El
gobierno de Cristina no es “de
izquierda”, es un gobierno que persigue a los que defienden su derecho a
protestar y reclaman un sueldo mínimo de $7000. Desde la Tendencia Piquetera
Revolucionaria (TPR), a todos los uniformados les decimos: la salida es por
izquierda, nunca por derecha.
“LA TENDENCIA
PIQUETERA REVOLUCIONARIA ADHIERE AL ACTO EN PLAZA DE MAYO CONTRA LA BAJA DE
RAÚL MAZA, PLANTEA LA ANULACIÓN DE TODAS LAS SANCIONES IMPUESTAS POR EL
KIRCHNERISMO Y DENUNCIA LA COMPLICIDAD DE LA DERECHA Y EL FAP CONTRA EL JUSTO
RECLAMO DE TODOS LOS GENDARMES, PREFECTOS Y CAPELLANES QUE PARTICIPARON DE LA PROTESTA SALARIAL”
Desde la TPR planteamos poner en pie una reunión abierta de todos los
uniformados que sufrieron represalias junto a los partidos de izquierda, los
sindicatos y todas las organizaciones populares que quieran dar su apoyo para
defender los derechos democráticos de la tropa y exigir:
1.
Reincorporación inmediata de Raúl Maza y del
capellán Gerónimo Fernández Rizzo. Basta de persecución contra los 40 gendarmes
que fueron pasados a disponibilidad por adherir a la protesta salarial
2.
Salario mínimo de $7000 para todos los
uniformados. El sueldo igual a la canasta básica familiar es un derecho de
todos
3.
Sindicalización con derecho a huelga indefinida
sin restricciones y sin miedo a sufrir
persecución o sanciones. La única forma de conquistar los reclamos
es tener un verdadero sindicato junto al movimiento obrero y con pleno derecho
a huelga. No queremos una nueva burocracia sindical que negocie con la cúpula,
queremos que la tropa pueda organizarse y protestar contra las arbitrariedades
de la cúpula.
4.
Repudiamos la persecución de los oficiales
identificando a quienes protestaron a partir de las filmaciones. Defendemos el
derecho democrático de los uniformados a quebrar la cadena de mando para
protestar y negarse a reprimir o espiar a las organizaciones populares
5.
Basta de humillaciones y condiciones de absoluta
precariedad. Basta de prestar servicios sin agua, sin baños químicos y sin
luz
6.
Libre derecho a la agitación y organización
política de los uniformados. Proponemos largar una campaña pública de los
uniformados afectados, la izquierda y los sindicatos de cara a todas las
fuerzas exigiendo el derecho democrático a la libre deliberación en asamblea para
discutir estos 6 puntos al interior de todos los cuarteles, cárceles y
comisarías del país
Luego de más de una semana de protesta en octubre contra el
recorte salarial y por un salario mínimo de $7000 para todos, la histórica
revuelta contra la cúpula militar terminó con un acuerdo precario: en noviembre
no se iba a aplicar ningún ajuste y se iba a dejar de lado el decreto 1307 para
reestructurar la escala salarial.
El kirchnerismo, de esta forma, apareció formalmente como
dando un paso atrás con la denuncia de que la protesta era “destituyente” y
terminó aceptando la renuncia del hermano de Nilda Garré y removiendo a los
titulares de Gendarmería y Prefectura. De hecho, incluso hicieron la maniobra
de plantear que el problema no era el decreto sino “cómo se aplicó”. Con lo
cual se reconoció la injusticia del ajuste y la fuerte desigualdad interna
donde un cabo cobra $4500 y la cúpula más de $50.000 – desproporción de 1 a 10
que incluso es mayor si se tiene en cuenta el curro de los suplementos y compensaciones.
Sin embargo, como denunciamos en su momento desde la TPR, el
acuerdo no era una solución (ni siquiera precaria) porque encubría una ofensiva
fortísima del kirchnerismo contra todos los gendarmes, prefectos y capellanes
que participaron de la protesta salarial. El acuerdo no era “ganar tiempo” sino
bajar la guardia por confiar en un kirchnerismo y una oposición patronal que en
ningún momento quiso dar respuesta al reclamo – como se vio en la conferencia
de prensa de Abal Medina y Lorenzino y en la hipócrita declaración política de
todas las fuerzas parlamentarias “en defensa de la democracia” (o sea, la
reivindicación formal de la democracia en todo el país menos al interior del
aparato represivo donde según estos falsos demócratas debería haber una
dictadura permanente).
Por todo esto, nuestra opinión como TPR era que no había que
aceptar el acuerdo y que, por el contrario, había que transformar la protesta
en una huelga indefinida peleando por el reconocimiento sindical y uniendo la
protesta de los uniformados con la lucha de los trabajadores contra el ajuste.
Ese fue el camino que no se quiso seguir para “no meternos en política”,
“dejarle en claro a Cristina que no estamos en contra de ella” y no denunciar
las provocaciones de la oposición derechista como Macri que dijo “váyanse a sus
casas”, es decir, ese fue el camino tomado por no querer ligarse a la izquierda
y el movimiento obrero. Hoy, la realidad es que la protesta de los uniformados
está en franco retroceso porque el kirchnerismo está metiendo miedo para
reforzar a la nueva cúpula militar y ni la derecha ni el FAP dijeron una sola
palabra en su contra. La razón se encuentra en que todos los partidos
capitalistas se escudan en "la defensa de la democracia" para
oponerse a una sindicalización de los represores que eventualmente pueda llegar
a cuestionar la verticalidad y la cadena de mando al interior del propio
aparato represivo del Estado. Por lo tanto, para estos supuestos
"demócratas" los represores deben estar privados de cualquier derecho
político y sufrir una dictadura permanente dentro de los cuarteles, comisarías
y cárceles. En esta contradicción evidente se basa la posición hipócrita de la
derecha, el kirchnerismo, el FAP y la propia burocracia sindical que
"apoyan el reclamo"... pero no la protesta. Por el contrario,
sólo la izquierda que pelea por el desmantelamiento del aparato represivo,
somos los que defendemos consecuentemente el reclamo salarial y el derecho a
protestar por él.
Para que la protesta por el sueldo de $7000 continúe, por lo
tanto, no sólo se trata de qué medida concreta tomar sino, sobre todo, de cuál
es su perspectiva política. Para los militantes de la TPR la salida es por
izquierda y por eso llamamos a todos los uniformados afectados a largar una
campaña pública en común con los sindicatos para reagrupar y extender la
organización de cara a todas las fuerzas.
LA RESPUESTA
DEL KIRCHNERISMO A LA PROTESTA DE GENDARMERÍA Y PREFECTURA POR UN SUELDO MÍNIMO
DE $7000: MÁS REPRESIÓN Y MÁS PRIVILEGIOS PARA LOS QUE MÁS COBRAN
Dos meses después, por lo tanto, la política del kirchnerismo
quedó desnuda en toda su hipocresía: sólo quedó en pie la represión y la
defensa de los privilegios.
Entre estas medidas de persecución política se encuentran,
también, la expulsión del capellán (cura militar) que realizó una misa en apoyo
a la protesta, y los planes de llamadas para prestar servicios en condiciones
de absoluta precariedad (sin agua, sin baños químicos y en algunos casos hasta
sin luz) En oposición a estas arbitrariedades contra la tropa, desde la
Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR) denunciamos estas medidas del gobierno
de Cristina como sanciones reaccionarias cuyo único fin es reforzar a la cúpula
y al aparato represivo.
La responsabilidad del kirchnerismo en esta auténtica
persecución política es innegable. "Esto tiene que ver con haberme
expuesto en los medios, con haber reclamado un sueldo digno y en blanco, por
haber dicho lo que muchos pensaban y no se animaban a decir", relató a LA
NACION el propio Raúl Maza pocas horas después de haber perdido el rango.
"No estoy arrepentido de nada. El que tiene que arrepentirse es Zach, que
no hace más que bajarse los pantalones ante Garré. Evidentemente fue ella la
que le pidió que me echara", lanzó Maza (La Nación, 01/12). Nosotros como TPR compartimos esta denuncia de Maza
y le agregamos que ningún partido político de Argentina, a excepción de la
izquierda que se referencia en el FIT, repudió las sanciones, aprietes y pases
a disponibilidad que metió el gobierno de Cristina contra una gran cantidad de
uniformados que participaron de la protesta. El movimiento de gendarmes y
prefectos tiene que señalar entre a sus enemigos, por lo tanto, no sólo al
kirchnerismo sino también a la derecha, el FAP y toda la oposición patronal.
Por otra parte, La Nación hace una descripción demoledora de
cuál fue la “solución equitativa de los salarios” por parte del kirchnerismo:
“La administración de Cristina Kirchner liquidó los sueldos de octubre de la
Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval con fuertes aumentos, de más de
10.000 pesos, para altos jefes de las fuerzas, pero con subas muy exiguas para
suboficiales, con lo cual reapareció el malestar entre los uniformados de las
categorías más bajas.(…) Pero las únicas mejoras fueron para los oficiales de alto rango,
con haberes judicializados. Según un informe al que pudo acceder LA NACION, un
oficial superior con 38 años de servicio pasó de cobrar 26.000 pesos de
bolsillo en agosto a 37.000 en octubre: 42% más. (…) La cara opuesta fue un
suboficial subalterno, de 12 años de antigüedad, que pasó de 4500 a 4600 pesos
de sueldo neto. La suba fue del 2,2 por ciento. Un marinero de 3 años de
actividad percibía 3300 pesos en agosto y cobró 3500 el mes último de bolillo.
Una mejora del 6%. (…) Un oficial jefe de 32
años de actividad ganaba 20.000 pesos en agosto y 29.000 en octubre: un 45% de
aumento. Los suboficiales más beneficiados fueron también los de alto rango,
judicializados. Un suboficial superior de 38 años cobró 17.000 antes y 21.000
ahora, 23,5% más. (…) Sin embargo, los mayores aumentos fueron hacia los
haberes judicializados. Un suboficial de la Prefectura aseguró a LA NACION que
"sólo algunos suboficiales obtuvieron subas de 1000 o 1500 pesos; otros no
tuvieron aumentos". (…) El suboficial Raúl Maza, vocero de los rebeldes de
Gendarmería, que fue pasado a disponibilidad, reveló que "el 60% cobró más
en octubre, pero con subas de 700, 1000 o 1400 pesos". En la Gendarmería,
también los altos jefes fueron beneficiados.” (La Nación, 14/11)
Por eso, el balance que saca La Nación es “En términos de
redistribución del ingreso, el reparto resultó regresivo: se les aumentó más a
los que más tienen y menos a los más postergados de las fuerzas. En esta
decisión, pudo haber pesado el ánimo de castigar a los suboficiales por la
rebelión de octubre o de enfrentar a éstos con los más altos mandos de las
fuerzas, que negociaron los aumentos.” Todo este operativo político del
kirchnerismo va destinado a que los uniformados saquen una misma conclusión "Hay mucho malestar.
No hay tanta fuerza como la otra vez. Con todo lo que se peleó, resulta
que la plata se la llevaron los altos jefes y nosotros nada” (Idem).
Como se ve, el kirchnerismo no enfrenta la protesta
avanzando un programa contra la cúpula militar (el supuesto “revanchismo
montonero” de Garré y Cristina) sino que, por el contrario, muy lejos del
revanchismo lo que existe es un pacto entre el kirchnerismo con la cúpula
militar para reforzar al aparato represivo del Estado.
LA PROTESTA DE
GENDARMERÍA, ¿CON EL 8N O EL 20N? LOS UNIFORMADOS TIENEN QUE UNIRSE CON EL
MOVIMIENTO OBRERO, NO CON LOS CACEROLAZOS DE LA DERECHA Y EL FAP
Otro asunto estratégico es que entre la protesta de octubre y
el actual acto en Plaza de Mayo hubo dos fechas fundamentales: el 8N y el 20N.
En el caso de Maza, participó del primero y no se lo vio en el segundo. Este es
un hecho esclarecedor porque significa que se unifica la protesta de los
gendarmes con la iniciativa de la derecha y el FAP, y no con el primer paro
nacional contra el gobierno de Cristina.
Según refleja Clarín, para el gendarme "’la sociedad que
se manifestó ayer fue la misma que apoyó nuestro reclamo’, por eso llegó hasta
el obelisco. Sin embargo, el grueso de sus compañeros estuvo ausente. ‘La idea
fue que no vengan las muchachos, sino sus esposas, para que no se expongan más,
que fueron a reclamar eso’” (Clarín,
9/11).
Por el contrario, si bien hubo un sector que levantaba
reclamos populares, nosotros como TPR denunciamos que el programa del 8-N era
absolutamente reaccionario porque reclamaba un frente entre la derecha y la
centroizquierda sojera. Es decir,
entre Macri y el FAP, los mismos que “apoyaban el reclamo” de gendarmería y
prefectura… pero no la protesta y exigían que “vuelvan a sus casas”. O sea, los
partidos patronales cómplices del kirchnerismo y la cúpula militar. Por
eso, para la TPR la salida pasaba por “restablecer la independencia política
de los cacerolazos contra su desnaturalización a manos de la derecha y la centro-izquierda
sojera. Tenemos que rechazar el #8-N y, frente a la crisis nacional, retomar el
camino del “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Desde la Tendencia
Piquetera Revolucionaria (TPR) llamamos a los trabajadores y la clase media
romper con TODOS los partidos patronales y sumarse a la pelea de los
trabajadores que este 20 de noviembre hicieron el primer paro nacional contra
el gobierno kirchnerista para marchar el próximo aniversario del Argentinazo
juntos a la Plaza de Mayo, previa lucha conjunta en las calles por un nuevo
paro general con marcha a Plaza de Mayo. La salida a la crisis es por
izquierda, nunca por derecha.” (tpr-internet.blogspot.com, 8/11) Lo mismo vale
para la protesta salarial de los uniformados y, por eso, les planteamos que la
tarea pasa por denunciar a la burocracia sindical que no larga un plan de lucha
y convocar a un nuevo paro nacional junto a la izquierda y el clasismo.
PARA QUE HAYA
SEGURIDAD, TENEMOS QUE TERMINAR CON LAS MAFIAS CAPITALISTAS Y EL APARATO REPRESIVO
DEL ESTADO.
Por último, la agenda del acto y la misa en Plaza de Mayo fue
el tema de la seguridad. "´La idea es pedir por la seguridad, puesto que
sabemos que el dinero en vez de que vaya para que los que hacemos seguridad
estemos bien pagos, es dirigido para otra cosa´, se quejó el ex gendarme” (Página12, 30/11)
Como se ve, se trata de un error colosal porque atribuirle la
inseguridad a la falta de presupuesto en las fuerzas armadas es lavarle la cara
a la complicidad que existe entre el aparato represivo y los gobiernos
capitalistas con las mafias del narco-tráfico, las redes de trata y el crimen
organizado. Por el contrario, muy lejos del reforzamiento y más presupuesto, la
medida más elemental de seguridad pasa por la disolución de todo el aparato
represivo y la organización de un movimiento popular que enfrente política y
militarmente con todas las mafias capitalistas. Nada de eso se dice en esta
convocatoria y, por lo tanto, nosotros como socialistas denunciamos este
garrafal error político de la convocatoria que une la protesta de gendarmería y
prefectura con la demagogia fascistizante típica de un Blumberg. Por eso, sumar
el reclamo de seguridad con ese programa derechista, no amplía la base popular
del reclamo sino que por el contrario la reduce al espectro político derechista
y refuerza la campaña del kirchnerismo emparentando la protesta salarial de los
uniformados con lo más reaccionario de la política patronal.
LA SALIDA ES
POR IZQUIERDA, NUNCA POR DERECHA: LARGUEMOS UNA CAMPAÑA PÚBLICA DE LOS
UNIFORMADOS AFECTADOS, LA IZQUIERDA Y LOS SINDICATOS DE CARA A TODAS LAS
FUERZAS
La protesta de los uniformados, por lo tanto, no sólo está
sufriendo una fuerte persecución sino que, sobre todo, se encuentra ante un
total impasse y crisis política. Alejándose de su mejor momento cuando se
planteó la posibilidad de que participen columnas de la tropa sublevada en
defensa del salario mínimo en el acto de la CGT-Moyano y la CTA-Micheli en
Plaza de Mayo el 10 de octubre, lo que termina quedando en pie es la asociación
política de la protesta con el 8-N y el reclamo blumbergiano de más presupuesto
para seguridad.
Desde la TPR por lo tanto, en primer lugar nos solidarizamos
contra la represión kirchnerista (porque, más allá de los diferentes programas,
lo claro es que Cristina los ataca en defensa de la verticalidad y los
privilegios al interior del aparato represivo) y, en segundo lugar, advertimos
duramente contra este giro a derecha en su programa político y llamamos a
soldar la unidad de la protesta de los uniformados con la izquierda y los
trabajadores.
Para lograr este objetivo, hacemos la propuesta concreta a
toda la movilización (o a los grupos de uniformados interesados en llevarlo a
cabo) de constituir inmediatamente una campaña pública por los 6 puntos
señalados al principio de nuestro folleto que constituyen, en nuestra opinión,
el único programa que permite conquistar los $7000 de salario mínimo. A su vez,
señalamos que la marcha reivindica su carácter patriótico pero no hace ni una
sola mención al escandaloso pago de la deuda externa que hace sistemáticamente
el kirchnerismo y tampoco dice nada sobre el ajuste, el tarifazo y la crisis
con los fondos buitres en particular. Eso constituye, una vez más, una clara
definición de no querer confrontar con los partidos de la derecha y la
centro-izquierda pro-imperialista. Al no criticar a esos partidos, la crítica
exclusiva sobre el kirchnerismo los termina colocando en el campo de la
oposición patronal. Llamamos a sacar las conclusiones y seguir el ejemplo de
los uniformados en Europa (o incluso en la propia Santa Cruz) que unen su
reclamo al de los trabajadores con el ajuste y todos los partidos políticos que
defienden el ajuste.
Desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR), a todos
los uniformados les decimos: la salida es por izquierda, nunca por derecha.
¿con una izquierda asi quien necesita extrema derecha?
ResponderEliminarNo se olviden de Pando
con una izquierda que es cómplice de la cúpula militar, ¿quién necesita al kirchnerismo?
EliminarNo se olviden de Berni y Garré
Para ir en contra de Berni y Garre podes apoyar a Videla... sigan asi, cada dia mas "frikis" de ultraderecha
ResponderEliminarclaro, para no ir en contra de Berni y Garre entonces no tenemos que apoyar que la tropa tenga derecho a huelga, sindicatos y un salario mínimo $7000 porque esa es la política de... Videla.
EliminarReforzando a la cúpula militar y persiguiendo cualquier intento de organización de la tropa, ¡vamos el gobierno nacional y popular!