carpeta médica sin motivo justificado con el objetivo de llegar a los 6 meses y entrar en una guarda de puesto sin goce de sueldo. Vale destacar que con esta estrategia, fue desvinculada de la empresa la operadora Verolín, Nancy que vencido su plazo de carpeta médica por cirugía de columna entró en guarda de puesto y la situación desesperante de no cobrar su sueldo acompañado de la imposibilidad de ejercer otra tarea por estar vinculada aún a la empresa por un año la llevó a transar una indemnización obligada muy por debajo de lo que corresponde por ley cediendo muchos de sus derechos por antigüedad.

AF: ¿Cuál fue tu actitud al advertir tu posible desvinculación de la empresa?

VG: Ante la evidencia de la mala intención de delegados, del coordinador y del personal de tráfico primero intenté el diálogo con la jefa y el gerente de RRHH, donde pude advertir que lo mío era un hecho personal. Busqué asesoría del sindicato, pero me demostraron total indiferencia. Recurrí a cubrirme legalmente mediante cartas documento que envié a la empresa, a GEA, a los delegados y al sindicato, pero la indiferencia era tan grande que dejaba relucir un complot o una hábil estrategia en mi contra. A esto se sumaba el desprestigio moral al que me sometían los delegados y el coordinador de la empresa, tergiversando mis actos, mis palabras, poniéndome en contra de muchos de mis compañeros.

Decidí dar batalla y salir a la lucha. Comencé subiendo a cada coche y explicar a cada una de mis compañeras lo que realmente sucedía conmigo y al tiempo que también solicitaba una firma en solidaridad pidiendo mi reintegro laboral, el cese de sanciones arbitrarias (ya que los delegados transaron mi desvinculación laboral haciendo “zona liberada” no presentando objeción alguna en defensa de los sancionados). Junté 80 firmas de mis compañeras y con eso volví al gremio exigiendo medidas de fuerza. Logré que se hicieran 3 asambleas en puntas de línea, pero ahí quedó todo. El gremio ni siquiera fue a la empresa en busca de una respuesta… entendí que las asambleas fueron sólo la excusa de un “después no digas que no hicimos nada” con una empresa que no me escuchaba, un sindicato indiferente y delegados que lejos de defenderme me desprestigiaban; con una aseguradora que sólo mostraba ser parte del negociado de sacarme de encima, con abogados particulares que sólo mostraban interés por mi indemnización o jubilación por invalidez. Me sentí desbordada, desorientada, pero con fuerza y ahí estaban mis compañeros y amigos incondicionales Sonia Beas, Mónica Castro y José Zárate organizando mi lucha. Luego me reuní con gente de la TPR y del Partido Obrero quieres colaboraron con cada una de mis iniciativas.

AF: ¿Cómo lograste tu reincorporación y qué rol jugó la TPR en tu lucha?

Creo que la conquista se basó en la combinación justa de mi predisposición y fuerza de lucha con el conocimiento y la experiencia de la Lista Unidad, la TPR y el Partido Obrero que incondicionalmente trabajan en defensa de los derechos del trabajador. Cada uno cumplió un rol muy importante en esta etapa de mi vida tan difícil. Sonia Beas y Mónica Castro (compañeras de años) apuntalaron mis fuerzas cuando mi voluntad decaía. Ellas se enfrentaron a la empresa y sindicato sin miedos. José Zárate me orientó y organizó basándose en inteligencia y experiencia sindical. Ellos estuvieron en todo momento a mi lado, debatiendo, deduciendo, organizándome la lucha. La TPR estuvo en el comienzo de mi lucha cuando yo presentaba dudas, miedos, incertidumbre; ellos me acompañaron en la juntada de firmas, aclararon mis ideas, me incentivaron a la continuidad de la lucha. El PO llega a mí con el objetivo de cumplir otra iniciativa mía de lucha que fue la de organizar un escrache en GEA y fue el PO que sustentó eso poniendo gente a mi disposición para llevarla a cabo… lo que no hizo falta ya que un día antes del mismo, me metí en GEA haciendo públicas las grabaciones de voz que le había hecho al director de GEA, exigí respuesta a los gritos delante de los pacientes, secretarias y médicos; amenacé con no irme sin una solución y con llamar a la prensa. Ese día me retiré con un escrito que daba garantía de ser atendida por el director de área. Salí y en la puerta los desafié repartiendo folletos que explicaban mi situación y que invitaban al escrache del día siguiente. Todo lo sucedido lo dejé asentado en el libro de quejas del sanatorio y me retiré. Al día siguiente, sin mediar palabras, el director de GEA me otorgó un informe médico detallando mi patología coincidente con la de mis médicos, aclaró y recomendó qué tipo de tarea debía realizar para prevención y me otorgó el alta médico sin objeción alguna. La empresa me recibió con mi alta médico cumpliéndolo al pie de la letra otorgándome una tarea administrativa en un área donde tengo un sillón con varias posiciones, donde puedo intercambiar posturas, en fin, acorde a la satisfacción de mis limitaciones.

AF: ¿Cuál es tu condición a partir del proceso de lucha?

VG: Yo logré mi lucha con fuerza de voluntad, pérdida de miedo y rodeándome de personas que me asesoraban, apuntalaban y orientaban en cada una de mis iniciativas. Mis compañeras en este último tiempo han demostrado unión (que ya es mucho), pero están desorientadas, con miedos porque no tienen un líder confiable, capaz, que las organice. Estamos representados por buitres. Se manejan estratégicamente logrando sus objetivos que son sólo de beneficio propio y no defender nuestros derechos y fuentes de trabajo.

La última asamblea fue positiva porque pudimos demostrar que estamos unidas y que unidas tenemos fortaleza porque les dimos la espalda y salimos a la calle haciendo caso omiso a sus intenciones de acallarnos públicamente. Unidas demostramos que el poder de ellos queda en nada sin nuestro consentimiento. Pero si bien en el paro tuvimos la misma perspectiva de unión aunque nos faltó organización; mientras ellos debatían arriba (en la Municipalidad) la supuesta “solución” a nuestro problema, nosotros abajo deberíamos habernos juntado a debatir nuestras intenciones, unificar criterios, elegir una voz cantante que diera la respuesta que en conjunto y por mayoría decidiéramos. Por esa falta de organización, ellos volvieron a vencer dejándonos estancados en otra solución paliativa, otorgándonos la resaca de las demás empresas de transporte.

Para finalizar quiero agradecer el apoyo moral, logístico, incondicional de mis compañeras Sonia Beas, Mónica Castro, la TPR y el PO.

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