En la Provincia de Buenos Aires: Casanova, Laferrere, Lomas del Mirador, Mercedes, San Migauel, Pacheco, El Talar, Monte Grande, Morón. En Capital Federal: Liniers, Mataderos, Lugano y Constitución.
Unifiquemos a nivel nacional el movimiento de lucha contra la represión
Impulsemos las Coordinadoras contra la Represión regionales y provinciales. Como propusieron los compañeros de Tucumán, vamos por una Coordinadora Antirrepresiva Nacional
Unifiquemos a nivel nacional el movimiento de lucha contra la represión
Impulsemos las Coordinadoras contra la Represión regionales y provinciales. Como propusieron los compañeros de Tucumán, vamos por una Coordinadora Antirrepresiva Nacional
Frente a la profundización de la crisis económica, el gobierno de los Kirchner y los gobiernos provinciales no dudan en garantizar más despidos y suspensiones, el vaciamiento de la salud, la vivienda y la educación, para pagar la deuda externa. Para que los trabajadores no salgan a luchar, todos ellos desarrollan una política clara de reforzamiento del aparato represivo del Estado.
La derechización del gobierno K trae consigo una avanzada represiva que recorre al país de punta a punta. Esta represión y esta impunidad buscan un mismo objetivo: que la crisis la paguemos los trabajadores. Por lo tanto, cada caso de represión e impunidad no se trata de un hecho aislado sino que, junto a los responsables políticos y materiales, también hay un mismo régimen social y un mismo aparato represivo que deben estar en el banquillo de los acusados. Son a los trabajadores y a los hijos de los trabajadores a quienes atacan. Es nuestra tarea unificar las fuerzas de lucha contra la represión, la persecución y la impunidad. Debemos impulsar las Coordinadoras de lucha contra la represión a nivel regional y provincial y apostar a la creación de una Coordinadora Antirrepresiva Nacional, como discutieron en el Encuentro Nacional contra la Impunidad de Tucumán.
Matan a la compañera Silvia Suppo por enfrentarse al aparato represivo de la dictadura y la democracia
El lunes 29 de marzo fue asesinada la compañera Suppo, testigo clave en los juicios contra los crímenes de la dictadura en Santa Fe. Silvia Suppo no sólo se enfrentaba a quienes habían desaparecido compañeros en la dictadura que ya se han ido de las fuerzas represivas, sino también iba a imputar directamente a agentes que hoy siguen en funciones en plena democracia. Este asesinato político es el segundo hecho que se anotan los Kirchner de represión, asesinato o desaparición contra los testigos de la dictadura: estamos a 3 años y 7 meses de la desaparición de Julio López y sigue sin haber un detenido, una pista de su desaparición. A su vez, la avanzada sigue: hace 15 días en la ciudad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, a la abogada María Isabel Caccioppoli que lleva adelante las causas contra represores de la dictadura, sufrió un ataque en su estudio donde se intentaron quemar todas las documentaciones de los juicios que se están llevando adelante. Al mismo tiempo, en todo el país, en plena democracia, las desapariciones y los asesinatos impunes son moneda corriente. Las desapariciones de las chicas en las redes de trata y los miles de casos de gatillo fácil que hoy continúan aumentando y permanecen en la más absoluta impunidad forman parte de lo mismo: es el mismo aparato represivo, el de la democracia y la dictadura, y son los mismos gobiernos los que apañan, defienden y refuerzan dicho aparato represivo. La política del gobierno nacional y de todas las provincias, tanto si son gobernadas por el kirchnerismo o por la oposición, es reforzar el aparato represivo que continua intacto desde la dictadura y que hoy lo utilizan para reprimir a los que luchan e impedir se denuncie y se haga justicia contra las fuerzas represivas por los crímenes de la dictadura y de la democracia.
Kirchner, Duhalde, Scioli y Macri están montando una ofensiva antipiquetera
Las implicancias prácticas de esta ofensiva derechista y represiva están a la vista. La brutal represión en Monte Grande en noviembre del año pasado a una movilización piquetera, que tuvo como saldo decenas de luchadores detenidos, refleja que la ofensiva anti-piquetera ya arrancó. La puesta en funcionamiento de la Policía Metropolitana de Macri y la reforma antipiquetera al Código Contravencional son la muestra del aparato represivo que están montando para reprimir a los luchadores. En la provincia de Buenos Aires, Kirchner y Scioli están lanzando el Plan Integral de Seguridad Ciudadana, con la formación de nuevas policías comunales en cada una de las localidades de la provincia y el proyecto por la baja de la edad de imputabilidad. En La Matanza ya está en marcha la puesta en pie de su propia policía por iniciativa del intendente kirchnerista Espinosa, como parte de este plan más general. No es casual: la mayor parte del movimiento piquetero que se movilizó por la inclusión de todos los desocupados en el Plan Argentina Trabaja vive, lucha y se organiza en La Matanza. El propio Duhalde, el principal responsable del asesinato de Kosteki y Santillán, salió a decir que hay que sacar a las calles a las fuerzas armadas para “reeducar a la juventud”. Esta ofensiva represiva es una ofensiva anti-piquetera, porque apunta a cerrar la etapa abierta por el Argentinazo, derrotando a los piqueteros ocupados, desocupados, estudiantes y luchadores de todo el país, que hoy podemos ser una alternativa revolucionaria y organizar un segundo Argentinazo contra los K y la derecha sojera.
Forma parte, a su vez, de la ofensiva imperialista que recorre América Latina, que pretende derrotar la tendencia revolucionaria que recorre el continente durante la última década. La militarización de Latinoamérica está haciendo pie en Argentina con la formación de las policías anti-piqueteras, con el aumento de la capacidad militar de Inglaterra en Malvinas, con la represión a la rebelión popular de Andalgalá. Mientras el imperialismo quiere sepultar la revolución latinoamericana, los nacionalistas profundizan sus rasgos represivos y pretenden evitar la organización independiente de los explotados. Pero los explotados, con la clase obrera a la cabeza, tenemos que derrotar al imperialismo, barrer con el nacionalismo y organizarnos para llevar al triunfo a la revolución en nuestro continente.
Libres del Sur-Pino Solanas, el GEN, la Coalición Cívica y Sabatella pretenden ahogar la lucha con trámites en el Congreso
Esta lucha debemos enfrentarla con la claridad de que la única forma de vencer es a partir de la unificación de los movimientos de luchas de forma independiente del Estado, chocando frontalmente con los responsables políticos y materiales de los asesinatos, las desapariciones y la persecución. Las conquistas que conseguimos y conseguiremos dependen absolutamente de nuestra capacidad de chocar y derrotar al poder político, a todos los gobiernos y al Congreso. Mientras diferentes variantes patronales o pro-patronales apuestan a desorganizar, dividir y ahogar a los movimientos de lucha contra la represión, tratando de cooptarlos e integrarlos al Estado, asfixiando su lucha en trámites en el Congreso, los luchadores debemos rechazar su política entreguista y denunciar su total complicidad con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales para seguir reprimiendo y descargando la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. El camino no pasa por desarrollar una estrategia parlamentarista que a lo único que lleva es a roscas en el Congreso entre los distintos partidos patronales de este país. El camino pasa por nuestra lucha independiente contra el Estado: por eso tenemos que apostar a la construcción de un gran movimiento de lucha nacional contra la represión.
Impulsemos las Coordinadoras contra la Represión regionales y provinciales. Vamos por una Coordinadora Antirrepresiva Nacional
Los luchadores no nos tenemos que dejar ganar esta pulseada, no podemos permitir que refuercen al aparato represivo, no podemos dejar que sigan matando, desapareciendo y persiguiendo a los trabajadores. Hoy estamos dando una respuesta: Andalgalá y Baradero son un ejemplo de la organización que necesitamos para derrotar a la represión y los gobiernos que la garantizan. En Provincia de Buenos Aires, Casanova, Laferrere, Lomas del Mirador, Mercedes, San Miguel, Pacheco, El Talar, Monte Grande, Morón y más localidades son testigos de la lucha que están llevando adelante familiares, amigos, organizaciones y las Coordinadoras Antirrepresivas. En Capital, Liniers, Mataderos, Lugano y Constitución levantan banderas contra la represión y la impunidad e impulsan la organización de los vecinos de cada barrio. Con la organización de los trabajadores, de forma independiente del Estado y luchando de frente contra el aparato policial de la dictadura y la democracia, y contra los gobiernos que lo utilizan podemos ganar esta batalla. La izquierda va a la rastra de cada uno de los movimientos de lucha, sin plantearse una perspectiva más general que oriente al movimiento en su conjunto. Una política para la lucha contra la represión y la impunidad pasa por intervenir unificando la lucha a nivel nacional, defendiendo las Coordinadoras Antirrepresivas regionales y provinciales. Vamos por el desmantelamiento del aparato represivo de la dictadura y la democracia para acabar con la represión y la impunidad y los gobiernos patronales que la perpetúan.
¡Juicio y Castigo a los responsables políticos y materiales del asesinato de Silvia Suppo y la desaparición de Jorge Julio López! // Desmantelamiento del aparato represivo de la dictadura y la democracia // Abajo el Plan Integral de Seguridad Ciudadana de Kirchner y Scioli // Abajo la policía antipiquetera de Espinosa // Desmantelamiento de la Policía Metropolitana y disolución efectiva de la UCEP // No a la reforma antipiquetera del Código Contravencional // Basta de gatillo fácil, impunidad y represión a los que luchan // Aparición con vida de las chicas desaparecidas en democracia // Impulsemos las coordinadoras contra la represión regionales y provinciales // Por una Coordinadora Antirrepresiva Nacional
Matan a la compañera Silvia Suppo por enfrentarse al aparato represivo de la dictadura y la democracia
El lunes 29 de marzo fue asesinada la compañera Suppo, testigo clave en los juicios contra los crímenes de la dictadura en Santa Fe. Silvia Suppo no sólo se enfrentaba a quienes habían desaparecido compañeros en la dictadura que ya se han ido de las fuerzas represivas, sino también iba a imputar directamente a agentes que hoy siguen en funciones en plena democracia. Este asesinato político es el segundo hecho que se anotan los Kirchner de represión, asesinato o desaparición contra los testigos de la dictadura: estamos a 3 años y 7 meses de la desaparición de Julio López y sigue sin haber un detenido, una pista de su desaparición. A su vez, la avanzada sigue: hace 15 días en la ciudad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, a la abogada María Isabel Caccioppoli que lleva adelante las causas contra represores de la dictadura, sufrió un ataque en su estudio donde se intentaron quemar todas las documentaciones de los juicios que se están llevando adelante. Al mismo tiempo, en todo el país, en plena democracia, las desapariciones y los asesinatos impunes son moneda corriente. Las desapariciones de las chicas en las redes de trata y los miles de casos de gatillo fácil que hoy continúan aumentando y permanecen en la más absoluta impunidad forman parte de lo mismo: es el mismo aparato represivo, el de la democracia y la dictadura, y son los mismos gobiernos los que apañan, defienden y refuerzan dicho aparato represivo. La política del gobierno nacional y de todas las provincias, tanto si son gobernadas por el kirchnerismo o por la oposición, es reforzar el aparato represivo que continua intacto desde la dictadura y que hoy lo utilizan para reprimir a los que luchan e impedir se denuncie y se haga justicia contra las fuerzas represivas por los crímenes de la dictadura y de la democracia.
Kirchner, Duhalde, Scioli y Macri están montando una ofensiva antipiquetera
Las implicancias prácticas de esta ofensiva derechista y represiva están a la vista. La brutal represión en Monte Grande en noviembre del año pasado a una movilización piquetera, que tuvo como saldo decenas de luchadores detenidos, refleja que la ofensiva anti-piquetera ya arrancó. La puesta en funcionamiento de la Policía Metropolitana de Macri y la reforma antipiquetera al Código Contravencional son la muestra del aparato represivo que están montando para reprimir a los luchadores. En la provincia de Buenos Aires, Kirchner y Scioli están lanzando el Plan Integral de Seguridad Ciudadana, con la formación de nuevas policías comunales en cada una de las localidades de la provincia y el proyecto por la baja de la edad de imputabilidad. En La Matanza ya está en marcha la puesta en pie de su propia policía por iniciativa del intendente kirchnerista Espinosa, como parte de este plan más general. No es casual: la mayor parte del movimiento piquetero que se movilizó por la inclusión de todos los desocupados en el Plan Argentina Trabaja vive, lucha y se organiza en La Matanza. El propio Duhalde, el principal responsable del asesinato de Kosteki y Santillán, salió a decir que hay que sacar a las calles a las fuerzas armadas para “reeducar a la juventud”. Esta ofensiva represiva es una ofensiva anti-piquetera, porque apunta a cerrar la etapa abierta por el Argentinazo, derrotando a los piqueteros ocupados, desocupados, estudiantes y luchadores de todo el país, que hoy podemos ser una alternativa revolucionaria y organizar un segundo Argentinazo contra los K y la derecha sojera.
Forma parte, a su vez, de la ofensiva imperialista que recorre América Latina, que pretende derrotar la tendencia revolucionaria que recorre el continente durante la última década. La militarización de Latinoamérica está haciendo pie en Argentina con la formación de las policías anti-piqueteras, con el aumento de la capacidad militar de Inglaterra en Malvinas, con la represión a la rebelión popular de Andalgalá. Mientras el imperialismo quiere sepultar la revolución latinoamericana, los nacionalistas profundizan sus rasgos represivos y pretenden evitar la organización independiente de los explotados. Pero los explotados, con la clase obrera a la cabeza, tenemos que derrotar al imperialismo, barrer con el nacionalismo y organizarnos para llevar al triunfo a la revolución en nuestro continente.
Libres del Sur-Pino Solanas, el GEN, la Coalición Cívica y Sabatella pretenden ahogar la lucha con trámites en el Congreso
Esta lucha debemos enfrentarla con la claridad de que la única forma de vencer es a partir de la unificación de los movimientos de luchas de forma independiente del Estado, chocando frontalmente con los responsables políticos y materiales de los asesinatos, las desapariciones y la persecución. Las conquistas que conseguimos y conseguiremos dependen absolutamente de nuestra capacidad de chocar y derrotar al poder político, a todos los gobiernos y al Congreso. Mientras diferentes variantes patronales o pro-patronales apuestan a desorganizar, dividir y ahogar a los movimientos de lucha contra la represión, tratando de cooptarlos e integrarlos al Estado, asfixiando su lucha en trámites en el Congreso, los luchadores debemos rechazar su política entreguista y denunciar su total complicidad con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales para seguir reprimiendo y descargando la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. El camino no pasa por desarrollar una estrategia parlamentarista que a lo único que lleva es a roscas en el Congreso entre los distintos partidos patronales de este país. El camino pasa por nuestra lucha independiente contra el Estado: por eso tenemos que apostar a la construcción de un gran movimiento de lucha nacional contra la represión.
Impulsemos las Coordinadoras contra la Represión regionales y provinciales. Vamos por una Coordinadora Antirrepresiva Nacional
Los luchadores no nos tenemos que dejar ganar esta pulseada, no podemos permitir que refuercen al aparato represivo, no podemos dejar que sigan matando, desapareciendo y persiguiendo a los trabajadores. Hoy estamos dando una respuesta: Andalgalá y Baradero son un ejemplo de la organización que necesitamos para derrotar a la represión y los gobiernos que la garantizan. En Provincia de Buenos Aires, Casanova, Laferrere, Lomas del Mirador, Mercedes, San Miguel, Pacheco, El Talar, Monte Grande, Morón y más localidades son testigos de la lucha que están llevando adelante familiares, amigos, organizaciones y las Coordinadoras Antirrepresivas. En Capital, Liniers, Mataderos, Lugano y Constitución levantan banderas contra la represión y la impunidad e impulsan la organización de los vecinos de cada barrio. Con la organización de los trabajadores, de forma independiente del Estado y luchando de frente contra el aparato policial de la dictadura y la democracia, y contra los gobiernos que lo utilizan podemos ganar esta batalla. La izquierda va a la rastra de cada uno de los movimientos de lucha, sin plantearse una perspectiva más general que oriente al movimiento en su conjunto. Una política para la lucha contra la represión y la impunidad pasa por intervenir unificando la lucha a nivel nacional, defendiendo las Coordinadoras Antirrepresivas regionales y provinciales. Vamos por el desmantelamiento del aparato represivo de la dictadura y la democracia para acabar con la represión y la impunidad y los gobiernos patronales que la perpetúan.
¡Juicio y Castigo a los responsables políticos y materiales del asesinato de Silvia Suppo y la desaparición de Jorge Julio López! // Desmantelamiento del aparato represivo de la dictadura y la democracia // Abajo el Plan Integral de Seguridad Ciudadana de Kirchner y Scioli // Abajo la policía antipiquetera de Espinosa // Desmantelamiento de la Policía Metropolitana y disolución efectiva de la UCEP // No a la reforma antipiquetera del Código Contravencional // Basta de gatillo fácil, impunidad y represión a los que luchan // Aparición con vida de las chicas desaparecidas en democracia // Impulsemos las coordinadoras contra la represión regionales y provinciales // Por una Coordinadora Antirrepresiva Nacional
TPR
Tendencia Piquetera Revolucionaria
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