EL
CONGRESO DE IDEA Y CRISTINA SE ILUSIONAN CON EL “REBOTE SOJERO”. MIENTRAS, EEUU
SE ACERCA AL PRECIPICIO FISCAL, LA ECONOMÍA CHINA SE DESACELERA Y BRASIL
DEVALÚA
ENTRE
el PARO NACIONAL y las ELECCIONES de 2013: RODRIGAZO
Y DEFAULT
La
burocracia de Moyano y Micheli se oponen a la huelga general indefinida porque
quieren transar con Macri, Scioli y Binner para las elecciones de 2013.
Convoquemos una reunión de la izquierda para votar un plan de lucha y las
marchas del 14 y 20 de diciembre. Construyamos una Coordinadora en Defensa del
Frente de Izquierda y un Frente Único contra el ajuste, el tarifazo y por NO al
pago de la deuda externa
JUAN
MARINO
El fallo del
juez yanqui Griesa en defensa de los fondos buitre ha abierto una crisis
política de gran escala. Según el Financial Times, “la medida, tomada el
miércoles por la noche en Nueva York, aumenta la posibilidad de que Argentina
entre en default una vez más”. El fallo de Griesa intima al gobierno argentino
a pagar, antes del 15 de diciembre, los bonos de deuda en posesión de los
fondos norteamericanos Elliot, NML Capital, Dart, Aurelius, AC Paster y Blue
Angel, que no ingresaron en los canjes de deuda de 2005 y 2010. Según el fallo,
antes del 15 de diciembre, el gobierno debería desembolsar U$S 1.330 millones
para los buitres. Si el gobierno terminara aceptando la resolución de Griesa,
abriría el terreno para que el resto de los bonistas excluidos de los canjes
exijan que se los pague su propia deuda, superior a los U$S 12.500 millones. A
su vez, esta situación podría dar pie a que los bonistas que sí aceptaron la
quita decidan tomar acciones legales para reclamar por el pago del 100% como se
hizo con los buitres. Esto, porque Argentina se comprometió a que, si había una
oferta mejor para los que no habían entrado al canje, se la tenía que extender
también a los que entraron.
Por el
contrario, si el gobierno no cumple con el fallo de Griesa, el propio fallo
establece el embargo de los fondos destinados al pago de la deuda a bonistas
norteamericanos: en primer lugar, U$S 3.500 millones del cupón atado al PBI,
cuyo vencimiento es el propio 15 de diciembre. Si esto sucediera, Argentina
ingresaría en un default técnico, es decir, no poder pagar en tiempo y forma
los compromisos establecidos con los acreedores. Esto último habilitaría a los
acreedores que sí entraron en el canje a exigir que el gobierno cancele la
deuda en un solo pago, dado que estaría incumpliendo con las cuotas
establecidas en el acuerdo: se trata de U$S 20.000 millones, el equivalente a
la mitad de las reservas del Banco Central de la República Argentina. Como se
ve, estamos ante una ofensiva enorme de parte del imperialismo yanqui, que
busca imponer un desfalco brutal a nuestro país.
Se trata,
a su vez, de una medida que, potencialmente, podría impactar sobre el
desarrollo de la bancarrota capitalista en su conjunto. Sucede que, si
prospera la pretensión de los fondos buitre, se pone en cuestión la política de
renegociaciones de las deudas de los países en quiebra, que es la política a
la que ha recurrido el imperialismo para tratar de sortear la crisis, a cambio
de ajustes brutales contra las masas. La política de Griesa y los buitres, que
no es otra que la de la fracción republicana de la burguesía norteamericana
(no hay que olvidar que estos mismos fondos fueron los principales financistas
de la campaña de Romney, el rival de Obama en las últimas elecciones de Estados
Unidos), si se extiende, acarrearía una escalada de quebrantos estatales, los
que llevarán a un recrudecimiento de los ajustes contra los trabajadores, las
crisis entre los estados, y la lucha entre las clases para definir quién paga
la crisis capitalista.
ESTAMOS FRENTE A UNA
CORRIDA FINANCIERA CONTRA ARGENTINA
En
Argentina, la medida de Griesa ha desatado una corrida financiera enorme. En
un día, los cupones atados al PBI cayeron un 13% y el Merval un 3,3%. Las
acciones de YPF retrocedieron un 5,3%. Este cuadro viene precedido por toda una
serie de episodios que marcaron con claridad la tendencia al default presente
en la situación política. La negación por parte del Banco Central a prestarle
a Chaco los dólares para pagar los bonos provinciales, reflejo de esta
situación, generó la rebaja en la calificación de la deuda argentina: “Moody’s
dijo en un comunicado que ´la baja refleja la creciente preocupación´ de que
´el sector privado y los gobiernos locales no puedan acceder al mercado de
cambios´” (El País, 26/10). Fitch y S&P también la bajaron: “se deben al
fallo de la corte estadounidense de que se deba pagar a los acreedores que no
aceptaron las reestructuraciones de deuda. Ambas consideran que si Argentina no
paga a los fondos buitre tal como establece la justicia de Estados Unidos, lo
considerarán default” (Ámbito, 31/10). El costo del seguro contra default de
Argentina se disparó hasta convertirse en el segundo más alto del mundo, sólo
superado por Grecia. Los principales bancos imperialistas que operan en el país
especulan con la posibilidad de un default en diciembre: “Bank of America
Merrill Lynch, BNP Paribas, Credit Suisse y JP Morgan parecen estar jugando su
propio juego; esto es, una generalizada advertencia a quienes tienen hoy
deuda argentina sobre una potencial caída de los bonos que resultaron de los
canjes de deuda de 2005 y 2010” (Cronista, 15/11). El BNP Paribas dejó en claro
la caracterización de los bancos: “‘Si el caso es aceptado y la instancia se
mantiene en suspenso mientras el Tribunal Supremo decide, los pagos de los
bonos podrían no verse afectados por algún tiempo. De lo contrario, Argentina
–que sigue negándose a realizar los pagos a los acreedores– podría encontrarse
en un default técnico el próximo mes’, dice un alerta disparado desde las
oficinas en Buenos Aires del banco BNP Paribas a sus clientes” (Infobae, 12/11).
Este escenario hizo que la estrategia de Galuccio - Kicillof, de conseguir
inversores extranjeros para YPF, se volviera inviable, reforzando el saqueo de
la ANSeS para financiar el déficit de la petrolera y profundizando la presión
favorable a un tarifazo en las naftas.
CRISTINA, LA DERECHA Y EL
FAP BUSCAN UN COMPROMISO CON LOS FONDOS BUITRE
Rápidamente, la derecha y el FAP
ya han salido a presionar para que el gobierno ceda ante la extorsión de
Griesa. El propio Binner declaró que “son fondos cuestionados, pero no podemos
resolver que no los vamos a pagar. Luego de la posición firme de Griesa,
nosotros debemos realizar otra propuesta de pago. Debemos responder a las
demandas, si Argentina no lo concreta, realmente no avanzaremos a integrarnos
al mundo (…) Debemos pagar esto porque si no, nos aislaremos del mundo”
(Tiempo Argentino, 22/11). Por su parte, Federico Sturzenegger, titular del
Banco Ciudad que responde al PRO, afirmó que el gobierno “debería presentarse
en el juzgado, hacer suya esta interpretación de la cláusula de pago proporcional,
ofrecer cancelar con esta interpretación lo adeudado desde 2005 (equiparándolo
plenamente al resto de los bonistas) y hacer los cambios legales necesarios en
el país para poder concretarlo” (LPO, 22/11). El carácter rabiosamente
pro-imperialista de la oposición patronal es inocultable.
Frente a esto, el gobierno de
Cristina, a través del ministro de economía Lorenzino, planteó que apelará al
fallo ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York e incluso ante la Corte
Suprema de Estados Unidos. Se trata de un intento de ganar tiempo para iniciar
una negociación y buscar un compromiso con los fondos buitre. Del “no vamos a
pagarle a los fondos buitre”, Lorenzino pasó al “de ninguna manera vamos a pagarle
a los buitres sin quita y de contado” (La Nación, 22/11). A su vez, nada
garantiza que tanto la Cámara de Apelaciones como la Corte Suprema fallen a
favor del gobierno. De hecho, la Reserva Federal (Banco Central) de Nueva York,
sugirió al tribunal del Juez Griesa que permita a la Argentina pagar a los
acreedores del canje. Ahora bien, lo hizo “sin tomar posición respecto a la
conclusión de la Corte sobre que la Argentina incumplió sus obligaciones bajo
la cláusula pari passu” (Carta de la FRBNY, 16/11). O sea, que salió a defender
los intereses de la banca, sin poner palos en la rueda a los buitres. Los
medios kirchneristas salieron a festejar esto como un triunfo, lo cual denota
el carácter rabiosamente entreguista del régimen K. Por su parte, la Corte
Suprema “interviene sólo en casos federales, donde está en peligro la
estabilidad política y social” (Infobae, 22/11), por lo que es improbable que
responda positivamente al reclamo judicial del gobierno. Todo indicaría que
marchamos a una agachada por parte del gobierno ante los buitres. Sin ir más
lejos, ante el planteo de Griesa de que, si el gobierno no acepta el fallo,
entonces embargaría los pagos de deuda del resto de los bonistas, Cristina
respondió con esta frase: “la plata no es nuestra, es de los acreedores de la
Argentina” (presidencia.gob.ar, 9/11). El pago de la deuda externa, que tanto
Cristina como la derecha y el FAP defienden, sólo puede arrastrar a Argentina
a un colapso económico.
CRISTINA CAMINA HACIA EL
PRECIPICIO
Cristina enfrenta este cuadro
convulsivo buscando negar sus perspectivas catastróficas y sobreestimando su
propia capacidad de surfear la crisis en curso. La tesis que maneja el gobierno
nacional – basada en lo discutido por el último congreso de IDEA, el principal
congreso de la burguesía argentina – es que la economía argentina tendría, el
año que viene, lo que se llama un “rebote” que le daría mayor margen de acción
al gobierno. En ese congreso, los analistas burgueses proyectaron que la
economía en el 2013 no traería mayores problemas para el gobierno: “’el año
que viene habrá una leve mejora del PBI que crecerá un 3 por ciento, como
consecuencia de factores exógenos e internos´, sintetizó el analista Dante
Sica, quien mencionó el mayor ingreso de dólares que significará tanto la
buena campaña agrícola como el rebote de Brasil” (La Capital, 19/10). La
burguesía argentina y Cristina apuestan a la relativa estabilidad de los
“factores exógenos e internos” en 2013 como garantía para una relativa también
estabilidad política. Es en base a este pronóstico que el gobierno critica las
movilizaciones en su contra y se vuelca a una política de negociación y pactos
con la burguesía y la oposición patronal, confiando en que contará con los
recursos estatales suficientes para recomponer su autoridad política y
garantizarse así un triunfo en las elecciones del año próximo.
Sin
embargo, este pronóstico no expresa más que una profunda desorientación, tanto
de parte del gobierno como de la propia burguesía. A diferencia de lo que
plantean Cristina y los capitalistas, el gobierno se encamina hacia un
default. En primer lugar, porque el pronóstico de crecimiento establecido por
IDEA está en cuestión: de profundizarse el enfrentamiento bélico en Medio
Oriente, y sobre todo de involucrar a Irán, el precio de petróleo subiría y
encarecería la (deficitaria) balanza energética argentina, contra los dólares
que entran por la soja. Por su parte, la soja ya perdió un quinto de su valor
en los últimos 2 meses producto del aumento del pronóstico de la cosecha sojera
en EEUU: la sequía en EEUU “fue la que infló los precios a partir de junio
pasado: hasta ese momento la soja cotizaba en Chicago a unos 480 dólares por
tonelada, pero cuatro meses después llegaba a los 650 dólares, un valor nunca
visto. Ayer, luego de varias semanas de retroceso, la posición más cercana de
Chicago cerró a 524 dólares, con una recuperación de 1%. Pero a futuro, para
mayo de 2013, cuando aparece la oferta desde la Argentina, cotizó a la baja, a
504 dólares (…) El gobierno actual deberá prestar más atención, pues elaboró
el Presupuesto 2013 estimando que la soja valdría en promedio 540 dólares”
(iEco, 14/11). Este proceso se ve acicalado por el retroceso de la economía
china: “Importadores chinos cancelaron pedidos por unas 600.000 toneladas de
soja estadounidense, ya que la debilidad de la demanda y la reciente caída de
los precios hicieron que las compras no fueran rentables. La cancelación de
los cargamentos a China, el principal comprador mundial de soja, impactó en los
precios futuros del mercado de Chicago, que ya cayeron más de un 20 por ciento
desde sus máximos en septiembre. En este contexto, los precios cayeron a su
nivel más bajo de los últimos cinco meses (…) ‘Hay una fuerte tendencia
bajista en el mercado ya que China no ha tenido cancelaciones de cargamentos
múltiples en mucho tiempo’, dijo un analista agrícola con sede en Melbourne,
quien se preguntó: ‘¿A dónde irán los porotos cuando el principal importador
los está descartando?’, preguntó el analista” (La Capital, 17/11).
En esta misma línea, el
analista financiero Jorge Compagnucci, de Fénix Report plantea que “estamos
viendo en los países emergentes una salida muy fuerte al dólar en los próximos
tres o cuatro años” (Infobae.com, 21/11/12). A su vez, “para el 2013 vemos una
exposición de gran shock para la economía global. Vemos literalmente el
colapso, la explosión de la burbuja en emergentes, con epicentro en Brasil.
Nuestro driver a seguir es la cotización de dólar en Brasil. Hoy fue de 2,10
reales, la máxima en tres años (…) El analista argentino explicó que los
precios de las materias primas, sostén de las exportaciones regionales,
podrían retroceder en forma sensible, en un escenario de estancamiento de la
economía global al que calificó de ‘glaciación económica’. En conclusión, puede
esperarse ‘una crisis por menos caja, por más que ambos gobiernos de ambos
países sean de corte popular’” (ibídem).
Pero incluso en el
escenario que nos pinta IDEA, el “yuyo” no blinda a la Argentina de la crisis
mundial. Es que producto de la devaluación controlada del peso y el cepo cambiario
del gobierno “los agentes se muestran reticentes a vender (…) apuestan a una
mayor depreciación del tipo de cambio oficial” (Agrositio.com, 17/08). El cepo
cambiario se ha convertido en un boomerang para el gobierno. Los sojeros retienen
la soja en silos, porque como no pueden comprar dólares y atesorarlos,
prefieren guardar valor retaceando las exportaciones, lo cual genera un
problema fiscal para el gobierno, que ve disminuido su ingreso por retenciones
y que tiene menos dólares en el mercado de cambios. Esto lo marcaba el propio
diario oficial Página 12: “´Hoy el productor no vende su cosecha, salvo que la
utilice para la compra de un automotor o inmueble, o para la renovación de
maquinaria y equipo. En caso contrario, y sin la posibilidad de dolarizarse,
prefieren mantener los granos como activo refugio (…), señalaron a este diario
fuentes del Ministerio de Agricultura” (5/10). Esto demuestra que las medidas
de arbitraje ejercidas por el gobierno sobre la economía, al ser reflejos
espasmódicos para pagar la deuda y subsidiar capitalistas, desorganizan aún
más la economía y traducen la presión de la crisis mundial.
Lo mismo sucede con las
medidas de Moreno para regimentar la balanza comercial. Los importadores
pagan a los exportadores para poder llenar el “cupo exportable” que necesitan
para importar, generando sobrecostos en la cadena. LPO publica que “en muchos
casos los operadores terminaron desviándolas [las operaciones de exportación,
NdR] por medio de los importadores, que ansiaban cumplir con la norma [de
Moreno, NdR] para seguir funcionando. Eso sí, cobrándoles un recargo que llega
hasta un 8%” (7/11). También, en virtud de la imposibilidad de atesorar dólares
acá, los exportadores subfacturan las exportaciones y las “triangulan” a través
de sociedades propias en el exterior, donde hacen la ganancia gruesa, que
luego no tienen que liquidar en el país. Buscando retener los dólares sin
monopolizar el comercio exterior y expropiar a los grandes exportadores, el
gobierno termina perdiendo más divisas de las que gana.
EL
CAPITALISMO SE DERRUMBA, ARGENTINA TAMBIÉN
La crisis del régimen
kirchnerista opera en el marco de una creciente bancarrota capitalista. Los
ajustes en Europa (el principal destino de las exportaciones argentinas después
de Brasil) plantean un duro golpe a la economía argentina; lo mismo sucede con
los recortes que se proyectan en EEUU, que se encuentra al borde del “abismo
fiscal”, una perspectiva aún más catastrófica. China, por su parte, enfrenta
una importante desaceleración producto de la caída de los mercados donde
coloca sus exportaciones (Europa y EEUU), de su burbuja inmobiliaria y de la
imposibilidad de transformarse en un mercado consumidor, es decir, un
importador neto. Esta desaceleración impacta fuertemente en Brasil, la esperanza
de la burguesía “ensambladora” argentina. Los márgenes de maniobra del
gobierno, que se mueve dentro de los límites del régimen capitalista en crisis,
están prácticamente agotados.
La única
manera de superar esta situación es, por el contrario, desarrollando una
orientación para que la crisis la paguen los capitalistas. La profundización de
la crisis mundial marca a fuego los límites de esta experiencia descompuesta
del nacionalismo burgués que expresa el kirchnerismo. En contraposición a la
política del gobierno, la única forma de defender al país contra las presiones
del imperialismo, de terminar con el déficit energético y de acabar con el
vaciamiento de la economía nacional, pasa por no pagar la deuda externa, no
ajustar contra los trabajadores, nacionalizar la banca y los pulpos capitalistas
del agro y la ciudad bajo control obrero, establecer el monopolio del comercio
exterior y el control de cambios, como parte de la lucha por los Estados Unidos
Socialistas de América Latina. Es decir, planteando la lucha para que la
crisis la paguen los capitalistas y para que gobiernen los trabajadores.
CRISTINA
TRABAJA PARA LA DERECHA Y EL FAP
Cristina encara este cuadro de crisis
trabajando para la derecha y el FAP, ambas fuerzas favorables a la devaluación
de la moneda y a la liberación de las exportaciones, reclamos que integran el
programa de la burguesía sojera. Frente al #8-N de la derecha y el FAP, Cristina
no respondió dando satisfacción a los reclamos populares y buscando disputarle
a la derecha y el FAP la dirección política de los sectores de los trabajadores
y la clase media que participaron de los cacerolazos con sus propias
reivindicaciones. Muy por el contrario, Cristina respondió al #8-N buscando el
apoyo de la burguesía y de la propia oposición pro-imperialista.
En ese sentido, desafiamos a aquellos
kirchneristas que se dedican a atacar a la izquierda con el argumento de que
“le hacemos el juego a la derecha” cuando participamos del #20-N convocado por
la CTA-Micheli y la CGT-Moyano (cuando fueron los K los que contaron con el
apoyo de Moyano durante 8 años seguidos), a que se hagan las siguientes
preguntas: ¿el FPV no le hace el juego al PRO cuando le vota a favor decenas de
negociados inmobiliarios en la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires?
¿Cristina no le hace el juego a la derecha cuando vota con Macri la ley de las
ART reclamada por la Unión Industrial? ¿Cristina no le hace el juego a la
centroizquierda sojera y pro-imperialista del FAP cuando viaja a Santa Fe y se
compromete a entregarle a Bonfatti una zona franca en Villa Constitución?
Todas estas concesiones y estos acuerdos con
la derecha y el FAP por parte del gobierno nacional, que tienen como objetivo
descomprimir la presión existente contra el gobierno a partir de los
cacerolazos masivos, solamente termina contribuyendo a reforzar políticamente
a la derecha y el FAP y, por lo tanto, a una salida pro-imperialista a la crisis
nacional. Sin ir más lejos, uno de los principales candidatos a ocupar el
papel protagónico se encuentra dentro del propio gobierno: Daniel Scioli.
Cristina prefiere trabajar para la derecha y el FAP antes que respaldarse en
los trabajadores dando satisfacción a sus reclamos.
ANTES DE
LAS LEGISLATIVAS DE 2013, RODRIGAZO Y PLAN DE LUCHA
Todo este proceso prepara el terreno para el
desarrollo de un “Rodrigazo” impulsado por el propio gobierno. Cristina ya
viene generando las condiciones para eso: en el presupuesto 2013 no contempla
aumentos salariales para los estatales; terminó de pactar el traspaso del
subte a Macri como preludio a un nuevo tarifazo no sólo en el subte sino en
todo el transporte; intentó recortarle los salarios a los estatales de la
provincia; licuó los salarios y las jubilaciones imponiendo aumentos
inferiores a la inflación. El planteo del gobierno para enfrentar el default y
el derrumbe económico generalizado no es otro que el del ajuste. Dada la
envergadura de la bancarrota capitalista en curso, el ajuste que prepara el
gobierno será de consecuencias nefastas para los trabajadores: un “Rodrigazo”
que reviente las paritarias, imponga despidos masivos, ataque a las jubilaciones,
meta un tarifazo en toda la línea.
Contra el “Rodrigazo” y el pago de la deuda
externa, se plantea la necesidad y la posibilidad de que los trabajadores
desarrollen un plan de lucha contra el gobierno. Eso es lo que demostró la
seguidilla de marchas y paros de la burocracia de Moyano y Micheli, que corren
el riesgo de convertirse en una gimnasia huelguística: con la gimnasia
huelguística no derrotamos a Cristina sino que legitimamos a la burocracia en
su carrera hacia las elecciones de 2013. Contra la gimnasia huelguística,
necesitamos un auténtico plan de lucha para quebrar el pago de la deuda y la
política de ajuste, peleando contra la política paralizante de toda la
burocracia sindical, tanto la kirchnerista (Yasky y Caló) como la opositora.
Tal es la enseñanza de la gran huelga y ocupación de la Dirección General de
Educación de la Provincia de Buenos Aires por parte de los estatales, que le
torcieron el brazo al gobierno e impidieron el recorte salarial.
#8-N,
#20-N, HUELGA DE GENDARMES Y PREFECTOS, LUCHAS DE ESTATALES Y DOCENTES,
ESTUDIANTAZO, CORTES DE LUZ: LAS MASAS COPAN LAS CALLES
Todas las
fuerzas políticas del país caracterizan que, después del #20-N, lo que se
vienen son las elecciones legislativas de 2013. Sin embargo, la realidad es que
el país está atravesado profundamente por la bancarrota capitalista. No vamos
a tener un tránsito pacífico hacia las elecciones. Por el contrario, antes,
durante y después de las elecciones vamos a tener un cuadro crecientemente
convulsivo, con el gobierno de Cristina intentando descargar un auténtico
“Rodrigazo” contra los trabajadores, con una creciente crisis política entre y
dentro de los distintos bloques patronales, y con crecientes luchas y
levantamientos populares irrumpiendo en el cuadro político. Lejos de pensar en
intervenir en las elecciones haciendo abstracción de las sucesivas crisis que
sacuden la situación política, hay que entender que son esas crisis las que
prefiguran la próxima batalla electoral. No es la perspectiva que se plantea
la dirección del Partido Obrero: en una entrevista publicada por Prensa Obrera
el 22/11, Altamira señala que “el 9 de diciembre, en el gran Picnic del Partido
Obrero, anunciaremos el inicio de una campaña política con vistas a las
elecciones de 2013. Queremos que la izquierda sea visualizada como alternativa
estratégica en cada una de las confrontaciones y crisis que jalonarán el año
entrante. Debemos profundizar el ascenso registrado en 2011 y establecer un
bloque obrero y socialista en el Congreso, como premisa de conquistas mayores y
decisivas”. Pero pretender procesar un “ascenso de la izquierda” en las
legislativas de 2013 sin que esa izquierda intervenga como un factor político
independiente en los episodios preparatorios de la batalla electoral, es una
utopía reaccionaria. Esto sólo puede llevar a la construcción de una izquierda
que se niega a ser izquierda porque no milita para organizar a los trabajadores
en su lucha política cotidiana contra el Estado.
Quien se oponga a plantear la perspectiva de
que los trabajadores salgan a las calles en un auténtico plan de lucha desde
una posición conservadora le da la espalda al conjunto de la situación política
y traduce una profunda adaptación a la burocracia sindical y a la propia
Cristina. A la Argentina la atraviesan los levantamientos populares opuestos
por derecha o por izquierda al gobierno nacional. La irrupción de las masas
en el cuadro político expresa la pérdida de autoridad del Estado de cara al
conjunto de la población, producto de su incapacidad para dar una salida a la
crisis en curso. El brutal retroceso en las encuestas de la propia Cristina
Fernández de Kirchner, que ha perdido aproximadamente 20 puntos de imagen
positiva desde las elecciones de octubre de 2011, es una manifestación de este
proceso de agotamiento político del gobierno y del régimen de emergencia que
montó desde su asunción en 2003 (apoyándose en la devaluación ya establecida
por Duhalde).
Desde la
TPR queremos subrayamos lo siguiente: 2 millones de personas salieron a las
calles a protagonizar los cacerolazos de la derecha y el FAP. 3 de las 5 principales
centrales sindicales del país convocaron al primer paro nacional desde que
asumió el gobierno de los Kirchner. Gendarmes y prefectos se rebelaron levantando
una justa y sentida consigna de todo el movimiento obrero como es un salario
igual a la canasta básica familiar. Los trabajadores estatales ocupan los
edificios públicos y se alzan contra el ajuste logrando doblarles el brazo al
gobierno nacional y a los gobiernos provinciales. Los estudiantes tomaron más
de 60 colegios en la Ciudad de Buenos Aires desatando tomas y movilizaciones
en el resto del país. Los múltiples cortes de calle frente a los cortes de luz
y agua en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires pusieron de relieve la
deliberación popular en los barrios frente a la desorganización económica. La
lucha educativa, a su vez, no hace más que extenderse en todo el país. Y no
hace falta recordar que el año empezó el primero paro nacional de CTERA contra
un gobierno kirchnerista, paro que fue impuesto por la rebelión de los
docentes contra Yasky, el más subordinado de los burócratas sindicales a la
línea del oficialismo. Hasta Caló, Secretario General de la CGT Balcarce, se ve
obligado a presentarse como un factor que presiona al gobierno por el mínimo no
imponible para elevarlo más del 25%.
El quebranto estatal, el
retroceso político del gobierno y la irrupción de las masas en la escena
política ponen de relieve el carácter pre-revolucionario de la situación
política que atraviesa el país. La pequeña burguesía oscila bruscamente entre
el gobierno y la oposición. La heterogeneidad y la masividad del 8-N es también
una manifestación aguda de que la sociedad se está sacudiendo hasta sus
cimientos. Para que la misma se resuelva hacia izquierda, es necesaria una
intervención política decidida de la clase obrera y su vanguardia que le
muestre al conjunto de los explotados que existe una alternativa al gobierno
nacionalista en descomposición de Cristina. Esto, combatiendo las posiciones
conservadoras que niegan el desarrollo de la bancarrota capitalista y el
carácter absolutamente convulsivo del cuadro político, así como también
aquellas que identifican los levantamientos por derecha (8N), con las luchas
populares por izquierda (Estudiantazo, estatales, 20N), y con la burocracia
sindical de la gimnasia huelguística (otra vez, 20N) para eliminar las líneas
de demarcación entre los trabajadores y el frente popular de la burocracia y
de esa forma facilitar la subordinación de los explotados a las distintas
variantes patronales que pretenden suceder al gobierno de Cristina.
El #8-N, con 2 millones de
personas en las calles, constituye un histórico punto de inflexión en la
situación política porque marca el agotamiento del gobierno y refuerza la
presión favorable a una salida pro-imperialista a la crisis en manos de la
derecha y el FAP. El #20-N, por su parte, se trató del primer paro nacional
desde la asunción del kirchnerismo en el gobierno, levantando justos reclamos
obreros, y siendo utilizado por la burocracia sindical de Moyano y Micheli como
un instrumento para legitimarse y buscar acuerdos electorales con sectores de
la derecha y el FAP.
A su vez, en relación al
7D, todo parecería indicar que el gobierno se va a mandar a guardar, porque
está más preocupado en hacer negociados que en disputar la calle. De hecho,
al momento de cierre de esta edición el gobierno se dirime entre no hacer nada
y hacer un festival cultural ese fin de semana. El kirchnerismo pretende
sortear la crisis nacional no por medio de la movilización popular sino
pactando negociados con los capitalista, así como con la propia derecha y el
FAP.
Al crecer la bronca
popular y la tendencia al compromiso entre las distintas variantes patronales
se empiezan a crear así las condiciones políticas para una agitación de masas
clarificando el carácter capitalista del oficialismo y la oposición y, a su
vez, ese reagrupamiento concentra el final alternativo de clausurar el proceso
del Argentinazo con una salida por derecha (ej: Scioli) o, por el contrario,
procesar una ruptura en masa y abrir el camino para un segundo Argentinazo
contra los K, el FAP y la derecha sojera. No es casualidad, por lo tanto, que
ya empiece a sonar el “que se vayan todos”. Toda la contradicción está en si el
8-N y el #20-N concluyen dándole la iniciativa política a la clase obrera o a
la oposición patronal. En esta situación pre-revolucionaria, los luchadores
tenemos que intervenir para que los trabajadores salgan a la calle
postulándose como una salida por izquierda a la crisis nacional.
Por lo tanto, hay que
rechazar el cretinismo parlamentario que utiliza las elecciones de 2013 como
una excusa para justificar su pasividad actual ante el “Rodrigazo” de Cristina,
pretendiendo superar al gobierno asociándose a la burocracia sindical. La
mejor forma de preparar el terreno para una intervención revolucionaria en las
elecciones de 2013 es desarrollando, hoy, un intenso trabajo de agitación y organización
entre los trabajadores y explotados para que salgan a las calles contra
Cristina, la derecha, el FAP y la burocracia sindical, protagonizando un plan
de lucha contra el pago de la deuda y el “Rodrigazo”, por todos los reclamos
obreros y populares.
LA
BUROCRACIA SINDICAL NO CANALIZA LA TENDENCIA A LA LUCHA CONTRA EL
“RODRIGAZO”,
SINO QUE NIEGA A LA CLASE OBRERA COMO FACTOR POLÍTICO INDEPENDIENTE
De esto último se
desprende que, si la clase obrera quiere intervenir como factor político frente
a la crisis nacional en curso, tiene que oponerse a Cristina, la derecha y el
FAP y luchar por una salida por izquierda. Sin embargo, si esto no ocurre es,
en gran parte, porque el monopolio de la representación política de los
sindicatos está en manos de la burocracia sindical. De esta forma, el #20-N
fue, al mismo tiempo, un paro por los reclamos obreros y una prenda de negociación
de los Moyano y Micheli con elementos de la derecha y el FAP de cara a las
elecciones de 2013. Al contener la posibilidad de postular una alternativa
obrera apoyada en los paros y las marchas por las reivindicaciones de los
trabajadores en el marco de estas formaciones frente populistas, la burocracia
sindical niega a la clase obrera como factor político independiente y lo
coloca detrás del carro de variantes anti-obreras y pro-imperialistas. Las
propias candidaturas de estos burócratas no son candidaturas obreras, en la
medida en que expresan su integración al régimen político burgués y no una
línea de ruptura con el Estado en defensa de los trabajadores. Inclusive, la
burocracia sustenta su capacidad de regimentación de los sindicatos por su
asociación con los distintos partidos patronales que forman parte de la gestión
del Estado capitalista.
De ahí que la tarea de
poner en pie una oposición de izquierda a Cristina, la derecha y el FAP está
integrada de forma indisociable a la tarea de expulsar a la burocracia de los
sindicatos. En la medida en que son los sindicatos las organizaciones de masas
que agrupan a la mayoría de los trabajadores, la posibilidad de que los
trabajadores intervengan en el cuadro político se puede desarrollar sobre la
base de que esos mismos trabajadores avancen en la recuperación de sus
sindicatos de manos de los burócratas. Si los sindicatos son el instrumento
que tiene la clase obrera para intervenir en el cuadro político, entonces la
clase obrera tiene que sacarse de encima a la burocracia que utiliza su rol de
dirección sindical para bloquear esa intervención y disolver a los trabajadores
detrás de variantes patronales. Esta concepción estratégica es la que tiene
que guiar la actividad cotidiana de la izquierda clasista en el movimiento
obrero.
Para ello, la izquierda clasista se tiene que
presentar a los trabajadores de forma nítidamente diferenciada de la
burocracia, buscando emanciparlos políticamente de los burócratas a través de
una intensa agitación y propaganda política que pongan de relieve cómo los
burócratas se juntan con los partidos patronales y boicotean la lucha por los
reclamos. Es sobre la base de desarrollar esta actividad que la izquierda puede
postularse como alternativa. De lo contrario, terminará pasando que la
Coordinadora Sindical Clasista y el Frente de Izquierda queden como un cero a
la izquierda o, mucho peor, la pata izquierda de la burocracia como pasó con
el Pollo Sobrero en la conferencia de prensa de la CGT.
De hecho, el día siguiente del paro, los
medios de comunicación destacaron que, para garantizar los piquetes en Capital
Federal, Moyano tuvo que recurrir a la izquierda. Buscando poner de relieve la
incapacidad de Moyano para garantizar por sí mismo el paro, también mostraron
que la izquierda participó del paro asociada al moyanismo y no como una
variante alternativa. Ámbito Financiero del 21/11 reproduce declaraciones de
Hermosilla, del PTS y de la Comisión Interna de Kraft, quien dijo que “tenemos
muchísimas diferencias con Moyano. No creemos que va a ser consecuente con lo
que sucede hoy, pero tenemos que unir fuerzas y creemos que tiene que haber
unidad sindical. Unirnos es una necesidad de los trabajadores, es una reivindicación
del conjunto”. Estas declaraciones fueron las más “osadas” de la izquierda en
el marco del #20-N. Incluso, Néstor Pitrola del Partido Obrero se mostró
molesto porque no lo incluyeron en la conferencia de prensa de la burocracia
del propio #20-N, declarando que “en la conferencia de prensa es evidente de
Moyano monopoliza, ellos disponen quiénes van y quiénes hablan. Pero nosotros
veníamos haciendo un trabajo previo desde hacía más de un mes para sumar a los
trabajadores desde sus bases, desde el interior de las fábricas. Fuimos decisivos
en las adhesiones que hubo en la UTA, partiendo la decisión en los subtes,
parando ferrocarriles, gráficas, metalúrgicas. Ese trabajo nuestro fue muy
importante. Pero, bueno, ya tendremos el espacio frente a las cámaras que nos
corresponde. Iremos consiguiendo ese lugar” (LPO, 21/11). Ese lugar al que
hace referencia Pitrola es el que ya tiene el Pollo Sobrero, quien lo utiliza
para disolverse detrás del moyanismo.
La izquierda, por lo tanto, no interviene
para evitar caer en la gimnasia huelguística destacando la necesidad de superar
a la burocracia e impulsar un plan de lucha, sino que por el contrario se
presenta planteando que hay que reforzar la unidad con la burocracia. Mientras
la izquierda habla de la “unidad de acción” y punto, Moyano, en la propia
conferencia de prensa, fue más allá y dijo que la “unidad de acción” prepara la
“unidad de concepción”. He aquí el desafío de la izquierda: si la izquierda no
se delimita, es porque la izquierda no considera que tenga que jugar un rol
propio en la situación política. En ese mismo sentido, la pregunta que se abre
es: si con la “unidad de acción” con Moyano “alcanza” para luchar contra el
ajuste, ¿por qué no vamos con Moyano y Micheli a la Plaza de Mayo el 20 de
diciembre? Y si vamos al paro juntos el 20 de noviembre y a la Plaza el 20 de
diciembre, ¿por qué no vamos juntos a las elecciones de 2013? Como TPR no estamos
en contra por principios, sino que por el contrario lo que tenemos que dejar
en claro es que hoy no está planteado poner en pie un labor party con Moyano,
sino que Moyano milita a favor de la candidatura del derechista Scioli para
2015.
A su vez, si vamos juntos con Moyano y
Micheli en el terreno sindical de forma sistemática, y vamos separados en el
terreno electoral de forma sistemática, no es otra cosa que una política
esquizoide que solamente puede llevar al desarrollo de la burocracia y a cavar
la fosa de la izquierda en el propio terreno electoral, porque estará anulándose
como alternativa independiente para los trabajadores. Si Moyano y Micheli
hacen lo que pueden porque los “trabajadores no están dispuestos a luchar”,
¿por qué no nos alineamos por completo con ellos, tanto sindical como electoralmente?
Si, por el contrario, Moyano y Micheli tiran para atrás (como planteamos desde
la TPR) por sus acuerdos con la derecha y el FAP, ¿por qué no los denunciamos,
nos delimitamos, y ligamos la intervención electoral independiente a una
intervención política independiente en el terreno sindical para superar la
parálisis que impone la burocracia?
La disolución de la izquierda es aún más
criminal teniendo en cuenta el potencial de la propia izquierda, que fue
clave, tal como reflejaron los medios de comunicación, para paralizar la
Ciudad de Buenos Aires y la Provincia en el marco del paro nacional. A la
izquierda le sobraba fuerzas para ponerse al frente de la movilización a Plaza
de Mayo pero, por decisión propia, escogieron disolverse detrás de la
burocracia. La izquierda no tiene que pedir permiso para ir a las conferencias
de Moyano: tiene que convocar sus propias conferencias para postularse como una
alternativa. No es cierto que la izquierda necesitó a la burocracia para
impulsar el paro y cortar las calles y rutas. Lo que faltó no fue masividad
sino estrategia política: por ese motivo la izquierda se quedó garantizándole
los piquetes a Moyano y no marchó a la Plaza de Mayo.
LA IZQUIERDA
NO PASÓ LA PRUEBA DEL #20-N
Ante la capitulación de Moyano y Micheli
frente a Cristina levantando la marcha a Plaza de Mayo, la izquierda tenía que
convocar a la marcha y denunciar a la burocracia por no desarrollar un plan de
lucha producto de su asociación con los distintos bloques patronales, planteando
la necesidad de una salida por izquierda y de una nueva dirección de los
sindicatos. La izquierda, sin embargo, hizo
todo lo contrario.
Tanto aquellos que habían marchado disueltos
el 10 de octubre (Izquierda Socialista, PO, CS, OS) como aquellos que habían
boicoteado la movilización producto de la presión del kirchnerismo (PTS,
‘nuevo’ MAS, PCO, COMPA, Corriente Sindical Rompiendo Cadenas), esta vez se
sumaron todos al paro del #20-N de forma dispersa, sin buscar establecer un
bloque político común diferenciado de la burocracia que se delimitara de su
orientación política y planteara la necesidad de un plan de lucha. En esa misma
línea, rechazaron sostener la marcha luego de que la burocracia la levantó.
En el primer paro nacional contra el gobierno de los Kirchner, la izquierda
actuó disuelta detrás de la burocracia.
A la
cabeza de esta política disolvente se ha colocado Izquierda Socialista. Ya el
27 de junio había rechazado marchar en la columna del clasismo
anti-burocrático, disolviéndose detrás del moyanismo. Esa línea persistió a
partir de entonces, y se manifestó crudamente el propio #20-N: el Pollo
Sobrero fue uno de los oradores de la conferencia de prensa encabezada por
Moyano el propio día del paro, y en su intervención no estableció ningún tipo
de crítica a la burocracia. IS y el Pollo Sobrero quieren aparecer como el ala
izquierda de la burocracia moyanista.
En ese mismo sentido, Convergencia
Socialista, el PSTU y Opinión Socialista marcharon sistemáticamente disueltas
detrás de la burocracia sindical: apenas irrumpió la burocracia con sus
marchas y paros, dichas organizaciones morenistas comenzaron a orbitar con más
fuerza en torno a las burocracias. El PO ha ido evolucionando hacia esa
posición: habiendo sido el único partido del FIT que denunció en su periódico
el levantamiento de la marcha a la Plaza por parte de la burocracia, terminó
aceptando que primara la posición de IS dentro del FIT (la que se reflejó en los
comunicados del Frente de Izquierda que carecían de una delimitación de
conjunto con la burocracia).
Finalmente,
sacó un balance de la movilización (“Las lecciones de una huelga que promete un
alcance histórico” de Altamira) donde no se delimita en absoluto de Moyano y
Micheli y la embellece brutalmente, sin siquiera mencionar el levantamiento de
la marcha, sin plantear la consigna de un plan de lucha contra la parálisis de
la burocracia, y sin denunciar el frente popular con sectores de la derecha y el
FAP. Esto forma parte del curso disolvente que denunciamos como TPR en la
“Carta abierta al XXI Congreso del PO”.
A su vez,
el PTS y el ‘nuevo’ MAS, que se habían opuesto a la marcha del 10 de octubre
argumentando que en la misma había reclamos patronales de la Federación Agraria,
esta vez participaron del paro e, incluso, de una conferencia de prensa de la
CTA-Micheli previa al #20-N. Son unos impostores políticos, porque la
CTA-Micheli convocó a este paro agregando nuevamente el programa patronal de la
FAA, y eso no impidió al PTS y el ‘nuevo’ MAS participar del paro. Estos grupos,
por el contrario, rechazan impulsar una movilización obrera a la Plaza de
Mayo. Desde un principio, el PTS se ocupó de militar la línea de que el #20-N
no habría marcha a la Plaza. Para el ‘nuevo’ MAS, por su parte, había que
evaluar “la conveniencia o no de movilizar a Plaza de Mayo; esto es más táctico
y dependerá de lo que más convenga en cada caso” (SoB, 13/11). No explicó
nunca el MAS, sin embargo, por qué se supone que era “inconveniente” marchar a
la Plaza del #20-N. Decir que la movilización a Plaza de Mayo es una cuestión
“táctica” diferenciándola de la “estrategia” de impulsar a fondo el paro
convocado por la burocracia no es otra cosa que decir que la estrategia pasa
por desarrollar un “moyanismo consecuente” y que la postulación de una
alternativa obrera contra Cristina que supere a la burocracia es algo “táctico”
que puede quedar relegado indefinidamente. A esta línea se sumaron el PCO y la
COR, llamando a parar el #20-N sin denunciar que la burocracia levantó la
marcha a la Plaza.
La llamada “izquierda
independiente” (Corriente Sindical Rompiendo Cadenas, el MPLD, y la COMPA
–que incluye al FPDS y MAREA/La Mella), que terminó sumándose al paro, juega un
rol vacilante, expresando las presiones cruzadas del kirchnerismo, la burocracia
de Moyano y Micheli, y de la propia izquierda (una diferencia destacable es que
el MPLD si participó el 10/10 de la marcha, aunque no luchó por ir a la Plaza
el #20-N, al igual que el resto). Este sector merece una mención especial, porque
ambos sectores de la COMPA están preparando su lanzamiento electoral, pero no
colaborando con el FIT sino en oposición al mismo. Sin embargo, su progreso a
expensas de la izquierda ha tenido como correlato, en la UBA, su acercamiento
a los decanos progresistas integrantes de las camarillas universitarias. Si la
militancia de estas organizaciones efectivamente quiere poner en pie una
alternativa anti-imperialista y popular, tiene que alinearse con el Frente de
Izquierda para enfrentar con más fuerza a las variantes políticas que
desarrollan una línea de colaboración con el imperialismo y los sojeros (CFK,
la derecha y el FAP).
Es en función de estas
tendencias a la adaptación política que las diversas organizaciones de izquierda
vienen rechazando aunar esfuerzos para intervenir como un bloque sólido en el
cuadro político. La izquierda prefiere dejar de ser izquierda y esconderse
detrás de variantes ajenas a la izquierda, antes que desarrollar una política
frentista para construir a la izquierda como una alternativa de poder. Se trata
de una completa falta de perspectiva histórica, que niega el desarrollo
catastrófico de la bancarrota capitalista en Argentina y todo el mundo. El grupo
RyR (ex integrante de la Asamblea de Intelectuales por el FIT) denuncia este
curso, aunque le contraponen la salida de la unificación de los partidos del
FIT en un mismo partido, por fuera de una reorientación de conjunto. Cuando
este debate se dio en la Asamblea de Intelectuales, desde la TPR fuimos a
plantear un método de campañas militantes para que esta propuesta del PO
(formación de un Partido de Trabajadores) prosperara en términos positivos,
pero todos los partidos, incluso el PO (y RyR), la rechazaron. En las actuales
condiciones, donde apenas hay un acuerdo electoral y el FIT está hegemonizado
por la política que originalmente viene impulsando IS, seguir insistiendo en la
formación de un partido común del FIT por fuera de dar una lucha política
abierta contra su disolución impide que los luchadores nos organicemos de
forma independiente para construir una izquierda que quiera ser izquierda. El
terreno para terminar con el desbarranco político del FIT pasa por la
construcción de la Coordinadora en su defensa. Como planteamos en el comunicado
de convocatoria al acto de la TPR en Plaza de Mayo el #20-N, “para nosotros la
conclusión de este #20- N no es presionar a la burocracia para que vaya por
más, porque ese método es para encubrir el propio carácter anti-lucha y
pro-patronal de la burocracia, así como también las propias miserias y el
liquidacionismo, como se demuestra en el caso del Frente de Izquierda ante
esta capitulación de Moyano y Micheli, donde no se han plantado como
alternativa. De aquí al 20 de diciembre, undécimo aniversario de la rebelión
iniciada en el Argentinazo, los clasistas y la izquierda tenemos que lanzar
un plan de lucha para reventar la Plaza de Mayo con todas las medidas que sean
posibles. Nuestras fuerzas no serán exhaustivas pero si no hacemos nada no
vamos a ser mayoría nunca. Quién no tenga la convicción política de ser una
minoría que luche nunca podrá ser la nueva mayoría que dirija. Con ese método
podemos construir la Coordinadora en Defensa del FIT”.
Hay 2 tácticas en la
izquierda: por un lado, aquella que se expresó en la columna clasista del 27 de
junio en Plaza de Mayo, es decir, aquella que gravita en torno a las posiciones
del PO. Por el otro, aquella que se expresó en la disolución de la izquierda el
20 de noviembre, es decir, aquella que corresponde a la orientación de
Izquierda Socialista. El FIT terminó optando por esta segunda táctica: los dos
comunicados que sacó de cara al #20-N reproducen exactamente los planteos de
IS (pedir que pongan fecha al paro, reclamar plan de lucha sin denunciar a la
burocracia). Desde la TPR luchamos por defender la primera.
PARA
DARLE CONTINUIDAD AL #20-N: PLAN DE LUCHA, PARO INDEFINIDO Y MARCHA A PLAZA DE
MAYO DE ACÁ AL 14 Y 20 DE DICIEMBRE
Todo este balance plantea
la necesidad de re-orientar la actividad de la izquierda luego del #20- N,
para darle continuidad y para superar la política anti-lucha de la burocracia
sindical. En ese sentido, desde la TPR llamamos a toda la izquierda y el
clasismo a reunirnos de inmediato para discutir cómo ponemos en pie un plan de
lucha de acá al 14 y 20 de diciembre, que le dé continuidad en el tiempo al
paro nacional del #20-N hacia la huelga general indefinida por todos los reclamos
obreros contra el gobierno, y que tenga como uno de sus principales objetivos
reventar la Plaza de Mayo el 20 de diciembre, a 11 años del Argentinazo. Moyano
y Micheli ya insinuaron que volverían a parar y marcharían antes de fin de
año. La situación política no exige paros aislados (política promovida por
Moyano y Micheli), sino que exige un plan de lucha y una huelga general
indefinida: de ahí la importancia de que nos reunamos para discutir cómo
ponemos en pie todas las medidas de lucha tendientes a realizar esa
necesidad. Sin ir más lejos, está planteado que en diciembre irrumpa una
movilización masiva del movimiento piquetero, la cual tiene que formar parte
del plan de lucha que dé continuidad al #20-N.
No solamente eso: la crisis abierta por el
fallo del juez Griesa pone de relieve, tal como sucedió en 2009, la centralidad
de la cuestión de la deuda externa y de la lucha antiimperialista en el
desarrollo de la bancarrota capitalista y la crisis de poder abierta en nuestro
país. El pago de la deuda externa, tal como refleja la situación con los fondos
buitre, lleva al país a un descalabro absoluto y presiona al gobierno a
ejecutar un ajuste en toda la línea. La lucha contra el ajuste tiene que estar
ligada, por lo tanto, a la lucha por el no pago de la deuda externa. De ahí que
la pelea por el plan de lucha, el paro nacional indefinido y la marcha a Plaza
de Mayo tiene que tener como centro la pelea contra el pago de la deuda y
contra el ajuste. Es por eso que desde la TPR planteamos que el 14 de
diciembre, el día previo al que el juez Griesa fijó como fecha límite para que
el gobierno le pague a los buitres, los trabajadores protagonicemos una
movilización a la Plaza en el marco de un plan de lucha y un paro indefinido,
como preludio a la movilización masiva del 20 de diciembre.
Compañeras y compañeros: si hacemos reuniones
para organizar las marchas del 24 de marzo y del 20 de diciembre, ¿por qué no
nos reunimos para organizar el plan de lucha? ¿Por qué no nos reunimos para
coordinar la lucha contra el ajuste y el pago de la deuda, cuando esto se ha
convertido en el eje de la situación política? Esto es muy importante porque la
dispersión de la izquierda lo que denota es que la propia izquierda decide
atomizarse para no ser alternativa. Y esto juega una función criminal, porque
mientras la izquierda no interviene en la situación política, el gobierno, la
derecha y el FAP avanzan en su política de pagar la deuda y ajustar contra los
explotados.
PARA SER
IZQUIERDA, LA IZQUIERDA TIENE QUE DESARROLLAR UNA TÁCTICA FRENTISTA PARA AGRUPAR
EN OPOSICIÓN A CRISTINA, LA DERECHA, EL FAP Y LA BUROCRACIA SINDICAL
La conclusión de todo esto es que las
organizaciones de izquierda que no forman parte de ninguno de los bloques
patronales y que no se han integrado a la burocracia tenemos que desarrollar
una política frentista para agrupar en oposición a Cristina, la derecha, el FAP
y la burocracia sindical, y a favor de una salida por izquierda a la crisis nacional.
El Frente de Izquierda pasó a convertirse en un punto de apoyo para desarrollar
esta política desde el momento en que sacó 660.000 votos en las elecciones de
2011, postulándose como una potencial alternativa de izquierda en el cuadro
político nacional. Es sobre esta base que, desde la Tendencia Piquetera
Revolucionaria, hemos lanzado hace ya un mes la propuesta de poner en pie una
Coordinadora en Defensa del FIT para debatir, organizar y luchar contra
Cristina, la derecha y el FAP.
En ese sentido, como TPR queremos saludar la
respuesta positiva a nuestra propuesta de parte del CC-POR, que reproducimos
en el presente periódico. Queremos saludar también las columnas en común que
formamos con los compañeros del Movimiento 20 de Diciembre y del MCC de Chaco
durante el Encuentro Nacional de Mujeres y durante la marcha a Plaza de Mayo
por el 2º aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra, compañeros que
enviaron su adhesión al acto de la TPR en Plaza de Mayo el #20-N y que
protagonizaron una auténtica jornada de lucha piquetera en su propia provincia
el mismo 20 arrancándole al gobierno provincial el compromiso de pagar el doble
aguinaldo a los compañeros precarizados que trabajan para el Estado. En ese
mismo sentido, también queremos destacar la adhesión de los compañeros del POS
al acto que montamos en la Plaza. A su vez, acertadamente, Estrella Roja/Prisma
llamó a defender la movilización a Plaza de Mayo y fue al piquete de la FUBA el
#20-N a plantear esa orientación Sin embargo, luego no participaron con nosotros
del acto en Plaza de Mayo. Este agrupamiento de adhesiones, débil y
heterogéneo, plantea sin embargo una perspectiva fundamental que deberá ser
sometida a la prueba de la lucha política: la defensa del Frente de Izquierda –
incluso contra sus direcciones y junto a fuerzas mucho menores que fueron
expulsadas del FIT o nunca lo integraron. De ahí que lo fundamental sea
reagrupar para darle más fuerza al debate con la propia militancia del FIT.
QUE LA
MILITANCIA DE IZQUIERDA FIRME EL PRONUNCIAMIENTO Y SE SUME A LA LUCHA POR UNA
COORDINADORA EN DEFENSA DEL FIT
Estos son pasos en el camino para romper con
la adaptación política e impulsar la defensa de la izquierda como alternativa
independiente. Para ello, desde la TPR hemos lanzado un pronunciamiento para
juntar miles de firmas a favor de la puesta en pie de una Coordinadora en
Defensa del FIT. El sentido del pronunciamiento es el de agrupar a todos los
militantes de izquierda, sean de la organización que sean o sean
independientes, en función de luchar por el objetivo de construir una salida
por izquierda contra Cristina, la derecha y el FAP. Por eso, llamamos a toda
la militancia de izquierda que quiere ser de izquierda a tomar en sus manos el
pronunciamiento.
La Coordinadora en Defensa del FIT tiene que
ser una palanca para promover una intervención frentista en el actual cuadro de
bancarrota capitalista y ajuste de los gobiernos, motorizando la lucha de los
trabajadores. La Coordinadora no puede ser una cooperativa electoral para
tratar de negociar cargos en las listas del Frente de Izquierda en mejores
condiciones. Por el contrario, la presencia de las organizaciones de la
izquierda que se referencia en el FIT en sus listas de candidatos tiene que ser
el subproducto de la autoridad que conquistemos con la lucha política para
poner en pie al Frente de Izquierda como un factor de organización de la lucha
de las masas contra el “Rodrigazo” del gobierno y contra el pago de la deuda.
De ahí que la propia Coordinadora en Defensa del FIT se tiene que poner a la
cabeza de estructurar un frente único contra el pago de la deuda y el ajuste,
para colocar al clasismo a la cabeza de la lucha antiimperialista frente a la
política de compromisos con el imperialismo que desarrollan Cristina, la derecha
y el FAP.
En ese sentido, el pronunciamiento tiene que
ser un instrumento frentista y unitario para motorizar una intervención común
en la situación política y las campañas necesarias para desarrollar esa
intervención. Por eso, el pronunciamiento plantea: #2-D: ¡Fuera Monsanto! Por
actividades en todo el país denunciando a Cristina, la derecha y el FAP; #7-D:
Cristina miente: es un nuevo negociado entre capitalistas. Por una campaña
independiente de las comisiones internas de prensa, los medios de comunicación
alternativos y la izquierda; #14-D: ¡Por un frente único contra el ajuste, el
tarifazo y por no al pago de la deuda externa! Acto en Plaza de Mayo,
piquetazo, cacerolazo y paro indefinido hasta conquistar nuestros reclamos;
#20-D: a 11 años del Argentinazo, todos a Plaza de Mayo. Por una nueva
dirección clasista de los sindicatos. Pongamos en pie una columna del FIT, el
clasismo y la Coordinadora en Defensa del FIT; #Reforma proscriptiva: Juntada
de firmas y plan de lucha de los sindicatos y las organizaciones populares;
#Elecciones 2013: Por un congreso abierto y comités de base del FIT para
discutir el programa, impulsar campañas, definir las candidaturas e incorporar
candidatos de todas las organizaciones que apoyen al FIT.
La
distancia entre las tareas planteadas objetivamente y los medios subjetivos
con los que contamos para luchar por ellas se tiene que acortar sobre la base
de que cada vez más trabajadores y luchadores se incorporen a esta lucha
política. Todo el balance de la lucha política al interior del movimiento
obrero y de los explotados arroja que es la Tendencia Piquetera Revolucionaria
la organización que se coloca a la cabeza de la pelea contra la disolución de
la izquierda. Por lo tanto, la lucha por desarrollar a la TPR tiene que ser
tomada en sus manos por toda la vanguardia obrera y estudiantil que esté
dispuesta a irrumpir en el cuadro político postulando una salida por
izquierda. Si eso ocurre, vamos a generar las mejores condiciones posibles para
superar la contención de la burocracia sindical, poner en pie un plan de lucha
y una huelga general indefinida por todos los reclamos obreros, y estructurar
una alternativa de izquierda contra Cristina, la derecha y el FAP.
Compañeras
y compañeros, construyamos la Tendencia Piquetera Revolucionaria para poner en
pie una Coordinadora en Defensa del FIT que sirva como palanca para motorizar
la intervención política independiente de los trabajadores frente a la mayor
bancarrota capitalista de la historia.
Repito un viejo comentario:
ResponderEliminarUstedes tienen sede en marte?