FIT 2015
“Amnistía en rojo”
He recibido un pedido de solidaridad, que reclama una reivindicación justa. Como esta reivindicación toca –por primera vez de modo público y notable- un problema político de fondo me permito –además de respaldar el reclamo de la TPR- intentar una repuesta que vaya al fondo del problema.
Como todos los militantes sabemos, la participación de una organización revolucionaria en las elecciones o cualquier otra instancia de lucha dentro del Estado, está limitada porque el Estado impone las reglas del capital. Entonces no se trata de tomar una lapicera o un teclado y decir hagan la revolución: Sabemos los enormes sacrificios que significa garantizar cada intervención en un frente de lucha, más aún para quienes estamos huérfanos de partido, del esfuerzo militante… Y lo sabemos porque lo padecimos y lo disfrutamos en las condiciones más difíciles. Hoy se recogen algunos frutos, de los que también fuimos sus sembradores… Por eso nos creemos con derecho a la palabra fundada y al reclamo justo de la restitución de los lugares militantes… En este sentido el reclamo de la TPR es justo, pero tiene una limitación fundamental, como veremos más adelante.
A esta altura del último ciclo de lucha de la izquierda en Argentina, que ya lleva más de 30 años, cabe preguntarse si las limitaciones implican el abandono de la estrategia revolucionaria. El FIT ha dejado de lado la praxis o todo intento práctico por desarrollar las formas revolucionarias ante el Estado (el antecedente de esta política está en el FIS, que la Dirección de PO armó con el MST y Zamora). Esta no es una opinión subjetiva sino la constatación de todos los actos que hacen al proceso de intervención política que emana del FIT o de sus partidos.
La constitución de un frente revolucionario anuncia por sí mismo –dentro de ciertas limitaciones- las reglas y la praxis de ‘otro mundo posible’. No necesitamos remontarnos a la revolución rusa o a la Comuna de París para fundamentar lo que afirmamos. Tenemos un ejemplo modesto, pero auténtico en la historia reciente del trotskismo en la Argentina, con el FT (Frente de los trabajadores y la Izquierda) del 85. No es casual la inversión actual del nombre, que pasó de Frente de los trabajadores y… a Frente de la Izquierda y… ¿Cuál es el sujeto de la transformación, del gobierno, etc.?
El Frente de los Trabajadores del 85 sirvió para poner de manifiesto las diferencias entre la estrategia revolucionaria de la militancia de PO, contra la tendencia reformista del MAS y la stalinista del PC, unidas contra el ascenso obrero. Hubo un lugar en donde las fuerzas y la estrategia se tensaron como en una revolución, y ese lugar fue Neuquén, luego de la heroica huelga del 84. La huelga del 84 de los obreros de la construcción inauguró el piquete, la olla popular y la ocupación de la plaza pública con la asamblea general. Lo hizo en condiciones infinitamente desfavorables (por el contexto de ‘borrachera democrática’ que se vivía a sólo un año de la asunción de Alfonsín), pero lo abnegada de su dirección –entre los que se encontraba el entrañable JUAN YAÑEZ- logró golpear al todopoderoso MPN y a su caudillo histórico, FELIPE SAPAG.
Aunque ‘derrotada militarmente’ la huelga fue un triunfo político reivindicativo de los obreros de la construcción, que desalojó a la burocracia del sindicato. Al año siguiente vinieron las elecciones a diputados de Neuquén y el sindicato -condicionado por el clasismo- intervino en todo el proceso electoral, sumó a la seccional capital de Aten y al sindicato de actores. La UOCRA fue el centro de la deliberación política asamblearia del activismo y de distintos contingentes obreros. No de un día sino de semanas de debate sobre el sentido del gobierno de los trabajadores y el control obrero...
La asamblea (consejo obrero, soviet, comuna…) es el elemento educativo por naturaleza de los trabajadores y el órgano de su futura dominación sobre sus explotadores, dice la teoría con Marx, Lenin y Trotsky… Se podrá objetar que es el órgano de los trabajadores, pero no del partido o del frente; pero a ello decimos que las organizaciones revolucionarias deben esforzarse por unificar la deliberación y decisiones del activismo -de forma asamblearia y unificada- porque es el único terreno donde puede prosperar una política revolucionaria, y además, es un elemento educativo práctico imprescindible.
Dijimos que el reclamo de la TPR era justo, pero que adolecía de una limitación fundamental. Cuando la TPR pide su integración al FIT quiere que se subsane la exclusión de su fracción militante, pero deja de lado el problema general de la exclusión histórica de la militancia, de las decisiones que toma cada dirección partidaria de izquierda. Esta limitación le quita toda perspectiva de futuro para resolver nada más ni nada menos que la cuestión de los métodos en la construcción de una organización revolucionaria. El método de la exclusión lo han practicado todas las direcciones de izquierda: primero lo hizo el MAS y estalló en mil pedazos, luego lo ha hecho el PO y, también, el PTS.
La militancia de izquierda debe reclamar una amnistía general, para todas las fracciones y militantes excluidos de las organizaciones de izquierda -que todos supimos construir- y reclamar la unidad en la deliberación y decisión sobre candidaturas y decisiones políticas, dentro y fuera del proceso electoral. Esta sería la forma de reinstalar los métodos revolucionarios en la construcción de una política de izquierda.
Colen Grant*
Mayo 14 de 2015
*Durante 10 años miembro de la dirección regional de PO de Neuquén. Actualmente profesor en Educación Superior y militante clasista en ATEN. Por diferencias políticas discutidas entre los años 94 y 96 que se expresaron en la Prensa Obrera, luego en los BI, Colen Grant finalmente culminó siendo censurado y separado de su dirección del propio partido.
[Nota preparada en base a datos aportados por el propio autor]
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