EL KIRCHNERISMO ES ENEMIGO DE LAS ORGANIZACIONES
POPULARES: YA DIVIDIÓ LA CTA, LA CUES, EL MOVIMIENTO DE MUJERES, LAS
ORGANIZACIONES PIQUETERAS, LAS FÁBRICAS OCUPADAS, LOS ORGANISMOS DE DERECHOS
HUMANOS, LAS ASAMBLEAS POPULARES, EL MOVIMIENTO LGBTIQ. AHORA VA POR LA CGT, LA
FUA Y LA FUBA.
VAMOS
POR UN CONGRESO DE BASES
PARA
DEFENDER LA UNIDAD E INDEPENDENCIA
DE
LAS ORGANIZACIONES POPULARES
LA CONCLUSIÓN DE ESTA PARITARIA ES QUE TENEMOS QUE PONER EN PIE EN LOS
SINDICATOS UN MOVIMIENTO POLÍTICO QUE ACAUDILLE LA LUCHA POPULAR CONTRA EL
GOBIERNO Y LA OPOSICIÓN PATRONAL
Los trabajadores ingresamos a las paritarias de 2012
en un cuadro de bancarrota capitalista, creciente crisis fiscal y ajuste
promovido por el gobierno nacional y los gobiernos provinciales. En este marco,
el gobierno de Cristina arrancó el año lanzando una ofensiva para establecer
topes salariales del 18% como parte de su viraje derechista más general. Esto,
cuando la proyección inflacionaria para todo el año alcanza el 30%, expresaba
la pretensión del gobierno de imponer un brutal recorte salarial, agravado por
la no actualización del mínimo no imponible y del tope al cobro de las
asignaciones familiares. El desafío que teníamos planteado los luchadores era
combinar la pelea en las paritarias con la lucha más general contra el ajuste y
el viraje de conjunto de Cristina.
VERANO DE 2012: LOS LUCHADORES TOMAMOS LA INICIATIVA CONTRA EL GOBIERNO
Durante el verano de 2012 se abrió una enorme
posibilidad para dar esta lucha, dado que los luchadores tomamos la iniciativa
a nivel nacional contra el gobierno. Prueba de ello fueron el Catamarcazo y la
lucha de Tinogasta contra la mega-minería contaminante, las movilizaciones
contra la Ley Antiterrorista, la rebelión docente anti-burocrática que produjo
el primer paro nacional de la CTERA contra Cristina por las paritarias, las
movilizaciones luego de la Masacre de Once por el juicio y castigo a todos los
responsables. En este marco, todo un sector de la base social del kirchnerismo
sale a delimitarse públicamente de Cristina, con el objetivo de desmarcarse de
la ofensiva derechista y contener la movilización popular desatada con el
gobierno. Es decir que se comienza a procesar una disgregación en las filas
kirchneristas, producto del viraje político de Cristina y la iniciativa de los
explotados.
Era en este cuadro que ingresamos a marzo: los
trabajadores teníamos la oportunidad de apoyarnos en esta iniciativa por
izquierda en manos de los luchadores para desarrollar la lucha contra el
ajuste, los topes salariales y el tarifazo.
YPF, MALVINAS: EL GOBIERNO RETOMA LA INICIATIVA POLÍTICA
PARA RELEGITIMARSE Y DERROTAR LA INICIATIVA POPULAR
Todo este proceso de crisis política y movilización
popular genera un principio de derrumbe político del gobierno, cuya imagen
positiva cae brutalmente. Por ese motivo, el gobierno nacional retoma la
iniciativa política para intentar revertir ese derrumbe, relegitimarse
políticamente, disciplinar a la tropa, y derrotar la iniciativa popular. El
nuevo negociado con YPF, que ahora ha sumado al capitalista mexicano Slim quién
compró una parte de las acciones que pertenecían a Eskenazi y que tiene al
privatizador Galuccio como director ejecutivo, y el intento de negociar una
soberanía compartida con los ingleses sobre las Malvinas, son presentadas por
el kirchnerismo como un acto de defensa de los recursos y la soberanía
nacionales. YPF y Malvinas, sumados a la reforma de la Carta Orgánica y la
intervención de TBA, son utilizadas por Cristina para desplegar su ofensiva
política y volver a ocupar el centro de la situación política, reagrupando
detrás suyo a los kirchneristas que habían salido a criticarla en el verano. La
culminación de este proceso es el acto en Vélez, donde los reúne nuevamente
detrás de la consigna “Unidos y Organizados”. “Unidos y Organizados”, le faltó
decir, contra las organizaciones populares de lucha.
Precisamente, en cada uno de sus discursos de
presentación de todas estas medidas, el gobierno se dedicó a atacar a los
luchadores. Con Malvinas, salió a atacar a los luchadores contra la megaminería
contaminante, que ponían en cuestión los vínculos gubernamentales con las
empresas que saquean el petróleo de las islas. Con YPF, salió a atacar a la
Línea 60, que ponía en cuestión sus vínculos con las privadas que desguazan el
transporte público; y a los piqueteros, que pusieron en cuestión el monopolio
estatal del reparto del aumento en el Plan Argentina Trabaja. A todo esto se le
suma su duro ataque contra los docentes, que le mereció el calificativo de
“duhaldista” en boca del propio ultra-kirchnerista Hugo Yasky.
La burocracia sindical y la oposición patronal, en
todas sus expresiones, fueron un vehículo para el rearme político del gobierno
de cara a los trabajadores. Tanto Yasky como Moyano y Micheli, así como también
la UCR y el FAP, aplaudieron la medida de Cristina sobre YPF. Moyano llegó a
plantear la posibilidad de boicotear las embarcaciones inglesas para respaldar
el reclamo reaccionario de Cristina en la ONU sobre las Malvinas. El
realineamiento político de la oposición y la burocracia adaptándose a la
iniciativa política de Cristina fue un factor central para permitir que
Cristina se reposicionara en el centro del cuadro político en oposición a la
lucha popular.
LA BUROCRACIA
SINDICAL DEL 21%
La burocracia sindical, en todas sus fracciones,
paralizó los sindicatos frente a la ofensiva del gobierno. Las insinuaciones de
Moyano y Micheli durante el verano, quienes llegaron a plantear la posibilidad
de un paro conjunto contra los topes salariales y el impuesto al salario,
quedaron enterradas a partir del rearme del gobierno nacional. El propio paro
nacional del 8 de junio convocado por Micheli fue una impostura – sobre todo
porque fue convocado luego de que habían cerrado la mayoría de las paritarias,
entre ellas la de estatales donde el michelismo tiene su mayor desarrollo.
Todas las fracciones de la burocracia sindical firmaron acuerdos salariales
menores a la inflación proyectada. De hecho, el aumento promedio ronda el 21% -
esto sin tener en cuenta que a una importante cantidad de compañeros el
gobierno les confisca una parte del aumento dado que pasan a superar el mínimo
no imponible y el tope al cobro de las asignaciones familiares. Una de las
conclusiones de la paritaria es que la burocracia sindical no está dispuesta a
romper sus vínculos con la patronal y el Estado pero sí está dispuesta a
reventar el salario de los trabajadores.
EL GOBIERNO
APROVECHA LA PARÁLISIS IMPUESTA POR LA BUROCRACIA PARA REVENTAR LAS
ORGANIZACIONES POPULARES
Mientras la burocracia bloquea la movilización de
los trabajadores contra la ofensiva derechista del gobierno, Cristina aprovecha
para reventar y dividir las organizaciones populares. El gobierno ya había
dividido al movimiento piquetero a través de la cooptación, había roto la CTA,
había regimentado el movimiento de las fábricas ocupadas, había cooptado a la
mayoría del movimiento LGBTQI y a una gran parte de los organismos de derechos
humanos, y había dividido la CUES a través de la creación de la FES encabezada
por La Cámpora. A partir de marzo, retomó la iniciativa, apropiándose de la
Campaña por el Derecho al Aborto, vaciando de quórum el Congreso de la FUBA,
relanzando la FES con el apoyo directo de la propia Cristina (quién salió a
respaldarla en cadena nacional), y copando y dividiendo a la propia CGT. Al
cierre de esta edición, comenzó a circular un comunicado de La Cámpora y otras
organizaciones kirchneristas anunciando que preparan su deserción del Congreso
de la FUA y la creación de una “federación” universitaria a nivel nacional que
apoye al gobierno nacional.
La división, regimentación, cooptación y ruptura de
las organizaciones populares promovidas por Cristina ponen de relieve el
carácter estatal y anti-popular del gobierno y el nacionalismo burgués, que
busca aplastar a las organizaciones independientes del gobierno e incluso a
aquellas cuyas direcciones tienen una clara tendencia a la conciliación con el
gobierno pero que no responden directamente a él. Esto, porque cualquier
resquicio y diferenciación entre las organizaciones populares y el gobierno,
por más leve que sean, ponen en riesgo la política del kirchnerismo en contra
del conjunto del pueblo trabajador. Está planteado, por lo tanto, desarrollar
un movimiento político que defienda la unidad e independencia de todas las
organizaciones populares y acaudille la lucha popular contra el gobierno y la
oposición patronal.
LA IZQUIERDA Y LOS
LUCHADORES FRENTE A LOS TOPES SALARIALES
Frente a este cuadro, la izquierda fue incapaz de
poner en pie una oposición popular al ataque contra las paritarias. El Frente
de Izquierda, que se postuló como una referencia política por izquierda a
Cristina en las elecciones de octubre, no jugó ese rol en la lucha de clases
contra el gobierno, la patronal y la burocracia sindical.
Toda una serie de paritarias pusieron a prueba a la
izquierda. En docentes, la izquierda promovió las asambleas y movilizaciones
que desbordaron a la burocracia en las distintas provincias, pero luego no
desarrolló ninguna lucha política unificada cuando la burocracia capituló
frente al decretazo de Sileoni. En la UTA, la izquierda no motorizó ninguna
intervención de los trabajadores del transporte contra el tope del 18% firmado
por Fernández y contra el tarifazo. El PO, que junto con la TPR propuso la
formación de un plenario obrero del transporte para intervenir en la paritaria
y contra el tarifazo, luego desertó de la propuesta frente a la negativa de
Pianelli y de la mayoría filo-kirchnerista del Cuerpo de Delegados de la Línea
60. En el subte, luego de que Pianelli firmó junto a la UTA un aumento
miserable, la lista de oposición formada por la izquierda (Tricolor) fue
dividida a la Asamblea General de Memoria y Balance, con el PTS votando
abstención al balance del pianellismo. En ferroviarios, el Pollo Sobrero,
dirigente de Izquierda Socialista, acaba de imponer a la asamblea del Sarmiento
la aceptación del mísero acuerdo firmado por la Unión Ferroviaria de Pedraza de
un aumento que va del 13% al 16%. En alimentación, el PTS y el PSTU llegaron a
boicotear el paro de dos horas de Daer con el argumento de que era un “paro
burocrático”. En gráficos, la lista Naranja-Bordó no dio una lucha política
para evitar que la burocracia Verde de Ongaro firmara un acuerdo salarial por
debajo de la inflación en un gremio con uno de los peores salarios básicos.
Esto, sin mencionar que en la gran mayoría de los
sindicatos, la izquierda no tuvo ningún tipo de incidencia en el resultado de
las paritarias y carece de una inserción significativa en los mismos. Como se
ve, la izquierda se encuentra en un cuadro de aislamiento y atomización
producto de su negativa a postularse como una alternativa política contra
Cristina que se apoye en la tendencia a la lucha de los trabajadores y
confronte con la burocracia sindical y el gobierno nacional.
CONTRA EL DERRUMBE
DE LA IZQUIERDA, LA TPR DEFIENDE LA LUCHA E INDEPENDENCIA DE LOS TRABAJADORES
Como TPR, por el contrario, decidimos concentrar
nuestra actividad y nuestras fuerzas en el sector que concentraba con mayor
fuerza toda esta lucha política: el transporte, donde se desarrolló la lucha
del subte y la 60, la aplicación del tarifazo, la imposición del tope del 18% a
principios de año y el ataque político directo de Cristina a través de cadena
nacional. Gracias a nuestra agitación política sistemática en oposición al
gobierno, la patronal y la burocracia, delimitándonos de las direcciones
kirchneristas (Pianelli) y filo-kirchneristas (Línea 60), en oposición a la
disolución y atomización de la izquierda, y llamando a los trabajadores a
luchar contra los topes salariales y el tarifazo, es que empezamos a poner en
pie los primeros núcleos simpatizantes de la TPR en el transporte.
Esto, sumado a la enorme lucha de la Asamblea
Popular de Chaco con el Movimiento Clasista y Combativo y el Movimiento 20 de
Diciembre a la cabeza, no es un dato menor sino que son síntomas que expresan
la tendencia a la independencia de clase de los trabajadores contra la
iniciativa política del gobierno y el derrumbe de la izquierda.
LOS SINDICATOS TIENEN
QUE SER ÓRGANOS DE LUCHA POLÍTICA CONTRA EL GOBIERNO DE CRISTINA
Tal como señalamos el 1 de mayo, los sindicatos
tienen que ser una herramienta de lucha política contra el gobierno de Cristina
que está montando un ataque de conjunto contra los trabajadores. La burocracia
sindical, por el contrario, es el vehículo de la estatización de los sindicatos
– tanto es así que hoy la mayoría del Consejo Directivo de la CGT apoya a Caló,
el candidato de Cristina para dirigir la “nueva” CGT que busca poner en pie el
gobierno contra Moyano. En el cuadro de la bancarrota capitalista, el gobierno
necesita estatizar y reventar los sindicatos y las organizaciones populares
para poder aplicar el ajuste y que la crisis la paguemos los trabajadores.
Por ese mismo motivo, la bancarrota capitalista
plantea que los sindicatos pasen de ser órganos económicos a ser órganos de la
revolución social para que la crisis la paguen los capitalistas y para que
gobiernen los trabajadores. Contra el revisionismo que predomina en la izquierda,
rige el método del Programa de Transición que postula a los sindicatos como
instrumentos de los trabajadores para dar una lucha política en defensa de su propia
estrategia independiente.
Al mismo tiempo que se desarrollaron las paritarias,
se planteó un enorme campo de disputa política en la lucha antimperialista en
relación a YPF, Malvinas y la base yanqui en Chaco. El corporativismo
anti-capitalista le impidió a la izquierda enfrentar este cuadro, que no tomó
ningún tipo de iniciativa para desenmascarar la política de negociación con el
imperialismo de Cristina y derrotar su ofensiva estatal contra las paritarias.
De esta forma, dejan el camino libre a la cooptación estatal. Para triunfar, la
lucha por el salario tenía que empalmar con la lucha antimperialista como parte
de un movimiento político de conjunto contra el kirchnerismo y la oposición
patronal. Con ese planteo, desde la TPR desarrollamos una agitación de conjunto
con nuestros afiches, materiales, charlas y actos contra Cristina por YPF, Malvinas,
los topes salariales, el tarifazo, la base yanqui en Chaco, la ocupación
militar en Haití. Tal como señalamos en la editorial de El Piquetero Nº1, el
Frente Único Antimperialista es la táctica que plantea a la clase obrera y sus
organizaciones (los sindicatos) como caudillo popular en la lucha por todas las
reivindicaciones antimperialistas, obreras, populares y piqueteras. Esa es la
pelea que libramos con nuestra actividad política práctica.
NO A LA
ESTATIZACIÓN DE LOS SINDICATOS, POR UN CONGRESO DE BASES PARA DEFENDER LA
UNIDAD E INDEPENDENCIA DE LAS ORGANIZACIONES POPULARES
Es sobre esta base que como TPR les planteamos a
todos los luchadores a nivel nacional la necesidad de luchar contra el gobierno
y la burocracia para derrotar el intento de estatizar nuestros sindicatos y
organizaciones populares, y unificar a todos los luchadores en la pelea por
todas las reivindicaciones populares. La lucha contra la división de la CGT no
es a cuenta de la supuesta progresividad de su dirección – que es la que está
motorizando la división del sindicato, sino a cuenta de defender las
organizaciones de los trabajadores y enfrentar su regimentación estatal. Por
eso, vamos a ser los luchadores los que defendamos a la CGT del copamiento
kirchnerista y no Moyano, quien se encuentra completamente adaptado al gobierno
nacional y que preserva todos sus vínculos con la patronal.
La bancarrota capitalista mundial pone sobre la mesa
la tendencia a la rebelión popular. Los mineros de Colquiri, los trabajadores
de Bolivia contra el “ajuste nacional y popular” de Evo Morales, los mineros de
Asturias de España, el Estudiantazo en Quebec con 12 semanas de huelga
estudiantil, la revolución siria, las movilizaciones masivas contra Putin, las
movilizaciones contra el ajuste en Grecia, la lucha de los pueblos originarios
masacrados por Ollanta Humala en Perú, las movilizaciones estudiantiles en
Chile; todos ellos son la expresión de esa tendencia. Los trabajadores
argentinos también formamos parte de esta lucha contra el derrumbe capitalista:
la crisis fiscal, las suspensiones, los despidos, los cierres de fábricas y el
ajuste ponen de relieve que Argentina integra el torrente de esta bancarrota
mundial.
Por lo tanto, llamamos a todos los luchadores a
poner en pie un movimiento político en los sindicatos, promoviendo asambleas y
votando mandatos planteando la puesta en pie de un Congreso de Bases del
conjunto de las organizaciones populares para enfrentar la estatización
impulsada por Cristina y desarrollar un plan de lucha por todas las
reivindicaciones planteadas: nacionalización sin pago de YPF bajo control
obrero y popular; fuera la base yanqui del Chaco; reapertura de las paritarias,
paritarios electos en asamblea, aumento salarial superior a la inflación;
eliminación del impuesto al salario; asignaciones familiares para todos los
trabajadores; ocupación de toda fábrica que suspenda, despida, cierre o
contamine; abajo el tarifazo; derogación de la Ley Antiterrorista.
Con ese planteo, desde la TPR nos proponemos pelear
para revolucionar los sindicatos y colocarlos a la cabeza de la lucha
revolucionaria del conjunto de los explotados de Argentina para que la crisis
la paguen los capitalistas y por un gobierno de los trabajadores.
Juan Marino
RECUADRO (EN EL MEDIO DE LA EDITORIAL, EN LA PAG 3)
PARITARIAS 2012
CRISTINA, LA PATRONAL Y LA BUROCRACIA IMPUSIERON UN
TOPE DEL 21%
GREMIO
|
AUMENTO
|
UOM
|
20%
|
COMERCIO
|
20%
|
UPCN
|
21%
|
UTA
|
18%
|
SOMU
|
22%
|
UNIÓN FERROVIARIA
|
13% - 16%
|
SMATA
|
6%
|
JUDICIALES
|
5%
|
UATRE
|
25%
|
TEXTILES
|
26%
|
SUTECBA
|
21%
|
PANADEROS
|
21%
|
PASTELEROS
|
21%
|
BANCARIOS
|
23%
|
UTEDYC
|
25%
|
FATUN
|
21%
|
ACEITEROS
|
24%
|
MINEROS
|
24%
|
PERIODISTAS
|
23%
|
PROMEDIO
|
21%
|
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