APOYAR A HUANUNI, SÍ. DEFENDER UN PROGRAMA REVOLUCIONARIO E IMPULSAR UN PLAN DE LUCHA CONTRA EL PACTO DE LA COB Y EVO MORALES, NO.
REFORMISMO Y OPORTUNISMO EN LA IZQUIERDA DEL PT
Para nosotros, leninistas, la lucha ideológica y programática no es más que una expresión de la lucha entre clases y aparatos políticos. Esto vale, sobre todo, contra los aparatos reformistas al interior del propio movimiento obrero. Esto es importante tenerlo presente para que cualquier compañero pueda ubicarse en la disputa y comprender cualquier posición. Por más confusa o compleja que parezca, siempre la pregunta decisiva es ¿qué intereses de clase está tratando de defender? ¿de qué le sirve defender esa posición? Este es el método leninista que usamos como guía para la acción revolucionaria. De esta forma, el debate de programas en el PT se clarifica por completo.
Por ejemplo, el verdadero significado del programa “originario” varía según el contexto de la lucha política. En el II Congreso, expresa la derrota de la burocracia y la victoria de la colaboración entre la izquierda y Huanuni (razón por la cual apoyamos haberlo votado contra la burocracia) pero, al mismo tiempo, expresa reivindicar la impronta reformista que la propia burocracia le impuso al PT en su fundación (razón por la cual votamos en contra en el I Congreso y propusimos el programa abiertamente revolucionario de la AMR - Agrupación Marxista Revolucionaria). Nosotros como TPR rechazamos la defensa apologética del programa originario que hace la izquierda y Huanuni porque significa “no vamos a imponer nuestro propio programa (revolucionario), no vamos a pelear por un plan de lucha (contra el pacto con el gobierno) y no vamos a militar por una nueva dirección clasista de la COB (contra la burocracia)”.
Por el contrario decir, como dice la LORCI, que “se ratificó el programa anticapitalista y de lucha por el gobierno obrero, campesino y popular” (www.lorci.org, 01/07) es un embellecimiento típico de un adulador centrista. Una cosa es apoyar a Huanuni contra la burocracia, lo cual es lícito y compartimos. Otra cosa es mentirle a los compañeros deliberadamente. Como mucho, el programa fundacional del PT es un nacionalismo burgués estatista que retoma algunos métodos combativos de lucha obrera y popular. Ahora que sea “combativo” no significa, ni de lejos, que se trate de un programa obrero y revolucionario ¿O acaso se olvidaron de las palabras de Solares sobre el “programa originario” en el mismo Congreso fundacional del PT: “este programa es reformista y burgués”? ¿Es necesario que la izquierda boliviana reciba lecciones de marxismo de Solares?
Que se entienda bien: el debate del programa no es un debate meramente teórico. A la forma (programa reformista y democratizante) se le corresponde un contenido (burgués y, por lo tanto, de adaptación a la burocracia sindical). La única diferencia es que Solares admite que el programa es reformista y burgués para congraciarse con la burocracia mientras que la LOR-CI lo oculta por pura vocación oportunista. Ante este desbancarranco de la izquierda del PT, desde la TPR preguntamos: si tenemos un PT dirigido por sectores combativos y de la izquierda que se reclama revolucionaria, ¿qué nos sigue atando al programa “reformista y burgués” que nos impuso la burocracia de la COB? Todo el asunto, como se ve, se reduce a tratar por todos los medios de no chocar abiertamente con la burocracia cobista.
Por eso, en nuestra opinión, la tarea de los revolucionarios pasa por hacer que el PT corte el cordón umbilical con la burocracia y asuma que es Huanuni y la izquierda, y no la COB en abstracto, la genuina dirección política del PT. La dirección política, compuesta por 21 miembros, fue renovada. El MST, ex LIT-CI, conserva un miembro, pero se han agregado otros militantes de izquierda, que han ingresado como parte de la lucha común con Huanuni. Entre ellos, por ejemplo, el compañero Lucio Gonzales Alanes, ex Ejecutivo de la COD Oruro, de Patria Insurgente, histórico cobista. Cesar Uscamayta, compañero de la AMR, fue designado Responsable de Formación Política y de Prensa. Son todos triunfos que deben tener su correlato en que el PT llame al plan de lucha contra la burocracia y adopte un programa revolucionario.
No hay ninguna razón para que el PT siga tolerando un programa reformista y burgués. Hay que superar el programa originario. La persistencia en aferrarse al viejo programa no sólo muestra el carácter centrista de la mayoría de la izquierda boliviana sino que oculta la esperanza (o el cálculo oportunista) de intentar construir un PT de masas sin luchar frontalmente contra la burocracia sindical. Si no se lucha contra las ideas de la burocracia es por temor a luchar contra la propia burocracia de carne y hueso. Es la misma razón que explica la total parálisis del PT frente al pacto COB-MAS.
Nosotros, revolucionarios, denunciamos a la burocracia sindical y a todos aquellos que generen falsas expectativas en que la burocracia sea el agente de la independencia política de los trabajadores. La convocatoria a construir el PT se conquistó contra la burocracia y su supervivencia y desarrollo están directamente ligados a la tarea de superar y enterrar a la burocracia para siempre. Esa es una conclusión histórica del marxismo revolucionario que se ha visto ratificada por la experiencia boliviana concreta y reciente tanto en Tarija (XVI Congreso de la COB), como en La Paz (congreso departamental), Huanuni (I Congreso PT) u Oruro (II Congreso PT).
Partido de los Trabajadores y burocracia sindical son términos antagónicos: uno de los dos terminará por prevalecer. Como decía un revolucionario ruso: “no hay movimiento revolucionario sin teoría revolucionaria”. La lucha por independizar al PT está a la orden del día debido, en primer lugar, a la traición de la propia burocracia cobista. No se trata, por lo tanto, de un capricho de la TPR: la burocracia ya dio todo lo que podía y quería dar. Desde la TPR decimos: que el PT rompa programáticamente con la burocracia y se reclame revolucionario, entonces, para impulsar sin trabas la lucha obrera por las pensiones y pelear por una nueva dirección clasista de la COB.
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