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domingo, 17 de junio de 2012

Editorial - Vamos por un Congreso de Bases para defender la unidad y la independencia de las organizaciones populares (Juan Marino) - [EL PIQUETERO Nº2]


EL KIRCHNERISMO ES ENEMIGO DE LAS ORGANIZACIONES POPULARES: YA DIVIDIÓ LA CTA, LA CUES, EL MOVIMIENTO DE MUJERES, LAS ORGANIZACIONES PIQUETERAS, LAS FÁBRICAS OCUPADAS, LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS, LAS ASAMBLEAS POPULARES, EL MOVIMIENTO LGBTIQ. AHORA VA POR LA CGT, LA FUA Y LA FUBA.

VAMOS POR UN CONGRESO DE BASES
PARA DEFENDER LA UNIDAD E INDEPENDENCIA
DE LAS ORGANIZACIONES POPULARES

LA CONCLUSIÓN DE ESTA PARITARIA ES QUE TENEMOS QUE PONER EN PIE EN LOS SINDICATOS UN MOVIMIENTO POLÍTICO QUE ACAUDILLE LA LUCHA POPULAR CONTRA EL GOBIERNO Y LA OPOSICIÓN PATRONAL

Los trabajadores ingresamos a las paritarias de 2012 en un cuadro de bancarrota capitalista, creciente crisis fiscal y ajuste promovido por el gobierno nacional y los gobiernos provinciales. En este marco, el gobierno de Cristina arrancó el año lanzando una ofensiva para establecer topes salariales del 18% como parte de su viraje derechista más general. Esto, cuando la proyección inflacionaria para todo el año alcanza el 30%, expresaba la pretensión del gobierno de imponer un brutal recorte salarial, agravado por la no actualización del mínimo no imponible y del tope al cobro de las asignaciones familiares. El desafío que teníamos planteado los luchadores era combinar la pelea en las paritarias con la lucha más general contra el ajuste y el viraje de conjunto de Cristina.


VERANO DE 2012: LOS LUCHADORES TOMAMOS LA INICIATIVA CONTRA EL GOBIERNO

Durante el verano de 2012 se abrió una enorme posibilidad para dar esta lucha, dado que los luchadores tomamos la iniciativa a nivel nacional contra el gobierno. Prueba de ello fueron el Catamarcazo y la lucha de Tinogasta contra la mega-minería contaminante, las movilizaciones contra la Ley Antiterrorista, la rebelión docente anti-burocrática que produjo el primer paro nacional de la CTERA contra Cristina por las paritarias, las movilizaciones luego de la Masacre de Once por el juicio y castigo a todos los responsables. En este marco, todo un sector de la base social del kirchnerismo sale a delimitarse públicamente de Cristina, con el objetivo de desmarcarse de la ofensiva derechista y contener la movilización popular desatada con el gobierno. Es decir que se comienza a procesar una disgregación en las filas kirchneristas, producto del viraje político de Cristina y la iniciativa de los explotados.

Era en este cuadro que ingresamos a marzo: los trabajadores teníamos la oportunidad de apoyarnos en esta iniciativa por izquierda en manos de los luchadores para desarrollar la lucha contra el ajuste, los topes salariales y el tarifazo.

YPF, MALVINAS: EL GOBIERNO RETOMA LA INICIATIVA POLÍTICA PARA RELEGITIMARSE Y DERROTAR LA INICIATIVA POPULAR

Todo este proceso de crisis política y movilización popular genera un principio de derrumbe político del gobierno, cuya imagen positiva cae brutalmente. Por ese motivo, el gobierno nacional retoma la iniciativa política para intentar revertir ese derrumbe, relegitimarse políticamente, disciplinar a la tropa, y derrotar la iniciativa popular. El nuevo negociado con YPF, que ahora ha sumado al capitalista mexicano Slim quién compró una parte de las acciones que pertenecían a Eskenazi y que tiene al privatizador Galuccio como director ejecutivo, y el intento de negociar una soberanía compartida con los ingleses sobre las Malvinas, son presentadas por el kirchnerismo como un acto de defensa de los recursos y la soberanía nacionales. YPF y Malvinas, sumados a la reforma de la Carta Orgánica y la intervención de TBA, son utilizadas por Cristina para desplegar su ofensiva política y volver a ocupar el centro de la situación política, reagrupando detrás suyo a los kirchneristas que habían salido a criticarla en el verano. La culminación de este proceso es el acto en Vélez, donde los reúne nuevamente detrás de la consigna “Unidos y Organizados”. “Unidos y Organizados”, le faltó decir, contra las organizaciones populares de lucha.

Precisamente, en cada uno de sus discursos de presentación de todas estas medidas, el gobierno se dedicó a atacar a los luchadores. Con Malvinas, salió a atacar a los luchadores contra la megaminería contaminante, que ponían en cuestión los vínculos gubernamentales con las empresas que saquean el petróleo de las islas. Con YPF, salió a atacar a la Línea 60, que ponía en cuestión sus vínculos con las privadas que desguazan el transporte público; y a los piqueteros, que pusieron en cuestión el monopolio estatal del reparto del aumento en el Plan Argentina Trabaja. A todo esto se le suma su duro ataque contra los docentes, que le mereció el calificativo de “duhaldista” en boca del propio ultra-kirchnerista Hugo Yasky.

La burocracia sindical y la oposición patronal, en todas sus expresiones, fueron un vehículo para el rearme político del gobierno de cara a los trabajadores. Tanto Yasky como Moyano y Micheli, así como también la UCR y el FAP, aplaudieron la medida de Cristina sobre YPF. Moyano llegó a plantear la posibilidad de boicotear las embarcaciones inglesas para respaldar el reclamo reaccionario de Cristina en la ONU sobre las Malvinas. El realineamiento político de la oposición y la burocracia adaptándose a la iniciativa política de Cristina fue un factor central para permitir que Cristina se reposicionara en el centro del cuadro político en oposición a la lucha popular.

LA BUROCRACIA SINDICAL DEL 21%

La burocracia sindical, en todas sus fracciones, paralizó los sindicatos frente a la ofensiva del gobierno. Las insinuaciones de Moyano y Micheli durante el verano, quienes llegaron a plantear la posibilidad de un paro conjunto contra los topes salariales y el impuesto al salario, quedaron enterradas a partir del rearme del gobierno nacional. El propio paro nacional del 8 de junio convocado por Micheli fue una impostura – sobre todo porque fue convocado luego de que habían cerrado la mayoría de las paritarias, entre ellas la de estatales donde el michelismo tiene su mayor desarrollo. Todas las fracciones de la burocracia sindical firmaron acuerdos salariales menores a la inflación proyectada. De hecho, el aumento promedio ronda el 21% - esto sin tener en cuenta que a una importante cantidad de compañeros el gobierno les confisca una parte del aumento dado que pasan a superar el mínimo no imponible y el tope al cobro de las asignaciones familiares. Una de las conclusiones de la paritaria es que la burocracia sindical no está dispuesta a romper sus vínculos con la patronal y el Estado pero sí está dispuesta a reventar el salario de los trabajadores.

EL GOBIERNO APROVECHA LA PARÁLISIS IMPUESTA POR LA BUROCRACIA PARA REVENTAR LAS ORGANIZACIONES POPULARES

Mientras la burocracia bloquea la movilización de los trabajadores contra la ofensiva derechista del gobierno, Cristina aprovecha para reventar y dividir las organizaciones populares. El gobierno ya había dividido al movimiento piquetero a través de la cooptación, había roto la CTA, había regimentado el movimiento de las fábricas ocupadas, había cooptado a la mayoría del movimiento LGBTQI y a una gran parte de los organismos de derechos humanos, y había dividido la CUES a través de la creación de la FES encabezada por La Cámpora. A partir de marzo, retomó la iniciativa, apropiándose de la Campaña por el Derecho al Aborto, vaciando de quórum el Congreso de la FUBA, relanzando la FES con el apoyo directo de la propia Cristina (quién salió a respaldarla en cadena nacional), y copando y dividiendo a la propia CGT. Al cierre de esta edición, comenzó a circular un comunicado de La Cámpora y otras organizaciones kirchneristas anunciando que preparan su deserción del Congreso de la FUA y la creación de una “federación” universitaria a nivel nacional que apoye al gobierno nacional.

La división, regimentación, cooptación y ruptura de las organizaciones populares promovidas por Cristina ponen de relieve el carácter estatal y anti-popular del gobierno y el nacionalismo burgués, que busca aplastar a las organizaciones independientes del gobierno e incluso a aquellas cuyas direcciones tienen una clara tendencia a la conciliación con el gobierno pero que no responden directamente a él. Esto, porque cualquier resquicio y diferenciación entre las organizaciones populares y el gobierno, por más leve que sean, ponen en riesgo la política del kirchnerismo en contra del conjunto del pueblo trabajador. Está planteado, por lo tanto, desarrollar un movimiento político que defienda la unidad e independencia de todas las organizaciones populares y acaudille la lucha popular contra el gobierno y la oposición patronal.

LA IZQUIERDA Y LOS LUCHADORES FRENTE A LOS TOPES SALARIALES

Frente a este cuadro, la izquierda fue incapaz de poner en pie una oposición popular al ataque contra las paritarias. El Frente de Izquierda, que se postuló como una referencia política por izquierda a Cristina en las elecciones de octubre, no jugó ese rol en la lucha de clases contra el gobierno, la patronal y la burocracia sindical.

Toda una serie de paritarias pusieron a prueba a la izquierda. En docentes, la izquierda promovió las asambleas y movilizaciones que desbordaron a la burocracia en las distintas provincias, pero luego no desarrolló ninguna lucha política unificada cuando la burocracia capituló frente al decretazo de Sileoni. En la UTA, la izquierda no motorizó ninguna intervención de los trabajadores del transporte contra el tope del 18% firmado por Fernández y contra el tarifazo. El PO, que junto con la TPR propuso la formación de un plenario obrero del transporte para intervenir en la paritaria y contra el tarifazo, luego desertó de la propuesta frente a la negativa de Pianelli y de la mayoría filo-kirchnerista del Cuerpo de Delegados de la Línea 60. En el subte, luego de que Pianelli firmó junto a la UTA un aumento miserable, la lista de oposición formada por la izquierda (Tricolor) fue dividida a la Asamblea General de Memoria y Balance, con el PTS votando abstención al balance del pianellismo. En ferroviarios, el Pollo Sobrero, dirigente de Izquierda Socialista, acaba de imponer a la asamblea del Sarmiento la aceptación del mísero acuerdo firmado por la Unión Ferroviaria de Pedraza de un aumento que va del 13% al 16%. En alimentación, el PTS y el PSTU llegaron a boicotear el paro de dos horas de Daer con el argumento de que era un “paro burocrático”. En gráficos, la lista Naranja-Bordó no dio una lucha política para evitar que la burocracia Verde de Ongaro firmara un acuerdo salarial por debajo de la inflación en un gremio con uno de los peores salarios básicos.

Esto, sin mencionar que en la gran mayoría de los sindicatos, la izquierda no tuvo ningún tipo de incidencia en el resultado de las paritarias y carece de una inserción significativa en los mismos. Como se ve, la izquierda se encuentra en un cuadro de aislamiento y atomización producto de su negativa a postularse como una alternativa política contra Cristina que se apoye en la tendencia a la lucha de los trabajadores y confronte con la burocracia sindical y el gobierno nacional.

CONTRA EL DERRUMBE DE LA IZQUIERDA, LA TPR DEFIENDE LA LUCHA E INDEPENDENCIA DE LOS TRABAJADORES

Como TPR, por el contrario, decidimos concentrar nuestra actividad y nuestras fuerzas en el sector que concentraba con mayor fuerza toda esta lucha política: el transporte, donde se desarrolló la lucha del subte y la 60, la aplicación del tarifazo, la imposición del tope del 18% a principios de año y el ataque político directo de Cristina a través de cadena nacional. Gracias a nuestra agitación política sistemática en oposición al gobierno, la patronal y la burocracia, delimitándonos de las direcciones kirchneristas (Pianelli) y filo-kirchneristas (Línea 60), en oposición a la disolución y atomización de la izquierda, y llamando a los trabajadores a luchar contra los topes salariales y el tarifazo, es que empezamos a poner en pie los primeros núcleos simpatizantes de la TPR en el transporte.

Esto, sumado a la enorme lucha de la Asamblea Popular de Chaco con el Movimiento Clasista y Combativo y el Movimiento 20 de Diciembre a la cabeza, no es un dato menor sino que son síntomas que expresan la tendencia a la independencia de clase de los trabajadores contra la iniciativa política del gobierno y el derrumbe de la izquierda.

LOS SINDICATOS TIENEN QUE SER ÓRGANOS DE LUCHA POLÍTICA CONTRA EL GOBIERNO DE CRISTINA

Tal como señalamos el 1 de mayo, los sindicatos tienen que ser una herramienta de lucha política contra el gobierno de Cristina que está montando un ataque de conjunto contra los trabajadores. La burocracia sindical, por el contrario, es el vehículo de la estatización de los sindicatos – tanto es así que hoy la mayoría del Consejo Directivo de la CGT apoya a Caló, el candidato de Cristina para dirigir la “nueva” CGT que busca poner en pie el gobierno contra Moyano. En el cuadro de la bancarrota capitalista, el gobierno necesita estatizar y reventar los sindicatos y las organizaciones populares para poder aplicar el ajuste y que la crisis la paguemos los trabajadores.

Por ese mismo motivo, la bancarrota capitalista plantea que los sindicatos pasen de ser órganos económicos a ser órganos de la revolución social para que la crisis la paguen los capitalistas y para que gobiernen los trabajadores. Contra el revisionismo que predomina en la izquierda, rige el método del Programa de Transición que postula a los sindicatos como instrumentos de los trabajadores para dar una lucha política en defensa de su propia estrategia independiente.

Al mismo tiempo que se desarrollaron las paritarias, se planteó un enorme campo de disputa política en la lucha antimperialista en relación a YPF, Malvinas y la base yanqui en Chaco. El corporativismo anti-capitalista le impidió a la izquierda enfrentar este cuadro, que no tomó ningún tipo de iniciativa para desenmascarar la política de negociación con el imperialismo de Cristina y derrotar su ofensiva estatal contra las paritarias. De esta forma, dejan el camino libre a la cooptación estatal. Para triunfar, la lucha por el salario tenía que empalmar con la lucha antimperialista como parte de un movimiento político de conjunto contra el kirchnerismo y la oposición patronal. Con ese planteo, desde la TPR desarrollamos una agitación de conjunto con nuestros afiches, materiales, charlas y actos contra Cristina por YPF, Malvinas, los topes salariales, el tarifazo, la base yanqui en Chaco, la ocupación militar en Haití. Tal como señalamos en la editorial de El Piquetero Nº1, el Frente Único Antimperialista es la táctica que plantea a la clase obrera y sus organizaciones (los sindicatos) como caudillo popular en la lucha por todas las reivindicaciones antimperialistas, obreras, populares y piqueteras. Esa es la pelea que libramos con nuestra actividad política práctica.

NO A LA ESTATIZACIÓN DE LOS SINDICATOS, POR UN CONGRESO DE BASES PARA DEFENDER LA UNIDAD E INDEPENDENCIA DE LAS ORGANIZACIONES POPULARES

Es sobre esta base que como TPR les planteamos a todos los luchadores a nivel nacional la necesidad de luchar contra el gobierno y la burocracia para derrotar el intento de estatizar nuestros sindicatos y organizaciones populares, y unificar a todos los luchadores en la pelea por todas las reivindicaciones populares. La lucha contra la división de la CGT no es a cuenta de la supuesta progresividad de su dirección – que es la que está motorizando la división del sindicato, sino a cuenta de defender las organizaciones de los trabajadores y enfrentar su regimentación estatal. Por eso, vamos a ser los luchadores los que defendamos a la CGT del copamiento kirchnerista y no Moyano, quien se encuentra completamente adaptado al gobierno nacional y que preserva todos sus vínculos con la patronal.

La bancarrota capitalista mundial pone sobre la mesa la tendencia a la rebelión popular. Los mineros de Colquiri, los trabajadores de Bolivia contra el “ajuste nacional y popular” de Evo Morales, los mineros de Asturias de España, el Estudiantazo en Quebec con 12 semanas de huelga estudiantil, la revolución siria, las movilizaciones masivas contra Putin, las movilizaciones contra el ajuste en Grecia, la lucha de los pueblos originarios masacrados por Ollanta Humala en Perú, las movilizaciones estudiantiles en Chile; todos ellos son la expresión de esa tendencia. Los trabajadores argentinos también formamos parte de esta lucha contra el derrumbe capitalista: la crisis fiscal, las suspensiones, los despidos, los cierres de fábricas y el ajuste ponen de relieve que Argentina integra el torrente de esta bancarrota mundial.

Por lo tanto, llamamos a todos los luchadores a poner en pie un movimiento político en los sindicatos, promoviendo asambleas y votando mandatos planteando la puesta en pie de un Congreso de Bases del conjunto de las organizaciones populares para enfrentar la estatización impulsada por Cristina y desarrollar un plan de lucha por todas las reivindicaciones planteadas: nacionalización sin pago de YPF bajo control obrero y popular; fuera la base yanqui del Chaco; reapertura de las paritarias, paritarios electos en asamblea, aumento salarial superior a la inflación; eliminación del impuesto al salario; asignaciones familiares para todos los trabajadores; ocupación de toda fábrica que suspenda, despida, cierre o contamine; abajo el tarifazo; derogación de la Ley Antiterrorista.

Con ese planteo, desde la TPR nos proponemos pelear para revolucionar los sindicatos y colocarlos a la cabeza de la lucha revolucionaria del conjunto de los explotados de Argentina para que la crisis la paguen los capitalistas y por un gobierno de los trabajadores.

Juan Marino

RECUADRO (EN EL MEDIO DE LA EDITORIAL, EN LA PAG 3)

PARITARIAS 2012
CRISTINA, LA PATRONAL Y LA BUROCRACIA IMPUSIERON UN TOPE DEL 21%

GREMIO
AUMENTO
UOM
20%
COMERCIO
20%
UPCN
21%
UTA
18%
SOMU
22%
UNIÓN FERROVIARIA
13% - 16%
SMATA
6%
JUDICIALES
5%
UATRE
25%
TEXTILES
26%
SUTECBA
21%
PANADEROS
21%
PASTELEROS
21%
BANCARIOS
23%
UTEDYC
25%
FATUN
21%
ACEITEROS
24%
MINEROS
24%
PERIODISTAS
23%
PROMEDIO
21%

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