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domingo, 29 de septiembre de 2013

[PIQUETERO N°5] ¿Que significa el “gobierno de los trabajadores” para el FIT? - En Salta: Más votos que Syriza en Grecia

En Salta: Más votos que Syriza en Grecia


¿Que significa el “gobierno de los trabajadores” para el FIT?


En Colonia Santa Rosa (26%) y en la Capital (17%), el PO puede salir primero en octubre




Christian Armenteros
@ArmenterosTPR


El debate sobre la entrevista en TN en el programa "Palabras más, palabras menos" (ver nota) plantea un desafío inmediato para octubre y 2015. Las próximas elecciones traen consigo una oportunidad estratégica: está planteado que, por primera vez en toda su historia, la izquierda argentina salga primera en una elección y tenga que gobernar.

Nos referimos, puntualmente, a los dichos de Altamira sobre la municipalidad de Colonia Santa Rosa, provincia de Salta. En esta localidad el Partido Obrero logró superar el 26 % de los votos quedando segundo en las elecciones. Con un total de 13.399 habitantes, el PO pasó de 500 a 1.500 votos para concejal, perdiendo sólo por decenas de votos el primer lugar en diputados. Textualmente “en una población importante de Salta, importante en el sentido de que está vinculada a actividades económicas, como lo es Colonia Santa Rosa, y esto que digo es mío, no lo atribuyo a nadie más, estoy convencido de que vamos a ganar las elecciones, nosotros vamos a ser primeros, y cuando se elija intendente, vamos a ganar también” (www.mdzol.com, 12/09). Más optimista aún se mostró Pablo López quien declaró que “el resultado obtenido en la Capital salteña los posiciona como una clara alternativa política de gobierno. Obtuvieron el segundo lugar con poco más del 17%, dejando atrás al aparato político del actual intendente Miguel Ángel Isa, que terminó cuarto.” (www.fm899.com.ar, 16/08)


A 11 años del Argentinazo: el PO en Salta pasa a ser “partido de gobierno”

Esto dejaría planteado para 2015, por lo tanto, que el FIT pueda conquistar dos municipalidades, es decir, posiciones ejecutivas siendo una ¡la propia capital provincial! Esto significa que luego de una experiencia parlamentaria de más de 11 años en Salta (a partir del 2001) el Partido Obrero pasará a transformarse en un partido de gobierno. Se trata, a todas luces, de un enorme laboratorio para poner a prueba todas las conclusiones políticas del Argentinazo y la estrategia revolucionaria a nivel mundial.

Estamos hablando seriamente de que un sector de Argentina, con sus capitalistas y sus trabajadores, va a estar gobernado por el Partido Obrero y el Frente de Izquierda. Algo inédito en nuestro país y que remonta al desarrollo de masas de la III Internacional y los Partidos Comunistas en los ‘30 o los trotskistas de Ta Thu Thau que ganaron las elecciones a la intendencia de Saigón (capital de Vietnam).

Esto se apoya, a su vez, en una tendencia provincial: el Partido Obrero pasó de 50.000 votos en 2011, su mejor registro histórico, a 69.000. Las encuestas plantean que Pablo López ingrese al congreso nacional y que Gabriela Cerrano le dispute el tercer lugar a senador al partido de Olmedo (vinculado al PRO). No se trata, por lo tanto, de un hecho aislado.

Doble poder: un gobierno obrero del Estado burgués

Si efectivamente el PO llegase a gobernar una intendencia o la capital estaríamos hablando del máximo grado de democracia política que la dictadura capitalista está dispuesta a tolerar. Se trataría de una experiencia local de doble poder a partir de un gobierno obrero del estado burgués. Lo único más democrático que podría haber es que la burguesía y el imperialismo toleren que el PO directamente gobierne la provincia o el país entero. Se trata, en todos los casos, de una situación extraordinaria al límite.

En este caso particular, por su escaso desarrollo político y organizativo, el gobierno del PO sobre el estado capitalista se asemejará a un enano montado sobre los hombros de un gigante. Este doble poder tendrá una particularidad: se tratará de un acceso al poder “por arriba”, es decir, por métodos electores y pacíficos sin disponer de organismos de doble poder “por abajo” que respalden fácticamente al gobierno obrero ante las inevitables provocaciones capitalistas. Se puede afirmar, por lo tanto, que el Partido Obrero tendrá el desafío de estimular desde arriba una masiva intervención obrera y popular o será devorado por la maquinaria del aparato estatal capitalista. De esta forma, los problemas central de la estrategia revolucionaria se le plantearán al PO en el corto plazo como una tarea práctica.

Prueba de fuego para el FIT y el Partido Obrero

Los peligros para el PO se van a dar por partida doble. El primero, fácilmente descartable, es la posibilidad de protagonizar una aventura política: aplicar una táctica insurreccionalista y de guerra civil a partir de un municipio aislado. Sería una expresión de infantilismo político.

Sin embargo el segundo peligro, mucho más difícil y probable, es que la magnitud del desafío histórico suma el PO en la parálisis por temor a desatar fuerzas que no pueda controlar. Esta sería una actitud típicamente burocrática de asimilación pasiva a las normas del estado capitalista. Esto conduciría, naturalmente, a una inmensa frustración popular y abriría paso a una rápida recuperación de la intendencia por cualquier variante patronal. A diferente escala histórica, lo que se debe evitar bajo todo punto de vista es repetir la experiencia del morenismo en ATSA que permitió al burócrata Daer decir “al final, cuando dirigen los zurdos hacen lo mismo que nosotros”. No podemos permitir que el ejercicio del gobierno sea una vía de integración al estado capitalista y de neutralización política. La tarea más elemental de un gobierno obrero es vigorizar la lucha popular y avanzar lo máximo posible en la realización de los reclamos centrales del movimiento de masas.

Esto plantea el debate: ¿cuál es el límite de lo posible? ¿los socialistas revolucionarios bregamos por reformas fragmentarias hasta donde nos lo permita la minoría capitalista o, apoyándonos en la lucha de la mayoría obrera y popular, tenemos que utilizar una posición de gobierno para imponer los reclamos fundamentales y, con métodos de lucha de clases, pelear por el reordenamiento socialista de la sociedad como indica el Programa de Transición? Desde la TPR defendemos lo segundo y entendemos que la lucha por la destrucción del estado burgués en todos sus niveles es el punto fuerte que diferencia a los revolucionarios de los centristas y reformistas. Los revolucionarios no podemos permitir que la mayoría obrera y popular, expresada tanto en las urnas como en las calles, sea expropiada políticamente por las amenazas extorsivas de la minoría capitalista y su aparato burocrático-militar.

Es en este desafío político que la “estrategia soviética” y el “pluri-partidismo soviético” del PTS, la “revolución democrática” y el “socialismo con democracia” de IS y la “táctica anti-capitalista y anti-piquetera de luchar por reclamos elementales” del PO se verán confrontadas con la imperiosa necesidad de luchar por el partido revolucionario de combate, las comisiones de auto-defensa, la unidad piquetera de la clase obrera ocupada y desocupada, la lucha por la liberación nacional y el frente único anti-imperialista que con tanta vehemencia defendemos desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria. El álgebra estratégico de la dictadura del proletariado y la revolución permanente que es patrimonio común ante la cuestión del poder de quienes nos reclamamos trotskistas deberá ser completado por las unidades concretas de nuestra táctica política.



La incomprensión o la subestimación de este inmenso desafío histórico que se plantea en Colonia Santa Rosa y en Salta Capital no puede más que preanunciar la falta de preparación para asumir las tareas planteadas. Entre el centrismo morenista, el viraje anti-capitalista del PO y la traición socialdemócrata, habrá un solo paso. La enorme tradición programática y teórica del Partido Obrero será puesta a prueba como nunca en toda su historia. Valga nuestra crítica política y teórica para apoyarlos en esta lucha, evitar la infamia de la traición y defender estas conquistas históricas que tienen por delante el Partido Obrero, el Frente de Izquierda y el heroico pueblo piquetero y trabajador de Salta. La TPR, desde ya, se compromete públicamente a estar en la primera línea de batalla poniendo el hombro para defender al primer gobierno de los trabajadores de argentina.

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