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lunes, 14 de marzo de 2016

[REVISTA DEL FEL N°14] ¡FUERA OBAMA DE ARGENTINA!

23 y 24 de marzo:
¡FUERA OBAMA DE ARGENTINA!
No es homenaje, es provocación: no a la visita de Obama a la ex-ESMA

NATALIA SARALEGUI

El 40° aniversario del golpe militar estará marcado por la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a nuestro país, los días 23 y 24 de marzo. Obama viene como una señal de respaldo político al pacto de Macri con los fondos buitre e impulsar una feroz entrega de nuestro país al capital financiero. Así lo ha dejado claro el secretario de Comercio de Argentina, Braun, al declarar que “Macri quiere abrirse a ‘socios estratégicos’ como Estados Unidos, con iniciativas como el intento de pasar a formar parte del Tratado de Cooperación Transpacífico (TTP)” (El Cronista, 24/2). El TTP no es otra cosa que un tratado de libre comercio: buscan relanzar el frustrado ALCA bajo nuevas formas. La lucha para boicotear la visita de Obama a nuestro país es necesaria porque se integra a la lucha para impedir la entrega de Argentina al capital financiero. Desde el FEL y la TPR llamamos a movilizarnos masivamente el 23 y 24 de marzo gritando bien fuerte: ¡FUERA OBAMA DE ARGENTINA!

OBAMA Y MACRI PROVOCAN A LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS Y A TODO EL PUEBLO ARGENTINO

Ya el sólo hecho de que Obama y Macri venga el 24 de marzo constituye una provocación contra el pueblo argentino: el imperialismo yanqui fue el principal promotor de los golpes de Estado en América Latina a través del Plan Cóndor. Hoy mismo es el principal promotor de los golpes parlamentarios contra Maduro y Dilma en Venezuela y Brasil. El imperialismo yanqui es repudiado masivamente en nuestro país: “un 43% de los argentinos tiene una opinión desfavorable de Estados Unidos (...) aumenta hasta el 51% cuando se trata de la poca confianza en el manejo de los asuntos internacionales por parte del presidente Barack Obama (...) El 45% de los argentinos considera que la superpotencia ‘no es un factor positivo para la paz’” (Clarín, 13/3). Los argentinos tenemos muy en claro que Obama es el carnicero de los pueblos de Medio Oriente.

Ahora bien, la provocación es aún mayor si tenemos en cuenta que el gobierno de Macri insiste en llevar a Obama a la ex-ESMA. Ya el 23/2, Avruj, secretario de DDHH, había declarado que “si Obama visita la ex Esma es un homenaje a las víctimas” (El Destape). Ante el repudio generalizado que dicha intención generó en todos los organismos de DDHH del país, Avruj insistió en su planteo y afirmó que ““sería extraordinario que todo presidente del mundo recorra y brinde su homenaje en el espacio de la ESMA (...) Obama es un hombre de la democracia, del partido demócrata, ligado a los derechos humanos” (La Nación, 11/3). De esta forma, el gobierno de Macri proclama abiertamente su pretensión de introducir a este genocida en el más emblemático centro de detención y tortura de nuestro país. Llamamos a todas las organizaciones de DDHH, sindicatos e izquierda a impedir que esto ocurra movilizándonos masivamente a la ex-ESMA el próximo 23 de marzo.

EL KIRCHNERISMO ANTI-IZQUIERDA DIVIDE Y NO CONVOCA A LA UNIDAD CONTRA OBAMA Y MACRI

La visita de Obama planteaba una movilización conjunta de todas las organizaciones de DDHH, sindicatos, de izquierda y kirchneristas para repudiar su presencia. El kirchnerismo rechazó esta perspectiva. Su rechazo ha sido explicitado por Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, y Charly Pisoni, de H.I.J.O.S. Página 12 reproduce, el 6/3, el siguiente diálogo con Estela de Carlotto:

“–¿El Gobierno está pensando en un acto oficial? ¿Irían?
–No sabemos qué van a hacer. Depende de lo que quieran hacer. El otro día tuvimos la reunión con Larreta por el tema de (Darío) Lopérfido y ellos tenían preparadas unas sugerencias, pero no tuvimos tiempo porque el planteo de Lopérfido fue muy largo (ver aparte).
–¿Se pensó este año en hacer una sola marcha, junto a los partidos de izquierda, que en otros años marcharon separados?
–Se pensó esa posibilidad. No se pudo. Nosotros no vamos a hablar mal de Cristina ni de Néstor”

En este mismo sentido, Pisoni declaró, en Radio La Tribu el 7/3, lo siguiente: “Son muchas las diferencias que nos desunen (...) Que un organismo de DDHH no pueda decir todo lo que tiene que decir en pos de una unidad, que en realidad es ficticia porque solamente es para un acto en cuestión, quizás no es tan sano, quizás es más sano que cada uno haga el acto que tiene que hacer, diga lo que tiene que decir (...) Hay varias diferencias. La que nos divide tangencialmente es la evaluación sobre el gobierno anterior, sobre lo que fue el kirchnerismo (...) Los integrantes del Encuentro Memoria Verdad y Justicia han planteado que si Cristina va presa, está bien (...) Si uno tiene una diferencia tan grande en cuanto a la concepción de lo que es un presidente, es muy difícil avanzar. Sin duda, el principal conflicto radica en el distinto análisis que hacemos de los 12 años de kirchnerismo”.

El planteo de Carlotto y Pisoni es una impostura. La idea de que un acto unitario impedía la posibilidad de que cada uno planteara su posición es sencillamente falso. Queda desmentido por el hecho de que, muy fácilmente, en un mismo acto, cada uno de los espacios podía leer sus propios documentos con sus propios planteos, en el marco de una convocatoria común contra Obama y contra Macri. Carlotto y Pisoni utilizan su defensa del kirchnerismo como una excusa para rechazar la unidad anti-macrista. Para ello, recurren a una mentira: el EMVyJ no defiende la cárcel a Cristina, esa posición es sostenida por el Partido Obrero y no fue consensuada colectivamente con el resto de las organizaciones que integramos el Encuentro. Pero no solamente eso: Pisoni nunca nos propuso una marcha unitaria contra la cárcel a Cristina. Se trata de una maniobra para justificar su sectarismo kirchnerista anti-izquierda.

Lo que Carlotto y Pisoni ocultan es que su rechazo a una marcha unitaria está determinado por la adaptación de la propia Carlotto y del kirchnerismo a Obama y a Macri. En esa misma edición de Página 12, Carlotto dice que “suponiendo que Obama quiera él vernos, creo que iríamos”. Semanas antes había visitado la ex-ESMA junto al carnicero Hollande. En la misma entrevista donde rechaza una marcha con la izquierda, no rechaza la posibilidad de asistir al acto oficial del macrismo. Un hecho que retrata con claridad la política de los K es que ante la propuesta del PRO y de SUMA+ en la legislatura porteña de votar un beneplácito por la visita de Obama, “El kirchnerista Frente para la Victoria (FpV) se abstuvo, junto con Javier Gentilini, un legislador del Frente Renovador (peronismo disidente) (...) ‘Parece una sobreactuación manifestar el beneplácito’, manifestó Carlos Tomada, diputado del FpV, aunque aclaró que el partido no tiene ‘nada que objetar a la visita de un presidente democrático’” (Terra, 3/3). No por nada la convocatoria oficial del kirchnerismo, publicada diariamente en Página 12, no tiene ninguna consigna contra Obama y contra Macri.

EL SECTARISMO ANTI-K DEL PARTIDO OBRERO IMPIDE QUE EL ENCUENTRO MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA LUCHE POR LA UNIDAD CONTRA MACRI

La TPR batalló dentro del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, junto al Nuevo MAS y el MST, para que el Encuentro se pronunciara por una marcha unitaria contra la política negacionista de Lopérfido, contra los ataques de Macri a las organizaciones de DDHH, y contra la visita de Obama. Si el Encuentro no fijó esa posición, fue exclusivamente por el sectarismo anti-K del Partido Obrero, al que ha arrastrado al resto del Frente de Izquierda. En la Prensa Obrera del 10/3, el PO escribe que “vale señalar que una parte de la izquierda (el MST, el MAS, el PTS) estaba dispuesta a ‘no hablar mal’ de las gestiones K -es decir, a deponer las denuncias vigentes sobre su carácter represivo y antiobrero- en aras del ‘frente único’ anti-Macri. (...) Por otra parte, el kirchnerismo reclama una subordinación política completa, como lo ha demostrado en la campaña por la liberación de Milagro Sala”. Se trata de una falsificación.

Quienes defendemos el frente único anti-Macri - la TPR - planteamos que la marcha unitaria no debía implicar que el Encuentro no leyera su propio documento en el acto, sino todo lo contrario. Pero no sólo eso: el PO embellece al kirchnerismo. No es cierto que los K reclamaron subordinación política completa: directamente rechazaron una marcha unitaria, en cualquier condición. El PO, en vez de proponer una marcha unitaria contra Macri, bregó sistemáticamente por impedirla y reducir la movilización del EMVyJ a una actividad de propaganda anti-kirchnerista. El PO pretende que las masas superen al kirchnerismo no por las conclusiones de su propia experiencia en la lucha contra el imperialismo y la derecha, sino a partir de la propagandización de las ideas del propio PO. Una política que sólo lleva al aislamiento. Y que le da de comer al propio sectarismo kirchnerista: al defender la cárcel a Cristina, el PO no sólo le abre paso a la persecución política macrista sino que también le regala a los K un argumento para boicotear la unidad con la izquierda.

Con este mismo criterio, el PO agita el fantasma de la posibilidad de una disputa física con los K por el control de la Plaza de Mayo: “el ingreso a la Plaza será motivo de una disputa física y política. Como en los años anteriores, el objetivo del kirchnerismo es apropiarse de la Plaza y marginar a los organismos independientes y a la izquierda combativa agrupada en el Encuentro” (Prensa Obrera, 10/3). Esto no puede dejar de llamar la atención de todos los luchadores. El PO no se ha pronunciado públicamente a favor de movilizarse el 23 de marzo contra Obama cuando esté en Buenos Aires, pero sí se pronuncia públicamente preparando el terreno para una confrontación física con el kirchnerismo el 24 de marzo. Se apoya en la experiencia real de 2013 pero la descontextualiza: ese año, CFK había arrancado las sesiones del Congreso atacando a la izquierda por las luchas obreras y los piquetes por la libertad a los petroleros de Las Heras. En 2016 gobierna Macri y, lejos de venir de sistemáticas confrontaciones físicas con los K, venimos de marchar en común por la libertad de Milagro Sala (a pesar de la defección del PO), de solidarizarnos contra los atentados a sus locales, e incluso marcharemos en simultáneo al Congreso el 15/3 contra el acuerdo de Macri con los buitres. Esta tesis del PO debe ser desmentida mediante un comunicado común del Encuentro y las organizaciones kirchneristas anunciando públicamente el cronograma de movilizaciones que ya ha sido acordado en reuniones en común. Y todos juntos debemos concentrarnos en discutir un balance que permita defender la unidad contra Obama y Macri. Dicho planteo unitario, sin embargo, no ha sido sostenido por el Encuentro, por el sencillo hecho de que sus organizaciones han rechazado votar a favor de la posición de la mayoría (¡que defendía la unidad anti-Macri!) y han sostenido el reaccionario método del consenso (con el que el PCR y la Iglesia anulan la capacidad de lucha de los Encuentros de Mujeres, por sólo citar un ejemplo) con el cual priman posiciones contrarias a la lucha contra la derecha y el imperialismo.

PATRIA GRANDE Y SEAMOS LIBRES NO DEFIENDEN LA UNIDAD ANTI-IMPERIALISTA: SE DISUELVEN DETRÁS DEL KIRCHNERISMO

Patria Grande y Seamos Libres han encabezado un espacio político junto a otras organizaciones que desde hace meses se viene pronunciando por una marcha unitaria para el 24 de marzo. Lo que en principio constituyó un reagrupamiento progresivo en favor de la unidad anti-Macri, rápidamente develó su faceta disolvente cuando Carlotto pasó a sostener una política de adaptación a Obama y al propio Macri. Luego de que Carlotto se reuniera con Macri y dijera que “no es amiga de Cristina” y que pueden “cooptar a Macri” (mientras Hebe rechazó reunirse con el gobierno y lo calificó como el enemigo), Patria Grande y Seamos Libres insistieron en proponer una marcha unitaria con ella, sin decir una palabra contra la orientación que venía sosteniendo. Desde la TPR queremos dejar algo bien en claro: la marcha unitaria sirve si es para enfrentar a Macri y Obama. Si, por el contrario, se convierte en la fórmula de compromiso con quienes saludan a Obama y se adaptan a Macri, sin llamarlos a romper con su política, pasa a ser la vía a la disolución política. ¡Obama está impulsando golpes en Venezuela y Brasil! ¿Los bolivarianos de Patria Grande y Seamos Libres no consideran que la marcha unitaria debería denunciar esto? No es, sin embargo, lo que proponen, porque esta propuesta implicaría chocar con la política del kirchnerismo. No por nada ninguno de ellos (ni los K, ni los chavistas), acusaron recibo de la propuesta de la TPR de organizar campañas políticas contra el golpismo en América Latina.

VENÍ AL ACTO QUE DEFIENDE LA UNIDAD ANTI-IMPERIALISTA Y ANTI-MACRISTA. MARCHÁ CON EL FEL Y LA TPR EN LA COLUMNA DEL ENCUENTRO MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA POR EL ¡FUERA OBAMA!

En este cuadro, desde el FEL y la TPR hemos decidido convocar a un acto abierto, previamente a las movilizaciones que tendrán lugar en la Plaza de Mayo, para que nos expresemos todos aquellos que defendimos y defendemos, de cara a este 23 y 24 de marzo, la unidad anti-imperialista y anti-macrista. Queremos poner en pie un campo político de los luchadores delimitado de las organizaciones que han boicoteado este planteo. La necesidad de un nuevo partido político, un partido piquetero, emerge también de esta experiencia y lucha política. Luego del acto, nos sumaremos a la columna del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, por el hecho de que será la única marcha que copará la Plaza de Mayo planteando el ¡Fuera Obama!, y repudiando el acuerdo con los buitres y el protocolo anti-piquetes. Te invitamos a que, con el FEL y la TPR, el 23 vengas a rodear la ex - ESMA contra la provocación, y el 24 participes del acto por la unidad anti-imperialista y anti-macrista, y marches junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia.

13 de marzo de 2016


RECUADRO 1

PARA MALCORRA, EL IMPERIALISMO ES VÍCTIMA DE NUESTRO “COMPLEJO DE INFERIORIDAD”

Malcorra, canciller argentina, ha declarado en Clarín que “me parece que no darnos la oportunidad de una relación seria y madura con la primera potencia del mundo es por lo menos quitarnos oportunidades (...) hemos sufrido un poco de complejo de inferioridad en las relaciones” (12/3). Para Malcorra, el imperialismo yanqui es víctima de un problema psicológico que aqueja a la mayoría de los argentinos. A Malcorra le respondemos: si Argentina se “lleva mal” con Estados Unidos, es porque Estados Unidos está dominado por el capital financiero que declara la guerra al mundo entero. El que se “lleva mal” con todos los pueblos del planeta es el imperialismo. Los socialistas, los revolucionarios, no queremos “llevarnos mal” con EEUU: queremos que a EEUU la gobiernen sus trabajadores y, sobre esa base, el mundo entero pueda “llevarse bien” con la principal potencia económica. En la medida en que a EEUU la gobiernen los Obama, los Trump, los Clinton o los Sanders (otro defensor de la guerra imperialista, en versión “consensuada” con otras potencias al estilo Papa Francisco), EEUU tendrá una mala relación con el resto del mundo. El mundo será la patria de la humanidad el día en que acabemos con el imperialismo y gobernemos los trabajadores.

RECUADRO 2

OBAMA-CARTER: NI DEMOCRÁTICOS NI DE IZQUIERDA
CARNICEROS DE MEDIO ORIENTE Y LEGITIMADORES DEL IMPERIALISMO YANQUI

El gobierno de Macri y los medios de comunicación han lanzado una ofensiva ideológica para legitimar la visita de Obama no sólo a Argentina sino también a la ex - ESMA. Avruj declaró que “Obama es un hombre de la democracia, del partido demócrata, ligado a los derechos humanos (...) si uno hace un puente histórico con Obama, lo junta con Carter, no lo junta con Kissinger” (La Nación, 11/3). Pagni, periodista estrella de la derecha, escribió, sobre el rechazo de la izquierda a la visita de Obama, que “revela una ignorancia llamativa respecto de la historia argentina y de la política norteamericana. Estados Unidos no participó del golpe, que sí fue apoyado por el Partido Comunista (...) Los que objetan a Obama quizá no recuerdan que es demócrata. Y que milita en la izquierda de su país. Curioso olvido de quienes hacen un culto a la memoria” (La Nación, 12/3). A este operativo se ha sumado la centro-izquierdista Beatriz Sarlo, quien militara en su momento en las filas del maoísmo: “Para mí, por supuesto que Obama puede ir a la [ex] ESMA (...) dado que Estados Unidos tuvo de presidente a Carter y luchó en las Naciones Unidas y en la OEA para poder mandar a la comisión de Derechos Humanos a la Argentina (...) No podés tener un piquete ahí gritando contra el presidente norteamericano como si fuera Nixon o Bush” (La Nación, 13/3). Según todos ellos, Carter y Obama serían defensores de la paz y los derechos humanos. Pagni directamente absuelve al Departamento de Estado de EEUU de responsabilidad en el golpe de 1976.

Estamos ante un operativo de encubrimiento de la política del imperialismo yanqui. Obama y Carter no son democráticos ni de izquierda. Ambos son carniceros de los pueblos de Medio Oriente. Hoy, la novedad es que Obama, a la cabeza de la coalición anti-yihadista, presiona para iniciar una serie de bombardeos para retomar el control sobre Libia. Carter hizo lo propio contra la revolución iraní: protegió al Sha, derrocado por la revolución, y comandó dos frustrados intentos de invadir el territorio de Irán para rescatar a los diplomáticos de EEUU que habían sido encarcelados para reclamar por la repatriación del dictador. No sólo eso: Carter fue el principal operador para que Egipto e Israel firmaran el tratado de Camp David, donde Egipto fue el primer Estado árabe en reconocer al Estado de Israel, en lo que constituyó una legitimación del cónclave pro-imperialista y la masacre del pueblo palestino. La similitud entre ambos también se encuentra en que asumieron luego de gobiernos republicanos (Nixon y Bush Jr.) que sufrieron grandes derrotas militares (Vietnam e Irak) y un gran desprestigio a nivel mundial. Obama y Carter vinieron a recomponer la legitimidad perdida del imperialismo yanqui. De ahí que Obama restablezca relaciones con Cuba (intentando, a su vez, aislar a Venezuela), así como Carter lo hizo con China y también firmando un tratado sobre control de armas con la URSS. En ambos casos, Carter y Obama promueven la restauración capitalista vía integración de la burocracia restauracionista al orden imperialista mundial. El objetivo histórico de los gobiernos de Carter y Obama es reaccionario: recomponer la autoridad del imperialismo yanqui como gendarme mundial. No por nada, sus gobiernos son interregnos entre gobiernos republicanos. Carter fue un interregno entre Nixon y Reagan. Ahora las encuestas indican que Obama podría ser el interregno entre Bush Jr y Trump, una de las mayores expresiones de la reacción política en toda la línea a escala mundial.

Por todo esto, ni Carter ni Obama tienen autoridad alguna para pisar suelo argentino.

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