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miércoles, 9 de octubre de 2013

[PIQUETERO N°5] La ‘década ganada´ concluye en 'Insauduhalde' y Scioli (por Lucas Malaspina)

La ‘década ganada´ concluye en 'Insauduhalde' y Scioli

Lucas Malaspina
@LMalaspinaTPR


La campaña electoral ha reflejado un fuerte retroceso del kirchnerismo a nivel nacional. Dicho retroceso, que se expresa en la disgregación del aparato del PJ, tiene como correlato una tendencia a la creciente derechización del gobierno nacional para intentar neutralizar el ascenso electoral del massismo. En ese sentido se ubican Insauduhalde (apologista de la baja de la edad de imputabilidad y de las policías comunales) y, sobre todo, Scioli, quien aparece como variante de recambio kirchnerista a través del PJ para 2015. Lo que todos los kirchneristas se tienen que preguntar es por qué una supuesta ‘década ganada’ concluye en Milani, Marambio, Chevron, Jaime y estos derechistas tomando la batuta del kirchnerismo con el aval y el impulso de la propia Cristina. La actual situación refleja los límites de un gobierno que surgió para desviar el Argentinazo y reconstruir la autoridad estatal, que para ello montó un régimen de emergencia, y que hoy se está derrumbando.

‘Sciolización’ de Cristina
“La presidenta Cristina Fernández dio el primer gesto público en una nueva etapa de acercamiento con el gobernador Daniel Scioli quien, luego de un largo tiempo de discrepancias con la Casa Rosada, acordó mantener a su sector dentro del kirchnerismo” (La Prensa, 27/06). Durante una primera etapa, ante el lanzamiento de Sergio Massa por el Frente Renovador, intentó mostrarse a Scioli como un elemento disciplinado que iba por el kirchnerismo y que no se despegaba de la Rosada. Era toda una victoria de Cristina. Scioli se jugó toda la campaña a fondo, por otra parte, a defender al casi ignoto Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora. El giro ‘sciolista’ de Cristina y el FpV está a la vista de todos: exactamente al día siguiente de perder las PASO, Cristina, Insaurralde y Scioli se reunieron, para dar lugar al llamado del gobernador a que se apruebe la iniciativa de las policías comunales, que era la bandera de los intendentes massistas contra el kirchnerismo. Más recientemente, el kirchnerismo resucitó la vieja cantinela de la “baja de la imputabilidad”, en la cual Verbitsky (y Cristina) habían capitulado, anteriormente, al Ministro de Seguridad bonaerense Casal (Scioli). Finalmente es el propio Sergio Berni el que está tomándola como estandarte, al designar a Alejandro Granados como nuevo Ministro del área. El caso de Granados es caso aparte. Casal lo destaca como una especie de Massa kirchnerista: "en diciembre del 2007 cuando asumió Scioli la primera reunión de Gabinete fue en Ezeiza, y me sorprendió la sala que tenían con cámaras, controles, intervención policial, judicial, control de móviles" (Infobae, 06/09). Ex menemista y ex duhaldista, se hizo conocido por tirotear a delincuentes que entraron a su casa según textuales, “a matar o morir”. Ni las policías comunales ni la baja de la imputabilidad ni las cámaras propias son las que garantizan el fin del delito, sino que ponen en marcha un nuevo aparato delictivo bajo el mando de los llamados ‘barones del conurbano’. Por el contrario desde la izquierda llamamos a disolver el aparato represivo que es cómplice del narcotráfico, redes de trata y que organiza bandas que a veces desde jóvenes son apretados o protegidos, según el caso, para delinquir en provecho de las mafias locales, contraponiendo la autodefensa de los trabajadores en patrullas barriales y comisiones de seguridad propias.
Intendentes y legisladores kirchneristas en fuga
El lanzamiento del massismo fue un terremoto político en las filas del Frente para la Victoria, porque reunió figuras que gobernaron la mayor parte del kirchnerismo como Sergio Massa o Alberto Fernández y automáticamente se transformó en un polo opositor capaz de reventar las filas en crisis del cristinismo. En la legislatura bonaerense, Massa acaba de presentar su bloque de 20 parlamentarios, lo que termina de duplicar lo que poseía anteriormente, con el pasaje de Leonor Granados, que justamente es la hermana de Alejandro Granados, nuevo ministro de Seguridad bonaerense designado por Scioli. Alejandro Granados, hasta su designación intendente de Ezeiza, lleva a su esposa como candidata a diputada nacional por el Frente para la Victoria, con lo cual el caso implica un revuelo triple, porque muchos dicen que así, Alejandro Granados tendría una pata en dos lados. La situación de la provincia de Buenos Aires brinda un panorama desalentador para los K: “Con las fugas del FpV y la creación del bloque del Frente Renovador todo cambió en el palacio legislativo. En el senado provincial, de las 24 comisiones, 11 tienen en sus presidencias a hombres del Frente Para la Victoria, mientras que flamante bloque massista–que no existía al momento de la distribución de nombres- actualmente se alza con 8 presidencias” (www.letrap.com.ar, 05/09). Entre estas fugas, hay que decirlo, se encuentran inclusive, operadores de las agrupaciones que el sciolismo venía impulsando para 2015.
La “década ganada” termina en Scioli, la única opción es el Frente de Izquierda

La conclusión es inequívoca. Como anticipamos en nuestro balance de 10 años de kirchnerismo cuando Diana Conti y otros vociferaban “Boudou 2015”, no hay salida por izquierda dentro del propio kirchnerismo. La “década ganada” culmina en la reapertura del canje, o sea, en la confirmación de que, como dijo Cristina, bajo el kirchnerismo, no hemos sido otra cosa que “pagadores seriales”. Esa “década ganada”, termina en Scioli; la otra parte, ya se la llevó Massa.¿Cuál es la alternativa frente al avance de la derecha, sino es el Frente de Izquierda? ¿Lo es el FAP, que reivindica una política de devaluación y sojización del país? ¿Lo es Scioli, que representa al menemismo y al duhaldismo dentro del FpV, como tantas veces el propio kirchnerismo explicó, y que hoy ante la falta de un recambio, está copando los resortes del aparato con la venia de la Presidenta? Quedan claros, por lo tanto, los límites del kirchnerismo, que sólo pudo engendrar la reacción política. Frente al agotamiento K, hay que cerrar filas contra la derecha detrás del Frente de Izquierda, la única alternativa de izquierda capaz de desplegar un desarrollo nacional independiente de los partidos patronales. Esta es la lucha que venimos dando como TPR y Coordinadora en defensa del FIT.

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