[PIQUETERO Nº5] LUIS ZAMORA: UN OPORTUNISTA ANTI-IZQUIERDA (por Lucas Malaspina)

“AUTODETERMINACIÓN Y LIBERTAD” PARA QUE EL FIT NO LLEGUE AL CONGRESO

LUIS ZAMORA: UN OPORTUNISTA ANTI-IZQUIERDA

Tres veces se le planteó sumarse al FIT y tres veces lo rechazó sin ninguna explicación

Lucas Malaspina

@LMalaspinaTPR

En el debate que hubo en TN entre Zamora, Lozano y Altamira se presentaron dos métodos opuestos para caracterizar a los presentes: un método idealista e inconducente que nos lleva a “conocer sus ideas” y otro método, militante, obrero y materialista, que es “conocer sus hechos”. Este último, entendemos, es el correcto si queremos llegar a conclusiones para que avance la izquierda y los trabajadores. En este sentido, nosotros como TPR rechazamos que se utilice las diferentes ideas como justificación para darle entidad a una lista divisionista y sin ningún tipo de referencia en la lucha popular. Zamora dice “somos autonomistas. no creemos en los líderes” y pretende que esa ideología es motivo suficiente para boicotear el ingreso de la izquierda al congreso: se equivoca. El autonomismo de Zamora, que teóricamente merece nuestra consideración y es un debate que los luchadores tenemos que dar, en estas elecciones sólo sirve como la cobertura ideológica para encubrir su propia trayectoria política y dividir a los luchadores.

Quién fue y quién es Zamora

Si bien en los 90’s Zamora fue popularmente conocido por ser el “diputado trotskista que repudió a Bush en el congreso nacional” ya nada queda de eso. En primer lugar, él mismo ya no se reclama trotskista y rechaza, de hecho, la colaboración con quienes sí se reivindican trotskistas. La izquierda que dice representar, por lo tanto, abjura de su condición de izquierda y de la organización política de los trabajadores por la revolución social.

En segundo lugar, Luis Zamora ya no habla en nombre de un colectivo sino que se ha transformado en un francotirador: representa el ejemplo de un cadáver insepulto en la izquierda argentina. Como ya es su costumbre desde el Argentinazo, se presenta ante la sociedad sólo por las elecciones para luego desaparecer. Desligado de toda referencia a los movimientos de lucha en los barrios, las universidades y las fábricas, encima se da el lujo de oponerse al frentismo con el resto de la izquierda que sí lucha todos los días. Esto ha quedado muy visiblemente reflejado en una entrevista con Gustavo Sylvestre, donde ante la interpelación del periodista (vía los tuits de Pablo Viñas, delegado de AGR Clarín) no supo qué responder frente al pedido de que baje su lista para octubre para sumar votos al Frente de Izquierda. Su lista, caprichosa y artificial, es un obstáculo deliberado a la construcción de una alternativa por izquierda a Cristina, la derecha y el FAP.

Por último, una nueva generación de luchadores, los hijos del Argentinazo, lo conocimos como el defensor del infame Aníbal Ibarra. En el movimiento de lucha por justicia por Cromañón, Zamora mostró lo peor de sí, negándose a ir a las marchas para no “politizarlas con aparatos partidarios”. Su ex compañero Gerardo Romagnoli fue legislador porteño y resignó su puesto en la Sala Juzgadora contra Ibarra bajo la excusa de que el juicio político encubría el papel político de la Legislatura, aunque sin embargo, nunca exigió su disolución ni llevó este planteo al movimiento, o sea que sólo fue una excusa para capitular. En 2007, de cara al ballotage del 24 de junio que disputaron Macri y Filmus, sacó una solicitada en Página 12 para llamar a votar por el kirchnerismo y atacando a la izquierda. La bancada legislativa de Zamora estalló en mil pedazos por la presión del gobierno y la propia inconsistencia de “Autodeterminación y Libertad”.

Para que entren diputados de izquierda, los que votaron a Zamora en las PASO tienen que votar al FIT en octubre

Zamora, que ha obtenido un 3,37% en agosto ahora se presenta nuevamente, a sabiendas de que su caterva de desconocidos no es una garantía de nada y pretende que se confíe en ellos y en él sin dar ninguna explicación pública de su fracaso político. A esto súmese que Zamora rechazó, no una ni dos sino ¡3 veces!, el llamado a sumarse al Frente de Izquierda. Esto significa que no pone su prestigio personal al servicio de una construcción colectiva sino que inventa un supuesto colectivo (AyL) sólo para satisfacer sus apetitos personales. Para colmo, no consideró oportuno en ninguna de las ocasiones fundamentar su rechazo lo cual es una muestra de desprecio absoluto por el debate público y la participación de miles y miles en los debates políticos.

Los que lo votaron en las PASO tienen que sacar una conclusión: no sólo Zamora no tiene chances de entrar al Congreso y Altamira sí, sino que Zamora expresa una organización política completamente artificial que ya fracasó y que solamente puede ofrecer nuevas frustraciones. Hay que votar al Frente de Izquierda para luchar por una alternativa política de izquierda dispuesta a enfrentar a los partidos patronales.