Lucas Malaspina
Fue
la primera movilización unitaria entre CGT y CFDT desde la llegada del PS al
poder. El 14N, ambas burocracias sindicales, operaron como un marco de
contención al descontento.
CGT y CFDT, un 14N con Hollande
Aproximadamente, se desarrollaron más de 130
manifestaciones y protestas el día miércoles, por la convocatoria de 5
centrales sindicales nacionales. “En París, por ejemplo la marcha salió a
principios de la tarde desde Montparnasse (14º) y se dirigió a la Escuela
Militar (7º). Fue la primera movilización unitaria entre CGT y CFDT desde la
llegada del PS al poder. Bernard Thibault (CGT) y François Chérèque (CFDT)
desfilaron de lado a lado en la capital” (www.france24.com,
14/11). Sin embargo, lejos de plantearse como un desafío abierto a las
políticas de Hollande-Ayrault, ambas burocracias sindicales, operaron como un
marco de contención al descontento contra la traición de Hollande. Así lo marcó
el propio Hollande en una conferencia de prensa el 14N cuando dijo “estos
acontecimientos no ponen en peligro nuestra política, sino que más bien la
apoyan”. (www.liberation.fr, 14/11). Hollande
tuvo bastantes para decir eso.
Chérèque señaló explícitamente que la CFDT no fue a las
calles “contra el gobierno” sino a reclamar “un contrato social” y el “regreso
a un equilibrio presupuestario”. Es decir, un programa desbocadamente
contrarrevolucionario. Thibault se limitó a decir que Hollande no está en una
línea “suficientemente en ruptura” con la de Sarkozy, cuando en realidad eso no
significa más que lavarle la cara por completo a quien está aplicando el
tratado de austeridad delineado previamente por Merkel y aprobado la UMP, lo
cual ha llevado a Hollande a una crisis con sectores del propio PS (AFP, 14/11).
Thibault develó su carácter de tributario del PS al decir que “ciertamente (en
Francia) las políticas de austeridad no están al nivel de Grecia o España” en
una entrevista al diario del PCF (L’Humanité, 14/11).
Francia, por el camino de España y Grecia
En oposición a la política de CGT-CFDT, que todavía el
agravamiento de las condiciones de vida de las masas y su respuesta no sea tan
grande, no significa que Hollande no esté llevando a Francia por el mismo
camino. Así lo ha marcado incluso el Secretario General de Solidaires, una de
las cinco centrales convocantes al explicar que ellos marcharon para
"denunciar la política del gobierno, que está entrando en una fase
completamente cuestionable, lo que lanzará a Francia sobre el mismo camino” que
esos países (L’Humanité, 14/11). El propio Hollande reconoció lo que Thibault
pretende negar a los trabajadores franceses cuando se reunió con Rajoy hace
algunas semanas, al referirse a las mala situación española y las pésimas
previsiones del FMI sobre ese país: “Si no hay crecimiento en España, no
puedo haberlo en Francia porque cuando hay problemas de liquidez en España, hay consecuencias en
la actividad económica española que a su vez tiene consecuencias en la
francesa”. Incluso, consultado sobre las políticas de Rajoy, Hollande dijo: “Tenemos la misma concepción
de lo que hay que hacer” (www.abc.es, 11/10).
Luego de
hacer votar entre el 9 y 11 de octubre, en la Asamblea Nacional francesa la
ratificación del Tratado de
Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de la UE, llamado también Pacto Fiscal
Europeo, Hollande consiguió hacer pasar su viraje pero a costa de un fuerte
desprestigio político ante la población trabajadora. Afrontó en ese momento su
primera gran marcha, con la participación de casi 100.000 personas, encabezada
por el Front de Gauche (donde la CGT y la CFDT no participaron), y donde el NPA
también participó. Con
una economía al borde de la recesión, una desocupación récord que ya supera los
tres millones de desempleados (10%), y habiendo traicionado su principal
promesa de campaña que era renegociar el pacto fiscal enfrentando a Merkel,
Hollande cayó del 58% al 43% de imagen positiva en cuatro meses (tomando como
último parámetro fines de septiembre).
El
“pacto de competitividad” y el informe Gallois
Ahora se pone en cuestión otra de sus promesas, que era
que el peso de sus reformas recaería sobre los más ricos. Ayrault, primer
ministro por el PS, lanzó este mes a propuesta de Hollande el “pacto de
competitividad”. Lutte Ouvrière denuncia en uno de sus materiales el carácter
de esta reforma de un modo muy concreto: “Aumento del IVA, restricciones en los
servicios públicos: era el programa de Sarkozy, es ahora la política de
Hollande. ‘En total, dos veces la competitividad prometida por Nicolas Sarkozy",
se jactó Ayrault! De hecho, Sarkozy había previsto 10 mil millones de regalo
para los capitalistas, y el gobierno les ofrece 20! (…) Durante la campaña
Hollande prometió no aumentar el IVA y denunció a Sarkozy por querer hacerlo
como injusto. Bueno, sólo tomó seis meses para hacer todo lo contrario! A esto
se añadieron el ajuste de 10 miles de millones en el gasto público” (À bas le
plan d’austérité Hollande-Ayrault, 12/11).
Según LO, la CGT criticó el proyecto
pero no pelea por su retiro; la CFDT señaló esas medidas diciendo que iban en
“la dirección correcta” y Mailly, Secretario General de Force Ouvrière, planteó
que el aumento del IVA está “en el campo de lo razonable” (lo cual explicaría
porque si bien FO marchó en Francia el propio Mailly se fue a España el día del
14N a solidarizarse con las burocracias españolas, en vez de confrontar contra
Hollande). El NPA también denuncia el curso a la derecha de Hollande y que el
PS ha tomado a “el informe Gallois ha devenido en su hoja de ruta” (La
cohérence de Hollande, la normalisation de l’austérité, 13/11). Louis Gallois
es un capitalista (por ejemplo, por Jean-Pierre Chèvenement, ex PS y una figura
del llamado “reformismo de izquierdas” de los 70’s), en tanto que su propuesta es
un plan de 22 puntos apoyado por presidentes de 98 de las mayores empresas del
país. Por su parte, “el ministro de
Industria, Arnaud Montebourg, ha afirmado que el Gobierno presentará este
martes su propio plan inspirado en las recomendaciones principales de un
estudio que resume en tres cifras principales lo que Gallois llama “el
patinazo” sufrido por la economía y la industria francesas en la última década
de Gobiernos conservadores”. El “pacto de competitividad” está innegablemente
inspirado en Gallois, quien propone “subir el IVA”, “reducir en 30.000 millones
los costes laborales” y “10.000 millones para las cotizaciones de los
asalariados” (El País, 5/11).
Construyamos un verdadero Frente de Izquierda para derrotar el
ajuste del PS
El NPA acertadamente participó de las movilizaciones contra el Pacto Fiscal Europeo, pero no lo hizo planteando esta necesaria delimitación, y ni siquiera planteó las consignas transicionales adecuadas a la etapa como nacionalización de la banca bajo control obrero, expropiación de toda empresa que cierre o despida bajo control obrero, no pago de la deuda externa, etc. Esto se explica, en primer lugar por su adaptación a la Gauche Anticapitaliste, el ala del NPA que integra el FG y frente a la cual la P2 del NPA no plantea una verdadera política revolucionaria superadora, sino tan sólo compromisos inestables y críticas inconsistentes. El boicot de LO expresa su línea de adaptación a la burocracia de CGT.
Unos días después, el 9 de octubre, cuando en el marco de la
crisis por el cierre de Peugeot (cuya “reestructuración” lleva a la calle a
casi 10000 obreros), la CGT convocó una movilización “por la defensa del
empleo”, el NPA tan sólo puso algunas meses en el punto inicial de donde
partiría la marcha, pero no militó sobre las columnas sindicales, en tanto que
sí participó de la misma LO, como era debido. Sin embargo, la política de LO
“por la defensa del empleo” es una política extremadamente conservadora y
conduce a la derrota. Esto se agrava por las responsabilidades de LO en PSA
Aulnay, que dirige la fábrica y la CGT de la zona. Ellos no luchan por la
huelga general ni plantean la expropiación de la fábrica bajo control obrero. En
un mitin donde habló Jean-Pierre Mercier, el delegado de PSA Aulnay y dirigente
de LO, este planteó la respuesta totalmente localista y capitalista, que le da
su partido a la crisis de Peugeot: “La patronal explicó que en Peugeot (el
problema) es el exceso de capacidad y que todas las plantas no pueden seguir.
Tal vez ellos no pueden correr a 100% de su capacidad, pero seguro pueden
seguir a un 70 u 80% de su capacidad. En lugar de convertir la planta de Poissy
completamente, del día a la noche, como ha hecho PSA, es muy posible
técnicamente repartir la producción de C3 entre esta usina y la de
Aulnay-sous-Bois”. Esto explica su negativa a luchar contra la burocracia de
Thibault por una huelga general para defender los puestos de trabajo a nivel
nacional, empezando por ellos mismos convocar a un paro en Aulnay. Para peor,
mientras se adaptan a la burocracia de CGT, se niegan a una colaboración con el
activismo anti-burocrático que se solidariza con su causa, como el caso de los trabajadores de Ford Blanquefort, dirigidos por el
ex candidato a presidente del NPA, Philippe Poutou. El 29 de septiembre la
dirección sindical de PSA Aulnay (LO) organizaba un acto y no dejaron hablar a
Poutou (NPA) y los obreros de Ford Blanquefort, reproduciendo una línea
faccional.
Por eso la función de un revolucionario en Francia es luchar por un verdadero Frente de Izquierda para que todos aquellos que se plantean enfrentar verdaderamente a Hollande, empezando por el NPA y LO, desarrollen una verdadera colaboración política práctica en beneficio de los intereses obreros, contra su adaptación al FG o a la CGT, para luchar por la huelga general hasta lograr el retiro del “pacto de competitividad” y el programa de gobierno basado en el informe Gallois. Hay que desarrollar comités de base que impulsen esta lucha en oposición al frente popular y la política paralizante de la burocracia. Este verdadero Frente de Izquierda debe ser el punto de partido para la construcción de un partido revolucionario y debe batallar en defensa del matrimonio homosexual, por el derecho a voto de los extranjeros, contra la extradición de Aurore Martin, el traslado del aeropuerto a Notre-Dame-des-Landes, por la expropiación de toda fábrica que cierre o despida bajo control obrero, nacionalización de la banca bajo control obrero, no pago de la deuda externa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario